Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

lunes, marzo 31, 2008

Metropolitanidad sin autonomía





Resulta un poco extraño que, de acuerdo a un documento publicado por el Diario Oficial de la Federación, los alcaldes de la Zona Metropolitana de La Laguna tendrán voz, pero no voto para elegir los proyectos que beneficien la región, ejercer los fondos y dar seguimiento a los mismos.

De acuerdo a dicho documento, son el Gobernador de Coahuila y el Gobierno Federal quienes tendrán el derecho de voto para elección de los proyectos.

Si efectivamente así estarán las cosas, van a ser necesarias la mejor voluntad política y la capacidad de gestión de los gobiernos estatal y municipal para que seamos los ciudadanos laguneros los que salgamos ganando con la implementación de los proyectos idóneos para nuestras necesidades colectivas.

miércoles, marzo 26, 2008

Las salinas de Viesca en 1605


Laguna de Viesca, mal llamada "de Parras" en el mapa

Una Real Cédula expedida en Valladolid (España) del tres de julio de 1603 solicitaba se informase o averiguase sobre las salinas que se explotaban por entonces en el territorio de la Gobernación de la Nueva Vizcaya, es decir, en el territorio de lo que actualmente conocemos como estados de Durango, Chihuahua, sur de Coahuila, Sonora y Sinaloa. La respuesta que a esta Real Cédula dio el entonces gobernador Francisco de Urdiñola, está fechada en la Nueva Vizcaya el 26 de abril de 1605, y menciona algunos datos interesantes para la historia de la Comarca Lagunera, y de manera particular, para la del municipio de Viesca, Coahuila.

La mayor parte de la sal que se producía por entonces se utilizaba para el beneficio de la plata. El método de la amalgama del mineral argentífero con el mercurio o azogue, requería cloruro de sodio durante el proceso.

El documento menciona las salinas de Chiametla, Piaztla y Mazatlán, en el Pacífico. Y en la misma costa, en la provincia de Sinaloa, había lugares donde la naturaleza acumulaba grandes cantidades de sal de manera espontánea. Se menciona asimismo la salina del Casco, en una gran laguna, bajando la sierra hacia Santa Bárbara.

De las salinas de Chiametla se obtenían entre seis y siete mil fanegas al año, la cual se vendía en los almacenes reales a un peso de ocho reales cada fanega. Esta cantidad de fanegas correspondía a la demanda de los once o doce reales de minas que había en la Gobernación de la Nueva Galicia, y de algunas minas de Maloya, Pánuco, Topia, San Andrés, Guanaceví y haciendas de Juan Guerra, en la Nueva Vizcaya.

Dice el texto:

“Hay también una salina ahora nuevamente descubierta por Juan Guerra de Reza, (minero de la Gobernación) que llaman de “Home” en lengua de los naturales, la que cae cerca de la laguna grande que llaman “de las Parras”…"y aunque en esta salina hay disposición para coger la sal que quisieren hasta en cantidad de cien mil fanegas en buenos años, no se beneficia ni coge porque no se gasta más cantidad de las dichas siete mil fanegas, y sería la costa y trabajo sin algún efecto”.

Las salinas que en 1605 eran llamadas “de Home” eran las que conocemos como salinas de Viesca, Coahuila. Sin duda alguna, en 1605 tenía una enorme reserva de sal, pues las salinas de Chiametla, en el Pacífico, producían siete mil fanegas de sal al año cuando las de Home podían producir cien mil fanegas en el mismo plazo. Y si no las producían, era porque estaba saturado el mercado. La demanda de sal estaba satisfecha por entonces con la sal de Chiametla.

Y continúa la respuesta a la Real Cédula:

“En la salina nueva que llaman “de Home”, de que por mi orden se tomó posesión en nombre de vuestra majestad, tampoco hay beneficio [que] a sido pagado, aunque Juan Guerra de Reza, que la descubrió, comenzó a aprovecharse de ella para el beneficio de sus haciendas con licencia de mis antecesores, y sin pagar por ella nada, y abrió caminos para acarrearla. Después de la publicación de esta Cédula de vuestra majestad, ha cesado en ello. Y esta salina es también laguna que tiene como cuatro o cinco leguas de circuito, y de ancho como legua y media, en la cual se puede beneficiar mucha, según muestra la experiencia de la poca sal que se ha beneficiado por el dicho Juan Guerra, si hubiese salida y gasto para ella, que hasta ahora no la hay, por caer tan apartada de las haciendas de minas de esta Gobernación, y de las de Sombrerete y Zacatecas, que son las de la Galicia, que se proveen de las salinas de Zacatecas. Y si de estas (de Home) hubiesen de proveer sus haciendas, les costarían más los fletes que los que ahora pagan. Y por esta razón, no se usa de ellas”.

