Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

martes, diciembre 31, 2013

21 años del "nuevo" peso mexicano


Mil pesos de 1992 se convirtieron en un peso actual


Hace veintiún años, el primero de enero de 1993, entró en vigor el cambio de la moneda mexicana, de los pesos tradicionales a los “nuevos pesos”. La razón, del cambio, según se comentó en los medios, era la de facilitar las transacciones comerciales, que ya alcanzaban cifras de millones de pesos por simples celulares, muebles y cuentas de consumo en supermercados. 

Y aunque esa razón era válida, no era la única. El secretario de Hacienda del presidente Salinas, Pedro Aspe Armella, buscaba también echar una manta de olvido en la memoria de todos los mexicanos. Buscaba un “borrón y cuenta nueva” en relación al meteórico proceso inflacionario que vivía el país desde 1976, último año del gobierno del presidente Echeverría. 

Desde 1976 hasta 1993 fue un período de gran deterioro económico a pesar de las promesas del mismo Echeverría, de López Portillo, de Miguel de la Madrid, de Salinas de Gortari, y posteriormente, de Ernesto Zedillo, de Vicente Fox y de Felipe Calderón.

En septiembre de 1976, yo tenía casi 26 años de edad y me graduaba de mi licenciatura en Guadalajara. Recuerdo perfectamente la estabilidad económica de los años previos, incluso desde mi niñez, como recuerdo también que ese mes de septiembre fue un verdadero parteaguas en la economía mexicana, el inicio de una crisis que no ha parado. Porque el proceso inflacionario no se ha detenido en lo absoluto. Para botón de muestra, revisemos los archivos y los precios promedio de algunos productos básicos:

En mayo de 1976, el frijol bayo blanco “Imperial” costaba (en Torreón) $ 5.30 la bolsa de 800 grs. Para enero de1992, la misma cantidad de frijol bayo blanco costaba $ 2,300.00 y en 1993, N$ 2.30, ya sin los tres ceros. Pero los precios actuales del frijol demuestran que, a pesar de la maniobra cosmética de desaparecer el triple cero, la inflación no se ha detenido, pues de $2.30 ha subido a un rango que va de $12.00 a $39.00 pesos el kilo de frijol, según calidad y marca. Este rango representa un incremento del 521% al 1,695% en relación al precio de 1993. Y hablando en pesos de 1976, el frijol pasó de $5.30 a $ 12,000.00 - $ 39,000.00. Un incremento de tal magnitud en el precio de este producto básico demuestra cómo el poder adquisitivo que los mexicanos teníamos en 1976, ha sido “pulverizado”.  Pues todos los bienes y servicios incrementaron sus precios, no solamente el frijol. Los salarios jamás se incrementaron en la misma proporción, ni remotamente.

Otro producto de referencia es la tortilla de maíz, que en octubre de1976 costaba $ 3.30 el kilo, en febrero de 1992 costaba $ 1,000.00, en 1993 N$ 1.00 y actualmente $ 13.00 ($13,000.00 pesos de aquéllos). De 1993 a 2013 aumentó 1300% su precio. El litro de aceite de cocina “Capullo” costaba en enero de 1976,  $ 16.55; en 1992, $3,158 pesos o N$ 3.15 en 1993. Y en 2013 cuesta $25 pesos, aproximadamente un 793% más.

Podemos revisar muchos más productos y precios, pero todo lleva a la misma conclusión: el proceso inflacionario fue extremadamente acelerado entre 1976 y 1992 –un corto período de 16 años– pero ha continuado sin parar. Este fenómeno se le ha ocultado a la población joven (para evitar costos políticos) anualizando y descontextualizando los índices inflacionarios. Aún así, no hay retórica política ni estadística financiera que engañe a las amas de casa. Ellas, mejor que nadie, conocen cuál es el estado real de la economía del mexicano promedio. Independientemente de los informes de la macroeconomía, saben bien que el poder adquisitivo de las familias ha sido pulverizado por los manejos irresponsables de administraciones anteriores.

Frenar este añejo proceso inflacionario e incrementar en algo el poder adquisitivo del peso, son dos grandes retos que enfrentan actualmente la presidencia de la república, las autoridades estatales y las municipales. Les deseamos suerte. Todos queremos un México mejor.    

viernes, diciembre 27, 2013

Influenza en Torreón



En Coahuila "no pasa nada". Solamente en las declaraciones oficiales "no pasa nada". Así como "no hay violencia", tampoco hay "influenza".  

Pero la verdad es que el año pasado, en el mes de noviembre, mi suegra y otra persona murieron por complicaciones de la influenza, con pocos días de diferencia. Y lo comento, porque supe muy de cerca de las personas afectadas. No sé cuántas más habrán muerto por complicaciones de dicha enfermedad. 

También es verdad que en este momento, hoy viernes 27 de diciembre de 2013, una persona muy querida para mi familia, se encuentra hospitalizada y muy delicada (en terapia intensiva) por la misma razón: la influenza. 

Lamento que las autoridades correspondientes callen los hechos, y no alerten a la población. A la comunidad lagunera le hace mucho más daño no estar consciente del peligro que representa la influenza, cualquiera que sea el apellido que ésta tenga (estacional, o AH1N1). 

Es importante que las autoridades sanitarias acepten y reconozcan los riesgos del contagio, y recomienden a la población las medidas pertinentes para reducirlos o evitarlos. Evitar aglomeraciones, generalizar el uso de cubrebocas y de geles antisépticos. Acudir al médico si se presentan los síntomas.  

Actualización: 

El joven y talentoso Dr. Eduardo Villarreal Cabello, el supradicho y apreciado amigo familiar, falleció en Torreón el 4 de enero de 2014, precisamene por las complicaciones que le causó a su organismo, el virus de la influenza. 


Los "camellos" de Torreón



Los camellos en 1987, a precio de inflación



Uno de los platillos típicos de Torreón, y que corresponde a la corriente culinaria de la llamada “cocina-fusión” es el “camello”.  En nuestra ciudad, hay diversos lugares donde se ofrece este platillo, pero ¿En qué consiste? ¿Cómo surgió?

Para responder a estas preguntas, diremos que el concepto del “camello” se encuentra indisolublemente unido al restaurant “El Chamuco” y al nombre del empresario Juan Habib Zablah.

