Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

domingo, diciembre 31, 2006

Saldo económico del 2006

El municipio de Torreón, en el Estado de Coahuila, en México, contaba en el 2005 con 577 mil 477 habitantes, según los cómputos del INEGI. Y de acuerdo a la información ofrecida por un suplemento del diario torreonense La Opinión, el 2006 fue un buen año para la mayoría de los sectores económicos.

Peñoles habría tenido un incremento de ventas durante el 2006. Las cifras manejadas son de 25 mil 345 millones 510 mil pesos al mes de septiembre de 2006. Esta cantidad implica que se superaron las ventas del 2005 para el mismo período por 7 mil 455 millones 803 mil pesos.

Lala incrementó su fuerza laboral con 2 mil 815 empleos durante el año que hoy acaba. Este grupo industrial pasó de 37 a 39 empresas y mantiene su mercado en Latinoamérica y los Estados Unidos, con tendencia a crecer. Su inversión en activos, de acuerdo a esta fuente, es de 1 mil 49 millones de pesos, y cuenta con un total de 26 mil 415 empleados.

El centro comercial Galerías Laguna cuenta con un incremento económico del 15%. Durante 2006 hubo 1 mil 500 empleados, 100 locales comerciales operando, 448 mil 500 visitantes al mes (no lejos del medio millón) y 195 mil vehículos que ingresaron a su estacionamiento cada mes.

El Grupo Simsa está constituido por 17 diferentes empresas. Este grupo fue fundado en 1967 por un grupo de empresarios laguneros con el propósito de producir y distribuir bienes y servicios
incluidosen las siguientes divisiones: Transporte, Gas L.P., Gasolina, Volvo, Inmobiliaria, Gas Natural, Alimentos, Agregados para la Construcción. Este grupo tiene capital e intereses comerciales en varios estados del país. Destaca la inversión realizada en 2006, la adquisición de un gasoducto de más de 95 kilómetros, desde el municipio de Acolman hasta Toluca, en el Estado de México. Sus ventas en 2006 registraron un incremento de entre el 15 al 50%, según la división.

La Organización Soriana también experimentó crecimiento. Sus ingresos netos en el trimestre julio-septiembre de 2006 ascendieron a 14 mil 64 millones de pesos, y fueron superiores a los del mismo período del 2005 en un 20.5% (un 15.8% en términos reales). Durante el tercer trimestre de 2006 se abrieron Sorianas en Playa del Carmen, y Toluca, y Mercados Soriana en Puebla, Guadalajara y Chihuahua. Esta organización cuenta con 148 Sorianas, 48 Mercados Soriana, 19 City Club, totalizando 215 establecimientos.

Al igual que las mencionadas, una buena cantidad de empresas o plantas regionales han experimentado crecimiento durante el 2006. Las nuevas inversiones extranjeras superaron los 75 millones de dólares, y el empleo subió en 4.32 %. El IMSS reportó8 mil 665 más plazas que las que había en 2005. De acuerdo a las fuentes de dicha institución, en La Laguna de Coahuila hubo un incremento del 4.74% en las afiliaciones.

Por otra parte, según el suplemento citado, la inflación acumulada de enero al mes de noviembre de 2006 en Torreón fue de 3.39% contra el 4.25% del 2005.

Todo parece indicar que, en términos generales, 2006 fue un buen año para Torreón. Esperamos que el 2007, que será el de su centésimo aniversario como ciudad, sea todavía mejor.

De climas y tolvaneras

Durante la última semana del año, ha predominado el clima frío en Torreón y en la comarca. Nada menos ayer veíamos el curioso espectáculo que se ofrecía con un cielo muy cristalino y azul como fondo. Un rápido avance de nubes que procedían del norte, muy bajas y cargadas de humedad, mientras que a muchísima mayor altura, grandes nubes, también densamente cargadas de humedad, se dirigían al norte. Es decir, dos grandes masas de aire, una polar y la otra tropical, se dieron cita sobre la Comarca Lagunera. El resultado fue una gélida y fina llovizna, y en algunos sitios, como Ceballos (Durango) nieve.

Como ha sucedido siempre en Torreón, su clima es imposible de predecir. Durante la semana, después del frío navideño, sentimos la llegada de una gran masa de aire tropical . Durante algunas horas nos olvidamos el frío del invierno. Pero volvieron las masas de aire polar, y todo indica que, aunque el 31 de diciembre de 2006 será un día soleado, tendremos una nochevieja fría.

Y ya que comentamos el clima, mencionaré el enorme desconcierto que me produjo la tolvanera o viento negro, como algunos llamaron al fenómeno, del 12 de junio de 1985. Como a las cinco de la tarde celebrábamos la piñata del segundo cumpleaños de mi hijo en algún local de la colonia Torreón Jardín, cuando, al mirar hacia el norte, quedé atónito. Por toda la línea del horizonte avanzaba una especie de enorme, altísima nubosidad negra que tenía un movimiento interno como de oruga de tractor. Parecía venir rodando sobre sí misma en dirección de la ciudad. Se necesita ser lagunero para entender qué clase de tolvanera lo puede dejar a uno atónito, o hacer que la gente se arrodille en las calles, presa del terror.

Yo traía mi cámara fotográfica —una Minolta de mis días de estudiante de comunicación— y hubiera sido de lo más simple obtener algunas fotografías muy ilustrativas del fenómeno que describo. Pero en ese momento solamente pensé en la seguridad de los pequeños que celebraban a cielo descubierto. Jamás había visto algo semejante, y por el movimiento rotatorio del fenómeno, pensé que se podía tratar de un tornado o inicio de tornado. Por lo tanto, me olvidé de las tomas fotográficas y me dediqué a buscar refugio para los niños y sus papás.

Mientras hacía esto, pasó a gran altura sobre Torreón una especie de rapidísima corriente de aire, a la vez que a caía un polvo muy fino y se dejaba sentir un fuerte olor a cieno.

Solamente alcanzaron a resguardarse algunos niños bajo las mesas cuando llegó un fortísimo golpe de viento y tierra que venía a ras del suelo. En cuestión de segundos bajó la temperatura ambiente. El viento y el súbito descenso de la temperatura mataron todas las plantas de los invernaderos del centro de investigación en el cual yo laboraba por entonces.

A partir de ese momento, el extraño fenómeno se convirtió en lo que pudo ser la peor tolvanera del siglo XX en la Comarca Lagunera. Afortunadamente, no pasó de eso.

lunes, diciembre 25, 2006

Los "nacimientos" decembrinos



El "nacimiento" como representación artística tradicional del nacimiento de Jesús en Belén, es muy antiguo. Para algunos, fue San Francisco de Asís el que inició esta costumbre navideña. De Italia, se habría extendido al resto del mundo católico en diversas épocas y circunstancias. La era del barroco, que coincidió con la colonización y evangelización del norte de la Nueva España, le dio aún mayor importancia al valor ideológico y litúrgico de las figuras antropomorfas católicas.

Podemos decir que a La Laguna, la práctica de instalar nacimientos llegó con los misioneros jesuitas. Fueron ellos quienes fundaron el pueblo de Santa María de las Parras como centro de su obra evangelizadora, y como capital administrativa, religiosa y cultural de La Laguna de Coahuila y Durango. Por ellos se creó la alcaldía mayor de Parras, La laguna y Río de las Nazas, territorio que abarcaba nuestra Comarca Lagunera de Coahuila y Durango. En alguna exposición de arte jesuita de Parras (Museo Regional de La laguna, INAH) pudimos admirar un San José y una Virgen María de un nacimiento del siglo XVII.

En nuestra comarca, los laicos tenían por costumbre poner en sus casas figuras de la tríada que llamaban el "misterio", a saber, el niño Jesús, María y José. En algunos casos, las figuras sagradas de mayor precio habían sido fabricadas en el lejano oriente, y los rasgos de sus fisonomías marfilinas eran asiáticas. Con su vasto comercio de vinos y aguardientes, la de Parras era una comarca próspera y abierta al comercio. Mapimí lo fue también con sus minerales, aunque no de manera continua, debido al constante ataque de los indios enemigos.

En cuanto a las prácticas religiosas de los laicos, tenemos el ejemplo del indio tlaxcalteca-lagunero de Parras, Lázaro Miguel, que vivió durante la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII. Él celebraba, al igual que sus contemporáneos, las "levantadas" y "acostadas" del "niño Dios" en la navidad y la candelaria. Su testamento, firmado el 3 de noviembre de 1715, declara, entre otras cosas, la propiedad de "un nacim[ien]to con su tavernáculo pequeño". El tabernáculo servía para guardar, transportar o exhibir. Esto indica que equivalía a nuestro actual pesebre.

Otro indígena lagunero también de Parras, Felipe Cano Moctezuma, bautizado el 13 de febrero de 1659, tenía en su casa un "niño Jesús" al que le brindaba la misma veneración que Lázaro Miguel. Estas costumbres centenarias fueron extendiéndose a todas las poblaciones de la Comarca Lagunera a medida que desde Parras y San José y Santiago del Álamo (Viesca) se iba colonizando el territorio. Los primeros agricultores que fueron poblando el Rancho del Torreón desde 1850, eran personas que provenían de los asentamientos de la hacienda de San Lorenzo de La laguna, y también de Matamoros, o bien de los ranchos y villas de Durango como Mapimí, Cuencamé o San Fernando. Todos ellos traían esta vieja herencia cultural lagunera que se expresaba en la colocación de los nacimientos, y sobre todo, en las "levantadas y acostadas" del niño, con los obligatorios rosarios y letanías.

Al lado de la liturgia oficial o formal de los templos (celebración del Adviento, misa, rosarios) los habitantes de La Laguna contaban con prácticas religiosas seculares. La instalación del nacimiento les permitía celebrar de manera no formal o institucional, aunque sí muy piadosa y sentida, los misterios de su fe. Era una manera de reforzar su identidad católica occidental y de pedir la protección divina frente a la amenaza que representaba la multitud de indios salvajes que merodeaban estas tierras.

Durante el porfiriato surgieron nuevas modas, como la del árbol de navidad, costumbre de origen alemán que pasó a Inglaterra (con la dinastía de Hannover) y de ahí al mundo entero. En la Comarca Lagunera, los habitantes de las áreas rurales o urbanas populares usaban el mezquite para complementar el pesebre navideño. Las familias de origen alemán o estadounidense usaban el pino adornado de candeleros con pequeñas velas.

En muchos hogares de Torreón, los nacimientos han sido desterrados, quedando en su lugar el pino navideño. En cambio, entre las clases populares, el nacimiento no puede faltar, ni la liturgia familiar que se ha desarrollado en torno a la acostada y levantada. Hay madrinas del "niño" e incluso se acuesta a varios "niños" a la vez en un mismo pesebre. La colocación de estos nacimientos populares ha seguido un criterio maximalista es decir, mientras más, mejor. Se les dedica habitaciones enteras, cientos de figuras en una especie de "open house" o casa abierta, donde todos los vecinos que lo deseen pueden transitar y admirar estos grandes nacimientos.

viernes, diciembre 22, 2006

Fernando Peralta o el valor de la memoria



Antiguamente, la experiencia personal, la memoria individual era garantía de veracidad. Los testimonios eran veraces porque un individuo había tenido la experiencia personal de las cosas que atestiguaba. Con este argumento de verdad, el apóstol Juan inicia su primera carta, hablando de lo que ha visto, tocado y oído.

Con el surgimiento de las ciencias modernas, el énfasis recayó en la evidencia más que en el testimonio personal o colectivo. De acuerdo al método científico cartesiano, solo la evidencia tiene valor probatorio.