Juan Guerra de Reza, quien le dio su nombre a las aguas de Viesca, fue uno de los primeros empresarios mineros de la Comarca Lagunera. Sabemos que ya en 1595 utilizaba el mercurio para sus minas, y que lo pagaba en la Real Caja de Guadiana.

Por lo que se refiere a la Laguna de Viesca, mencionada en el documento, se nos dan las dimensiones aproximadas en 1605. “Cuatro o cinco leguas de circuito” serían 16 o 20 kilómetros de perímetro, mientras que “legua y media de ancho” serían 6 kilómetros de diámetro.

Un último dato: el 13 de enero de 1629, los tlaxcaltecas del pueblo de San Esteban, junto a Saltillo, obtuvieron licencia y facultad del gobernador de la Nueva Vizcaya para extraer sal de las salinas de Home.

domingo, marzo 23, 2008

Domingo de Pascua


Pantocrátor de la iglesia ortodoxa de San Jorge, New Port Richey.

De acuerdo a la teología cristiana, la resurrección de Jesús tiene profundas implicaciones. Significa que Cristo murió en la cruz, pero no por sus propias culpas, sino por las de los creyentes. Y la prueba es que, una vez cumplida la misión al morir Jesús en lugar de otros, Dios le resucitó de entre los muertos (cosa que no haría por un pecador) y lo glorificó, poniendo la creación entera a sus pies.

Según San Pablo, el apóstol de los no judíos, si Jesús no hubiera resucitado, entonces significaría que no hubo sacrificio sustitutivo, los hechos se reducirían a la simple ejecución romana de un reo que fue aniquilado en la cruz. Sin la resurrección, diría Pablo, “vana sería nuestra fe”.

Es por esta razón que la pascua de resurrección tiene capital importancia en el calendario religioso cristiano. Sin embargo, no siempre hay una consciencia clara del significado de la crucifixión. A lo largo de la historia, se han escenificado crucifixiones que se centran más en la representación del sufrimiento de Jesús, que en las consecuencias de tal sacrificio.

En México, es famosa la representación de la pasión en Iztapalapa. El fenómeno de Iztapalapa es muy interesante, porque ahí se yuxtaponen dos tradiciones teológicas. Antes de la llegada del cristianismo, los mexica celebraban en el Cerro de la Estrella el sacrificio humano que permitía que continuara la vida en el mundo conocido. Efectivamente, se trataba de la fiesta del “Fuego Nuevo”, que se celebraba cada 52 años solares. Todo fuego se apagaba en el Valle de México, y en la noche, cuando las Pléyades llegaban al cenit, los “mensajeros sagrados” eran sacrificados, y en sus pechos se encendía un nuevo fuego, el cual se repartía entre todas las poblaciones del valle. Así comenzaba un nuevo “siglo”, un nuevo período de vida.

Con la llegada de la nueva fe, la vieja costumbre desapareció. Pero comenzó a representarse, también en Iztapalapa, la historia de otro mensajero divino que se sacrificó a sí mismo para que la humanidad tuviera vida y luz. Esta representación, en su versión moderna, comenzó en 1843.

Por lo que se refiere a la Comarca Lagunera, los misioneros dejaron constancia escrita de que los indígenas aborígenes ya hacían representaciones de la pasión en 1603:

“Los mozos se han ya ladinizado [castellanizado] y acuden de buena gana a la iglesia, con cuyo ejemplo los viejos van ya entrando en las obligaciones de nuestra Santa Fe Cristiana, de los cuales algunos se azotan la cuaresma a vueltas de los mozos, que con mucha devoción alaban los oficios de la semana santa, haciendo pasiones de sangre a uso de los mexicanos [mexica] y españoles”.[i]

En los tiempos actuales, prácticamente cada ciudad lagunera cuenta con una o más representaciones de la pasión de Jesús. En el caso de Torreón, la más famosa es la de nuestra Acrópolis de las Noas (acrópolis, ciudad alta). Según algunos registros, lleva más de 30 años de escenificaciones, con una concurrencia de más de treinta mil espectadores.