El “camello” se ofreció por primera vez (y continúa ofreciéndose) en el ya mencionado “Chamuco”, restaurant que abrió sus puertas al público lagunero el 6 de febrero de 1981 (y en su ubicación actual, desde el 24 de junio de 1983) con la especialidad de tacos al carbón. “El Chamuco” se situaba (como lo hace en la actualidad, calle de por medio) en Boulevard Constitución y calle Cuarta.  Desde febrero de1981, los “camellos” consistían en piezas completas o en mitades de pan árabe, rellenas de carne asada en diferentes preparaciones, generalmente bistec con queso, con tocino, con queso, con chorizo, o con alguna combinación de estos elementos. La innovación, lo que convertía al “camello” en un platillo de fusión, era el pan árabe, combinado con la carne de res producida en La Laguna, que como todos sabemos, es de las más suculentas del país. Sin embargo, el versátil “camello” podía ser también un “camello marino”, es decir, una pieza de pan árabe relleno de pescado (filete de mero con pico de gallo y queso). En la actualidad también se pueden consumir en “El Chamuco” los “camellos” de pollo, siempre elaborados con el pan árabe, que es, como dijimos, su elemento distintivo. Los camellos siempre iban –y todavía van- acompañados de ensalada.

El restaurant “El Chamuco” ofrecía, en los años ochenta del siglo pasado, según su publicidad, tacos de bistec, costillas de res, quesos, quesos fundidos y comida de vigilia.  Pero el éxito del concepto “camello” fue tal que pronto surgieron los imitadores. Sin embargo, los del “Chamuco” jamás fueron igualados en sabor ni en calidad.

En 1987, la “Parrillada doña Chamuca” consistía en una orden de bistec con tocino, cebolla, chorizo y queso; frijoles y ensalada, todo por dos mil pesos de la época (viejos pesos). “El Chamuco” ofrecía también paquetes de hojas de parra, pan árabe y refresco, por mil quinientos pesos. El paquete de camello de bistec, ensalada y refresco, se obtenía por el mismo precio que el anterior. 

Los “paquetes” de medio “camello”, ensalada y refresco, costaban setecientos cincuenta pesos. Los precios arriba mencionados puede causar confusión entre los jóvenes lectores de las nuevas generaciones, pero como referencia, diremos que en ese mismo año, los “Mercados Populares” de la región ofrecían el kilo de hígado fresco de res en mil trescientos noventa pesos, el kilo de tomate bola en ciento noventa y nueve pesos, y una lechuga en noventa y nueve pesos. El proceso inflacionario desatado por el entonces presidente Luis Echeverría en 1976, estaba vigente. Pero el lector puede cotejar las equivalencias.

En Torreón, donde la población de origen palestino y libanés es tan significativa en número como para contar con una mezquita en funciones, las materias primas y alimentos elaborados estilo Medio Oriente son fáciles de conseguir.  Es parte de la cultura gastronómica torreonense el pan árabe, el jocoque fresco o seco, las hojas de parra envasadas o ya preparadas, los dulces como los dedos de novia o los belewes. Son elementos cotidianos de nuestra vasta y cosmopolita cultura gastronómica regional. 

miércoles, diciembre 25, 2013

Nochebuena y navidad 2013






Una febril actividad comercial precedió, el día de ayer, a la nochebuena. Desde la media mañana hasta la tarde, las avenidas, calles y centros comerciales se encontraban literalmente, congestionados.  Mucho tráfico automotriz, muchas personas hacían sus compras de regalos a última hora. Otras formaban largas filas para recoger la cena, previamente ordenada a los restaurantes de su preferencia.

Por la noche, la ciudad entera se recogió para celebrar la tradicional cena de nochebuena. Este recogimiento se prolongó al día de hoy, 25 de diciembre. Las calles han estado literalmente desiertas. No hubo servicio de transporte de camiones urbanos. Lluvia temprano por la noche. Y una cantidad significativa de personas aquejadas por laringitis, gripe, y problemas respiratorios y alérgicos. 

Vayan nuestros mejores deseos de bienestar, alegría y paz a los lectores de esta columna de crónica en esta navidad del 2013.   

sábado, diciembre 21, 2013

Vientos inusuales




La Puerta de Torreón, espigas de trigo estilizadas


Aunque ya está muy avanzado el mes de diciembre, y hemos llegado al solsticio de invierno, desde el día de ayer sopla un fuerte viento del suroeste, que ha elevado la temperatura de la región a una máxima de 25 grados Celsius. 

Tras un buen número de días bastante fríos, la sensación térmica de ayer y hoy ha sido agradable, y para algunos, hasta calurosa. Llama la atención la fuerza del viento que estuvo soplando anoche, toda la noche. 

Estos cambios de temperatura que han prevalecido desde noviembre, han propiciado que un gran número de personas padezcan enfermedades de las vías respiratorias, particularmente de resfriados, laringitis y tos. No hay lugar público donde no haya gente con notorios síntomas. Los vientos levantan el polvo seco y afectan de manera particular a los alérgicos. 

martes, diciembre 17, 2013

Declaración del 4 de abril de 1982


Una inserción pagada en "El Siglo de Torreón" el 4 de abril de 1982, página 4, contiene un interesante punto de vista en torno a la destrucción de la llamada "Casa Morisca" de Colón y Abasolo, aquí en Torreón. 

Queda como un testimonio importante relacionado con la historia de los monumentos y edificios notables de nuestra ciudad. 








viernes, diciembre 13, 2013

Petróleo en Coahuila






Muchas anécdotas podrían contarse sobre los personajes que pernoctaron en el Hotel Francia, tenido por uno de los más cosmopolitas de la Comarca Lagunera. Quizá uno de esos personajes relevantes haya sido el señor Jorge Martínez Morton, socio del señor Hipólito Villa en negocios petroleros. Resulta que estas personas tenían un proyecto de inversión para la explotación de los yacimientos del oro negro en Coahuila y Nuevo León. El 18 de mayo de 1922, reporteros locales tuvieron la oportunidad de entrevistar al señor Martínez Morton, precisamente en la habitación que ocupaba en el Hotel Francia.

Este señor mostró a los reporteros locales, un minucioso informe realizado por dos geólogos de la prestigiosa compañía petrolera Royal Dutch Shell Co. Dicho informe se refería a los estudios geológicos que en esos años realizaban los científicos en el norte de México. Esos estudios mostraban que en los estados de Tamaulipas, Nuevo león y Coahuila existe un riquísimo yacimiento petrolífero, que es como la continuación del de Texas. 

Según dicho estudio, la faja petrolera que entra a nuestro país por Del Río, Texas, es la “Faja Balcones” siendo del tipo de formación llamada por los peritos “Pensilvania” y Cretácico Bajo. Esta faja pasa de Texas a Coahuila, y de aquí, a Nuevo León y Tamaulipas. Esta “Faja Balcones” va en la dirección siguiente: entra por Del Río y sigue hacia Cuatro Ciénegas; Paredón, Sabinas Hidalgo, Linares y Tampico, para perderse en puntos intermedios y aparecer más delante. 

Se considera que el petróleo se encuentra a entre una profundidad de 2 mil 500 pies (unos 800 metros) hasta mil pies (unos 300 metros). De acuerdo al mismo estudio, una de las bifurcaciones de la “Faja Balcones” parte de Zaragoza hacia Sierra Mojada, bajando después y viniendo con dirección a La Laguna, cruzando el Bolsón de Mapimí.