Este principio es particularmente valioso cuando se trata del discurso histórico. Un viejo modelo de historiar, tan viejo como Herodoto, da enorme cabida al testimonio. Pero desde el siglo XVII, los historiadores prefieren la evidencia del hecho, evento o conducta antes que el testimonio oral.

Y es que la memoria del ser humano, por buena que sea, es susceptible al error, al autoengaño, a la reinterpretación o al olvido.

Un buen ejemplo de lo anterior nos lo proporciona Fernando Peralta, el "simpático anciano" que en 1932 era considerado por Eduardo Guerra "archivo viviente en la historia del rancho primitivo" del cual surgió nuestra ciudad. De acuerdo al mismo Guerra, se trataba del último superviviente de los primeros habitantes del Rancho del Torreón, quien conservaba "una lúcida y clara memoria".

Fernando Peralta representa en realidad la fuerza y el valor que se le atribuía en 1932 a la historia oral, a la experiencia personal. Su memoria y veracidad eran percibidas como incuestionables por esta razón.

De acuerdo al texto de la Historia de Torreón de Guerra, Fernando Peralta relataba que había nacido en Cuencamé. Según esta narración, su padre había sido Guadalupe Peralta, quien lo tomó consigo recién nacido, y lo trajo con él al Rancho del Torreón en 1860. Guadalupe su padre habría venido a reunirse con sus primos Guadalupe, Serafín, Melquíades y Natividad.

¿Puede dudarse del conocimiento (histórico) como lo quería Descartes, hasta no contar con la evidencia que le de valor probatorio a la mera afirmación individual?

El hecho es que Fernando Peralta no estaba del todo correcto cuando hablaba de sus propios orígenes. De acuerdo al libro de bautismos del período 1848-1864 de la parroquia de Santiago Apóstol de Mapimí, Fernando fue bautizado ahí el 30 de mayo de 1862. Sus padres, según el mismo documento, fueron Guadalupe Peralta y Marcelina Adame. Su hermano José Pedro de Jesús, fue bautizado ahí mismo el 18 de septiembre de 1864.

Sobre la existencia y lugar de nacimiento de los primos de Guadalupe Peralta de los cuales Fernando hace referencia, ya hemos dedicado un artículo. En éste, queda claro que Guadalupe, Melquíades y Natividad Peralta, primos de Guadalupe Peralta, padre de Fernando, eran también oriundos de Mapimí e hijos de Eulogio Peralta y de María Manuela Martínez (ver "Los Peralta: una familia torreonense de abolengo").

Por lo tanto, y a pesar de los recuerdos personales de Fernando Peralta, debemos replantear su historia familiar. A manera de hipótesis, podemos aventurar que Fernando quedó huérfano de madre siendo muy pequeño (no existen otras actas de bautismo de hermanos o hermanas), y que por esa razón su padre y él dejaron Mapimí (en 1864 o poco después) y vinieron a establecerse a Torreón, donde estaban sus primos y conocidos.

Notemos que la parte cuestionable de los recuerdos de Fernando es aquélla que se refiere a sus orígenes. Su relato no menciona a su madre, lo cual nos hace pensar que casi no la conoció. Y es difícil esperar que una persona recuerde el nombre del lugar donde nació cuando ni siquiera se acuerda del de su madre. O quizá ni siquiera lo quiere recordar precisamente por causa de la muerte de un ser tan querido. El ser humano es un ser psicológico, y por lo tanto, dinámico. Se ajusta a su mundo y circunstancias. ¿Qué más daba que fuera Cuencamé o Mapimí su lugar de origen, perdido todo vínculo familiar en el tiempo y la distancia?

Fuera de especulaciones, es tiempo de que los científicos sociales, particularmente los historiadores, apoyen sus afirmaciones en sólida evidencia documental. El caso de Fernando Peralta demuestra que no podemos confiar ni en la veracidad de nuestra propia memoria, si no va acompañada de evidencia.

jueves, diciembre 21, 2006

Prosiguen los festejos del Centenario



Desde septiembre pasado, Torreón se encuentra irreconocible por la cantidad y la calidad de los eventos culturales que han tenido lugar.

Prácticamente no hay día en que no haya un concierto, recital, presentación de libro, exposición o algún otro evento por el estilo. Es de llamar la atención cómo estas manifestaciones estéticas e intelectuales en su conjunto han estimulado el interés de la población por el arte y por la historia regional.

Aunque Torreón no es una capital estatal, y por lo tanto no cuenta con los subsidios usuales de éstas para los eventos de la cultura y la ciencia, Torreón se ha convertido en un escaparate artístico de primer nivel, por la calidad de los espectáculos que presenta, muchos de ellos internacionales.

Como se hace en las capitales de algunos estados, sería muy conveniente, y también muy deseable, que estos artistas de la música y del teatro ofrecieran una función gratuita en algún estadio o plaza de la ciudad, ya que, por desgracia, no todos los torreonenses tienen las posibilidades económicas para comprar un boleto de taquilla.

UNESCO ha definido el derecho a la educación como uno de los derechos fundamentales del ser humano. Educar es cultivar. No se puede despreciar a las clases populares por incultas cuando no se promueve activamente su educación, incluida la artística. Pero estamos seguros de que las personas encargadas de gestionar estos eventos, lograrán algo al respecto. Así, los festejos serán verdaderamente de todos.

Internet en espacios públicos



Uno de los proyectos del Ayuntamiento de Torreón para el año próximo es el de dotar algunos espacios públicos plaza de armas, alameda con acceso inalámbrico a la red mundial (Internet). La idea es que los estudiantes que acuden a estos espacios con computadoras portátiles puedan consultar los sitios virtuales que consideren de interés.

En lo personal, y como residente de muchos años de un hogar que se encuentra a menos de 100 metros de la alameda, debo decir que los estudiantes que he visto acudir a este parque difícilmente pertenecen a la clase socioeconómica de los que suelen poseer y usar un artefacto de esta naturaleza. Los que visitan la plaza de armas no son muy diferentes a los descritos.

Pero la medida sería un acierto si se piensa en otro tipo de usuarios que se encuentran apenas a metros de la plaza de armas: los inquilinos de los hoteles, los parroquianos de los cafés, y quizá los visitantes de los museos, si se les permite introducir una computadora personal portátil y si la señal es suficientemente fuerte. Éstos últimos serían los espacios idóneos para que los estudiantes tomen notas virtuales.

sábado, diciembre 16, 2006

Festival navideño de la tercera regiduría

Hoy en punto de las cinco de la tarde dio inicio el Primer Festival Navideño organizado por la tercera Regiduría de Torreón, cuyo titular es el Lic. Gerardo Iván García Colmenero. Lo pudimos ver entusiasta, moviendo cajas, preparando todos los detalles en compañía de los jóvenes que conforman su equipo. El evento se llevó a cabo en el auditorio de la Escuela de Medicina de Torreón.

El programa incluyó un concierto navideño a cargo de la Orquesta Sinfónica Silvestre Revueltas y la Camerana Mozart. Ambos ensambles están constituidos por niños músicos. Luego siguió una charla sobre el significado de la navidad, las pastorelas y las posadas, la cual estuvo a cargo de este cronista. Finalmente, Gerardo Moscoso presentó una pastorela norteña con el grupo de teatro del ICOCULT.

Es de destacar la intención del Lic. García Colmenero, de que en estos festivales se busque profundizar el sentido de la navidad, y cultivar el espíritu antes que gratificar el estómago. Podemos decir que este objetivo se cumplió plenamente, y que los niños y sus padres salieron muy complacidos, con mayores conocimientos sobre el arte musical y teatral, y por supuesto, edificados por el ejemplo de otros niños que a su tierna edad ya se presentan en conciertos. No faltaron los tradicionales bolos con dulces.

Familias centenarias de Torreón: los Eppen.

Este es uno de aquellos linajes reconocidos socialmente como de los más antiguos de Torreón. Su fundador fue Andrés Guillermo Eppen Aschenborn, quien nació el 13 de julio de 1840 en la ciudad de México, hijo legítimo de Federico Eppen y Carlota Guillermina Aschenborn, ambos de origen prusiano. Fueron sus abuelos paternos Andrés Eppen y Margareta de la Motte, y los maternos, Enrique Aschenborn y Carlota Lehmann. Andrés Guillermo Eppen fue bautizado el 16 de agosto del mismo año, en la parroquia de San Miguel Arcángel de la ciudad de México.

Con solo 22 años de edad, Andrés Guillermo vino a Mapimí (Durango, México), donde conoció a una lagunera que lo cautivó y con la cual contrajo matrimonio ahí mismo el 3 de marzo de 1862. Se trataba de la señorita Antonia Zúñiga. Ella tenía por entonces 20 años de edad, ya que había nacido en Mapimí el 13 de junio de 1842. La joven pareja residiría posteriormente en Sapioriz (Durango). Y finalmente, según Eduardo Guerra, Andrés Guillermo Eppen y su familia llegaron al rancho del Torreón y sus alrededores en 1879, a solicitud de la Casa Gutheil.

Andrés Guillermo y Antonia procrearon los siguientes vástagos: Jesús Eppen Zúñiga, nacido el 23 de febrero de 1863 en Mapimí. Guadalupe Eppen Zúñiga, nacida en Sapioriz (Durango) el 17 de julio de 1864. María Eppen Zúñiga, nacida en Sapioriz en 1866. Juana Eppen Zúñiga, quien nació el 1 de septiembre de 1871 en Sapioriz. Margarita Eppen Zúñiga, que casaría con Saturnino L. Lozano Guerrero el 10 de agosto de 1878 en San Fernando, entonces jurisdicción de Mapimí, actualmente ciudad Lerdo (Durango).

De estos troncos surgieron multitud de retoños que han venido a constituir familias tan conocidas como respetables. En el caso particular de María Eppen Zúñiga, comentaremos que casó con Julián Lack Brunner, inmigrante suizo de linaje afincado en Solothurn durante siglos.

Entre los vástagos de este matrimonio se contaban Guillermina Lack Eppen y Julián Lack Eppen.

Guillermina casó con Alfredo de la Parra, y de este matrimonio nacieron Alfredo de la Parra Lack y María Estela de la Parra Lack, personas muy conocidas y estimadas en la Comarca Lagunera.

Julián Lack Eppen casó con María Encarnación Esparza, y tuvieron por hijas a Concepción Lack Esparza y a Rosa Lack Esparza, las dos muy conocidas por su gran calidad humana e interés por el conocimiento.

Como un dato para la crónica de Torreón mencionaré que doña Guillermina Lack Eppen sabía muy bien del gran interés que me causaba la investigación sobre las raíces familiares. En varias ocasiones me contósobre el origen de los Eppen, prusianos de Silesia, gente extremadamente distinguida del estamento nobiliario del Antiguo Régimen. La familia de la Motte, me decía, procedía de la aristocracia emigrada de Francia hacia Alemania durante la Revolución Francesa. Los Aschenborn, cuyo apellido significaba nacido de sus cenizas como referencia al mítico Fénix, tenían vínculos de sangre con las principales familias prusianas.


Como mera nota al pie, menciono que los datos cronológicos los hetomado de investigaciones previas conservadas en Iglesia de los Santos de los Últimos Días, Salt Lake City, Utah.

jueves, diciembre 14, 2006

Burocracia sin espíritu de servicio

El día de hoy tuve la oportunidad de visitar como usuario una de las oficinas gubernamentales que prestan servicios al público en general. No quiero decir cuál de ellas fue, pero sí quiero comentar que cuando llegué era el único usuario que esperaba, y que aún así, los empleados tardaron una hora en darme el ingreso para atenderme. Mientras tanto, se acumularon las personas que necesitaban la atención de esta oficina y que no se explicaban qué asunto de tan capital importancia podía estar reteniendo a sus tres empleados, de los cuales una señorita parecía no hacer otra cosa que descansar y platicar animadamente con sus compañeros y con otra señora, su amiga a ojos vistas.

