El tema de la matanza de 303
chinos el 15 de mayo de 1911 en Torreón, sigue siendo un tópico de interés
creciente en el país. En meses pasados, se presentó, con mucho éxito, una
exposición sobre este tema en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de
México. Este evento fue organizado por los conocidos profesionistas de la
historia y de la museografía, Adriana Gallegos Carrión y Carlos Castañón
Cuadros.
Por otra parte, el conocido y
galardonado novelista de adopción saltillense Julián Herbert, también
interesado en el tema de la matanza de chinos de 1911, a través de terceros, me
solicitó una entrevista para hablar sobre este tema. Ésta se llevó a cabo en la
tercera semana de abril de 2014, en el Centro de Investigaciones Históricas de
la Universidad Iberoamericana Torreón.
En el curso de la entrevista,
se le presentaron documentos de archivo, que acreditaron cada una de las
afirmaciones que se hicieron en torno a dicha matanza. Fue una entrevista
relativamente breve, y exclusivamente en torno a la referida masacre, la
sinofobia y la vida en Torreón de 1911. Este tema fue incluido en su libro de reciente aparición "La casa del dolor ajeno"
Como siempre lo he expresado,
considero que ese hecho lamentable, fruto del estado de excepción de garantías
individuales causado por la Revolución, además de la antipatía racial, es un
hecho que jamás debe repetirse en nuestra región, contra ninguna minoría
racial, religiosa, política o de cualquier naturaleza, simplemente porque es
una minoría.
Nuestra ciudad siempre ha gozado la fama de hospitalaria, y
nuestra gente, de gente noble, sincera y amigable. Recordemos pues, lo que pasó
en 1911 para que jamás ocurra de nuevo algo así. Quizá ese es el ángulo más
importante de recordar la matanza: saber que somos humanos, y en determinadas
circunstancias, podemos caer en la barbarie.
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