Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

jueves, octubre 29, 2015

Reliquia multitudinaria en el Cerro de las Noas



Imagen de "El Siglo de Torreón"



Ayer miércoles 28 de octubre, festividad católica de San Judas Tadeo, se llevó a cabo una “reliquia” multitudinaria en la acrópolis religiosa de Torreón, el santuario del Cerro de las Noas. La “reliquia” se calculó para unos mil quinientos asistentes, y como es tradición, constaba de asado de puerco (asado rojo de puerco) y siete sopas.

La reliquia, como es ya bastante sabido, es una tradición religiosa y gastronómica muy arraigada en nuestra Comarca Lagunera, si bien, de origen zacatecano. Se reparten gratuitamente porciones de asado de puerco y de las siete sopas, a quienes lo soliciten. Previamente, se reza el rosario en honor del santo, en este caso, San Judas Tadeo.  

Los platillos fueron preparados por estudiantes de varias universidades de la región, entre ellas, la Universidad Iberoamericana Torreón, la Universidad del Valle de México, la Universidad Autónoma de La Laguna, la Universidad Autónoma del Noreste, Universidad La Salle, Universidad Interamericana para el Desarrollo.


El asado representa el alimento del cuerpo; y las sopas, el alimento del alma. Al parecer, cada una de estas sopas representa la voluntad de prometer al santo, año con año, el ejercicio de las siete virtudes opuestas a los pecados capitales: La humildad, contra la soberbia; la generosidad, contra la avaricia; la castidad, contra la lujuria; la paciencia, contra la ira; la templanza, contra la gula; la caridad, contra la envidia; la diligencia, contra la pereza.


Historia y significado de la "reliquia" lagunera a San Judas, en el siguiente enlace: 

miércoles, octubre 28, 2015

Un lustro de "Ciudad Heroica"








El pasado miércoles 21 de octubre, se cumplió el quinto aniversario de la designación de Torreón como “Ciudad Heroica” y “Sitio Histórico de Interés Nacional” ¿Cuáles fueron los méritos de nuestra ciudad que se consideraron para recibir tal distinción?

En el pasado, la población torreonense padeció diversas oleadas de violencia. Entre 1850 y 1900, los cruentos ataques de indios salvajes eran relativamente frecuentes en la Comarca Lagunera. Sin embargo, algunos de los momentos más aciagos los vivieron los ciudadanos torreonenses durante la Revolución Mexicana.

El ejército revolucionario Maderista tomó Torreón el 15 de mayo de 1911, causando angustia y sufrimiento a sus habitantes, y de manera particular, a los vecinos de origen chino que fueron cruelmente perseguidos y masacrados por las mencionadas fuerzas Maderistas. Como dice el New York Times del 23 de mayo de ese año, “Reportes incompletos de las condiciones en Torreón comienzan a llegar a esta ciudad (Nueva York), Describen una situación desesperada”. En el mismo sentido va lo dicho por “El Criterio” del 27 de agosto de 1911, 17 de septiembre y 24 de septiembre del mismo año, así como la transcripción de la orden de aprehensión girada contra los Casiano y Benjamín Argumedo como participantes del genocidio. No solamente las penurias que pasaron los chinos locales a raíz de esta toma, sino las de todos los demás torreonenses, le merecerían ambos títulos, de ciudad heroica e histórica. Sin embargo, hubo más razones de por medio.

Las ediciones del “Imparcial” del 9 y 10 de octubre de 1913 y del “Demócrata” del 30 de septiembre de 1914, atestiguan la magnitud de las luchas entre federales y los revolucionarios de la recién creada División del Norte bajo el mando de Francisco Villa, hechos ocurridos durante el otoño de 1913. La ciudad de Torreón volvió a ser “amagada” y “ocupada”, como lo dice el texto hemerográfico del 9 de octubre.

Entre muchos otros, los ejemplares de los diarios “El Imparcial” del 7 y 11 de abril de 1914, así como del “Independiente” del 5 de abril de ese año, constituyen evidencia histórica de los combates habidos en Torreón durante su tercera toma revolucionaria, en la primavera de 1914. Torreón se convirtió en un formidable centro militar, y las bajas de la batalla por Torreón fueron las más numerosas de cualquier batalla revolucionaria. Torreón se convirtió en “un infierno”, como lo atestiguan dichos diarios. Durante la lucha, nuestra población fue cañoneada por el afamado artillero Felipe Ángeles.