Cuando tuve la dicha de ser por fin atendido, el empleado me platicó en tono de confidencia que le habían caído gordas dos personas que estaban "agitando" a los usuarios que, frustrados, hacían cuentas de cuánto tiempo les iba a tomar ser atendidos. Confieso que salvo por la espera inusualmente larga, fui bien atendido. Pero la espera de aquellos que llegaron después de mí fue, sin duda, desesperante.

Los empleados de las oficinas municipales son el rostro del ayuntamiento de Torreón para todos los usuarios que acuden a ellas. Como director de un Archivo Histórico, es decir, de una oficina que presta servicios a cualquier persona que los solicite, entiendo la importancia de pensar siempre en el usuario, la importancia de la amabilidad, del buen trato, de la cortesía, y sobre todo, del entusiasmo que se le ponga al trabajo encomendado. Entiendo perfectamente que yo soy la cara de la Universidad Iberoamericana Laguna para aquellos que ocurren por algún servicio al Centro de Investigaciones Históricas.

Y al reflexionar sobre la propia experiencia me pregunto: ¿Será demasiado pedir a los servidores públicos de cualquier oficina gubernamental que entiendan que ellos son la cara del alcalde y del ayuntamiento de Torreón ante todos los ciudadanos? ¿Será demasiado pedir que entiendan que están para eso, es decir, para servir, y que su sueldo lo pagan los contribuyentes que acuden a solicitar su ayuda? ¿Es demasiado pedir que comprendan que los usuarios no son sus enemigos?

Después de todo, la eficiencia no consiste solamente en el uso de hardware y software de última generación. Los burócratas serán eficientes cuando piensen en resolver las peticiones y en ahorrar el tiempo de los usuarios que acuden a solicitar algún servicio. Serán eficientes cuando el usuario deje la oficina en cuestión con una sonrisa, complacido por la rapidez y el buen trato. Entonces el ciudadano común realmente creeráque tenemos un excelente gobierno.

Instantes de 100 años

Ayer miércoles fue inaugurada la exposición fotográfica "Torreón, instantes de 100 años" en el Bosque Venustiano Carranza de esta ciudad. Esta colección fue diseñada para exhibirse al aire libre con el objeto de que los transeúntes de dicho parque tengan la oportunidad de contemplarla durante los próximos tres meses.

Se trata de una colección de 50 fotografías antiguas en gran formato, agrupadas por temas: la ciudad y urbanismo; industria; vida cotidiana y revolución.

Esta exposición ha sido organizada por la Dirección de Cultura de Torreón y la empresa Met-Mex Peñoles. Los materiales fotográficos proceden de las colecciones de dicha empresa y del Archivo Municipal Eduardo Guerra de Torreón.

miércoles, diciembre 13, 2006

Familias centenarias de Torreón: los Licerio

Otro caso de inmigrantes de vieja prosapia duranguense es el constituido por el matrimonio formado por Juan Licerio y Juana de Santiago. Ambos se encuentran registrados en el padrón de Torreón de 1892. Él declara tener 60 años de edad (nació hacia 1832), estar casado y ser labrador de oficio. Ella declara tener 45 años de edad, y ser casada, desde luego. Con ellos aparecen censados sus hijos Benito Licerio, de 20 años, casado, labrador; Natividad Licerio, de 22 años, viudo, labrador; y Severiano Licerio, de 10 años. Aparecen también empadronadas Felícitas y Bernardina Licerio.

Benito Licerio de Santiago fue bautizado en Peñón Blanco, Durango, el 26 de marzo de 1871,
hijo de Juan Licerio y Juana de Santiago de acuerdo al libro de bautismos de 1866-1907 de la misma jurisdicción.

Su hermana Felícitas de Jesús Licerio Santiago, hija de los mismos padres, fue bautizada en Peñón Blanco el 27 de mayo de 1875.

Los Licerio estaban en Peñón Blanco y Cinco Señores (Nazas), en Durango y en Villa de Coss, Zacatecas, desde el último tercio del siglo XVIII.

Se puede decir que este es un apellido muy ligado a la historia del algodón, ya que Cinco Señores (Nazas) lo cultivaba desde 1817, por lo menos, y Peñón Blanco tenía una de las textileras de algodón más importantes de Durango desde la primera mitad del siglo XIX. No deja de ser interesante notar que los inmigrantes de aquellas regiones de Durango trajeron a Torreón un saber relacionado con el cultivo y el beneficio de la fibra de algodón.

Familias centenarias de Torreón: los Lechuga

Para continuar con el escrutinio de las raíces de las familias más antiguas de Torreón, mencionaremos el matrimonio conformado por Marcelino Lechuga y Juana Martínez, ambos empadronados en el censo de la Congregación del Torreón en 1892. Él declaró tener 64 años de edad, ser casado y labrador de oficio. Ella declaró tener 60 años de edad.

Junto a ellos aparecen en el padrón sus hijos Hilario, de 33 años de edad, casado, labrador; Eulalio, de 29 años de edad, casado y también labrador; Hesiquio, de 21 años de edad, labrador de oficio.

Y aunque el padrón ya no lo menciona, la investigación documental nos ha permitido remontar las generaciones y ancestros de este matrimonio.

Es por esta razón que sabemos que José Esiquio Mauro Lechuga, uno de los hijos mencionados, nació en Analco, en la ciudad de Durango y fue bautizado ahí mismo el 18 de noviembre de 1871 como hijo de Marcelino Lechuga y Juana Martínez. Su hermano mayor, Marcelino Zenón Lechuga Martínez, fue bautizado en el Sagrario Metropolitano de Durango el 11 de abril de 1857.

De acuerdo al padrón, los varones Lechuga que eran vecinos de Torreón en 1892 y que eran descendientes (hijos y nietos) de Marcelino Lechuga y Juana Martínez eran los siguientes: los ya mencionados Hilario, Eulalio y Hesiquio, así como Antonio, de 7 años de edad, y Máximo, de 3 años de edad. Todos ellos pueden ser troncos de las familias Lechuga de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, ya que, por ser varones, transmitieron el apellido a su descendencia.

La pareja inicial formada por Marcelino Lechuga Luna y María Juana Martínez Castorena contrajo matrimonio el 31 de agosto de 1856 en Analco, en la ciudad de Durango. Él nació hacia 1828 y era hijo legítimo de Vicente Lechuga Estrada, natural de Sombrerete, Zacatecas, y de María Antonia Luna Santiago, natural de Peñón Blanco, Durango, quienes casaron en este último lugar el 23 de mayo de 1823. La novia fue bautizada con el nombre de Juana Francisca Martínez Castorena, en Analco, en la ciudad de Durango, el 19 de junio de 1831, y era hija de Agapito Martínez y de María Espiridiona Castorena. Éstos últimos a su vez habían casado en el Santuario de Guadalupe de la ciudad de Durango, el 11 de agosto de 1810, justo un mes antes del Grito de Dolores.

El padre de Marcelino Lechuga lo fue Vicente Ferrer Lechuga, bautizado en Sombrerete, Zacatecas el 14 de abril de 1772 en el templo de San Juan Bautista. Era hijo de Clemente Lechuga y Manuela de Estrada.

martes, diciembre 12, 2006

Nueva edición de libro de Eduardo Guerra

El Archivo Municipal Eduardo Guerra recién ha puesto en nuestras manos una “edición del centenario” de la Historia de Torreón por Eduardo Guerra.

Se trata de una edición conmemorativa del texto que dicho historiador publicó por vez primera en 1932, con motivo del vigésimo quinto aniversario de la elevación de nuestra población a la categoría de ciudad. Este libro cuenta con una presentación del alcalde de Torreón, Lic. José Ángel Pérez Hernández, un prólogo del puño y letra de este cronista, y una buena cantidad de anotaciones críticas de pie de página de la autoría del Lic. Carlos Castañón Cuadros, investigador del Archivo Municipal.

La iniciativa para dotar a Torreón con esta nueva y útil edición corresponde al Lic. Jorge Rodríguez Pardo, Director del Archivo Municipal.

Este es un libro con formato tamaño carta, de fácil manejo y lectura, por el tamaño grande de la letra. Consta de 242 páginas, muchas de ellas ilustradas con los gráficos que Eduardo Guerra quiso usar originalmente, más otros que se añadieron por su interés y antigüedad y que dan mejor idea del contenido del texto.

Consideramos que ésta es una buena oportunidad para familiarizarnos con la historia de Torreón, que el próximo 15 de septiembre cumplirá su primer centenario de existencia con la categoría de ciudad.

domingo, diciembre 10, 2006

Primer informe de gobierno del alcalde de Torreón


En el auditorio Santiago Garza del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus Torreón, José Ángel Pérez Hernández, alcalde de Torreón, rindió su primer informe de gobierno. El evento contó con la presencia de los 16 regidores, 2 síndicos, el secretario y el mismo alcalde, más unos 1,400 invitados y asistentes.

Mención especial merece la presencia de algunas personas destacadas, como lo fue el diputado federal Jorge Zermeño Infante, ovacionado varias veces. Zermeño Infante es ex alcalde de Torreón por el Partido Acción Nacional y en la actualidad Presidente de la Cámara Baja del Congreso de la Unión. Estuvieron también Jorge Torres López, Secretario de Finanzas del Estado de Coahuila, representante del gobernador Humberto Moreira. Se contó con la presencia de varios alcaldes de ciudades de Coahuila y de Durango, así como de ex alcaldes de Torreón.

Estuvieron asimismo presentes algunos diputados federales y estatales de Partido Acción Nacional, del Partido Revolucionario Institucional, del Verde Ecologista y del Partido del Trabajo. No podían faltar el Comandante de la Región Militar, el obispo de Torreón y el siempre jovial Carlos González Castañón, Cónsul Honorario de España en nuestra ciudad. Destacó asimismo la presencia de Ramón Iriarte, presidente del Patronato del Centenario de Torreón.

El auditorio estuvo lleno a reventar, y el alcalde fue ovacionado en varias ocasiones, y eran de llamar la atención las porras que en su honor coreaban algunas personas. Se puede decir que el informe tuvo una excelente recepción. El prólogo al informe lo comentó José Ángel Pérez de viva voz, y posteriormente se acudió a los medios electrónicos. El auditorio contaba con varias pantallas que le permitieron a la concurrencia seguir el informe videograbado y los acontecimientos del auditorio en vivo. De manera simultánea, el informe fue transmitido por televisión a la ciudadanía de Torreón.

Se puede decir que el evento fue lucido, que no cabía un alma más en el auditorio, y que el contenido del informe tuvo una buena recepción. Fue muy aplaudida la declaración de que el municipio opera con cero deuda pública.

Felicitaciones para el alcalde y para los miembros e integrantes del ayuntamiento.

jueves, diciembre 07, 2006

Nuevo mural para Torreón

Anoche fue develado el más reciente mural del artista Gerardo Beuchot. Lleva por título “Comarca Lagunera. Orígenes y dinámica” y se encuentra ubicado en el Centro de Iniciación Artística Pilar Rioja, CINART.