El señor Martínez Morton manifestó también que integró una sociedad con el señor Hipólito Villa, para explotar diversas zonas petroleras en los estados de Coahuila, Nuevo León, Veracruz y Tabasco, para lo cual se formó una compañía con capital netamente mexicano, ascendiendo este a un millón de pesos.

Es muy verosímil pensar que la firma de los Tratados de Bucareli, celebrados entre el presidente Álvaro Obregón y los Estados Unidos, por medio de los cuales y entre otras cosas, México se comprometió a no extraer petróleo de los estados norteños, echó a perder por completo este lucrativo proyecto. Como en muchas otras ocasiones ha sucedido, “complacer en lo oscurito” a los Estados Unidos ha mermado nuestra soberanía nacional, y vulnerado nuestra economía y desarrollo. 

Ver “El Siglo de Torreón”: “Las perspectivas de hallar petróleo en el Estado de Coahuila. Una fuerte compañía de capital mexicano, iniciará serios trabajos de perforación, con buenos informes geológicos”. 19 mayo 1922, pp. 1 y 8. 

jueves, diciembre 12, 2013

"Sospechosismo"




Como estudioso de la historia de México en el período 1821-2013, me he encontrado con situaciones pretéritas que parecen ser recurrentes. Parece haber constantes que se repiten hasta el presente, pero que jamás encontraremos mencionadas en una reflexión sobre la historia oficial del país. 

Un error frecuente, a mi muy personal criterio, es el de suponer que la política mexicana a nivel nacional o internacional, es puramente endógena, es decir, que se decide desde México y para los intereses de México. 

Sin querer caer en el “sospechosismo” (célebre expresión acuñada, por cierto, por un político) me da la impresión de que las grandes decisiones nacionales han coincidido, casi siempre, con los deseos de nuestros "desinteresados" vecinos del norte. He ahí un buen principio de hermenéutica para comprender la política nacional del pasado. ¿A quién han beneficiado las grandes decisiones de México? 




El carnaval torreonense


Carros alegóricos del desfile de las Bodas de Plata de Torreón 


Carro alegórico de la Liga Socialista. 1907-1932


Cuando yo era niño, no solamente existían los desfiles multitudinarios que prevalecen en la actualidad: 16 de septiembre, 20 de noviembre y peregrinaciones guadalupanas de noviembre-diciembre.

De alguna manera, los desfiles de carros alegóricos, como el celebrado en 1932, con motivo de las Bodas de Plata de Torreón (1907-1932) habían capturado la imaginación de los laguneros. En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, los torreonenses festejábamos públicamente el don de la vida y el regalo de la paz en un mundo convulsionado por la guerra, por medio del carnaval. El ambiente social era diferente al actual, nuestra ciudad aún era joven, risueña, confiada.  

Por los registros que he consultado, el primer carnaval de Torreón se celebró a partir de 1940, tal vez desde antes, pero el tenso ambiente entre clero y gobierno de la época de Calles pudo haber reprimido estos festejos públicos. El carnaval torreonense de 1940 consistió en un alegre desfile, con carros alegóricos, coches adornados y comparsas de disfraces y “fachas”.  

Los participantes concursaban, y había un jurado calificador compuesto por el presidente de la Cámara de Comercio, por un miembro del Centro Patronal de la Comarca Lagunera, y otro miembro de la Barra de Abogados de La Laguna.

A los mejores carros alegóricos, de acuerdo a su originalidad y apariencia, se les otorgaban 4 premios: medalla de oro y diploma; medalla de plata y diploma; diploma, y finalmente, mención honorífica.

El desfile iniciaba en el mismo lugar del que arrancan actualmente las peregrinaciones guadalupanas: en la calle González Ortega, en el costado poniente de la Alameda, junto al “Pensador”.  De ahí partía el contingente para seguir por la avenida Matamoros hacia el poniente, pasaba frente a la antigua presidencia municipal (actualmente Plaza Mayor) y seguía hasta la calle Ramos Arizpe, donde daba vuelta hacia el sur para tomar la avenida Hidalgo hacia el oriente, doblando de nuevo hacia el norte en la calle Valdés Carrillo, hasta llegar al Banco Chino y la Plaza de Armas. 

Ahí, frente al antiguo Casino de La Laguna (ahora parte del Museo Arocena) tenía lugar un combate amistoso de serpentinas y cascarones de huevo llenos de harina o de confeti. La concurrencia se divertía muchísimo con estos inocentes combates de humor y buena fe, previos al miércoles de ceniza y los cuarenta días de ayuno y abstinencia de las antiguas y rigurosas cuaresmas. “Carnaval” era diversión, un “adiós a la carne”, ya que, tras el carnaval, vendría la mortificación.  

Siempre había una reina del carnaval. Tengo entendido que el inolvidable “Sir Waitron”, uno de los personajes más dignos de la biografía que han existido en Torreón y cuya vida y hechos merecen artículo aparte, fue en 1948 uno de aquéllos “reyes feos” consortes de la realeza carnavalesca, pero he de confirmar ese dato. Nacido en 1911, muerto en 1989, Sir Waitron, por su bonhomía, excentricidad y por lo anecdótico de su vida, es digno de ser recordado.  

Y para volver al tema de este artículo, mencionamos que por la tarde, luego de finalizado el desfile, solía celebrarse una charreada o corrida de toros.  


De mi niñez temprana recuerdo a las comparsas reunidas en la Alameda, antes de comenzar el desfile del carnaval. Pero lo que yo recuerdo –seguramente porque me causaban temor- eran aquéllas enormes, altas figuras caricaturescas y satíricas que en España llaman “mojigangas” y “cabezones”. Seguramente ocurrió en las últimas ediciones del carnaval torreonense. 

lunes, diciembre 09, 2013

Santos-Laguna se queda en semifinales



Anoche, el equipo de fútbol local, el Santos Laguna, jugó el torneo de vuelta contra el León, en el estadio del Territorio Santos Modelo de Torreón.  Se trataba de las semifinales del torneo Apertura 2013. 

En el juego de ida en León, Santos no aprovechó el momento y se trajo un marcador adverso de dos goles en contra. Y aunque se esforzó en el juego de vuelta ayer, León se impuso con un marcador global de cinco a tres. De esta manera, Santos queda eliminado del torneo. 

La final se jugará entre los equipos América y León. Santos ha demostrado en esta ocasión, que es un equipo de altura, que se mantiene entre los mejores de México en primera división. 


miércoles, diciembre 04, 2013

Fallece don Braulio Fernández Aguirre





Ayer martes falleció don Braulio Fernández Aguirre, lagunero de San Pedro de las Colonias, Coahuila, agricultor, ex alcalde, diputado, senador, gobernador del Estado de Coahuila, y ex titular de Zonas Áridas, a la edad de 101 años. 