Nuevos sufrimientos padecieron los habitantes de Torreón en marzo de 1929, al ser bombardeada la ciudad con artefactos explosivos e incendiarios desde el aire, además de sufrir ametrallamientos contra blancos civiles. Se trataba del alzamiento Escobarista, que se oponía a los planes supra-presidenciales de Plutarco Elías Calles. Estos enfrentamientos constituian las últimas secuelas de la Revolución Mexicana, y a Torreón le tocó en suerte padecerlas, como una Guernica mexicana, toda proporción guardada.


Finalmente, la violencia y la inseguridad que ha padecido la ciudadanía desde el 2007, se equipara a los sufrimientos que los colonizadores del País de La Laguna tuvieron que soportar para construir y legar un patrimonio a sus familias. Sin duda alguna, la nuestra es una población heroica, y el título para la ciudad, muy merecido. Seguimos siendo la ciudad de los grandes esfuerzos.

viernes, octubre 23, 2015

La matanza de chinos en "La Casa del Dolor Ajeno"






El tema de la matanza de 303 chinos el 15 de mayo de 1911 en Torreón, sigue siendo un tópico de interés creciente en el país. En meses pasados, se presentó, con mucho éxito, una exposición sobre este tema en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México. Este evento fue organizado por los conocidos profesionistas de la historia y de la museografía, Adriana Gallegos Carrión y Carlos Castañón Cuadros.

Por otra parte, el conocido y galardonado novelista de adopción saltillense Julián Herbert, también interesado en el tema de la matanza de chinos de 1911, a través de terceros, me solicitó una entrevista para hablar sobre este tema. Ésta se llevó a cabo en la tercera semana de abril de 2014, en el Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana Torreón.

En el curso de la entrevista, se le presentaron documentos de archivo, que acreditaron cada una de las afirmaciones que se hicieron en torno a dicha matanza. Fue una entrevista relativamente breve, y exclusivamente en torno a la referida masacre, la sinofobia y la vida en Torreón de 1911. Este tema fue incluido en su libro de reciente aparición "La casa del dolor ajeno" 

Como siempre lo he expresado, considero que ese hecho lamentable, fruto del estado de excepción de garantías individuales causado por la Revolución, además de la antipatía racial, es un hecho que jamás debe repetirse en nuestra región, contra ninguna minoría racial, religiosa, política o de cualquier naturaleza, simplemente porque es una minoría. 

Nuestra ciudad siempre ha gozado la fama de hospitalaria, y nuestra gente, de gente noble, sincera y amigable. Recordemos pues, lo que pasó en 1911 para que jamás ocurra de nuevo algo así. Quizá ese es el ángulo más importante de recordar la matanza: saber que somos humanos, y en determinadas circunstancias, podemos caer en la barbarie.




lunes, octubre 19, 2015

¿Altares o Halloween?






A pesar de las intenciones de la Secretaría de Educación Pública para homogenizar la historia y el folclor de todo el país, y a pesar también de los que abrazan y promueven el estilo de vida estadounidense, ni los altares de muertos ni los festejos de halloween constituyen tradiciones auténticamente laguneras.

Los aborígenes laguneros, gente de la edad de piedra, no construían altares de muertos, y los tlaxcaltecas que colonizaron la región no los erigían por considerarlos “paganos”. Su adhesión al catolicismo español fue tan firme como sincera. Tenemos muy bien documentado este asunto.

La SEP ha buscado homogenizar esta celebración de los altares de muertos sin tomar en cuenta que las etnias, las culturas y las historias regionales son diversas en todo el país. No todo fue Mesoamérica, ni todos los indios fueron mexicas, purépechas o mixteco-zapotecas.

Por otra parte, los festejos del halloween son tan ajenos para la Comarca Lagunera como los altares de muertos. Denotan admiración por una cultura que no es la nuestra y cuyos orígenes son otros muy ajenos. En los Estados Unidos, las fiestas del halloween se inscriben en la tradición puritana que descubría brujas y demonios por todas partes. Nada que ver con nosotros.