[i] Corona Páez: “Apuntes sobre la educación jesuita en La Laguna: 1594 – 2007”, UIA Torreón, 2008, pp. 81, 82.

viernes, marzo 21, 2008

Viernes santo



Desde el domingo pasado se levantó un fuerte viento que duró casi 48, en algunos lugares hasta 72 horas. En Monterrey alcanzó velocidades de 100 kilómetros por hora, causando allá daños en las redes eléctricas, apagones, incendios y saqueo por parte de algunos que aprovecharon la coyuntura. En Monterrey le llamaron a este fenómeno “huracán sin lluvia”

En Torreón, aunque hubo los destrozos usuales de cualquier tolvanera fuerte, no pasó a mayores. No dejó de ser algo extraño que el viento soplara por días. Lo que sí resultó muy notorio, fue el descenso de la temperatura que ocasionó este fuerte viento que venía del norte.

En Torreón es tradicional que el viernes santo haya mal tiempo, y particularmente, tolvanera. Por lo que se refiere al ambiente citadino, pareciera que es mucha más la gente que salió de la ciudad que la que llegó. Torreón se encuentra tranquilo, hay poco flujo de automóviles en las calles, y hasta los cafés, ordinariamente llenos, están bastante desahogados.

Muchos torreonenses se encuentran apegados a sus costumbres religiosas. Hay mucha gente que los jueves todavía hace las visitas a los siete templos. Eso sí, lo hace en familia. Quizá sea una expresión piadosa de solidaridad familiar.

Por otra parte, existe también un gran número de personas que se encuentran alejadas de todo aquello que suene a religión. Se sienten profundamente decepcionadas de la fe institucional, o para expresarlo de manera precisa, del clero, sea católico o protestante. Por esta razón, ponen su mirada en otras cosas, como las ceremonias de “purificación” que hacen coincidir con el equinoccio (hoy es 21 de marzo). Otros siguen la doctrina de los lamas tibetanos, la dianética, el feng shui, y mil cosas más.

Pero los creyentes católicos siguen con fervor los ritos correspondientes al viernes santo: el vía crucis (televisado desde Roma, o presencialmente, en el Cerro de las Noas), las “siete palabras” en los templos, o la “procesión del silencio”.

Los protestantes comarcanos, lejos de considerar que el viernes santo sea un día triste, lo celebran con alegría y gratitud. En su teología, la cruz fue el precio para la liberación y bendición de muchos.

Los judíos laguneros celebran la fiesta de “Purim” que es la fiesta de la reina Esther y de la liberación que el pueblo hebreo obtuvo por su medio. La pascua judía (Pésaj) será celebrada hasta el 20 de abril, es decir, en la próxima luna llena. El calendario festivo judío se basa en el calendario lunar. El Seder de Pésaj es celebrado el 14 del mes de Nisán, siempre con luna llena.

lunes, marzo 17, 2008

"Emofobia"



Los jóvenes de la Comarca Lagunera, particularmente los de Torreón, dieron al resto del país ejemplo de solidaridad y respeto ciudadano cuando fueron convocados vía Internet a reunirse en cierto punto de la ciudad para salir a golpear a los “emos” de la región. No hubo joven que acudiera al llamado para ejercer la injustificada agresión contra los representantes de esta moda.

A diferencia de lo que sucedió recientemente en Puebla, Querétaro y Durango, los jóvenes laguneros permanecieron ajenos a la violencia organizada por medios virtuales. La juventud torreonense rechazó la manipulación que busca crear climas de agresión y desorden ciudadano.

La moda “emo” (de “emotional...”) se caracteriza, antes que nada, por la ausencia de violencia. Los miembros de este movimiento juvenil son pacifistas convencidos, cultos, ecologistas, sensibles (de ahí lo de “emocional”) y bastante sociables.

Sin embargo, organizar brigadas de ataque contra los emos también es una moda que viene de los Estados Unidos. Pero esta es una moda agresiva y muy destructiva. No tiene más fin que atacar a quienes ordinariamente no se defienden (los emos).

Finalmente, la moda, mientras no dañe a terceros, es un derecho de cualquier ciudadano. No podemos criticar a los jóvenes por asumir los elementos de una moda, excepto cuando ésta es destructiva o agrede a terceros. Quien ataque u organice ataques contra sus conciudadanos porque éstos “no son agresivos”, porque “no se defienden” o porque “les caen mal”, ésos deben recibir todo el peso de la ley. Ya decía el inolvidable presidente Juárez, que “el respeto al derecho ajeno, es la paz”.

domingo, marzo 16, 2008

Inicia la semana mayor





Como en cualquier otra mañana de domingo del año, la Plaza de Armas de Torreón se encontraba convertida hoy en paseo de las clases populares. En la medida en que comienzan los primeros calores continuos de la temporada, en esa medida la plaza es apetecida como lugar fresco, sombreado y lleno del agua de las fuentes, que esparcen su rocío para diversión de los niños y goce de los adultos.