La ceremonia de inauguración comenzó a las 20.30 horas en dicho centro. Conformaron el presidium Gabriela Nava, Directora de Cultura de Torreón, como representante del alcalde José Ángel Pérez Hernández; Laura Eraña, Directora del ICOCULT Laguna; Armando Guerra, Director del ICOCULT Saltillo y representante del gobernador de Coahuila, Humberto Moreira; Ramón Iriarte, Presidente del Patronato del Centenario, Gerardo Beuchot, autor del mural, y también este Cronista en su calidad de tal.

Después de los correspondientes discursos y explicaciones en torno al nuevo mural, se procedió a su develación ante la numerosa concurrencia que aplaudió con auténtico entusiasmo, ya que la proximidad del año 2007 y los festejos del centenario de la ciudad han despertado gran interés y sensibilidad histórica entre los torreonenses.
La celebración continuó con vino blanco, refrescos y una gran variedad de canapés.

El mural tiene un gran número de entradas o lecturas. Es significativo que se encuentre ubicado en un plano este-oeste, y que esté diseñado para leerse de izquierda a derecha, ya que esa fue la ruta que siguieron los colonos para crear asentamientos en la Comarca Lagunera de Coahuila: Parras, San José y Santiago del Álamo, Torreón.

Los misioneros y presbíteros jesuitas se encuentran representados debido a la enorme importancia que tuvieron para la creación del territorio de lo que ahora conocemos como “Comarca Lagunera”. La Compañía de Jesús recibió el permiso de Felipe II para encargarse de la evangelización de La Laguna el 6 de abril de 1594. Los jesuitas establecieron a Parras en 1598 como capital administrativa, espiritual y cultural de La Laguna.

El nuevo mural de Beuchot es el primero en la Comarca que muestra individuos de la etnia de los tlaxcaltecas, que tanto contribuyeron al éxito de la empresa de evangelización y aculturación de los aborígenes laguneros. Estos numerosos tlaxcaltecas abuelos nuestros han sido olvidados o negados por nuestra historia regional hasta que Beuchot los ha rescatado y les ha conferido el lugar que les corresponde por derecho propio.

El mismo Porfirio Díaz (tan querido por los torreonenses de 1907) aparece como conductor de la locomotora que trae a Torreón “orden y progreso”, como rezaba el lema de los positivistas y/o científicos, y que resume en tres palabras el ideario porfiriano. Por cierto, se trata de una locomotora fabricada en la Hacienda de Hornos (Viesca), ya que efectivamente, en 1910 existía ahí una próspera industria metalmecánica.

En su conjunto, el mural nos expone el surgimiento de la Comarca Lagunera de Coahuila desde 1598 hasta los inicios de Torreón. Se trata del contexto histórico que explica el surgimiento y consolidación de nuestra urbe. La apropiación de la tecnología europea para la fabricación de vinos y aguardientes fue la clave del éxito económico de la Comarca en la era colonial. En otro momento histórico, la industrialización y modernización de esa misma Comarca —una nueva apropiación de tecnología— ocurrió en Torreón. Así nos lo muestra el mural, surgen un nuevo cultivo, el algodón, y nuevas formas de energía propias de la modernidad: el vapor y la electricidad.
No podemos sino agradecer a los patrocinadores del arte de Gerardo Beuchot por este espléndido regalo que hacen a Torreón con motivo de la celebración de su primer centenario como ciudad. Los ideales del renacimiento se han cumplido nuevamente: se han dado la mano el arte y la ciencia. Desde anoche, Torreón cuenta con una representación veraz, respaldada documentalmente y maravillosamente ejecutada por el hábil pincel de este artista lagunero.

lunes, diciembre 04, 2006

Felipe Calderón jura su cargo presidencial

Tanto Vicente Fox como Felipe Calderón han dado muestras de sensibilidad y prudencia políticas al transmitir por televisión, desde Los Pinos y en cadena nacional, la ceremonia de sucesión del cargo presidencial. Efectivamente, en un acto sin precedentes que comenzó a las 11.45 de la noche del 30 de noviembre, Vicente Fox entregó la banda presidencial a un cadete del Colegio Militar, en presencia de Felipe Calderón. A las 12 de la noche, Calderón aceptó el cargo de nuevo presidente de La República.

Fue este un acto protocolario, sencillo, celebrado en la residencia presidencial en presencia de algunos invitados y funcionarios de los gabinetes saliente y entrante.

Esta sensibilidad y prudencia se hicieron mucho más patentes el 1 de diciembre en la sede del Congreso de la Unión. Los diputados perredistas continuaban bloqueando los accesos con la intención de no permitir el ingreso de los presidentes saliente y entrante, con el fin de restarle legitimidad a la transmisión de poderes.
Por momentos hubo verdaderas batallas campales entre los diputados, y esto en las narices de las delegaciones extranjeras invitadas. Este bochornoso espectáculo fue contemplado, entre otros, por SAR el Príncipe de Asturias, y por el ex presidente de los Estados Unidos, George H. W. Bush. Se nota que a muchos mexicanos les sobra amor propio y les falta orgullo nacional.

Poco después de las 9.30 am del 1 de diciembre, aparecieron en la tribuna el ex presidente Fox y el nuevo presidente Calderón. El arribo fue tan sorpresivo como inseperado, y la sorpresa provocó silencio en muchos de los que estaban más que decididos a provocar algarabía tal que imposibilitara la toma de posesión.

Felipe Calderón pronunció las palabras de rigor con fuerza, claridad y rapidez. Jorge Zermeño Infante le entregó a éste la banda presidencial, y Calderón mismo se la colocó.
Y así como llegaron, entre gritos, así se fueron los protagonistas de la ceremonia de transmisión de poderes.

El día siguiente, 2 de diciembre, el ex candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador vino a Torreón a iniciar su tournée como “presidente legítimo”. La verdad, su estancia en La Laguna constituyó algo así como un balde de agua fría, ya que no reunió ni a mil personas, cuando como candidato lograba juntar hasta 40,000 aquí mismo.

Una inserción pagada en uno de los diarios locales de mayor circulación le indicaba con toda claridad (y honestidad) que no era bienvenido en La Laguna.

Y consideramos que este es un sentir generalizado en La Comarca. Iguales descalabros está sufriendo en otras regiones del norte del país.

AMLO no puede contar con un mensaje más claro. Sus días como aspirante al poder ya pasaron a la historia. El norte no está interesado en la desobediencia civil. El norte desea seguir por la senda del progreso. AMLO debe encontrar un nuevo rol que le permita luchar institucionalmente contra la pobreza y la injusticia, pero no contra la Nación. Y por lo que se puede apreciar, es mejor que lo haga desde el Distrito Federal.

miércoles, noviembre 29, 2006

Presentan nuevo libro

Ayer martes se llevó a cabo la ceremonia de presentación el nuevo libro de ensayos “Torreón, ciudad centenaria”. Se trata de una contribución de la editorial La Opinión Milenio para celebrar el primer siglo de Torreón como ciudad, y también para mantener informados a los laguneros sobre diversos aspectos y asuntos regionales. La responsabilidad de la coordinación general de este proyecto editorial fue de Adriana Vargas.

Participaron en este proyecto un buen número de escritores —que aunque no todos son laguneros— ciertamente son conocidos en La Comarca. El valor académico o literario que puede tener cada uno de los ensayos es directamente proporcional a la habilidad científica o artística de sus respectivos autores. Sin duda alguna, este libro proporcionará largas horas de amena y entretenida lectura.

El evento y el posterior brindis tuvieron lugar en el hotel Crowne Plaza a partir de las 20 horas.

Los diputados desconocen el "fair play"

El día de ayer, los diputados mexicanos ofrecieron al mundo entero un deplorable espectáculo. Los flamantes hombres de leyes se agredieron a golpes y puntapiés con tal de asegurar la tribuna del Congreso de la Unión. El objetivo era claro: para los panistas, asegurar la toma de protesta de Felipe Calderón el primero de diciembre. Para los izquierdistas del PRD, se trata de bloquear la tribuna precisamente para evitar que dicha protesta tenga lugar.

No podemos concebir que los legisladores se vean reducidos, por propia iniciativa y gusto, al nivel de pandilleros. Si los legisladores tienen alguna queja, ellos mejor que nadie conocen las vías para presentarlas por las vías legales. Pero no pueden usar esas quejas para descarrilar la vida institucional de toda una nación simplemente porque las cosas no salieron como ellos querían.
En vista de los acontecimientos, Jorge Zermeño, exalcalde de Torreón y actual presidente de la mesa directiva de la Cámara Baja, determinará si el día de la ceremonia de investidura presidencial se recurre o no a las fuerzas de seguridad para mantener la calma.

Ya es tiempo de que López Obrador admita su derrota. Su negativa a aceptar la realidad solamente está generando inestabilidad, falsas expectativas, neurosis y violencia. Hay límites para la inconformidad. Y la izquierda mexicana, si es que efectivamente está actuando en bloque, debe entender cuáles son estos límites. No se puede desestabilizar a una nación, ni llevarla al enfrentamiento de sus miembros, por una mera sospecha de ilegalidad.
Porque, a final de cuentas, nunca se ha demostrado el tan mencionado fraude electoral en contra de la izquierda.

martes, noviembre 28, 2006

Consideraciones sobre la historia y la crónica

Existen entre los diversos sectores de la población de Torreón una serie de “verdades” asumidas de la manera tan gratuita como ingenua. Es decir, son cosas que se repiten —y que a fuerza de repetición— acaban siendo creídas de una manera acrítica, irresponsable, cómoda.

A estos falsos supuestos los llamamos “mitos”. Cada grupo, cada sociedad tiene los suyos propios, y son muy convenientes cuando se trata de justificar una conducta, una actitud y hasta la irresponsabilidad de quien carece de interés ético para investigar por sí mismo una verdad y delega en el "otro" esa tarea.

La existencia de “la historia” como si tuviera vida propia e independiente a la de los historiadores, es un mito. No hay historia sin historiador, de la misma manera que no hay realidad sin perceptor.

Y ya que hablamos de mitos, la cordialidad entre historiadores es solamente eso: un mito. En realidad, al menos en Torreón, el canibalismo es una práctica cotidiana entre muchos auto designados “historiadores”. Claro que —en su gran mayoría— no se trata de académicos, sino de meros forjadores de libros o de programas mediáticos para quienes la historia es solamente un pretexto y no una vocación. Se puede obtener una jugosa ganancia por un libro de renombrada casa editorial o por la publicidad de un programa de buen rating.

Se dan casos en que el verdadero historiador es percibido como un peligro para los mercachifles de “la historia”. De aquí que lo acusen falsamente de cualquier cosa que lo pueda alienar del patrocinio de los empresarios, y por ende, de la competencia.

Pero el historiador serio, académico, no necesariamente está interesado en hacer o vender libros de “historia fácil”. De los muchos que conozco de este tipo, la verdad ninguno se interesa en los libros de imagen, en las iconografías ni en géneros similares. Los que yo conozco —y son muchos— se interesan en hacer avanzar las fronteras del conocimiento por medio de la investigación científica. Son lo más opuesto que conozco al concepto de empresario, ya que les interesa mucho más la ciencia que la ganancia.

Otra verdad asumida que bien puedo calificar de mito, es la “obligación” de que el cronista se encuentre afiliado a alguna asociación histórica de carácter extramunicipal o interestatal, e incluso nacional. Estas asociaciones ordinariamente constituyen organismos de control político, es decir, sindicatos que acatan consignas o cumplen agendas. La figura del cronista municipal no puede ni debe ser alineada ni amordazada por ningún medio, pues este servidor público se debe a los intereses del municipio que representa. Su voz debe ser libre para actuar sin límites ni reservas.
Y, aún como sucede en algunos casos afortunados, si el cronista recibe un significativo estipendio del municipio, no debe ser considerado este estipendio como un salario que lo ata “al patrón”, sino como la contribución del ayuntamiento para que el cronista tenga la libertad y la seguridad económica que requiere el libre desempeño de su oficio. Se trata de un mero apoyo pecuniario que garantice su independencia.

lunes, noviembre 27, 2006

¿Los indios de La Laguna colonial construian altares de muertos?

