Es ya bien sabido que la danza de matachines constituye uno de los rasgos culturales que nos dejaron nuestros abuelos tlaxcaltecas en la Comarca Lagunera. Y aunque quizá las de Torreón sean las peregrinaciones con matachines más largas y mejor ataviadas, no son originarias de Torreón. Estas danzas llegaron con los emigrantes de Parras, Viesca y Matamoros (en Coahuila). Parras y Viesca fueron municipios tlaxcaltecas desde su fundación, y en el siglo XIX, Matamoros se pobló con gente de ambos lugares. En su jurisdicción y con mucha gente de Matamoros, Viesca y Parras, se creó el municipio de Torreón el 24 de febrero de 1893.
Por consiguiente, los matachines han estado presentes en la expresión de la religiosidad comarcana desde el siglo XVIII, que es cuando aparece la primera constancia histórica de su existencia y actividad, en el Santuario de Guadalupe de Parras.
Viesca fue fundada como colonia tlaxcalteca por el Pbro. Manuel Valdés, a finales del primer tercio del siglo XVIII, esto es, en 1732. Este lugar mantuvo intactas sus tradiciones tlaxcaltecas, entre las cuales se contaba la de la danza de los matachines.
Un artículo del diario “El Siglo de Torreón” fechado el 17 de mayo de 1925, página 4, menciona esta costumbre como algo celebrado desde antiguo en Viesca. Veamos su texto:
“Viesca, Coah. mayo 15. Siguiendo la antigua costumbre implantada desde hace muchos años, hoy también se verifica la función de matachines en honor del apóstol Santiago. Ayer por la tarde, vestidos con uniformes y con la imagen del santo a la cabeza, desfilaron por la calle de Orilla del Agua los matachines y hoy por la mañana la ceremonia religiosa, al aire libre, donde se bailará sin descansar. Algunos años anteriores, la violación a la Constitución se hacía de una manera más escandalosa, pues los matachines danzaban por las calles hasta llegar a la puerta del templo, donde se bailaba, y al otro día recorrían las calles de la población”.
Otro artículo del mismo diario, también referente a la misma actividad en Viesca, dice textualmente:
“Viesca, 21 de mayo de 1926. Los pequeños agricultores de la localidad, siguiendo la tradicional costumbre religiosa, festejaron el día de “San Isidro” con danzas de “matachines” que se celebró en las goteras [afueras] de la población, donde por lo regular tienen sus sembrados, habiendo concurrido un gran número de familias a presenciar las grotescas contorsiones del baile que hacían los individuos vestidos de “indios” con chimal y arco, notándose, entre todos ellos, una señorita que al “son” de la tambora y violín, desempeñó perfectamente su papel, y a quien los concurrentes aplaudían con demasiado entusiasmo. A pesar de ser esta una fiesta antiquísima, este año tuvo gran animación, tal vez por que la cosecha anual de trigo promete abundante fruto. La festividad se desarrolló en el más perfecto orden”.
No podemos dejar de notar en este artículo, que el redactor no simpatizaba con la danza de matachines ni con las tradiciones indígenas. Sin embargo, es interesante que describa los instrumentos musicales propios de esta danza, la tambora y el violín, así como el atuendo de arco y escudo (chimal). En cuanto a su comentario sobre la señorita, resultó poco caballeroso y bastante misógino.
Enlace a un artículo de la Crónica de Torreón sobre los matachines como herencia tlaxcalteca:
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