Político, empresario y ser humano muy estimado en Coahuila y particularmente en Torreón, nació en San Pedro, Coahuila, el 21 de noviembre de 1912, y fueron sus padres D. Braulio Fernández García y Da. Manuela Aguirre Niño. Sus abuelos paternos, D. Luis Gonzaga Fernández Fernández y Da. Teodora García García, neoleoneses. Los abuelos maternos fueron D. Jesús María Aguirre y Reyes y Da. Macedonia García Ayala. 

Por su padre, D. Braulio descendía de D. Gonzalo Fernández de Castro y de D. María Rodríguez Rentería, personajes ilustres que vivieron en el Nuevo reino de León a mediados del siglo XVII (1650). Por su madre, descendía de los Aguirre del Saltillo, familia de militares también del siglo XVII. 

D. Braulio casó con Da. Lucía Aguirre, procreando con ella tres hijos, Braulio Manuel, Héctor y María Lucía Fernández Aguirre. 

Dos veces alcalde de Torreón, la segunda bajo el mandato del gobernador general Raúl Madero (hermano menor de don Francisco I. Madero). En 1963 era diputado federal y candidato a gobernador de Coahuila por el Partido Revolucionario Institucional, cuyo presidente nacional era por entonces el general Corona del Rosal. Las elecciones estatales tuvieron lugar el 25 de agosto de 1963, las cuales ganó. 



En Saltillo, el 1 de diciembre de 1963, D. Braulio, como se le conocía popularmente (era una persona de gran carisma) rindió protesta de su cargo de gobernador del estado para el período 1 de diciembre de 1963 al 30 de noviembre de 1969. 

Su mandato es uno de los más felices que ha conocido Torreón. Fue D. Braulio quien abrió las posibilidades de estudio a muchos jóvenes laguneros, al establecer las escuelas de Odontología, Medicina y Comercio y Administración de la Universidad Autónoma de Coahuila. Antes de ello, los estudios universitarios solamente se podían cursar en otras ciudades. 

El fallecimiento de D. Braulio ha causado verdadera consternación entre los laguneros que conocieron su vida y obra de manera personal o de oídas. El primer acto público de la nueva presidencia municipal, apenas estrenada el domingo, consistió en recibir el féretro con los restos de D. Braulio, para recibir guardias de honor como verdadero benemérito de la Laguna Coahuilense y del estado. 


lunes, diciembre 02, 2013

La nueva presidencia municipal, inaugurada


Foto de "El Siglo de Torreón"


Ayer domingo primero de diciembre, con la presencia del gobernador del Estado de Coahuila, Mtro. Rubén Moreira Valdés, la del alcalde Eduardo Olmos, funcionarios, burócratas, personas de distinción y público en general, niños y adultos, fue formalmente inaugurada la nueva Presidencia Municipal y encendido el árbol de navidad de la Plaza Mayor. 

Esta Plaza Mayor y la nueva Presidencia Municipal fueron dos de los proyectos insignia del alcalde de Torreón, Eduardo Olmos Castro, durante su gestión. El otro, el Bosque Urbano, ahora cuenta con pista de hielo para aprovechar los fríos del invierno que se acerca y la concurrencia que acude abundante a visitar dicho parque. 

Al final de discursos, palabras de agradecimiento y remembranzas, cerró el evento con una sesión de fuegos de artificio. 


Santos Laguna, a semifinales



"Imagen de el Siglo de Torreón"

De nueva cuenta, los integrantes del equipo local de fútbol, los "Guerreros" del Santos Laguna, jugarán las semifinales, en esta ocasión, del torneo apertura 2013. Anoche, en el Territorio Santos Modelo de Torreón y en juego de vuelta, los Guerreros derrotaron al equipo de los "Gallos Blancos" del Querétaro por un marcador global de 6-3. Los 3 goles de anoche llevaron el sello del "Hermoso" Oribe Peralta (1) y de Darwin Quintero (2).   

Los próximos contrincantes de los Guerreros serán los "Panzas Verdes" de León, contra quienes se enfrentarán este jueves 5 de diciembre en León, en juego de ida. 





lunes, noviembre 25, 2013

Fragmentación de la identidad lagunera



Cuando surgió oficialmente la jurisdicción de la actual Comarca Lagunera, al crearse la Alcaldía Mayor de Parras, Laguna (San Pedro) y Río de las Nazas (San Juan de Casta, ahora León Guzmán, Durango) en 1598, se creó una jurisdicción con unidad, a la cual se le llegó a conocer como el “País de La Laguna”.

En esa época, el término “país” era sinónimo de “región” o “comarca”, nada que ver con la designación de un estado soberano. El referente de identidad era el gran sistema hidrológico integrado por los ríos “Nazas” y “Buenaval” y las lagunas que formaban, la de Parras, la del “Caimán” (Tlahualilo) y la del Álamo de Parras (Viesca). El gentilicio “lagunero” procede del hecho de vivir en esa comarca de lagunas.

En aquellos años, la identidad de los laguneros (la occidental, que es la que heredamos) era sumamente sólida, porque solo había dos bandos entre sus habitantes: los católicos súbditos del rey, y los bárbaros “infieles” que buscaban destruirlos. Como sucede en cualquier región o país en guerra, sus colonos se solidarizaron entre sí, cobrando mayor consciencia de sí mismos, de su cultura occidental y de su identidad frente a la alteridad.

Sin embargo, la división de su territorio en diversas jurisdicciones ha ido apagando esa consciencia del origen común. La primera división la ejecutó Carlos III, al separar La Laguna entre dos provincias, la de Coahuila y la de la Nueva Vizcaya, actualmente Estado de Durango. La separación se firmó en Aranjuez, en mayo de 1785.  

En el antiguo País de La Laguna, fueron surgiendo nuevas jurisdicciones, como la de Parras, su antigua capital; Viesca; Matamoros, San Pedro, Torreón, Francisco I. Madero. Y a medida que se ha fraccionado, se va olvidando el origen común.  Parras no recuerda ya que fue la capital política, judicial, religiosa y cultural de todo el País de La Laguna. Ha olvidado que la laguna era “La laguna de Parras”.

Claro, con los siglos y el creciente uso del agua para cuestiones agrícolas, la laguna se achicó y quedó en la jurisdicción de San Pedro, al poniente de Parras. Esto, más el hecho de que la enorme hacienda de San Lorenzo de La Laguna no incluía la jurisdicción de Parras, hizo que los parrenses asociaran el nombre de dicha hacienda con el de La Laguna. Mutilaron en sus mentes la Comarca Lagunera original, reduciéndola al territorio que ocupaba la Hacienda de San Lorenzo de La Laguna.

