Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

domingo, mayo 18, 2014

El apellido "Estens" en La Laguna



El apellido Estens es de origen catalán, y hay muy poca información sobre su presencia en La Comarca en los siglos XIX y principios del XX. Entre las primeras familias que encontramos en La Laguna con este apellido, está la conformada por el señor José Antonio Estens y la señora Felícitas Cuevas.  Originalmente residían en la ciudad de Durango, y posteriormente, en Mapimí y en Lerdo. En esta ciudad fue registrada doña Felícitas ya viuda y con 87 años de edad, y algunos de sus hijos, según el censo de población de 1930.

Censo de población. Familia Estens. Imagen cortesía de la Iglesia S.U.D. 

Entre los vástagos de este matrimonio se contaban José Estens Cuevas, nacido hacia 1864; María Dolores Martina Estens Cuevas, bautizada en Mapimí el 27 de junio de 1879;  Margarita Estens Cuevas, nacida hacia 1870; Santiago Estens Cuevas, nacido hacia 1884 y Jesús Jose Francisco Estens Cuevas, bautizado en Lerdo el 5 de julio de 1886.

Los padres del señor José Antonio Estens fueron el señor Santiago Estens y la señora Josefa Carrera. Los padres de la señora Felícitas Cuevas lo fueron Ramón Cuevas y la señora Josefa Ceniceros. 

Desde la década de los novecientos cincuentas, encontramos en Torreón a los hermanos Jaime y Federico Estens como personas muy conocidas y apreciadas.

A continuación, y con motivo de la pasada celebración del Día de las Madres, se transcribe una composición literaria dedicada a las mamás, tal y como se les imaginaba a finales del siglo XIX y principios del XX en la Comarca Lagunera. Se trata de un ejercicio literario que se encuentra escrito en un cuaderno escolar de aquélla época, y que nos dibuja, con grandes pinceladas, la reverencia con que se enseñaba el amor debido a las madres. 


"Ciertamente adorada mamacita, no has pensado en que mi pluma está aún entorpecida para expresar, con exquisito tino y de un modo discreto y elocuente, el inmenso cariño que se siente por estos seres a quien tanto amamos y de quien toda entera es nuestra vida.

Sí, para hablar de las madres es preciso ponernos de rodillas y adorarlas, contemplarlas cual ángeles del cielo en su excelso y grandioso paraíso. Y como a Dios en su divino trono, con profundo respeto venerarlas.

Besar sus frentes límpidas y puras, llegando en nuestro amor hasta el exceso de ofrendarles la fe de nuestras vidas, con ellos nuestra alma en cada beso.

Grabad con sangre exenta de pecado la dulce imagen siempre idolatrada de la mujer que, al darnos la existencia, nos dio con ella la mitad de su alma.

Y aquellas que reposan en la tumba y hayan dejado su misión cumplida, pongámosles las flores que en nuestra alma regaron con el néctar de su vida.

Ya veis, queridos condiscípulos, cuánto vale ese inmenso tesoro incomprendido, ese raudal de amores sacrosantos. Vivas les damos nuestros tiernos besos; muertas, el fuego venturoso en que se inflama el casto amor de su cariño santo".


Y también la noche del día de las madres se jugó en esta ciudad de Torreón el partido "de vuelta" entre Pachuca y Santos Laguna, en la fase de semifinales del torneo de clausura.
Y aunque el marcador parcial del encuentro de vuelta era de 4-2 favor de los guerreros del Santos, el global quedó 4-4, con la ventaja para Pachuca, por haber metido dos goles como visitante en el TSM de esta ciudad.

Una torpeza por parte del portero titular Osvaldo Sánchez, le valió la expulsión de la cancha. Sin su pericia, la meta de los guerreros quedó expuesta en el momento en que más se le necesitaba.

El rumbo del partido pudo fácilmente ser otro, pero los errores se pagan. A juegos calientes, cabeza fría. Es una regla fundamental del futbol mundial, máxime cuando los árbitros no simpatizan con la plaza.




domingo, mayo 11, 2014

Santos solo llegó a semifinales





Anoche se jugó en esta ciudad el partido "de vuelta" entre Pachuca y Santos Laguna, en la fase de semifinales del torneo de clausura. 

Y aunque el marcador parcial de anoche era de 4-2 favor de los guerreros del Santos, el global quedó 4-4, con la ventaja para Pachuca, por haber metido dos goles como visitante en el TMS de esta ciudad. 