La plaza albergaba una exposición de artesanías de Oaxaca, con un sonido ambiental que arrojaba al aire las notas, entre festivas y melancólicas, de una grabación de flautas peruanas interpretando viejos temas musicales. Los limpiabotas (llamados aquí “boleros”), activos como siempre, ofreciendo a los transeúntes la limpieza del calzado por unos módicos pesos.

Estaba estacionada por ahí una pequeña manifestación ciudadana, si bien no alcancé a ver cuál era el propósito de la misma. Solo pude ver que una señora se enfrentaba abiertamente y a gritos contra un hombre que le duplicaba la estatura, en aparente y abierto desacuerdo.

En otras ocasiones he visto predicadores protestantes que anuncian las maravillas de la salvación y los horrores del infierno, de la condenación y del fin del mundo. Otros predicadores, menos “cristianos” pero más compasivos, enseñan a la gente a orar, mientras refieren sus propios testimonios de vida.

Por las tardes me ha tocado ver a los señores y señoras de la tercera edad que se beben, en medio de un anacrónico danzón, las últimas gotas de alegría que les ofrece la vida. En fin, este domingo de ramos es como cualquier otro domingo del año.

miércoles, marzo 12, 2008

La mutación de la economía torreonense 1884-1900


Hilandera La Fe de Torreón. Fondo Praxedis de la Peña, CIH, UIA-Laguna.
En la actualidad, Torreón es la principal y más reciente ciudad de una zona metropolitana que abarca tres poblaciones situadas en dos estados diferentes. Estas poblaciones son Lerdo y Gómez Palacio, en el Estado de Durango, y Torreón, en Coahuila.

Torreón surgió a la vida como un simple rancho hacia 1850. Posteriormente creció en importancia y superficie hasta convertirse en hacienda. Quizá su primera mutación importante —digo mutación porque el cambio no tuvo un origen evolutivo— consistió en convertirse en estación de ferrocarril en 1884.

Con el ferrocarril, llegaron desde los Estados Unidos nuevas formas artificiales de energía motriz, como lo eran el vapor, la electricidad, y el motor de explosión. Esto, más el cruce de dos importantes líneas de ferrocarril en 1888, el “Central Mexicano” y el “Internacional Mexicano”, convirtieron el área de la Hacienda del Torreón, primero en zona de almacenamiento de bienes para su transporte y distribución, y posteriormente, en zona de producción fabril. Este fue un gran cambio, la transformación de una zona rural con economía agropecuaria en una creciente población urbana y fabril con economía industrial. Las fábricas atrajeron obreros que, con sus familias, comenzaron a acrecentar la población urbana.

Los productores laguneros de algodón comprendieron las ventajas de ubicar sus bodegas y oficinas —y posteriormente sus fábricas de hilados, tejidos, aceite, jabón, etc.— en la naciente y bien comunicada población, que además fue declarada zona exenta de impuestos por el gobierno del Estado, con el objeto de hacer más atractiva la inversión en este lugar.

Con una creciente población urbana a causa de la cada vez mayor oferta de trabajo en la industria y su correlativa producción y consumo de bienes y servicios, Torreón pasó de “congregación” a “villa” en 1893, y luego de villa a ciudad el 15 de septiembre de 1907.

El fuerte impulso que Torreón adquirió antes de la fundación de su municipio en 1893, no le vino como una consecuencia de su importancia como hacienda productora de algodón, que era limitada, sino de las ventajas que ofrecía para los productores de toda la Comarca Lagunera, particularmente la de Coahuila, a saber: su conveniente ubicación, su ferropuerto y su exención de impuestos.

Para sustentar adecuadamente estas afirmaciones, presentamos a continuación un artículo de José Agustín de Escudero, publicado en el periódico lerdense “La América Independiente”[1] el 16 de diciembre de 1900.

“Lerdo y el Torreón. Nuestras predicciones estampadas en otro estudio comparativo que hicimos hace algún tiempo entre esta naciente Ciudad de Lerdo de Tejada y la vecina Villa del Torreón, y que fue publicado en “La Evolución” de Durango, se han venido cumpliendo al pie de la letra, y hasta los más miopes ven el inmenso y siempre creciente progreso del Torreón, que ha absorvido ya todo nuestro antiguo comercio y el decaimiento bien notable en que se encuentra la hermosa “Perla de La Laguna”.

El último censo del 28 de octubre ha venido a comprobar nuestras aserciones, con sus cifras oficiales.

En el censo de 1895, apenas contaba Torreón 3,969 habitantes; y hoy cuenta con la enorme cifra de 15,342, de los cuales 7,345 son hombres, y 7,997 son mujeres; resultando una mayoría de 652 con favor de los primeros.