Cada jurisdicción ha ido creando nuevas identidades, o al menos, intentos de identidad. Se busca la diferencia, más que la herencia común. Y en esto, la ciudad de Torreón se lleva las palmas, en su intento de desligarse de la historia y la cultura colonial lagunera, para imaginarse a sí misma como una Venus moderna, que surge adulta y por su propia virtud en las aguas de la historia, sin antecedentes ni contextos previos. Pero Torreón no existiría si no fuera por la sólida economía algodonera de La Laguna, la cual comenzó a surgir desde el siglo XVIII. Nuestros nahuatlismos son de origen colonial, igual que nuestros matachines.   

viernes, noviembre 22, 2013

Medio siglo desde la muerte de John F. Kennedy






Hoy, 22 de noviembre de 2013, se cumple medio siglo desde el asesinato del presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, en Dallas, Texas. El magnicidio se consumó el 22 de noviembre de 1963.

En esa época yo tenía 13 años de edad, y recuerdo perfectamente la conmoción que causó el hecho en nuestra ciudad. Los boletines radiofónicos, a veces contradictorios, informaban sobre el supuesto estado de salud del presidente. El contenido de estos boletines procedía del hospital al cual fue llevado Kennedy. Tardaron horas en admitir que el mandatario había muerto.

En Torreón, y de hecho en el mundo entero, inmerso en la llamada Guerra Fría, había incertidumbre sobre el significado y las consecuencias posibles del hecho. La crisis de los misiles rusos en Cuba y los acontecimientos de Bahía de Cochinos estaban muy frescos en la memoria social, y se creyó en un principio que el magnicidio podría provocar una guerra nuclear. Se sospechaba, en un primer momento, que Cuba era la nación responsable del asesinato. Y las relaciones de Cuba con la Unión Soviética eran muy estrechas. Un ataque de represalia a Cuba significaría un enfrentamiento directo con los soviéticos.

Kennedy había sido el presidente estadounidense más popular, y hasta querido, en México. Era el primer presidente católico de su nación, lo cual no pasaba inadvertido a los mexicanos de entonces. Su visita a la ciudad de México fue apoteósica. Fue la única visita de un mandatario extranjero comparable a la primera de Juan Pablo II, por el entusiasmo y por la cantidad de personas que aclamaban.   

Kennedy también apoyó a México (y a la América Latina) con la “Alianza para el Progreso” (ALPRO), programa de ayuda de decenas de miles de millones de dólares. En la era Kennedy, llegaron a La Laguna pies de cría de borregos merinos y de ganado fino para los ejidos. Lamentablemente, y aún con esos estímulos multiformes, la cultura de muchos ejidatarios laguneros no cambió. Los borregos acabaron como materia prima de muchas barbacoas, y no como inicio de producción y acumulación de excedentes económicos para la reinversión.

Sobre los Kennedy parecía existir una maldición, ya que hubo varias muertes trágicas entre ellos. El hermano mayor de John, Joseph, murió en combate en la Segunda Guerra Mundial. John fue asesinado en Dallas siendo presidente en funciones. Su hermano Robert fue asesinado en Los Ángeles siendo candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Y el hijo de John Fitzgerald Kennedy, John Kennedy Jr. (John-John) murió joven y sin descendencia en un accidente aéreo, al estrellarse en el mar la avioneta que tripulaba.

La viuda de John Fitzgerald Kennedy, Jacqueline Bouvier, mantuvo, por décadas, un papel protagónico  como socialité de nivel mundial.  




jueves, noviembre 21, 2013

Oribe, el futbolista de oro




¿Quién en La Comarca no sabe quién es Oribe Peralta Morones? Guerrero destacado del equipo local de futbol, el Santos Laguna, héroe del balompié olímpico y actual goleador de la selección mexicana rumbo a la copa mundial Brasil 2014, como lo demostró fehacientemente en los juegos de ida y vuelta contra la selección de Nueva Zelanda. 

Oribe es torreonense de nacimiento, vecino de La Partida, municipio de Torreón, actualmente en la zona suburbana de esta ciudad. Nació el 12 de enero de 1984. Sus padres son el señor Miguel Ángel Peralta Ruelas y la señora Julieta Morones Trejo de Peralta. Fueron sus abuelos paternos el señor José Peralta y la señora Petra Ruelas de Peralta, y los maternos, el señor Juan Morones Reza y la señora Octavia Trejo de Morones.

Oribe ha demostrado ser un jugador noble y sufrido, de orígenes modestos, educado, con sus valores muy bien puestos y sin actitudes protagónicas. Es un jugador que entiende bien que un equipo no está configurado únicamente por goleadores, sino que a veces hay que sacrificar el lucimiento personal para dar un buen pase, un pase que pueda convertirse en gol, aunque otro nombre y apellido se lleve el crédito. 

Para él, el secreto del trabajo en conjunto está en que cada jugador haga su trabajo, aunque al final, solo haya un goleador. Finalmente, el tanto se le acredita al equipo entero. Con esta mentalidad, Oribe ha contribuido de manera significativa a las victorias del Santos Laguna y de la selección mexicana, pues ha sido factor decisivo de los goles anotados a favor. 

Pareciera estar predestinado al oro de los torneos, ya que como hemos visto en alguna ocasión, su nombre tan poco común, “Oribe”, se deriva del latín “Aurifex”, “artífice que trabaja en oro”, según el Diccionario de la Real Academia Española.  Torreón y la Comarca Lagunera se enorgullecen de este jugador de tan alto quilataje.







martes, noviembre 19, 2013

Cuatrocientas mil entradas






Agradezco a los lectores de este blog de Crónica de Torreón su interés y constancia. El día de hoy este blog ha recibido la visita número cuatrocientos mil. 

Esta cantidad de lecturas puede ser muy baja y hasta irrelevante si la comparamos con las entradas que manifiestan los blogs de las estrellas de cine. Pero para el género “Crónica de una ciudad”, se trata de un número muy alentador. 

Este blog está considerado por los expertos de la U.N.A.M. como el más antiguo de su tipo, en funciones. Desde 2006, este Cronista Oficial se encuentra atento a los fenómenos sociales de nuestro entorno, para comentar aquéllas cosas que interesan a los laguneros, y particularmente, a los torreonenses. 

Muchas gracias por sus visitas.

La reliquia, las virtudes y los santos





Una de las instituciones sociales que parecen caracterizar a la norteña ciudad mexicana de Torreón es la llamada “reliquia”. Este es un evento social de carácter popular que involucra aspectos filantrópicos, religiosos y gastronómicos.

Es muy frecuente que entre las clases medias y populares de Torreón, muchas familias organicen y compartan de manera tradicional, año con año, esta comida. En realidad, la “reliquia” es la concretización anual de un culto perenne relacionado con algún santo o advocación de la Virgen. Una familia devota de San Judas Tadeo, de la Virgen de Guadalupe, de la Virgen de San Juan de los Lagos, etc., con ocasión de la fiesta anual del santo, prepara un cuantioso festín de asado de puerco acompañado de una guarnición de siete sopas de pasta. 