Si fuéramos congruentes y estuviéramos orgullosos de nuestra propia historia regional, celebraríamos el “Día de los Padres Fundadores”. Un festejo acorde con nuestra tradición histórica. Por no quitarles la diversión a los niños, que se disfrazaran con los trajes representativos de las diversas etnias mexicanas y extranjeras que llegaron a nuestro suelo para quedarse, que pidan dulces en las casas y que se los den y se les reciba bien.

Así recordaríamos y celebraríamos perpetuamente el espíritu de superación de nuestros abuelos, quienes dejaron sus hogares en busca de mejores horizontes, así como el carácter acogedor de nuestra gente y de nuestra Comarca. Aún en estos tiempos aciagos, debemos recordar quiénes fueron nuestros ancestros y quiénes somos nosotros.

Ajustar las tradiciones ajenas para injertar en ellas nuestra verdadera historia e identidad sería una loable lección de creatividad y de congruencia. Los laguneros no necesitamos copiar nada de nadie. Nos basta con nuestra propia y verdadera historia, y desde luego, con nuestra decisión e iniciativa. Crear es una actitud de primer mundo, copiar, del tercero… copiar es “chafa”.


Y a propósito de octubre “sobrenatural”, en Torreón, como en cualquier otra ciudad, existe una historia alterna, la historia de los que no se han ido del todo, la historia de los fantasmas. Muchos de estos episodios son meras leyendas y consejas populares. 

Como la historia aquella del jinete que pasa galopando a la medianoche por el barrio de La Vencedora, o la de los caballos invisibles que corren desbocados llevando tras de sí una ruidosa carreta en el barrio de La Antigua Aceitera. Ambos son barrios muy históricos, situados a los lados de lo que fue la vía del ferrocarril, lugares donde hubo numerosos hechos de violencia durante la Revolución. Y esto siempre sucede, dicen los narradores, en las obscuras horas de la noche. 

De relatos como éste, se pueden escribir libros enteros. Existe una riqueza abrumadora de consejas y leyendas en nuestra ciudad. Esta percepción compartida también forma parte de nuestra identidad. 

viernes, octubre 09, 2015

Los judeo-españoles laguneros






Una de las culturas laguneras que no ha sido estudiada en lo absoluto, es la de los sefardim o judeo-españoles. En 1492, los Reyes Católicos los expulsaron de España pensando que le hacían un servicio a Dios y a la unidad de los reinos de Castilla y Aragón. Estos reyes buscaban consolidar una sola nación con una sola fe, la católica apostólica y romana, con exclusión de cualquier otra. Y cuando ese mismo año de 1492 Cristóbal Colón reclamó un Nuevo Mundo para España, se pensó que Dios mismo premiaba el celo católico de los súbditos de Castilla y Aragón y el de sus reyes. 

En realidad había algo de poesía histórica en el descubrimiento: se diría que, para los judeo-españoles expulsados, se abría ya no el Mar Rojo, sino el Océano Atlántico, para que vinieran a establecerse a una tierra prometida, lejos de Castilla y lejos de la Inquisición Española que los buscaba para cazarlos. Los judíos constituían en la Península Ibérica una minoría muy educada en las letras, en la medicina, en los oficios de pluma, en el comercio, en los cargos militares de alto rango (como el Almirante de Castilla) y en la banca. Su expulsión de España constituyó una circunstancia afortunada para los países europeos adonde fueron a establecerse, como Holanda, Inglaterra, Italia, ya que su presencia en estos países contribuyó a su despegue comercial y financiero.

En el barco Santa Catalina, en 1580, una buena cantidad de colonizadores de origen sefardita español y portugués pasaron a poblar en Nuevo León y Coahuila como miembros de la expedición de Luis de Carvajal y de la Cueva. Se distribuyeron en Saltillo, Monterrey, Parras y lugares vecinos. Muchos cambiaron sus nombres y apellidos cuando Luis de Carvajal fue denunciado como judaizante y llevado a la ciudad de México.

Se han realizado estudios de ADN mitocondrial que demuestran la ascendencia sefardita de muchos de los actuales habitantes de Nuevo León, Coahuila y Texas. Se trata del haplogrupo mitocondrial T2e. El estudio en cuestión lleva por título “Clarifying Mitochondrial DNA Subclades of T2e from Mideast to Mexico” y fue realizado por Felice L Bedford, Doron Yacobi, Gary Felix and Federico M. Garza, científicos de la Universidad de Arizona.