Es de notarse el crecimiento de su población en los cinco años transcurridos, correspondiendo a 2,271 por cada año.

El Torreón tiene hoy 7,508 habitantes más que Lerdo, cuya población es de 7,831, siendo casi el doble que la de ésta última.

Gómez Palacio tiene 7,706 habitantes, y el Torreón tiene una mayoría de 7,636.

Lerdo y Gómez Palacio juntos, cuentan con una población de 15,540 habitantes, excediendo a la del Torreón en solo 197; pudiendo muy bien decirse que ésta última cuenta en su seno el mismo número de personas que Lerdo y Gómez Palacio juntas.

El área total de la Villa del Torreón mide actualmente 190 hectáreas, en las que se cuentan 2,733 casas. Su altura sobre el nivel del mar es de 1,101 metros. Allí está la animación, el movimiento industrial y comercial, la vida y la riqueza; en tanto que en Lerdo, solo se nota el silencio, el decaimiento y la falta completa de trabajo y del comercio, que ha quedado reducido a una minoría insignificante en todo sentido.

Con respecto a la industria, no hay punto de comparación entre Lerdo y el Torreón. Gómez Palacio, que cuenta con sus grandes fábricas “La Esperanza” y “La Amistad”, no puede tampoco competir con el Torreón, que tiene las siguientes:”

FABRICAS. CAPITAL. OPERARIOS

“La Fé” (Hilados y Tejidos). Capital: $ 1,000,000. Operarios: 500

“La Unión” (Aceites y Jabones). Capital: $ 1,000,000. Operarios: 200.

“La Constancia” (Hilados y Tejidos). Capital: $ 480,000. Operarios: 300.

“La Laguna” (Artefactos de Ixtle). Capital: $ 200,000. Operarios: 100.

Fábrica de Cerveza. Capital: $ 150,000. Operarios: 31.

Fábrica de Ladrillos. Capital: $ 100,000. Operarios: 150.

Fundición de Fierro. Capital: $ 60,000. Operarios: 45.

Fábrica de Cerillos. Capital: $ 20,000. Operarios: 69.

Fábrica de Muebles. Capital: $ 10,000. Operarios: 18.

Fábrica de Artefactos de Madera. Capital: $ 10,000. Operarios: 15.

Fábrica Gaseosas y Dulces. Capital: $ 10,000. Operarios: 20.

Suma total: Capitales $ 3,010,000. Operarios 1,448

“Añadiendo a esta suma $ 2,500,000 que es el capital social de la “Compañía Metalúrgica del Torreón”, tenemos un capital industrial de $ 5,540,000; y contando con los pequeños capitales de otras varias industrias, bien alcanzan a la enorme cifra de ¡seis millones de pesos fuertes en efectivo!

En el Torreón se ve palmariamente la prosperidad y el engrandecimiento de las obras materiales, porque todos sus productos se emplean en el beneficio común de la población.

El Municipio no tiene deuda alguna, y no obstante que allí no hay impuestos municipales, los ingresos del último año (1899) ascendieron a $ 48, 802.56 y los egresos a $ 48, 512.70 quedando un sobrante de $ 289.86.

Al movimiento de aquella grandiosa ciudad que se levanta orgullosa frente a Lerdo con sus elegantes edificios, sus plazas, sus jardines, su industria y su comercio, superior en todo sentido; hay que añadir el de los ferrocarriles, tanto el Central Mexicano como el Internacional; contándose diez y seis trenes que entran y salen diariamente, trayendo y llevando un número considerable de pasajeros que aumenta constantemente una población flotante, beneficiando al comercio.

La Compañía de ferrocarril Central, tiene a su servicio en la Estación del Torreón, 312 personas y 159 la del Internacional, que hacen un aumento de 471 habitantes; los que unidos a la cifra del censo, dan un total de 15, 813; contando todo el Municipio de Viesca, 49, 765; y como todo el Partido de Lerdo dio una cifra de 41, 971, es evidente que aquél supera a éste, en ¡ 7, 791 habitantes ¡

No hay punto de comparación entre Lerdo y el Torreón, a quien hemos visto superarle como por encanto y levantarse majestuosamente en breves años, de una manera bien notable; lleno de vida y de progreso, llevándose la supremacía sobre todas las poblaciones de la Laguna.

El Torreón es hoy el centro del comercio, de la industria, del trabajo y de la riqueza, debido a la unión de sus pacíficos y laboriosos moradores y a la decidida protección y patriotismo del actual gobernante del vecino Estado de Coahuila, que ha sabido dignamente impulsarlo a su sólido y positivo engrandecimiento”.