Como es bien sabido, Santa María de las Parras se fundó en 1598 bajo la figura jurídica de “pueblo”, por ser indígenas sus colonos fundadores. Las etnias que constituyeron el pueblo primigenio eran básicamente la de los tlaxcaltecas de San Esteban de la Nueva Tlaxcala [Saltillo] o descendientes suyos, y una buena porción de indios “laguneros” “agregados” de las diversas misiones o visitas jesuíticas de la región.

Los tlaxcaltecas de Saltillo y Parras provenían del área geográfica y cultural que conocemos como Mesoamérica. Estos nuevos pobladores llegaron a Saltillo en 1591, y tan sólo siete años después algunos estaban en Parras como fundadores del nuevo pueblo. Es posible que trajesen con ellos sus viejas tradiciones funerarias mesoamericanas, si bien debemos considerar que los tlaxcaltecas norteños constituyeron uno de los pueblos indígenas más occidentalizados de la Nueva España a través de un continuo proceso de aculturación —básicamente por contigüidad con criollos y españoles— que, desde luego, incluía los elementos ideológicos y litúrgicos del catolicismo español.

Hasta ahora no hay testimonio documental que pruebe que los tlaxcaltecas de Parras hacían ofrendas a sus muertos para el día de los fieles difuntos del calendario religioso católico. En cambio, resulta sorprendente que contemos con el caso documentado de un presbítero criollo, don Joaquín Ignacio Blas de Maya, que ofrendaba la tumba de sus padres —ubicada nada menos que en el Colegio de San Ignacio de Loyola de ahí mismo— a la manera que lo hacían y hacen aún los purépechas de Janitzio.
Más aún, a la muerte del padre Joaquín, otro criollo, don Juan de Urtazum, continuó la costumbre del primero por varios años hasta que el obispo de Durango se lo prohibió por no constar por escrito que fuese voluntad del difunto padre Joaquín que se continuase realizando dicha ofrenda. Independientemente de si la razón del obispo para terminar con esa costumbre era de índole económica (después de todo, la ofrenda se hacía con dinero de la obra pía) o religiosa, este caso arroja luz sobre la manera como los blancos, incluso los presbíteros, podían apropiarse de elementos antropológicos e incluso teológicos mesoamericanos.
¿Pensaban que efectivamente los difuntos volvían una vez al año para estar con sus parientes? ¿Consideraban que los muertos se alegraban a la vista de las ofrendas colocadas sobre sus tumbas? El simple acto de presentación de las ofrendas así lo sugiere. Las ofrendas funerarias constituían en este caso la evidencia, la expresión tangible y perceptible de una apropiación cultural ajena al pensamiento católico ortodoxo de la época.

Para el año de 1753 ya había muerto el presbítero bachiller don Joaquín Ignacio Blas de Maya, el cual era miembro de una ilustre familia criolla parrense de origen vasco. Antes de fallecer había dispuesto se fundase una capellanía sobre las dos casas y viña contigua. Casas y viña fueron constituídas en obra pía por el superior despacho de don Salvador Becerra y Zárate, arcediano, dignidad, juez de testamentos, capellanías y obras pías, provisor y vicario general del obispado de Durango.

En ese año de 1753, las casas tenían rentadas “un cuarto y una cocinita maltratada” a don Andrés Bello, el cual pagaba un peso de renta al mes; “un cuartito y un patiecillo corto” a don Joaquín Rodríguez, también por un peso mensual, y “un cuarto y un patio grande” a Ambrosio de Vielma, por dos pesos mensuales.

Las principales entradas en metálico para la obra pía de don Joaquín de Maya provenían de los productos anuales de la viña: uva, vinos y aguardientes.

En 1753 era administrador de dicha obra pía don Juan de Urtazum, otro criollo de ascendencia vascongada. Entre las actividades y gastos que don Juan reportó haber realizado ese año, declaraba que

"En 1º de 9[noviem]bre para el día de finados se pusieron en la zepultura de d[ic]ho S[eñ]or B[achille]r 6 v[ela]s de zera. Ytt[em] en 1º de 9[noviem]bre de 1753 a[ño]s para d[ic]ha ofrenda, un carnero en pie. Ytt[em] en d[ic]ho [día] para d[ic]ha ofrenda un varr[i]l con 2 a[rroba]s 8 q[uartillo]s de vino".

En 1754, don Juan de Urtazum repetía la ofrenda de muertos en la tumba de don Joaquín de Maya. Sobre esta ocasión, que fue el día 2 de noviembre, dice que

"En 2 de 9[noviem]bre para la ofrenda que se puso en la cepultura don[d]e está enterrado d[ic]ho S[eñ]or B[achille]r y sus difuntos padres, se puso un tercio de [h]arina, un carnero, un varril de vino con 2 a[rroba]s 8 q[uartillo]s y quatro v[ela]s de zera".

La ofrenda colocada en la sepultura donde estaba enterrado don Joaquín de Maya y sus padres se repitó el 2 de noviembre de 1755 con harina, un carnero, un barril de vino y cuatro velas de cera; en 1756 en la misma fecha se hizo igual, con 6 velas en lugar de cuatro; en 1757 se menciona que 33 pesos

"se gastaron en la ofrenda que se pusso el día de finados en la zepoltura del p[adr]e"

En 1758 la información del administrador de la obra pía nos revela que la ofrenda se colocaba en el Colegio de San Ignacio de Loyola de Parras, en donde se ubicaba la tumba del presbítero y de sus padres. Dice don Juan de Urtazum a propósito de las cuentas de dicho año de 1758

"Se rebaxan 36 p[eso]s del importe de la ofrenda que se pone en este collegio en la zepultura del B[achille]r don Juachín de Maya y sus disfuntos padres..."

En 1759 la “ofrenda anual” se colocó como los otros años, el 2 de noviembre, día “de finados”. En el apunte de 1760, se nos hace saber que el mismo presbítero don Joaquín de Maya acostumbraba colocar la ofrenda en la tumba de sus padres —que luego sería la suya— antes de morir. Escribe en sus cuentas don Juan de Urtazum sobre este punto:

"En 2 de 9[noviem]bre, para la ofrenda que se puso en la zepultura de d[ic]ho B[achille]r y de sus defuntos Padres, como tenía de costumbre, un tercio de [h]arina...10 libras de zera...un carnero...un varr[ i ]l de vino con 2 a[rrobas] 10 qq[uartillo]s".

En el año de 1761, el primero de julio, don Pedro Tamarón y Romeral, obispo de la diócesis de Durango —en cuya jurisdicción quedaba Santa María de las Parras— “visitó” los libros, ingresos, egresos y bienes de la obra pía de don Joaquín de Maya. El resultado de esta “visita” del obispo fue que:

"Se le dan las gracias p[o]r su buena administras[ió]n, cuidado y zelo en procurar su aumento, y mediante a q[u]e [h]aviendo preguntado a d[ic]ho Adminis[trado]r D[o]n Juan de Urtazun en qué se [h]avía fundado p[ar]a ofrendar todos los años las sepulturas del d[ic]ho B[achille]r D[o]n Joaquín de Maya y sus ascendientes, y respondió q[u]e p[o]r [que] éste lo hazía en su vida, pero q[u]e no dexó or[de]n ni disposición p[ar]a su continuas[ió]n, en cuia disposición cessará en poner d[ic]ha ofrenda para q[u]e con más brebedad se verifiquen los fines piadosos a q[u]e se dirixe la fundas[ió]n de d[ic]ha obra pía".

Desde luego, don Juan de Urtazum honró su palabra, y no se volvió a realizar ofrenda alguna en la tumba de don Joaquín de Maya y de sus ascendientes. Lo que hacía don Joaquín de Maya y don Juan de Urtazum, ¿era realmente una práctica individual, o más bien una práctica social? ¿Dónde se apropiaron de dichos elementos ideológicos? ¿Solía haber en Parras ofrendas a los muertos en una escala verdaderamente social? No lo sabemos. Solamente los testimonios documentales y el trabajo de los historiadores pueden ofrecernos una respuesta válida.

La "reliquia" y sus orígenes


Una de las instituciones sociales que parecen caracterizar a la norteña ciudad mexicana de Torreón es la llamada “reliquia”. Este es un evento social de carácter popular que involucra aspectos filantrópicos, religiosos y gastronómicos.

Es muy frecuente que entre las clases medias y populares de Torreón, muchas familias organicen y compartan de manera tradicional, año con año, esta comida. En realidad, la “reliquia” es la concretización anual de un culto perenne relacionado con algún santo o advocación de la Virgen. Una familia devota de San Judas Tadeo, de la Virgen de Guadalupe, de la Virgen de San Juan de los Lagos, etc., con ocasión de la fiesta anual del santo, prepara un cuantioso festín de asado de puerco acompañado de una guarnición de siete sopas de pasta.
Esta comida se distribuye de manera gratuita entre todos aquellos comensales que lo soliciten. Desde luego, los vecinos de la familia que ofrece la “reliquia” saben de antemano que ese la comida estará disponible, porque se trata, no de un evento aislado en el tiempo, sino que se repite año con año como una manda o voto hecho al santo.

Pero la “reliquia” no es solo comida. Siempre va acompañada de un acto litúrgico en familia o en pequeña comunidad de familiares y vecinos e invitados. Ordinariamente implica el rezo de cinco misterios del rosario, con todas sus letanías. Este acto de veneración al santo antecede al reparto de la comida. En muchas ocasiones, una danza de “matachines” (representación de un tipo de indígenas prehispánicos) señala desde temprano el domicilio donde se ofrecerá una “reliquia”. Estos danzantes pueden ser contratados por la familia, o bien, puede tratarse de un grupo de personas que aportan su danza personal como ofrenda al santo en cuestión y en esa casa en particular.

Una vez terminado el rezo, se procede a la distribución de la parte gastronómica de la “reliquia”. La familia y los invitados especiales comen en los platos de la casa; los vecinos que no fueron al rezo pero sí a la distribución de la comida, suelen llevar sus propios platos. Cuando son muchos los solicitantes, forman fila y van pasando frente a las grandes ollas que contienen las sopas y el asado de puerco.

Para quienes no conocen México ni están familiarizados con su gastronomía, diremos que el asado de puerco no es carne cocida en asador, sino que se trata de un guiso de trozos de carne de puerco (pierna, lomo) cocidos en una salsa hecha a base de chile rojo (chile ancho colorado, poblano seco), tomate y cebolla. Las sopas son de las llamadas “de pasta” y que se sirven secas, no caldosas: fideo, letras, almeja, semilla de melón, etc.

La “reliquia” en su conjunto constituye pues un acto de culto de carácter netamente ético, filantrópico, destinado a servir al ser humano en necesidad. Está muy lejos de la autoflagelación penitencial e individualista con que muchas personas de las clases populares de México creen agradar a la Divinidad, a los santos o a la Virgen. Sin duda hay un gran trasfondo cultural de origen prehispánico en esas actitudes masoquistas, tan dolorosas como estériles, con las cuales la “reliquia” nada tiene que ver.