La carne representa el alimento del cuerpo; y las sopas, el alimento del alma. Al parecer, cada una de estas sopas representa la voluntad de prometer al santo, de parte del creyente, el ejercicio de las siete virtudes opuestas a los pecados capitales: La humildad, contra la soberbia; la generosidad, contra la avaricia; la castidad, contra la lujuria; la paciencia, contra la ira; la templanza, contra la gula; la caridad, contra la envidia; la diligencia, contra la pereza.

Esta comida se distribuye de manera gratuita entre todos aquellos comensales que lo soliciten. Desde luego, los vecinos de la familia que ofrece la “reliquia” saben de antemano que ese la comida estará disponible, porque se trata, no de un evento aislado en el tiempo, sino que se repite año con año como una manda o voto hecho al santo.

Pero la “reliquia” no es solo comida. Siempre va acompañada de un acto litúrgico en familia o en pequeña comunidad de familiares y vecinos e invitados. Ordinariamente implica el rezo de cinco misterios del rosario, con todas sus letanías. Este acto de veneración al santo antecede al reparto de la comida. En muchas ocasiones, una danza de “matachines” (parte de nuestra herencia cultural tlaxcalteca) señala desde temprano el domicilio donde se ofrecerá una “reliquia”. Estos danzantes pueden ser contratados por la familia, o bien, puede tratarse de un grupo de personas que aportan su danza personal como ofrenda al santo en cuestión y en esa casa en particular.

Una vez terminado el rezo, se procede a la distribución de la parte gastronómica de la “reliquia”. La familia y los invitados especiales comen en los platos de la casa; los vecinos que no fueron al rezo pero sí a la distribución de la comida, suelen llevar sus propios platos. Cuando son muchos los solicitantes, forman fila y van pasando frente a las grandes ollas que contienen las sopas y el asado de puerco.

El asado de puerco es un guiso de trozos de carne de puerco (pierna, lomo) cocidos en una salsa hecha a base de chile rojo (chile ancho colorado, poblano seco), tomate y cebolla. Las sopas son de las llamadas “de pasta” y que se sirven secas, no caldosas: fideo, letras, almeja, semilla de melón, etc.

La “reliquia” en su conjunto constituye pues un acto de culto de carácter netamente ético, filantrópico, destinado a servir al ser humano en necesidad. Está muy lejos de la autoflagelación penitencial e individualista con que muchas personas de las clases populares de México creen agradar a la Divinidad, a los santos o a la Virgen. Sin duda hay un gran trasfondo cultural de origen prehispánico en esas actitudes masoquistas, tan dolorosas como estériles, con las cuales la “reliquia” nada tiene que ver.

Es muy interesante que en Torreón, la “reliquia” permanece como una comida o institución de carácter popular. No ha gozado de la aceptación directa o movilidad ascendente que otros platillos y otras prácticas, han tenido.

La celebración y consumo de la “reliquia” pertenece al ámbito del “pueblo”, esta es la percepción de las clases altas y medias de Torreón. Aunque puede suceder que algunas familias pudientes apoyen económicamente a quienes organizan la celebración, estas familias nunca pensarían en adoptar la costumbre para sí. Existe un cierto desdén por lo que tenga sabor popular o de mexicanidad, porque “no viste” socialmente. La tendencia va hacia la valoración de lo extranjero, lo “americano” (por “estadounidense”) y lo elitista.

Así, muchas familias de las clases más desahogadas se reúnen a celebrar y venerar a la advocación alemana de la Virgen rubia de Schoenstadt. Y están en todo su derecho. La religiosidad tiene derecho a manifestarse de acuerdo a posición y cultura, siempre y cuando nadie resulte agredido o lastimado. Y mejor aún si alguien resulta beneficiado, como en el caso de la “reliquia”.

Los torreonenses, al igual que los adolescentes (Torreón es una ciudad adolescente) pensamos que el mundo nació con nosotros. Realmente asumimos que la celebración de la “reliquia” surgió con nosotros por “generación espontánea”.

Pero la realidad es que la “reliquia” no es una institución originaria de Torreón. Estamos ante un caso de difusión cultural por migración. Con la apertura de las líneas de ferrocarril (1884-1888) Torreón quedó sujeto a la migración regional, nacional e internacional, y también a la adopción de las innovaciones tecnológicas o culturales que personas de otros ámbitos pudieran traer consigo. 

Llegaron la energía e iluminación eléctrica, los motores de vapor y de combustión interna, llegaron las modas, y también llegaron nuevas formas de celebración religiosa. Y decimos “nuevas” no porque fueran realmente nuevas, sino porque en la Comarca Lagunera fueron percibidas como nuevas.

En nuestro libro “El País de La Laguna”, mostramos la gran inclinación que tenían las clases populares de origen regional —colonizadoras de Torreón— hacia la celebración cotidiana y familiar de liturgias de origen virreinal: las “acostadas” y “levantadas” de niño, el rezo del rosario, la organización de danzas religiosas, etc. 

La celebración de la “reliquia” añadió elementos nuevos, al incorporar la obligación de preparar y compartir una comida a base de carne de puerco y sopas. La carne de puerco y el pavo o guajolote constituían los ingredientes “de lujo” de las comidas de origen popular.

Así que la “reliquia” era percibida como un verdadero banquete, y el nivel de compromiso que implicaba una obligación anual de este tipo era mayor que la versión regional lagunera, que solamente ofrecía pan dulce. Pero también, para satisfacción de los creyentes que se comprometían a celebrar la “reliquia”, la “gratitud” o la “complacencia” del santo venerado sería mayor. Es decir, la versión zacatecana del culto popular (con su “asado de boda”) podía reemplazar con ventaja la versión regional (solo pan). De ahí la paulatina adopción de esta costumbre.

La “reliquia” llegó a la Comarca Lagunera con los inmigrantes zacatecanos. Sabemos que había cierto flujo de migrantes de aquella región hacia Viesca (entonces San José y Santiago del Álamo) en la era colonial. Pero los que popularizaron la celebración de la “reliquia” en la Comarca Lagunera, fueron los zacatecanos que comenzaron a llegar cuando la Comarca Lagunera y Torreón quedaron conectados con el estado vecino por medio del ferrocarril.

En Zacatecas, la “reliquia” tiene muchos años de existir, tantos que el término “reliquia” zacatecana” es de viejo cuño y se refiere a la celebración religiosa de un santo con un platillo formado por asado de puerco y siete sopas de pasta. A diferencia de lo que ha pasado en Torreón, en Zacatecas la “reliquia” ha sido aceptada por los más altos círculos sociales y hasta existen restaurantes especializados en “reliquia”, como “El Pueblito” en la ciudad de Zacatecas.