Una vez revisado el anterior testimonio, resumimos diciendo que el creciente fenómeno económico y social torreonense, alentó grandemente la inmigración regional, nacional e internacional. Con esto y con la suma de los factores arriba mencionados, Torreón se convirtió rápidamente en una ciudad próspera, de carácter empresarial, abierta a la innovación, siempre alerta a las necesidades de los mercados nacionales e internacionales. Nuestra ciudad siempre ha sido, y es, una ciudad de vanguardia.

[1] “La América Independiente”. Periódico destinado a la defensa de los intereses mexicanos”. Ciudad Lerdo de Tejada, Durango, 16 de diciembre de 1900. No. 104. Colección Hemerográfica “Agustín Escudero” del Museo Regional de La Laguna.

martes, marzo 11, 2008

La vivienda lacustre lagunera


Cortesía del Archivo Municipal de Torreón. La laguna grande en un mapa moderno (Wolf).

De acuerdo a las declaraciones escritas por los misioneros jesuitas entre 1594 y 1609, la “nasa” era un artefacto notable de la cultura material y de la economía de los indios laguneros. Pero mencionan otro que representaba una adaptación al medio lacustre en que vivían los aborígenes, particularmente los que habitaban la laguna grande, conocida posteriormente como “Laguna de Parras”, “de San Pedro”, o “de Mayrán”.

Se trata de la “naboya” o “neboya”, la balsa o plataforma fabricada con tules amarrados fuertemente con cordeles, y cubierta de tierra. Sobre estas balsas, los laguneros construian sus chozas y se deslizaban tranquilamente en las aguas del Río Nazas o en las de la laguna grande. Puesto que en ciertas épocas del año, las aguas del río y de esta laguna disminuían y se concentraba en determinados rumbos, el aborigen que construía y habitaba estas balsas siempre aprovechaba el agua y la pesca, sin tener que caminar ni exponerse al ataque de animales o de otros grupos humanos en tierra firme. Este logro en la historia de la vivienda aborígen lagunera representaba un paso adelante en la seguridad de su existencia cotidiana.

Sobre este punto, escribieron los primeros misioneros jesuitas que avistaron la laguna en 1594 que

“como no es la corriente del Río perpetua, se seca en partes y así, los que viven en ella son forçados a seguir el agua quando se les aleja y mudan sus puestos dos y tres veces al año, según las crecientes y menguantes, aunq[ue] algunos, por no mudarse, hacen unas grandes balsas que llaman neboyas de tule, y hechándoles encima tierra, arman en ellas sus casillas y permanecen hasta que el agua mengua”.

En 1603, el misionero jesuita Francisco de Arista pasó del pueblo de San Juan de Casta (actualmente León Guzmán, Dgo.) al de San Pedro de la Laguna, y luego, con cierta cantidad de gentes aborígenes, a una isleta no muy lejana

“y allí congregó la demás que por toda la laguna estaba derramada y llámase S. Joseph de la laguna . Adonde los visita con más comodidad por aver hallado mejores entradas usando en las crescientes de algunas pequeñas naboyas que son unos manojos de tule apretados reciam[en]te con cordeles […]”.

lunes, marzo 10, 2008

Novedad editorial del Instituto Mora



Historiar una ciudad como Torreón, población que aparentemente no cuenta con mucha historia propia, pudiera parecer algo sencillo. La perspectiva cambia cuando consideramos que Torreón resultó ser la respuesta a una imperiosa necesidad económica de los productores laguneros del siglo XIX. Y aunque el cruce de vías en 1888 marca el momento en que estos productores algodoneros de La Laguna quedaron en posibilidad de enviar sus existencias al centro del país de una manera rápida, económica y eficiente, la historia económica de La Laguna no comenzó en 1888. Torreón es solamente un “texto” dentro un contexto espacial y temporal mucho más amplio.

Es inevitable tener que reconocer que Torreón surgió a la existencia gracias a los capitales acumulados por los vitivinicultores parrenses. Para mayor referencia, Torreón no habría existido sin el apoyo que, doña Luisa Ibarra, esposa y socia capitalista de Leonardo Zuloaga, le brindó a su marido. Doña Luisa era dueña, por derecho propio, de una gran fortuna que heredó de sus padres, y que provenía de la elaboración de los aguardientes de uva de la Hacienda de San Lorenzo de Parras. Esta hacienda contaba entonces con un mercado nacional bien documentado. Parte de estos capitales vitivinícolas se invirtieron en 1848, con la compra de la Hacienda de San Lorenzo de La Laguna, en la cual el matrimonio fundó el Rancho del Torreón hacia 1850.

