Escudo de Torreón

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lunes, octubre 27, 2014

La "reliquia" de San Judas Tadeo






En el santoral católico, el 28 de octubre corresponde a la fiesta de San Judas Tadeo, "abogado de los imposibles o causas perdidas". Este es un santo extremadamente popular en la región. Su nombre es de origen hebreo, originalmente “Yehudá” (“Gracias a Yahveh”) que se simplificó en “Judá” o “Yudá”, que era el nombre de una de las doce tribus de Israel, aquélla de la que descendía el rey David, y por lo tanto, Jesús de Nazaret. Posteriormente pasó al griego como “Ioudas” y a la variante castellana “Judas”. Había dos discípulos de Jesús con este nombre: uno, el buen Judas Tadeo, pariente de Jesús, que es el festejado el 28 de octubre. El otro era Judas, el originario de la comunidad de Kerioth (Iscariote), el Judas traidor.   
Como cada año, multitud de hogares laguneros celebrarán este día mediante el rezo del rosario, la danza de matachines y la confección y reparto de “la reliquia”.

“La reliquia” implica una promesa o manda hecha a un santo por una persona o una familia, y se concretiza en la celebración anual de su fiesta en las casas, con rezos, con danzas y con una comida especialmente hecha para la ocasión. Esta comida votiva consta de un guisado, asado de puerco (“asado de boda”) y siete (número sagrado) sopas diferentes. Estos platillos se reparten entre los asistentes al rezo, e incluso entre quienes lo soliciten, sean vecinos o no. Su propósito es filantrópico, en la medida en que hay un reparto de comida entre los vecinos y asistentes. Por otra parte, el aspecto religioso implica una acción de gracias de los organizadores y la súplica de la protección del santo para el año siguiente. 

“La reliquia” es una costumbre de origen zacatecano, y llegó a La Laguna con los primeros migrantes que venían de Zacatecas, seguramente en el ferrocarril. En aquella entidad federativa, la reliquia es una costumbre antigua, la hay dulce y salada, y además, existen restaurantes especializados en “reliquia”.

Es muy frecuente que entre las clases medias y populares de Torreón, muchas familias organicen y compartan de manera tradicional, año con año, esta comida. Aunque debo decir que con el tiempo, la “reliquia” ha experimentado en La Laguna, y particularmente en la zona metropolitana, una movilidad social ascendente. Ahora existe la “reliquia V.I.P” que celebran algunas familias de las clases más solventes, evento al que se concurre por previa invitación.  

¿Cómo explicar que la “reliquia” conste de carne de puerco y siete sopas? Su origen es colonial, y hay elementos platónicos en su concepción. El asado representa el alimento del cuerpo; y las sopas, el alimento del alma. Al parecer, cada una de estas sopas representa la voluntad de prometer al santo, año con año, el ejercicio de las siete virtudes opuestas a los pecados capitales: La humildad, contra la soberbia; la generosidad, contra la avaricia; la castidad, contra la lujuria; la paciencia, contra la ira; la templanza, contra la gula; la caridad, contra la envidia; la diligencia, contra la pereza.

La “reliquia” en su conjunto constituye pues un acto de culto de carácter netamente ético, filantrópico, destinado a servir al ser humano en necesidad. Está muy lejos de la autoflagelación penitencial e individualista con que muchas personas de las clases populares de México creen agradar a la Divinidad, a los santos o a la Virgen. Sin duda hay un gran trasfondo cultural de origen prehispánico en esas actitudes masoquistas, tan dolorosas como estériles, con las cuales la “reliquia” nada tiene que ver.

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