La “reliquia” ha sido presentada entre las muestras gastronómicas “Los sabores de la tierra” organizadas por la Universidad Autónoma de Zacatecas. En esta muestra se ha distinguido formalmente entre la “reliquia” de asado y siete sopas, y la “reliquia” de atole de maíz, pinole y pan ranchero, es decir, entre la “reliquia” salada y la dulce. La “reliquia” de asado y siete sopas constituye uno de los platillos tradicionales de inmemorial de Valparaíso y Villa de Cos, en Zacatecas, entre otros lugares de ese estado de la federación.

En conclusión: la Comarca Lagunera ha tenido, desde la era virreinal, múltiples manifestaciones de culto privado. Las danzas, las “acostadas” y “levantadas” del Niño Dios han sido las tradiciones populares de carácter rural que más han pasado al ámbito urbano con los migrantes regionales. Los migrantes zacatecanos aportaron a la cultura religiosa y gastronómica de Torreón y de la Comarca Lagunera, esa forma particular y específica de veneración del santo, la “reliquia”, cuyo aspecto gastronómico consiste de asado de puerco acompañado de las siete sopas de pasta. 

Esta es una forma profundamente bíblica de culto, ya que “dar de comer al hambriento” es quizá la actividad religiosa más altamente valorada por los primeros cristianos (Mt. 25: 35)



lunes, noviembre 18, 2013

A tres años de ser designada Torreón como "Ciudad Heroica".

El Torreón, origen de nuestra ciudad


Hace tres años, el 21 de octubre del 2010, y en el contexto de las celebraciones del Centenario del inicio de la Revolución Mexicana, Torreón fue designado como “Ciudad Heroica” y “Sitio Histórico de Interés Nacional” por la Comisión Dictaminadora de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas. 

¿Cuáles son los méritos de nuestra ciudad para recibir tal distinción?

En el pasado, la población torreonense ha padecido diversas oleadas de violencia. Entre 1850 y 1900, los ataques de indios eran relativamente frecuentes en la Comarca Lagunera. Sin embargo, los momentos más aciagos los vivieron los ciudadanos torreonenses durante la Revolución Mexicana.

El ejército revolucionario Maderista tomó Torreón el 15 de mayo de 1911, causando angustia y sufrimiento a sus habitantes, y de manera particular, a los vecinos de origen chino que fueron cruelmente perseguidos y masacrados por las mencionadas fuerzas Maderistas. 

Como dice el New York Times del 23 de mayo de ese año, Reportes incompletos de las condiciones en Torreón comienzan a llegar a esta ciudad (Nueva York), Describen una situación desesperada. En el mismo sentido va lo dicho por El Criterio del 27 de agosto de 1911, 17 de septiembre y 24 de septiembre del mismo año, así como la transcripción de la orden de aprehensión girada contra los Casiano y Benjamín Argumedo como participantes del genocidio. 

No solamente las penurias que pasaron los chinos locales a raíz de esta toma, sino las de todos los demás torreonenses, le merecerían ambos títulos, de ciudad heroica e histórica. Sin embargo, hay más razones de por medio.

Las ediciones del Imparcial del 9 y 10 de octubre de 1913 y del Demócrata del 30 de septiembre de 1914, atestiguan la magnitud de las luchas entre federales y los revolucionarios de la recién creada División del Norte bajo el mando de Francisco Villa, hechos ocurridos durante el otoño de 1913. La ciudad de Torreón volvió a ser amagada y ocupada, como lo dice el texto hemerográfico del 9 de octubre.

Entre muchos otros, los ejemplares de los diarios El Imparcial del 7 y 11 de abril de 1914, así como del Independiente del 5 de abril de ese año, constituyen evidencia histórica de los combates habidos en Torreón durante su tercera toma revolucionaria, en la primavera de 1914. Torreón se convirtió en un formidable centro militar, y las bajas de la batalla por Torreón fueron las más numerosas de cualquier batalla revolucionaria. Torreón se convirtió en un infierno”, como lo atestiguan dichos diarios. Durante la lucha, nuestra población fue cañoneada por el artillero Felipe Ángeles.

El Nacional del 30 de diciembre de 1916, habla de las fechorías de Francisco Villa y su diezmado ejército en la Comarca Lagunera. De hecho, se trata de la cuarta toma de Torreón, aunque por estar ya distanciado Villa de Carranza, ya no se considera oficialmente una toma revolucionaria” de la ciudad. Torreón y su ciudadanía nuevamente padecieron los embates de la guerra y de la ocupación militar.

Nuevos sufrimientos padecieron los habitantes de Torreón en marzo de 1929, al ser bombardeada la ciudad con artefactos explosivos e incendiarios desde el aire, además de sufrir ametrallamientos contra blancos civiles. Se trataba del alzamiento Escobarista, que se oponía a los planes supra-presidenciales de Plutarco Elías Calles. Estos enfrentamientos constituían las últimas secuelas de la Revolución Mexicana, y a Torreón le tocó en suerte padecerlas, como una Guernica mexicana, toda proporción guardada.

Y si a todo lo anterior se le suma el sufrimiento causado por la violencia y la inseguridad que padece de unos años acá la Comarca Lagunera, encontramos más que ganado a pulso el título para Torreón como "Ciudad Heroica".  

martes, noviembre 12, 2013

Coahuila, Texas y el general López de Santa Anna

El "Señor Santiago" de Viesca, Coahuila

El surgimiento del norte de México en la conciencia nacional es un fenómeno relativamente reciente. La “tierra adentro”  o “provincias del interior, internas” por contraposición a las provincias de la “tierra afuera” eran algo muy poco conocido para los habitantes de las ciudades virreinales: México, Puebla, Valladolid, Guanajuato, San Luis Potosí, Guadalajara, y hasta para Zacatecas, que era algo así como la “frontera” del mundo civilizado.  

Durante siglos, estas “provincias internas” del norte fueron habitadas por colonos españoles, tlaxcaltecas, negros y de diversas etnias indígenas y castas. Se caracterizaban estas tierras por sus difíciles condiciones de existencia, ya que sus poblaciones siempre estaban en peligro de ser atacadas por los indios enemigos. Para fines del siglo XVIII, la Comandancia General de las Provincias Internas constituía prácticamente un virreinato separado de Nueva España, precisamente porque se requerían decisiones administrativas y militares rápidas. De otra manera y dadas las enormes distancias, estas decisiones se dificultarían bajo un sistema centralista. La capital de esta comandancia estuvo en la ciudad de Chihuahua, en el norte-centro de la actual República Mexicana, aunque luego hubo cambios. 