Es muy interesante que en Torreón, la “reliquia” permanece como una comida o institución de carácter popular. No ha gozado de la aceptación directa o movilidad vertical que otros platillos —de origen extranjero— han tenido. En Torreón, las clases pudientes y medias, además del menú cotidiano, consumen paella, alubias, hojas de parra, jocoque fresco y seco, kipe de ambos tipos, dedos de novia, belewes, comida china cantonesa como el arroz frito, puerco en agridulce, chop suey, etc. Muchas veces, los platillos originales ya están acoplados al gusto regional, o bien se han mestizado y reinventado.
En Torreón, estos no son simples platillos que algunos restoranes ofrecen a sus parroquianos, se trata de platillos incorporados a la dieta de las familias regionales, y que ordinariamente las señoras o señores saben preparar. Es decir, se trata de platillos que han sido incorporados a la cultura gastronómica de las clases medias y altas (calificamos en base al poder adquisitivo).

La celebración y consumo de la “reliquia” pertenece al ámbito del “pueblo”, esta es la percepción de las clases altas y medias de Torreón. Aunque puede suceder que algunas familias pudientes apoyen económicamente a quienes organizan la celebración, estas familias nunca pensarían en adoptar la costumbre para sí. Existe un cierto desdén por lo que tenga sabor popular o de mexicanidad, porque “no viste”. La tendencia va hacia la valoración de lo extranjero y lo elitista.
Así, muchas señoras de las clases más desahogadas se reúnen a celebrar y venerar a la advocación alemana de la Virgen de Schoenstadt. Y están en todo su derecho. La religiosidad tiene derecho a manifestarse de acuerdo a posición y cultura, siempre y cuando nadie resulte agredido o lastimado. Y mejor aún si alguien resulta beneficiado, como en el caso de la “reliquia”.
Los torreonenses, al igual que los adolescentes (Torreón es una ciudad adolescente que no ha cumplido su primer siglo de vida como tal) pensamos que el mundo nació con nosotros. Realmente asumimos que la celebración de la “reliquia” surgió con nosotros por “generación espontánea”.

Ya he dedicado un libro (La Comarca Lagunera, constructo cultural) para mostrar que aunque la ciudad cumpla un siglo de existir como tal, la cultura de sus habitantes es mucho más antigua y diversa. Las profundas raíces coloniales son evidentes, y la “reliquia” nos ofrece un ejemplo perfecto para evidenciar la naturaleza transgeneracional (y de clase) de la cultura.

La “reliquia” no es una institución originaria de Torreón. Estamos ante un caso de difusión cultural por migración. Con la apertura de las líneas de ferrocarril (1884-1888) Torreón quedó sujeto a la migración regional, nacional e internacional, y también a la adopción de las innovaciones que personas de otros ámbitos pudieran traer consigo. Llegaron la energía e iluminación eléctrica, los motores de vapor y de combustión interna, llegaron las modas, y también llegaron nuevas formas de celebración religiosa. Y decimos “nuevas” no porque fueran realmente nuevas, sino porque en la Comarca Lagunera fueron percibidas como nuevas.

En nuestro libro arriba citado, mostramos la gran inclinación que tenían las clases populares de origen regional —colonizadoras de Torreón— hacia la celebración cotidiana y familiar de liturgias de origen virreinal: las “acostadas” y “levantadas” de niño, el rezo del rosario, la organización de danzas religiosas, etc. La celebración de la “reliquia” añadió elementos nuevos, al incorporar la obligación de preparar y compartir una comida a base de carne de puerco y sopas. La carne de puerco y el pavo o guajolote constituían los ingredientes “de lujo” de las comidas de origen popular.
Así que la “reliquia” era percibida como un verdadero banquete, y el nivel de compromiso que implicaba una obligación anual de este tipo era mayor que la versión regional lagunera, que solamente ofrecía pan dulce. Pero también, para satisfacción de los creyentes que se comprometían a celebrar la “reliquia”, la “gratitud” o la “complacencia” del santo venerado sería mayor. Es decir, la versión zacatecana del culto popular podía reemplazar con ventaja la versión regional. De ahí la adopción de esta costumbre.

La “reliquia” llegó a la Comarca Lagunera con los inmigrantes zacatecanos. Sabemos que había cierto flujo de migrantes de aquella región hacia Viesca (entonces San José y Santiago del Álamo) en la era colonial. Pero los que popularizaron la celebración de la “reliquia” en la Comarca Lagunera, fueron los zacatecanos que comenzaron a llegar cuando la Comarca Lagunera y Torreón quedaron conectados con el estado vecino por medio del ferrocarril.

En Zacatecas, la “reliquia” tiene muchos años de existir, tantos que el término “reliquia” zacatecana” es de viejo cuño y se refiere a la celebración religiosa de un santo con un platillo formado por asado de puerco y siete sopas de pasta. A diferencia de lo que ha pasado en Torreón, en Zacatecas la “reliquia” ha sido aceptada por los más altos círculos sociales y hasta existen restaurantes especializados en “reliquia”, como “El Pueblito” en la ciudad de Zacatecas.
La “reliquia” ha sido presentada entre las muestras gastronómicas “Los sabores de la tierra” organizadas por la Universidad Autónoma de Zacatecas. En esta muestra se ha distinguido formalmente entre la “reliquia” de asado y siete sopas, y la “reliquia” de atole de maíz, pinole y pan ranchero, es decir, entre la “reliquia” salada y la dulce. La “reliquia” de asado y siete sopas constituye uno de los platillos tradicionales de inmemorial de Valparaíso y Villa de Cos, en Zacatecas, entre otros lugares de ese estado de la federación.

Examinemos un caso histórico de difusión por migración: el testimonio de la señora Esperanza Huízar Núñez.[1] Dice ella:
“Miguel Huízar (mi abuelo) nació en Valparaíso, Zac. en el año de 1853 […] llegó a Gómez Palacio en 1905[2] trayendo consigo la imagen de Sra. Santa Ana que data del siglo pasado y habiendo sido la patrona de la hacienda que llevaba su nombre del municipio de Valparaíso, Zac. El hacendado primo hermano de mi abuelo se la regaló en tiempos de los cristeros que cerraban las iglesias o las quemaban, por ese motivo, mi abuelo se hizo cargo de la imagen, con la promesa de venerarla siempre el 26 de julio de cada año, promesa que ha sido cumplida a través de generación en generación de abuelo a padre, a hijos, nietos, y Dios permita que bisnietos y tataranietos […] Quiero hacer mención que la celebración del 26 de julio se inicia con una novena que data del año de 1868[3] […] esta novena la rezamos desde el 18 de julio hasta el 26, el santo rosario sin faltar la danza de matachines y una riquísima reliquia”.

En conclusión: la Comarca Lagunera ha tenido, desde la era virreinal, múltiples manifestaciones de culto privado. Las danzas, las “acostadas” y “levantadas” del Niño Dios han sido las tradiciones populares de carácter rural que más han pasado al ámbito urbano con los migrantes regionales. Los migrantes zacatecanos aportaron a la cultura religiosa y gastronómica de Torreón y de la Comarca Lagunera esa forma particular y específica de veneración del santo, la “reliquia”, cuyo aspecto gastronómico consiste de asado de puerco acompañado de siete sopas de pasta. Esta es una forma profundamente bíblica de culto, ya que “dar de comer al hambriento” es quizá la actividad religiosa más altamente valorada por los primeros cristianos (Mt. 25: 35)


[1] Archivo Histórico de la Universidad Iberoamericana Laguna, Torreón, México. Expediente 85.

[2] Gómez Palacio es una ciudad separada de Torreón por el Río Nazas, cuyo cauce sirve de límite estatal entre Coahuila y Durango. Gómez Palacio fue elevada al rango de ciudad en 1905.

[3] “Novena de Señora Santa Ana, madre de María Santísima. Dispuesta por el presbítero D. Mariano Toraya, el menor de sus devotos. Monterrey. Reimpresa por A. Mier, calle de Abasolo número 36. 1868”.

jueves, noviembre 23, 2006

Las manos del tahúr

El día de ayer fue presentado el libro de cuentos Las manos del tahúr del aclamado autor lagunero Jaime Muñoz Vargas. El acto estaba programado para las veinte horas en el foyer del Teatro Isauro Martínez. Esta colección de textos ganó el premio nacional de cuento de Sonora, convocado por el Instituto Sonorense de Cultura y el Conaculta.

Ante un espacio repleto de espectadores, se dejaron escuchar los comentarios de la Lic. Mariana Ramírez, de Saúl Rosales y del propio autor.

Mariana presentó una reflexión muy atinada en torno a la estructuración de los cuentos de la obra, haciendo evidente para el público el grado de dificultad y de maestría que supone el entramado de cada uno de los cuentos, con dos o más líneas de narración simultánea. Y destacó que no es coincidencia que Jaime Muñoz haya recibido tres premios nacionales en un lapso de 96 horas, cosa que sucedió en octubre del año pasado.

Saúl a su vez hizo comentarios sobre la impresionante trayectoria de Jaime Muñoz, sobre los lugares sociales, políticos y económicos desde los que el autor aborda su obra, y desde luego, sobre los cuentos mismos.

Jaime Muñoz, quien declaró que por lo general él se apega a la estructura tradicional del cuento, explicó a la audiencia algunos de los secretos que implica escribirlos, de las formas ortodoxas y heterodoxas de redactarlos, y de su indistinta validez cuando tienen verdadero mérito artístico. Como tiene por costumbre, el autor convirtió su participación en una verdadera clase magistral con humor y con su sólido conocimiento del tema.

El público estuvo verdaderamente embebido en la presentación y en las palabras de cada uno de los oradores. Jaime recibió no solamente la admiración del público, sino que además fue calificado por éste con toda clase de elogiosos epítetos, destacando el de “Perro Negro” del cuento regional, es decir, el “monstruo sagrado”. Y la verdad, el público no estaba nada lejos de la verdad.

miércoles, noviembre 22, 2006

Concluye el II Festival Internacional de Piano

Anoche finalizó el II Festival Internacional de Piano del teatro Isauro Martínez. Para la ocasión se presentó el connotado pianista brasileño Jean Louis Steuerman, quien ejecutó un programa basado en una selección de obras de Johann Sebastian Bach, Ludwig van Beethoven, César Franck, Fréderic Chopin y Alexander Scriabin.

La interpretación fue impecable, y dejó un muy buen sabor de boca. La señora Claudia Máynez nos ha mostrado una vez más la sensibilidad y el gran conocimiento que posee, sobre todo en cuestiones artísticas y culturales. Las presentaciones de la temporada se caracterizaron por su gran nivel de dificultad, virtuosismo e inspiración interpretativa. Sin duda alguna, constituyeron una muy buena elección.

Asmimismo, es muy interesante constatar que el público que acude suele ser básicamente el mismo, lo cual habla de un núcleo de espectadores laguneros que se va especializando en la música para piano.

Todo nuestro apoyo merece el Patronato del Teatro Isauro Martínez por la calidad de los espectáculos que pone a nuestra disposición.

martes, noviembre 21, 2006

Error político


Ayer 20 de noviembre en el Zócalo, el ciudadano Manuel Andrés López Obrador se autoprocalmó “presidente legítimo” de México, en una ceremonia que pretendió ser el equivalente de las que se celebran cada seis años en el Congreso de la Unión.

La fecha no fue escogida al azar, ya que el 20 de noviembre —en el imaginario de la historia oficial— representa la ocasión de celebrar el triunfo de los movimientos de arraigo popular.

Parece que López Obrador está llevando demasiado lejos sus actos de protesta. Desde su muy personal percepción, pareciera no poder distinguir entre lo puramente simbólico y lo real. Su “toma de posesión” no es ni podrá ser mas que éso, el acto puramente simbólico de un político que ha deteriorado gradualmente su imagen por su incapacidad para aceptar la adversidad en forma de derrota.

