Uno de los grandes monumentos de
época y de estilo que posee Torreón es el “Palacio Federal”, edificio de una
hectárea situado entre las avenidas Juárez y Morelos, y entre las calles Ramón
Corona y Galeana, en el primer cuadro de la ciudad.
Este “Palacio Federal” fue construido
a finales de la Segunda Guerra Mundial por “CAPUFE” (Caminos y Puentes
Federales), que tuvo a su cargo otros proyectos como el acueducto de la Ciudad
de México, la autopista México-Querétaro y el Museo Rufino Tamayo.
El Palacio Federal de esta ciudad de
Torreón fue inaugurado por el presidente de la República, general Manuel Ávila
Camacho, el 5 de octubre de 1946, con un banquete de mil cubiertos. De acuerdo
a la información proporcionada por el arquitecto Francisco Gutiérrez Prieto,
uno de los responsables de su construcción, las gestiones necesarias para la
construcción del inmueble las hicieron las cámaras de Torreón ante la
Secretaría de Hacienda.
Estas gestiones contaron con los
buenos oficios del senador por Coahuila, Martínez Chavarría, quien finalmente
logró del presidente, la autorización para construir el Palacio Federal. Éste
fue diseñado por el conocido arquitecto Luis Prieto y Souza (ampliamente
conocido en Guadalajara por su obra) con la colaboración del ingeniero Abel
Valadez.
La Secretaría de Bienes Nacionales
sujetó a concurso el proyecto, y convocó a los ingenieros, ingenieros y
contratistas para formular presupuestos. Concursaron las principales firmas de
México y de los estados. El Secretario de Hacienda otorgó el contrato a los
concursantes que presentaron el presupuesto más bajo, dentro de las
especificaciones
-continúa informando Gutiérrez
Prieto-.
Los trabajos comenzaron los trabajos
en marzo de 1944, con la excavación para los sótanos del edificio, de 15 mil metros
cúbicos. Luego se cimentó perimetralmente, se construyó un muro de contención
de tierras, y se procedió a levantar la estructura de concreto armado, unida
desde los cimientos hasta la última losa.
En este trabajo se usaron materiales
como el hierro, en su mayoría estadounidense, cemento Monterrey, piedra
triturada graduada, arena del río Nazas perfectamente lavada para eliminar las
materias orgánicas.
El edificio contaba de sótanos, tres
pisos principales y otro adicional en la azotea. En la planta baja estarían
alojados el Correo, Telégrafo, Oficina Federal de Hacienda, Junta Federal de
Conciliación, Comisión de Caminos.
En los sótanos estarían alojados el
Departamento de Pesas y Medidas, la Delegación de Tránsito y Policía de
Caminos, el Arbitraje del Algodón, archivos de Educación y cuarto de
electricidad.
En el segundo piso estarían las Agencias
del Ministerio Público Federal, el Juzgado de Distrito, el Sistema de Riego, la
Comisión del Nazas con cuatro salones, y la Agencia de la Secretaría de Economía.
En el tercer piso estarían: la
oficina del Arbitraje del Algodón, la Agencia de Minería, la Delegación
Fitosanitaria, la Delegación Forestal y de Caza, el Departamento de Salubridad
Pública, la Delegación Agraria y la Delegación de Educación Federal.
Los tres departamentos que componían
el piso adicional en la azotea, serían destinados para habitación del
administrador de Correos, y el de Telégrafos e Intendente de Palacio,
respectivamente.
Sobre las avenidas, en los extremos
de éstas, se colocarían cuatro grupos escultóricos, uno en cada esquina, y
serían el complemento de la construcción. Estos tendrían tres metros y medio de
altura, y se colocarían sobre bases de tres metros de altura. Según el
arquitecto Gutiérrez Prieto, los grupos escultóricos representarían
sucesivamente la “agricultura”, el “estudio”, el “arte” y la “ciencia”. La
verdad es que, al final, los temas de los grupos escultóricos lo fueron la “agricultura”,
la “industria”, la “educación” y el “deporte”.
Estos grupos escultóricos fueron
realizados por un escultor de renombre, cuyo apellido no he podido localizar,
al menos, no todavía. Pero sabemos que fue grabador de la Casa de Moneda en
España, que realizó un “Desnudo de mujer” en bronce, el grupo “Viento y la nube”
en mármol; “Desnudo de niño con una paloma” de bronce; un “Torso de mujer” en tecali,
y otras obras.
¿Cómo definir el estilo
arquitectónico del Palacio Federal de Torreón? Podría decirse que es de estilo
ecléctico, cuando ya el Decó era en sí mismo un estilo ecléctico. Pero este
edificio, que serviría para albergar las oficinas de carácter nacional,
pareciera estar influido por el espíritu de los estados fuertes nacionales, los
estados fascistas de Europa, principalmente Alemania y Rusia. Hay ciertas
características ideológicas en esa arquitectura, como la exaltación de la
primacía del Estado sobre la localidad y el individuo; la representación tridimensional
de la fortaleza, la armonía y solidez de dicho Estado, el imperio de la razón
sobre el sentimiento, la ruptura con la historia individual, para glorificar
los valores del Estado, como en este caso, la educación, la producción
agrícola, la producción industrial y el “mejoramiento de la raza” a través del
deporte. Estos grupos escultóricos representan conceptos, valores, metas nacionales,
no individuos ni gestas históricas.
Quizá un buen ejemplo que serviría un
poco de comparación, sería la “Zeppelintribüne” de Núremberg, en la Alemania
Nazi.
En la época en que fue diseñado y
construido el Palacio Federal de Torreón, en México se imponía el impulso del
presidente Manuel Ávila Camacho hacia el capitalismo y la industrialización
exigida por la alianza estratégica con los Estados Unidos y los mercados de la
era bélica y de la posguerra. A la vez, se consolidaba el poder político y
económico del partido de Estado. La producción agrícola e industrial era
importante, tanto para México, como para su “aliado” en la Segunda Guerra
Mundial, los Estados Unidos.
Los
valores y actividades programáticas del régimen al que le tocó vivir la Segunda
Guerra Mundial con los Aliados, se encuentran plasmados en la arquitectura y en
las ya mencionadas esculturas con las que están adornadas las esquinas del
Palacio Federal.