Pero aunque no contáramos con los resultados de ese estudio, tenemos otras fuentes de información que nos hablan de la presencia sefardita en La Laguna. Entre otros, existe un expediente inquisitorial de 1654, que consiste en una acusación contra “Marta de San Joseph”, de Parras, porque sacaba la “landrecilla” de la pierna del carnero. Los judíos retiraban ese tendón o “landrecilla” de la pierna antes de comerla, en memoria de la lucha de Jacob contra el Ángel en Bethel. Se trataba pues de una práctica exclusivamente judía. Quizá Marta de San José no era judía practicante, pero sí contaba con una cultura culinaria netamente sefardita. 

Otras pistas que nos hablan de esta presencia cultural judeo-española es que, al parecer, en Parras y su jurisdicción, o sea, toda la Comarca Lagunera de Coahuila, no se criaban cerdos. No existen en las listas de diezmos. No sería sino hasta el año de 1813 que el Comandante de las Provincias Internas, Bonavia y Zapata, mencionaría que apenas iniciaba la cría de cerdos en estas regiones laguneras. 

También es muy interesante que Lorenzo García, un laico de ascendencia indescifrable, haya iniciado el establecimiento de viñedos y bodegas de vinos desde 1597. Es bien sabido que los judíos en general requieren del vino para el kidush, el consumo ritual del vino en el shabat y otras fiestas. Muchas son las huellas y aportaciones que habrán dejado estos antepasados sefardim en La Laguna. Ojalá esta vertiente de nuestra historia regional sea estudiada en el futuro. 

lunes, octubre 05, 2015

Anécdotas laguneras de 1921






Entre los procesos de adopción de innumerables tecnologías que se podrían estudiar en la historia de Torreón, se encuentra la automotriz. La llegada del automóvil constituyó una verdadera sensación para los laguneros, y los entusiastas del coche conformaron un factor importante de impulso dentro de ciertos procesos de urbanización y de las comunicaciones. 

El “Club del Automóvil de La Laguna” tuvo mucho que ver en la construcción de caminos y puentes. De nuevo, se trata de uno de esos casos donde la iniciativa privada de Torreón llevaba la delantera a los sectores públicos de la administración local o estatal. Una interesante hazaña de automóvil se encuentra consignada en “El Informador” (Guadalajara, Jalisco) del lunes 25 de julio de 1921. La transcribo literalmente:

“En 22 días de New York a Torreón. México, julio 24. Acaba de efectuarse un viaje en automóvil desde el puerto norteamericano de Nueva York hasta la ciudad mexicana de Torreón, Coahuila, en 22 días. Llevó a cabo el viaje el señor Enrique Potter, conocidísimo hombre de negocios de la frontera norte de nuestro país, Gerente de la negociación Industrial Lagunera de Tlahualilo, quien tiene su residencia en la susodicha ciudad de Torreón.

El señor Potter efectuó el recorrido acompañado de la señora su esposa y de un mecánico competente. La noticia de la hazaña deportiva llevada a efecto por el citado negociante lagunero, ha sido recibida con bastante interés en esta metrópoli, particularmente en los numerosos centros de los aficionados al cultivo de los deportes. Tiénese como seguro, según se desprende de los comentarios que se hacen a propósito del viaje referido, que este suscitará para días próximo-venideros, inusitado entusiasmo por llevar a cabo recorridos análogos entre ciudades mexicanas y estadounidenses, y viceversa, en los cuales recorridos habrán de competir los diversos centros automovilistas y los choferes más afamados por su pericia y por su audacia”. 

El mismo diario arriba citado, “El Informador” publicó en su edición del 10 de noviembre de 1921 la nota de su corresponsal en Saltillo. El encabezado decía “A Matamoros de La Laguna penetró un grupo de bandidos y robó la casa comercial de un árabe”. Dice el texto:

“Comunican de Torreón que acaba de recibir, la población de Matamoros de La Laguna, localidad de significación en la región lagunera, la desagradable visita de una banda de malhechores, quienes, en número de 16, entraron de súbito a la población, con el objeto de perpetrar robos, lo cual efectuaron, pues asaltaron la casa comercial del señor Jorge Batarse, de nacionalidad árabe.