Lejos de reasumir la contienda como oposición, con lo cual resguardaría los principios de la vida política y la búsqueda del bien común, ha optado por tratar de crear la ilusión de una “verdadera” y “legítima” presidencia no institucional. Sin embargo, con todo y el público desprecio a las instituciones del país, espera que los legisladores perredistas sometan al Congreso sus iniciativas de ley, e incluso ya instruye al nuevo regente de la ciudad de México con disposiciones populistas emanadas de “su gobierno”.

Creemos que el ciudadano López Obrador debería serenarse de una buena vez, y optar por actuar como fuerza de oposición en el marco de la institucionalidad republicana. Aún tiene tiempo para llegar a la presidencia en buena lid. No hay lugar para caprichos ni berrinches, debería pensar en el bien de todos, como lo prometió. ¿O lo prometido no era en realidad un auténtico proyecto de vida, sino pura y vana demagogia?


Conferencia extranjeros en la revolución

Muy interesante la conferencia del profesor Alejandro Contla Carmona, Cronista de Texcoco y presidente de la Asociación Nacional de Cronistas de la República Mexicana. Esta conferencia magistral tuvo por objeto dar a conocer las investigaciones del profesor Contra Carmona en torno a la presencia y función de los extranjeros en las diversas etapas de la revolución iniciada por Madero en 1910.

Resulta esclarecedor constatar que las fuerzas revolucionarias emplearon los servicios de mercenarios extranjeros para sostener la lucha armada, ya que, como explicó el profesor Contla Carmona, los revolucionarios no sabían usar equipo militar de cierta sofisticación, y requerían asimismo aprender estrategia de combate. El currículum y la experiencia militar internacional de muchos de estos mercenarios resultaban verdaderamente impresionantes.

Un detalle de la conferencia que llamó la atención fue el de equiparar a los chinos armados de Torreón con los mercenarios extranjeros al servicio de Porfirio Díaz. Los torreonenses sabemos que se trataba de simples civiles manipulados por medio del temor cuando se les dijo que los maderistas los podían masacrar si no tomaban las armas para defenderse. Y efectivamente, los maderistas los masacraron el 15 de mayo de 1911. Ese fue un día de infamia para Torreón y para la causa revolucionaria.
La conferencia se llevó a cabo en el auditorio del Museo Regional del INAH el sábado 18 a partir de las 12.30 horas con la asistencia de varios cronistas, entre los cuales pudimos saludar al profesor Matías Rodríguez Chihuahua.

lunes, noviembre 13, 2006

Los "tajos" y "tajitos" en las tierras de los marqueses de Aguayo

Una palabra que pensábamos que era de origen mucho más reciente en la Comarca Lagunera es la que la población regional usa para denominar un canal de tierra sin revestir, un “tajo”.

Sin embargo, una revisión a los libros parroquiales de Viesca en la era colonial nos permite saber que la palabra “tajo” era muy usada en el siglo XVIII en el mismo sentido que la usábamos en el siglo XX.

En el libro de bautismos de dicha parroquia, en la partida del 12 de febrero de 1790, se asienta el bautismo de “María Dionicia Eulalia López Montelongo” en la capilla “del Rancho de San Antonio y paraje del tajo de la Laguna”. Esta niña nació el 13 de enero del mismo año en el “Rancho y tajo de San José, perteneciente al señor marqués de San Miguel de Aguallo”

En el mismo libro se asienta que “en la capilla del Rancho de San Ant[oni]o y paraje del tajo de La Laguna” se bautizó a“José Pablo Eulalio Enríquez Martínez” el cual nació el 15 de enero de ese año en “Rancho y tajo de San Antonio”

Otra acta menciona que el 12 de febrero de 1790, “en la capilla del Rancho de san Antonio y paraje del tajo de La laguna”, se bautizó a un niño que nació el 27 de enero de ese año en el “Rancho y tajo de San José” y se le puso por nombre “José Santiago Eulalio Carrillo de Aguilar”.

Como podemos ver, se mencionan los tajos de La laguna y el tajo de San José. Es evidente que se usan en el sentido de canales conductores de agua. La palabra “tajo” es castellana, de vieja prosapia. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Castellana de la Real Academia Española (Quinta Edición, 1817) “Tajar” significaba “cortar, partir o dividir una cosa en dos o más partes o pedazos”. Según la misma fuente, “tajo” era “entre la gente de campo, el corte que llevaban los segadores o los cavadores cuando van trabajando”. Es decir, un tajo era el canal que iban construyendo los cavadores. Pero también designaba el canal ya acabado, ya que “tajo” era también “el corte que se daba con algún instrumento”.
Otra acta de matrimonio de Viesca menciona el enlace de Pablo Martínez "nativo en la Hacienda de San Juan de Casta, de la comprensión de Mapimí y residente en el tagito de Yd[em]", con Ma. Clara Almaraz, el 12 de febrero de 1839.

Por lo tanto, debemos incorporar el sustantivo “tajo” o "tajito" a nuestro repertorio de palabras regionales de origen colonial. Esta es particularmente importante para la historia de la irrigación y del uso y manejo del agua en la Comarca Lagunera.

martes, noviembre 07, 2006

Inauguración de casino en 1899

A continuación, y por su interés para la historia de la vida cotidiana de Torreón, transcribo la nota que publicó el periódico El Imparcial. Diario de la mañana el domingo 30 de julio de 1899.

“Un nuevo casino. Baile de inauguración. Correspondencia especial. Torreón, Julio 26. La buena sociedad de Torreón inauguró su elegante casino, la noche del sábado 22 del actual con un gran baile, al que concurrieron más de cuatrocientas personas, pues se dieron allí cita lo más granado de la sociedad de Torreón y de las vecinas poblaciones de Lerdo, Gómez Palacio y San Pedro.

El edificio que ocupa el Club fue construido expresamente para el objeto a que ha sido dedicado, y en verdad que tanto por su construcción cuanto por la elegancia y buen gusto con que ha sido amueblado, nada dejaría que desear al más exigente clubman.

Consta dicho edificio de dos pisos y en sus diversos departamentos han sido distribuidos conforme a los planos de construcción, el salón de baile, salón de billares, tocador para las damas, gabinete de lectura, cantinas, salón de juego, etc.

Causaba grata impresión ver allí reunidos y reinando entre todos la mejor armonía, a los miembros de la colonias española, americana y alemana, en el seno de nuestra sociedad.

Como un detalle simpático mencionaré el siguiente: se había pensado en un principio, que uno de los adornos del salón de baile, consistiese en un haz formado por las banderas de las naciones allí representadas, como una muestra de cortesía a sus representantes; pero a indicación de varios extranjeros, sólo los colores mexicanos se ostentaban en un ángulo de dicho salón.

Manifestaron los señores a que me he referido, que estaban todos bajo la protección del hospitalario pabellón de México, y que les era tan grato ver a éste como al de su patria.

Las lluvias que cayeron a principios del mes, aunque no muy abundantes, han asegurado por este año las cosechas de algodón en La Laguna, por lo que están de plácemes los agricultores de esta rica región.
EL CORRESPONSAL”

lunes, octubre 30, 2006

El Alcalde distingue a los descendientes de Wulff

El pasado sábado 28 de octubre, el alcalde, algunos regidores, miembros de las comisiones del Centenario de Torreón, invitados y el Cronista Oficial de Torreón recibieron en la Sala de Cabildo de la Presidencia Municipal, a algunos de los descendientes de Federico Wulff.

El objeto de la comparecencia en dicho recinto fue el de otorgar a las familias descendientes del ingeniero Federico Wulff un reconocimiento a la obra y méritos de su ancestro común.

Son bien conocidas la importancia de Federico Wulff en el desarrollo urbano inicial de nuestra ciudad, y también su aportación a la cartografía regional.

Estuvieron presentes la señora Roberta Walters —nieta de Federico— y su marido el señor Leon Walters, la hija de ambos, Roberta Mc Allister; Bart y Fred Wulff.

El alcalde dio la bienvenida a los visitantes en Inglés, como cortesía a los visitantes, quienes no hablan el Castellano. Posteriormente fueron entregados los reconocimientos por el alcalde, por el señor Ramón Iriarte y por los regidores presentes.

La señora Roberta Walters a su vez hizo entrega de un regalo para los torreonenses. Se trata de un mapa original de la Comarca Lagunera en 1914.

Aunque las familias Wulff llegaron de Forth Worth y otros lugares desde el viernes 27, el acto en la Sala de Cabildo fue quizá el más significativo de su visita. Posteriormente prosiguieron con un recorrido por los teatros Martínez y Nazas, el Museo de la Moneda, una comida en el Campestre La Rosita, una visita al Chalet de Federico Wulff (la casa del cerro) y cerraba la jornada una cena.

Para el domingo estaba programada una reunión de todas las familias descendientes de Federico Wulff de la región.

viernes, octubre 27, 2006

Industrias de gran porvenir en Méjico (1898)

A propósito del apunte anterior en que mencionaba la transformación de la economía lagunera, desde una etapa agropecuaria y textilera preindustrial hacia una etapa de industrialización, quiero transcribir un artículo que apareció en “El Boletín de la República Mexicana” el 1º de septiembre de 1898, páginas 461-462:

“Industrias de gran porvenir en Méjico.

Como indicamos en el artículo que precede, hay multitud de industrias que ofrecen gran porvenir en Méjico. Un ejemplo tangible de lo que avanzamos, nos lo presenta la Compañía Industrial y Agrícola “La Laguna” establecida en los Estados del Norte y a la que nos hemos referido ya en el número anterior de este Boletín.

Ya hemos dicho que esta fuerte compañía, establecida con un capital cuantioso que se dispone a aumentar aún considerablemente, posee las importantes fábricas: la “Alianza” en Torreón (Coahuila), la “Favorita” en San Pedro de La Laguna (Coahuila) y la “Esperanza” en Ciudad Gómez Palacio (Durango).

Esta asociación industrial señala a los hombres de negocios el camino que se debe seguir, indica cómo existen en Méjico muchos elementos desatendidos y que se pueden convertir en fuentes de riqueza.

En aquella región existen plantaciones de algodón que ya han adquirido bastante importancia. Hasta hace diez años, la semilla de algodón se arrojaba como inútil. La Compañía a que nos referimos se organizó principalmente para utilizar esta semilla. En las fábricas mencionadas se muele la semilla para extraer el aceite. Todo este aceite se emplea en fabricar jabón, y se obtiene un jabón muy superior al jabón corriente que se fabrica en lo interior del país. Es muy higiénico por estar formado exclusivamente con una substancia vegetal, y es al mismo tiempo tan barato como el jabón corriente. En Méjico, la caja de 34 ½ kilogramos se vende generalmente a $ 6.75, que es el precio del jabón común. Posee muy buenas cualidades detersivas.

El residuo de la semilla forma una pasta llamada harinolina, excelente para la engorda de ganado. Casi toda esta pasta se exporta, principalmente a Europa; a Inglaterra, y Alemania. Se venden hasta 20,000 toneladas al año.

Estas fábricas producen como 500,000 cajas de jabón de 34 ½ kilos neto cada año. La borra de algodón se exporta a Estados Unidos y sirve para fabricar fieltro.

La instalación de maquinaria es magnífica. Todos los departamentos están alumbrados por luz eléctrica de arco incandescente. Las fábricas emplean una fuerza como de 1,000 caballos vapor y toda esta fuerza es producida casi sin otro combustible que la misma cáscara de pepita de algodón. Emplean como 600 a 700 obreros; todos son hombres. Los jornales son de $ 0 75 a $ 1 50 por 12 horas de trabajo. Las fábricas trabajan sin cesar día y noche.