La economía también cuenta con procesos de larga duración, y el caso de nuestra ciudad resulta ser el más reciente de una serie de éxitos laguneros que se remontan hasta el siglo XVII. Esta economía regional de los cultivos comerciales abarca la vid, siglos XVII al XX; algodón, siglos XVIII, XIX y XX; el gauyule, que aunque no era propiamente un cultivo, era una planta de valor económico que redituó mucho a finales del siglo XIX y principios del XX; mencionaremos también la alfalfa (forraje) en el siglo XX y XXI, que ha sido fundamental en la producción de la leche y sus derivados, con mercados nacionales.

Sobre esta línea económica de la larga duración, diremos que recientemente fue dado a conocer un nuevo libro colectivo con textos de carácter científico-social. El libro fue coordinado por el Dr. Ernest Sánchez Santiro, y lleva como título “Cruda realidad. Producción, consumo y fiscalidad de las bebidas alcohólicas en México y América Latina, siglos XVII-XX”. El sello es del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, en su colección “Historia económica”.

El libro consta de una colección antológica de textos correspondientes a las Memorias del Segundo Congreso de Historia Económica, auspiciado por la Asociación Mexicana de Historia Económica, A.C. y la Facultad de Economía de la UNAM. El noveno simposium de este congreso celebrado en la ciudad de México, llevaba por nombre “Las bebidas alcohólicas, siglos XVIII-XX: producción, consumo y fiscalidad”.

El artículo con el que inicia este libro (páginas 21 a la 42) corresponde a la investigación y pluma de este cronista, y lleva por título “La producción y consumo de los vinos y aguardientes legítimos de Nueva Vizcaya, siglos XVII y XVIII”.

En su introducción general al libro, página 10, el Dr. Sánchez Santiro dice sobre este texto:

“La exposición sobre las bebidas alcohólicas en México se inicia con el trabajo de Sergio Antonio Corona Páez sobre la producción de vino y aguardientes de uva en Nueva Vizcaya durante los siglos XVII y XVIII.

El autor manifiesta cómo la inexistencia de estudios que expliquen los antecedentes legales, la naturaleza y la magnitud de la producción vitivinícola de la zona de Parras ha creado un vacío que tiende a ser llenado con suposiciones erróneas.

Una de ellas radica en considerar que el déficit en la oferta de aguardiente por parte de los productores peninsulares se llenó, casi en exclusiva, con la producción local de bebidas “ilegítimas”, básicamente el aguardiente de caña (conocido como chinguirito) y los diversos mezcales, siendo muy escasa la producción novohispana de vinos y aguardientes de uva.

El trabajo de Corona Páez pone de manifiesto que la dimensión productiva y mercantil del vino y del aguardiente de uva del noreste novohispano fue muy superior a lo conocido hasta ahora, debido, entre otras cosas, a los privilegios fiscales de que disfrutaron los productores de Nueva Vizcaya, los cuales fueron otorgados por la corona como mecanismos compensatorios para consolidar la colonización del septentrión del virreinato de Nueva España”.

domingo, marzo 09, 2008

Nuevo libro sobre la Comarca Lagunera



Recientemente, la Universidad Iberoamericana Laguna ha publicado el libro que lleva por nombre “Apuntes sobre la educación jesuita en La Laguna: 1594 – 2007”, de la autoría de este Cronista Oficial de Torreón.

Este es un texto que festeja el vigésimo quinto aniversario de la Universidad Iberoamericana Laguna de la manera que mejor puede hacerlo el Centro de Investigaciones Históricas de la misma, es decir, a través de una investigación documental.

Con la contundencia que aportan los documentos de diversa procedencia y que se remontan hasta el siglo XVI, algunos de ellos conocidos solo a través de fragmentos y otros de nuevo descubrimiento, se muestra la decisiva intervención de Felipe II, de los virreyes de Nueva España, del obispo de Guadalajara y de la Compañía de Jesús en la creación y consolidación jurídica y cultural de lo que ahora conocemos como Comarca Lagunera. Como medio de contraste se mencionan, de manera sinóptica, la naturaleza, actividades y resultados del proyecto misionero jesuita del Paraguay.