Una torpeza por parte del portero titular Osvaldo Sánchez, le valió la expulsión de la cancha. Sin su pericia, la meta de los guerreros quedó expuesta en el momento en que más se le necesitaba.

El rumbo del partido pudo fácilmente ser otro, pero los errores se pagan. A juegos calientes, cabeza fría. Es una regla fundamental. 




viernes, mayo 02, 2014

Don Andrés Eppen Aschenborn



Partida de bautismo de Andrés Eppen Aschenborn



Una de las familias laguneras reconocidas socialmente como de las más antiguas de Torreón, es la de los Eppen y sus descendientes por diversas ramas. El  fundador de este linaje fue don Andrés Guillermo Eppen Aschenborn, quien nació en la ciudad de México el 13 de julio de 1840, hijo legítimo de don Juan Federico Eppen, nacido en Fürth, en Baviera (Bayern) y de doña Carlota Guillermina Aschenborn, nacida en Frankfurt-sobre-el-Oder, ambos inmigrantes de origen Alemán establecidos en la capital de nuestro país. Fueron sus abuelos paternos don Andrés Eppen (también originario de Fürth) y doña Margarita de la Motte, y los maternos, don Enrique Aschenborn y doña Carlota Lehmann, éstos últimos originarios de Frankfurt-sobre-el-Oder. El pequeño Andrés Guillermo Eppen Aschenborn fue bautizado el 16 de agosto de 1840, en la parroquia de San Miguel Arcángel de la ciudad de México. 

Siendo aún joven, Andrés Guillermo vino a la Comarca Lagunera por diversos negocios, y se estableció algún tiempo en Mapimí (Durango) donde conoció a una lagunera que lo cautivó y con la cual contrajo matrimonio ahí mismo el 4 de noviembre de 1871. Se trataba de la señorita Antonia Zúñiga, hija legítima de don Roque Zúñiga y de doña Faustina Estrada. Fue testigo de la boda el hermano del novio, don Esteban Eppen Aschenborn, y los presbíteros firmantes del acta lo fueron Faustino Alvarez y Jesús Vázquez. 

Partida de matrimonio de D. Andrés Eppen y Da. Ma. Antonia Zúñiga

Finalmente, según Eduardo Guerra, Andrés Guillermo Eppen y su familia llegaron al rancho del Torreón y sus alrededores en 1879, a solicitud de la Casa Gutheil. 

Andrés Guillermo y Antonia procrearon una vasta descendencia, entre ellos Jesús Eppen Zúñiga, Guadalupe Eppen Zúñiga, María Juana de los Remedios Eppen Zúñiga, María Eppen Zúñiga, Margarita Eppen Zúñiga, que casaría con Saturnino L. Lozano Guerrero el 10 de agosto de 1878 en San Fernando, entonces jurisdicción de Mapimí, actualmente ciudad Lerdo (Durango). 

De estos troncos surgieron multitud de retoños que han venido a constituir familias tan conocidas como respetables. En el caso particular de María Eppen Zúñiga, comentaremos que casó con Julián Lack Brunner, inmigrante suizo de familia afincada en Solothurn durante siglos, con quien engendró a Julián Federico Lack Eppen, quien nació en Torreón el 22 de junio de 1896, y que fue bautizado el 22 de julio de 1897 en la ya entonces parroquia de Guadalupe. 

Partida de bautismo de Julián Federico Lack Eppen

Fue su madrina doña Juana Eppen de Gutiérrez. Hermana completa de Julián Federico lo fue doña Guillermina Lack Eppen.  

Guillermina casó con Alfredo de la Parra, y de este matrimonio nacieron Alfredo de la Parra Lack y María Estela de la Parra Lack, personas muy conocidas y estimadas en la Comarca Lagunera. 

Julián Lack Eppen casó con María Encarnación Esparza, y tuvieron por hijas a Concepción Lack Esparza y a Rosa Lack Esparza, las dos muy conocidas por su gran calidad humana e interés por el conocimiento. 

Como un dato adicional, mencionaré que doña Guillermina Lack Eppen contaba y establecía el origen de los Eppen, como prusianos de Silesia, gente extremadamente distinguida del estamento nobiliario del Antiguo Régimen. La familia de la Motte, decía doña Guillermina, tenía su raíz en la aristocracia emigrada de Francia hacia Alemania durante la Revolución Francesa. Los Aschenborn, cuyo apellido significaba “nacido de sus cenizas” y que era una clara referencia al mítico Fénix, tenían vínculos de sangre con las principales familias prusianas.