Los hechos tuvieron lugar anoche, y fueron comunicados por el Presidente del Ayuntamiento del Municipio de Matamoros de la Laguna, al señor General Almazán, quien se encuentra en Torreón, y tiene sus fuerzas operando en la región lagunera.


Los agentes de la Policía de Matamoros de la Laguna se portaron completamente de acuerdo con su deber, pues, tan pronto como tuvieron noticia de la presencia de los bandidos, acudieron a batirlos, habiéndose entablado en las calles de la población un reñido tiroteo entre los malhechores y los agentes del orden, hasta que lograron estos últimos desalojar de los lugares en donde se habían parapetado los 16 ladrones, quienes emprendieron precipitada fuga, llevándose el producto del robo que habían cometido al establecimiento del señor Batarse”. 

jueves, octubre 01, 2015

Mejoras artísticas y tecnológicas





Calzada Colón e Hidalgo


En 1928, bajo la alcaldía del señor Ortiz Garza, nuestra ciudad procuraba el embellecimiento de sus principales calles y avenidas. Para la Calzada Colón, la fundición Miller fabricó lámparas de bronce tipo colonial mexicano. El material eléctrico se pedía a los Estados Unidos.

Se construyeron bases en las bocacalles de la Calzada Colón, con el objeto de que cada una sirviera de soporte a una estatua; entre ellas estarían las de “Cristóbal Colón”, “La Industria”, “Plenitud”, “Desesperación”, “Meditación” y “Amor”, todas ellas obras originales de varios escultores, entre ellos el destacado salvadoreño José Mejía Vides, estudiante del Instituto Nacional de Bellas Artes de México. Este Cronista se pregunta dónde fueron a parar las esculturas que un día adornaron la avenida Morelos, y también la Calzada Colón. Ciertos políticos locales, convertidos en saqueadores urbanos con fuero, se las llevaron.

La estatua de Colón, la más grande de todas, fue vaciada sobre su mismo basamento, por los problemas que implicaría elevar una estatua de cinco toneladas de peso. Quedó ubicada frente al entonces Parque España.

La columna mostraba en bajorrelieve, algunos episodios de la vida de Colón: la petición de ayuda a la reina Isabel la Católica; las tres carabelas; el desembarco en América y la partida del puerto de Palos. El señor Joaquín Belloc, miembro del cabildo, estaba al frente de los trabajos de albañilería.

En la Alameda Zaragoza quedaron instalados 75 juegos de agua, y los trabajos de embellecimiento fueron supervisados por el entonces alcalde de Torreón, Nazario Ortiz Garza.
Ese mismo año de 1928, el 22 de diciembre, las ciudades de Torreón y San Pedro de las Colonias quedaron comunicadas por la línea telefónica “Ericsson”. Para esta inauguración oficial concurrieron representantes de la Banca, Industria y Comercio, así como autoridades civiles y militares.

El gerente de la compañía Ericsson en Torreón, que por entonces era el señor G. Almeida, declaró en dicha ocasión que en breve, la línea telefónica que se inauguraba quedaría comunicada con Saltillo, y luego, con las principales ciudades del mundo.

Los primeros en usar las nuevas conexiones telefónicas fueron los presidentes municipales de Torreón y de San Pedro. Minutos después, el señor Nazario Ortiz Garza declaró oficialmente inaugurado el nuevo servicio.

A continuación, el señor Almeida invitó a la concurrencia a disfrutar de un “lunch champagne” y a brindar por el éxito de la nueva línea telefónica. Al final, los torreonenses y sampetrinos fueron invitados a usar del servicio recién instalado, a manera de demostración.


Hoy, 27 de septiembre de 2015, se cumplen 194 años de la entrada triunfal de Agustín de Iturbide y sus fuerzas libertadoras a la Ciudad de México. En aquel día, México surgió ante la comunidad de naciones como país independiente. Son194 años desde que se llevó a cabo en la capital de Nueva España, ya liberada del yugo español, el solemne desfile del ejército de las Tres Garantías y de los viejos soldados insurgentes que habían sobrevivido a las guerras de independencia. Durante todo el siglo XIX, este día fue celebrado como fiesta nacional.