Este libro pone en perspectiva, quizá por primera vez, la acción de la Compañía de Jesús como forjadora de la “occidentalidad” e identidad lagunera. La delimitación de la “Provincia de La Laguna” en 1594, la correspondiente creación de su alcaldía mayor con tres partidos a partir de 1598, la evangelización y aculturación de los aborígenes, la educación formal a través de “seminarios de nativos” y del Colegio de Parras hasta llegar a la UIA-Laguna como institución de educación superior de corte humanístico, todas estas etapas se incluyen en el nuevo libro.
Próximamente de darán a conocer la fecha y lugar de su presentación.

viernes, marzo 07, 2008

Encuentro de Escritores Coahuilenses


A las once horas de hoy fueron inaugurados en el Teatro Martínez de nuestra ciudad, los trabajos del “Encuentro de Escritores Coahuilenses”. Para llevar a cabo este evento de dos días de duración (siete y ocho de marzo) se contó con el apoyo del patronato del Teatro Martínez, y del Instituto Coahuilense de Cultura.

El objetivo de este encuentro es el acopio y publicación de participaciones que aborden el análisis y la reflexión de la problemática relacionada con la literatura y los literatos, escritores o creadores coahuilenses.

Para ello, se contará con una muestra de 22 intervenciones sobre temas relacionados con dicha problemática.

martes, marzo 04, 2008

Comida con el Gobernador de Coahuila







La semana pasada recibí una atenta invitación de parte del gobernador del Estado, profesor Humberto Moreira Valdés, para asistir a un banquete que sería a la vez reunión de los 38 cronistas oficiales de Coahuila, es decir, uno por cada municipio.

Según la invitación, la comida se llevaría a cabo en el Salón Gobernadores del Palacio de Gobierno de Saltillo, el lunes 3 de marzo a las 14 horas.

Como era de esperarse, acudí a la cita. En el patio del palacio pude saludar a todos, o a casi todos, los colegas cronistas oficiales de Coahuila, comenzando por el profesor Matías Rodríguez Chihuahua, actual presidente de la Asociación de Cronistas de Coahuila; al MVZ José Alberto Galindo Galindo, Cronista de Zaragoza y vicepresidente de la Asociación; al Lic. Armando Fuentes Aguirre, Cronista de Saltillo, al Lic. Javier Villarreal Lozano, Coordinador de Festejos del Bicentenario, y muchos otros colegas.

A las 14 horas en punto, fuimos invitados a pasar al Salón Gobernadores, en el cual se encontraba ya todo dispuesto, con mesas numeradas y personalizadores, de tal manera que cada invitado supiera cuál era su mesa y lugar.

Fue una sorpresa descubrir que se trataba de una comida políticamente muy formal, ya que además de los 38 cronistas invitados, se encontraban presentes once de los secretarios del gabinete del gobernador Humberto Moreira, quien presidió el banquete y reunión.

Antes de la comida, el gobernador de Coahuila anticipó que, tras los postres, se llevaría a cabo la consulta a los cronistas con el objeto de revisar sus necesidades actuales relacionadas con el cargo, y así comprometer al gobierno de Coahuila para mejorar esta situación.

La comida resultó sencilla, alegre y bulliciosa. Se sirvió de entrada chile relleno de queso crema con nuez, cubierto con hojaldre y bañado en salsa roja; el plato principal, un corte tibón con gravy y guarnición de papas, y de postre, helado.

Comentaba en son de broma el colega cronista de Saltillo, Armando Fuentes Aguirre, que para la primera ocasión que fue Juan Pablo II a la ciudad de Monterrey, lo invitó el entonces gobernador de Nuevo León, Alfonso Martínez Domínguez a que estuviera presente. El Lic. Fuentes recién había sido nombrado Cronista de Saltillo. Con el Papa a la vista, don Alfonso le preguntó al Lic. Fuentes: “oiga, don Armando, ¿apoco es importante el puesto ese de cronista? El Lic. Fuentes le respondió así… “pues mire, don Alfonso, si es importante o no, no se lo sé. Pero lo que sí le puedo decir es que de toda esta multitud aquí presente, incluyéndolo a UD., solamente el Papa y yo tenemos asegurados cargos vitalicios”.

Terminada la comida, la sesión de trabajo comenzó. El profesor Humberto Moreira Valdés, dio a conocer su interés para que los cronistas oficiales de Coahuila tengan el apoyo y el reconocimiento de sus respectivos municipios. Incluso mencionó el apoyo a los municipios para que éstos a su vez apoyen a los cronistas. Instruyó a los secretarios de su gabinete —que por esa razón estaban presentes— para que comiencen a trabajar en los diversos aspectos tendientes a lograr este fin.

En fin, se trató de una jornada muy positiva, en la cual el Gobierno del Estado ha dado muy claras y buenas señales para lograr que el trabajo de los cronistas oficiales sea reconocido y valorado, y para que sea utilizado en los procesos educativos de los municipios del Estado de Coahuila.