Como cada año, las peregrinaciones a la Basílica Foránea de Nuestra Señora de Guadalupe de Torreón han comenzado. Existe un programa predeterminado que coordina en qué día y a qué hora, le toca a cada institución, gremio, empresa o asociación. Algunas comienzan temprano en la mañana, otras se llevan a cabo por la noche.
Las peregrinaciones, como es costumbre, van acompañadas de comparsas de “matachines”, esos danzantes que, al son del tambor, ejecutan ciertos pasos y coreografías. Los matachines constituyen una de los más llamativos vestigios de nuestra ascendencia tlaxcalteca de La Laguna.
Los tlaxcaltecas, presentes como pobladores en nuestra Comarca desde 1598 por disposición del obispo Alzola de Guadalajara, del virrey Luis de Velasco II y de la Compañía de Jesús, constituyeron la etnia mesoamericana de mayor impacto cultural en nuestra región. Poca gente sabe que, de acuerdo a Bernal Díaz del Castillo, los colores rojo y blanco los portaban, a manera de librea distintiva, los servidores palaciegos del Reino de Tizatlán, que es de donde proceden los tlaxcaltecas laguneros.
Para ahondar un poco sobre este tema, cito lo publicado por “El Sol de Tlaxcala” en su edición del 21 de septiembre de 2007:
“La danza de los "Matachines", que es un baile tradicional de varias regiones del país, es originaria de Tlaxcala, porque los pobladores tlaxcaltecas que fueron llevados al norte de México llevaron esta expresión cultural que se ha difundido en varias entidades; señaló Jaime Castro Ramírez, investigador de las danzas tradicionales del estado.
Lo anterior, dijo, es parte de las conclusiones a las que llegaron en el coloquio titulado "Matachines... origen y evolución" sobre danza regional que se llevó a cabo el pasado miércoles en el marco del Séptimo Festival Nacional de Danza Folklórica en el teatro Xicohténcatl”.
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