La misma Compañía posee un gran molino de harinas, sistema húngaro, de lo más moderno que se conoce. Está situado en Torreón, en el mismo perímetro de la fábrica “La Alianza”. Produce como 200 barriles, o sean como 30,000 kilogramos de harina diarios. Entre Ciudad Lerdo y Ciudad Gómez Palacios hay otros dos molinos de trigo de menor importancia.
Un tranvía pone en comunicación por medio de viajes continuos las tres poblaciones de Ciudad Lerdo y Ciudad Gómez Palacios y San Pedro de la Laguna (sic)”.

martes, octubre 24, 2006

Novedades historiográficas

La estancia de este cronista en el Colegio de San Luis la semana pasada obedeció a la presentación de la ponencia que llevaba preparada para compartirla con los académicos de la Asociación de Historia Económica del Norte de México. Esta llevaba por título “La producción de algodón en Nazas y Cuencamé a fines de la era colonial”.

El estudio demostró sin lugar a dudas que la fabricación de textiles de algodón en La Laguna comenzó a raíz de los acontecimientos relacionados con el “Grito de Dolores”, es decir, con la luchas por la independencia novohispana.

El testimonio más autorizado de que las cosas fueron así es el que nos dejó el Comandante de las Provincias Internas de Occidente, el mariscal de campo don Bernardo Bonavia y Zapata, en su comunicado del 22 de julio de 1813. En su argumentación es enfático. Dice que el desorden que en el comercio novohispano causaron las guerras de independencia durante los años 1810-1813, alteró el abasto y la distribución de las mercancías, pero a la vez estimuló la producción de las materias primas y de los artículos que escasearon.
De esta manera, Bonavia y Zapata remonta explícitamente al año de 1810 el inicio de la fabricación de textiles de algodón en la Comarca Lagunera. La siembra de la fibra se hacía —cuando había excedentes de agua de la vitivinicultura— desde 1787. Ya en 1824, el 6% (aproximadamente) de la población económicamente activa de Parras estaba constituida por obrajeros de algodón “ordinario” y “entrefino”.

Por otra parte, el proceso de mecanización de las textileras en La Laguna comenzó desde la década de los 1840´s en Mapimí con una fábrica que sin duda alguna fue la precursora de “La Constancia”.

Se probó asimismo que tan solo la población de Cinco Señores (ahora Nazas, Durango) produjo más algodón en 1817 que el rancho del Torreón en 1855. Como dato adicional, se sabe que en 1817 Cinco Señores abastecía de fibra a compradores de Durango, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Jalisco y Michoacán.

La Laguna y muy particularmente el rancho del Torreón, que inició como población con economía agrícola preindustrial, quedó incorporado al sistema de transportes de locomoción a vapor entre 1884 y 1888. El ferrocarril incorporó a Torreón al mundo industrializado capitalista. En ese momento inicia un vertiginoso proceso de modernización de la tecnología y de la economía torreonenses. Arranca también el proceso de crecimiento y de concentración de obreros en un núcleo urbano dotado de fábricas mecanizadas. Llegan y se adoptan nuevas formas de energía, iluminación y locomoción: la electricidad, el motor de combustión interna, el vapor.

Debemos tener claro pues, que el lapso 1884-1888 no marca el inicio de Torreón, sino la incorporación de la población a la economía y al mercado capitalista mundial. O dicho de otra manera, a la industrialización. Fue el paradigma industrial el que hizo de Torreón lo que es: una ciudad moderna y un polo de desarrollo regional y nacional.

lunes, octubre 23, 2006

XVI Encuentro de la AHENME

La Universidad Iberoamericana Laguna ha sido elegida como la próxima sede de los trabajos del XVI Encuentro de la Asociación de Historia Económica del Norte de México, los cuales se llevarán a cabo el 11, 12 y 13 de octubre de 2007.

Esta designación se tomó al final de los trabajos del XV Encuentro de la AHENME, los cuales tuvieron lugar en las instalaciones del Colegio de San Luis, en San Luis Potosí, del 18 al 20 de los corrientes.

Esta prestigiosa asociación de historiadores del más alto nivel académico cuenta entre sus miembros a representantes de las principales instituciones de investigación del país, todos ellos con trabajos realtivos al norte de México en diversas épocas y con diversos enfoques.

Este Cronista de Torreón fue designado Coordinador del XVI Encuentro de la AHENME, y pone de relieve la importancia que se le confiere a Torreón en su primer centenario como ciudad, y desde luego, a la Universidad Iberoamericana Laguna como institución de educación superior creadora de nuevos conocimientos. En el 2007, la UIA-Laguna celebrará sus 25 años de existencia y también 413 años de presencia civilizadora de la Compañía de Jesús en La Laguna.

Hacemos constar nuestra especial gratitud al Lic. José Ángel Pérez Hernández, Alcalde de Torreón y al Ayuntamiento 2006-2009 de nuestra ciudad, bajo cuyo patrocinio tendrá lugar este evento tan importante como lucido. Vaya también nuestro reconocimiento al Archivo Municipal “Eduardo Guerra”, institución homóloga del Instituto de Investigaciones Históricas de la UIA-Laguna.

A los lectores de este sitio, los mantendremos debida y oportunamente informados sobre este evento.

jueves, octubre 12, 2006

Noche de Hispanidad

El señor don Carlos González Castañón, Cónsul Honorario de España en Torreón, y el Mtro. Quintín Balderrama López, sj, Rector de la Universidad Iberoamericana Laguna, fueron los anfitriones para la celebración del Día de la Hispanidad en la Comarca Lagunera.

El evento inició a las 21.30 horas con una gran concurrencia de ciudadanos españoles y mexicanos. Estuvieron presentes los anfitriones ya mencionados, el señor José Ángel Pérez Hernández, alcalde de Torreón, así como autoridades y representantes civiles y militares de los estados de Coahuila y Durango, quienes iniciaron el evento con palabras de bienvenida. Se contó asimismo con presencia diplomática de la embajada de España en México.

El ambiente fue de lo más cordial y festivo, destacando como siempre el cuidado y la organización de la Lic. Sofía Enríquez.

Para esta ocasión, el Cónsul Honorario nos regaló con la actuación de la afamada “bailaora” granadina “La Moneta” (Fuensanta Fresneda Galera) quien viajó a Torreón ex profeso en compañía de sus “cantaores” y guitarristas.

El espectáculo fue verdaderamente inolvidable, ejecutado con derroche de pasión, energía y talento. Resonó el tablado con la fuerza expresiva de “la Moneta”.

Distintos espacios interiores y exteriores de las instalaciones de la universidad sirvieron como escenarios para las presentaciones artísticas. A la luz de las antorchas, con el fresco aroma del pasto en el ambiente, compartieron su alegría jóvenes mariachis, danzantes indígenas, y jinetes que con sus maniobras unían el virtuosismo de la escaramuza charra con la nobleza de la maestranza española.

Finalmente, los infaltables fuegos de artificio, que resaltaron con sus colores la negrura de la noche suburbana.

Durante los primeros minutos del 12 de octubre, don Carlos González Castañón y señora se dedicaron a felicitar, saludar y a despedir personalmente a los invitados que se retiraban. Sin duda, esta fue una celebración impecable, al gusto de todos quienes celebramos la presencia de la cultura española en nuestras raíces regionales antiguas y modernas.

miércoles, octubre 11, 2006

Linajes centenarios en Torreón

Torreón celebra su primer centenario como ciudad, ya que el 15 de septiembre del próximo año 2007 contará exactamente con cien años de existir con esta categoría. Si contamos desde 1893, cuando comenzó la corta historia de Torreón como villa (apenas si duró 14 años, del 24 de febrero de 1893 al 15 de septiembre de 1907) o nos remontamos aún más (como rancho desde 1850), veremos que en ese período se establecieron en nuestra población muchas familias de diversas procedencias.

Muchas de las primeras familias procedían del sur de Coahuila; otras, de diversos estados de la República. Más tarde, llegaron las de origen extranjero, como los empleados del ferrocarril (empresa estadounidense), sus ayudante, cocineros y cuadrillas. Pero al igual que sucedía entre los mexicanos, los extranjeros podían ubicarse en diferentes categorías, de acuerdo a sus ocupaciones. Había extranjeros profesionistas, comerciantes, prestadores de servicios urbanos y agropecuarios. Médicos e ingenieros, entre muchas otras categorías laborales.

No todos los extranjeros provenían de las clases populares, ni todos contaban con las mismas herramientas para abrirse paso en una comunidad que surgió y creció a pasos de gigante.Los profesionistas —ordinariamente pertenecientes a las clases medias mexicanas, europeas o estadounidenses— eran indispensables en un asentamiento nuevo que requería servicios de urbanización, servicios médicos y sanitarios, servicios legales, administrativos, etc.

Algunos extranjeros vendrían por iniciativa de la compañía para la cual laboraban, como sucedía con el ferrocarril; muchos otros dejarían sus países de origen para mejorar sus condiciones de vida en un lugar pletórico de oportunidades como lo era Torreón a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Y sus condiciones económicas en sus países de origen iban desde la pobreza hasta la solvencia empresarial. Pero todos ellos podían incrementar la calidad de sus vidas en la Comarca Lagunera.

Muchos de estos inmigrantes forjaron sus apellidos y linajes en el curso de 100 o más años de notoriedad en Torreón. Otros linajes de origen extranjero ya traían consigo una prosapia de siglos, como es el caso de Andrés Eppen Aschenborn, descendiente de miembros de viejas familias aristocráticas prusianas y francesas (desde príncipes hasta barones) que, como el ave fénix (Aschen Born, el que nace de sus cenizas) creó sus renuevos en La Laguna.

Entre los colonos de origen mexicano, encontramos muchos apellidos que suenan comunes, pero que cuentan con una prosapia de cuatro siglos o más en el sur de Coahuila y en Nuevo León e incluso de siglos atrás, en España y Portugal. Se trata de viejos apellidos ilustres, linajes que ganaron hidalguía en España por sus servicios de colonización, pacificación y descubrimiento a favor de la Corona. Por estas mismas razones se les premió con el título de “Beneméritos” y con otros privilegios, como la exención de impuestos.

Apellidos beneméritos reconocidos todavía en España lo son Adriano, del Toro o Toro, Treviño, Garza, de la Garza, Flores (de Ábrego, de Valdés), González (de Paredes, Hidalgo), Ábrego, Santos (Santos de Coy o Santoscoy), Borrego, Valdés o Valdéz, de la Fuente, de las Fuentes, Fuente, Ramos (de Arriola), Lobo (Guerrero, de Acuña), y muchos otros.

Entre aquellos genealogistas que concurrimos a los congresos nacionales e internacionales (como genealogista tengo 40 años de experiencia) esto que menciono es de sobra conocido. Es muy común que nos llamemos y tratemos de “primos” aunque el ascendiente común haya existido hace 300 años. Sabemos quiénes descendemos del fundador de Saltillo, Alberto del Canto, y quiénes de Diego de Montemayor, fundador de Monterrey, como es el caso de este cronista y el de muchas otras personas que nos enorgullecemos de nuestras viejas raíces coloniales y que atesoramos las correspondientes pruebas documentales.

Es una verdadera pena que tantos torreonenses ignoren sus historias familiares. Contarían con una invaluable herencia cultural e histórica que ninguna suma de dinero, por exorbitante que fuera, podría proporcionar.