Si este sistema hubiera tenido tiempo para consolidarse, hubiese sido más difícil la penetración de colonos estadounidenses. Pero no fue así. Por diversas circunstancias, la administración de estas provincias norteñas —reducidas a simples gubernaturas— volvió a la persona del virrey en la ciudad de México. Saltillo era la “puerta” de la tierra adentro. 

Existían vínculos mucho más fuertes entre Coahuila y Texas que los que podrían existir entre la ciudad de México y Texas. Realmente están muy poco estudiados aquellos aspectos de la separación de Texas en cuanto fenómeno regional, con independencia de las pretensiones territoriales de los Estados Unidos. ¿Hacia dónde se orientaban las lealtades de los coahuilenses-texanos, y por qué? Esta pregunta aún está por responderse.

Quizá sea poco conocido el hecho de que La Laguna, y particularmente el pueblo de San José y Santiago del Álamo, conocido también como Álamo de Parras (Viesca, Coahuila) tuvo particulares vínculos con la colonización de Texas a finales del siglo XVIII y principios del XIX, con la fundación del histórico fuerte del Álamo (remember the Alamo) y con la guerra de independencia de dicho territorio en 1835-1836.

La Segunda Compañía Volante del Álamo de Parras fue creada en la jurisdicción de Parras (Coahuila) el 1 de febrero de 1784.  Sus soldados fueron reclutados en el pueblo de San José y Santiago del Álamo (Viesca, Coahuila). En 1798 la Compañía fue trasladada a la jurisdicción de Mapimí (Durango), luego a San Gerónimo, cerca de Chihuahua, y provisionalmente, a San Antonio de Béxar (Texas) a donde llegaron con sus familias en 1803. Finalmente, se establecieron en la misión semiabandonada de San Antonio de Valero. Eran más de 200 hombres, mujeres y niños los que se establecieron ahí. 

Desde 1807 comenzó a ser conocida la reconstruida misión como “El Álamo” debido a la compañía volante que lo habitaba. Cuando estalló la guerra separatista de Texas en 1835, los soldados de la compañía volante pelearon tanto del lado mexicano como del lado independentista, según sus intereses y lealtades. Pedro Herrera, Nepomuceno Navarro y Manuel Tarín sirvieron toda la campaña en la Compañía de Texanos de Juan N. Seguín, e incluso pelearon en la batalla de San Jacinto. José Toribio Losoya estuvo entre los muertos de la toma del Álamo. Cuando el ejército mexicano se rindió, el antiguo comandante de la Segunda Compañía Volante del Álamo de Parras, José Francisco Ruiz, estuvo entre aquellos que firmaron la declaración de independencia texana.

Por otra parte, los últimos mexicanos en salir de San Antonio fueron precisamente Castañeda y la Compañía del Álamo de Parras, quienes abandonaron la población cuando Juan Seguín y su compañía de voluntarios texanos llegaron como avanzada del ejército de la nueva república. 

En seguida mostramos el texto de un documento de la época de la guerra de Texas. Este documento  se originó en el obispado de Durango, e iba dirigido principalmente al clero de la diócesis, con el fin de auxiliar al general Santa Anna:
    
“Con f(ec)ha 20 de junio último nos dirigió del Mineral de Canelas el Yl(ustrísi)mo obispo nuestro prelado un oficio cuyo literal tenor es el siguiente:

“Quando p(o)r todas partes se manifiesta justamente conmovida por el fatal suseso de guerra q(u)e ha (h)echo caer prisionero entre los tejanos al Digno Primer Gefe de la República el Ex(elentí)s(i)mo Señor D(o)n Antonio Lópes de Sana Anna; y se apresta de todos modos a dar pruebas reales y efectivas de la cinceridad y pureza de sus sentimientos, cooperando eficasmente a rezarzir esta quiebra del honor nacional, y a procurar al Yl(us)ttre prisionero el recobro de su libertad perdida, debe sin duda la parte del clero aspirar con sus demostraciones a dar ideas claras de q(u)e en tal funesto acaso es muy uno su sentir con el de todos nuestros compatriotas = Procuremos cuanto está al alcanze de los medios pazíficos de nuestro sagrado ministerio, preceder a todos con el ejemplo p(ar)a q(u)e la opinión no se extravíe, y q(u)e nadie vea cosa alguna, ni oiga nada en ningún Ec(lesiásti)co q(u)e le pueda servir de escándalo: empleemos sobre todo p(ar)a ganar a favor de la patria las Divinas Misericordias las armas poderosas del ruego, q(u)e son tan propias de nuestro instituto: Oremos al Señor. A este fin ordeno que en la Santa Yglesia Catedral y en todas las demás Yglesias Seculares y Regulares de la Diócesis se cante cuanto antes una misa solemne de rogación p(o)r los espresados fines de que se avisará anticipadam(en)te al Pueblo p(ar)a su concurrencia; y que a la oración Pro Pace que tengo mandada, se substituya la de Tempore Belli mientras dure la guerra contra los colonos, recomiendo a V.SS. el cuidado de q(u)e esa orden se circule con toda brevedad a las personas q(u)e corresponda p(ar)a su más pronto cumplimiento. = Mas porque esta clase de auxilios aunque llenos de virtud, y aunque ellos por bentura son los más seguros p(ar)a el buen logro de cualquier ardua empreza, nada puede desmerecer con q(u)e los proporcionemos de otra especie q(u)e active y anime visiblemente las providencias del resorte temporal, yo no dudo prometer del buen sentido y patriótico zelo de mis muy caros hermanos los Ec(lesiásti)cos todos de la Diócesis, q(u)e voluntaria y gustosam(en)te cederán alguna parte de sus escasas fortunas p(ar)a el sostén de tan justa causa: poco podrá ser, no lo ignoro, q(u)e soy presencial testigo de la penuria en que muchos viven; pero varias pequeñezes reunidas darán alguna mediana cantidad, que agregándose al resultado de providencias ya dictadas sobre los fondos piadosos, será presentada por V.SS. en clase de donativos, aunque sea p(o)r partes según se proporcione su colectación; y a este fin podrá disponerse q(u)e las ceciones personales se remitan directamente a V.SS. p(o)r los Curas de cada Parroquia, encargándose ellos mismos de hablar a los Ec(lesiásti)cos de su comprehención, q(u)e por otra vía no hayan tal vez adelantado sus donativos”.

Y lo transcribimos a V. p(ar)a que obre sus efectos en ese curato, y esperamos que los donativos q(u)e hagan los Ec(lesiásti)cos residentes en él, los remita V. a este gobierno Ec(lesiásti)co con la brevedad posible. 
Dios guarde a V. m(ucho)s a(ño)s.  Durango Julio 1º de 1836. José Cayetano Salcido. José Eustaquio Fernández. Bernardino Bracho. Sr. Cura de Parras Pbro. Dn. Silvestre Vicente Borjas”.