Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

domingo, junio 30, 2013

Arrendamiento del Rancho "El Torreón" 1885 y 1886



En el fondo documental donado por el Lic. Ramón Segundo Flores Llama, ubicado en el Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana, encontramos contratos de arrendamiento correspondientes al primitivo rancho del Torreón, del cual surgió nuestra industriosa ciudad, el cual transcribimos a continuación.

RANCHO DEL TORREON
Contrato de Arrendamiento por los años de 1885 y 1886.
Arrendatarios: Don Ricardo Hickman Flores
Don Guadalupe Suárez
Arrendador: Don Andrés Eppen, en representación de Doña Luisa Ibarra de Zuloaga.

Lic.  José Sariñana.
En Villa Lerdo, cabecera del Partido de Mapimí, a los tres días del mes de enero de mil ochocientos ochenta y cinco, por ante mí, el Escribano Público de la Nación, ciudadano Lic.  José Sariñana y testigos, comparecieron los señores Don Andrés Eppen por una parte, y por la otra los señores Don Guadalupe Suáez y Don Ricardo Hickman, a cuyas personas doy fe conocer con capacidad legal para obligarse, mayores de edad, casados y vecinos de la municipalidad de Matamoros de la Laguna en el Estado de Coahuila, los tres de profesión agricultores; y dijeron: que el señor Don Andrés Eppen según la carta poder que exhibe y se insertará, está facultado ampliamente por la señora Doña Luisa Ibarra de Zuloaga para contratar el arrendamiento del Rancho del Torreón, propiedad de la dicha señora, y en tal concepto, cumpliendo con las instrucciones que de ella ha recibido, el dicho contrato de arrendamiento lo ha celebrado con los citados señores Suárez e Hickman, y para que surta sus efectos lo consignan en el presente instrumento bajo las cláusulas siguientes.  

PRIMERA: El arrendamiento se sujetará exactamente a todas y cada una de las condiciones bajo la cuales lo tenía el señor Florencio Madaríaga, según la Escritura Pública que con este señor se otorgó en la ciudad de Parras de la Fuente a diez de octubre de mil ochocientos ochenta y uno ante el Escribano Público ciudadano Francisco Meave, siendo el término de este arrendamiento el de dos años que son los de mil ochocientos ochenta y cinco y mil ochocientos ochenta y seis, con la advertencia que se hizo en la cláusula segunda de aquella escritura para el caso de venta de la finca.  

SEGUNDA: El precio de la renta será de tres mil pesos anuales, como lo acuerda la cláusula tercera de la propia escritura, con la garantía prendaria que determina la cláusula décima tercera, bajo el concepto de que la señora Arrendadora, o quien en derecho la represente, podrá pedir la posesión de la prenda tan luego como lo estime conveniente a sus intereses, y quedando obligados los señores Arrendatarios solidaria y mancomunadamente por todas las obligaciones del arrcndamicnto.  

TERCERA: Los scñorcs Arrcndatarios por todas las obligaciones quc contraen en este contrato quedan expresamente domiciliados en esta Villa.  La carta en virtud de la cual obra el señor Don Andrés Eppen doy fe tenerla a la vista y que literalmente dice: Parras, a 26 de noviembre de 1884.  Sr.  D. Andrés Eppen.  San Antonio del Coyote.  Estimado amigo y señor.  Por la presente queda usted facultado para celebrar contrato de arrendamiento del Rancho del Torreón con la persona que ofrezca garantías suficientes  ateniéndose a las instrucciones que me permito adjuntarle en carta por separado, de mi apoderado de esa misma fecha.  Si fuere necesario que ratificase la escritura de arrendamiento, por no ser la presente poder en forma, con gusto lo hará su Affa.  Atta. y S. S. Luisa Y. de Zuloaga.  

Firmado Andrés S. Aguayo.  

Como en la misma carta anteriormente inserta, se expresa que la señora propietaria ratificará el presente contrato, así lo procurará el presente contrato, así lo procurará el Sr.  Don Andrés Eppen, como lo deja consignado expresamente en este instrumento.

Leído que les fue a los señores otorgantes, manifestaron estar conformes con su tenor, obligando a su cumplimiento todos sus bienes presentes y futuros.  Firmaron siendo testigos los señores Don Silvano Zúñiga y Moreno y Don Manuel Avila, mayores y vecinos.  Doy fe.  Firmados.  Ricardo Hickman, Guadalupe Suárez, Silvano Zúñiga y Moreno, Manuel Avila, Andrés Eppen, José Sariñana E.P.

Se sacó de su registro el mismo día del otorgamiento por la parte del Sr.Don Andrés Eppen, en las dos fojas con las estampillas prescritas por la ley. Certifico. Un signo. Un sello que dice: “José Sariñana, Notario Público”  Firmado. José Sariñana.






Sr. Ricardo Hickman Flores con su nieta Amalia. Foto de 1918



sábado, junio 29, 2013

Continúa sirviendo a la comunidad nacional la "Crónica de Torreón"


Como en otros años, el más que conocido académico y científico social, Dr. Felipe Castro Gutiérrez, de la Universidad Nacional Autónoma de México, incluye al blog de la Crónica de Torreón entre aquellos destacados espacios virtuales que mantienen el paso a través de los años, como lo manifestó a principios de 2013. 

Ya en alguna ocasión (agosto de 2009) mencionó a este blog en particular, "Crónica de Torreón" como el más antiguo de México en su tipo, en funciones. Nos congratulamos de servir ininterrumpidamente, así a la comunidad lagunera local, como a tantos laguneros en la diáspora nacional e internacional.  







jueves, junio 27, 2013

Memorias y diario de don Vito Alessio Robles





     


Este Cronista Oficial de Torreón felicita al Gobierno del Estado de Coahuila de Zaragoza por su iniciativa para publicar las memorias del más insigne de los historiadores coahuilenses, don Vito Alessio Robles. 

A la vez, agradece al Gobernador del Estado, Lic. Rubén Moreira Valdés, por su amable deferencia y donación, a título personal, de los tres volúmenes de la obra. Sin duda alguna, este magnífico tríptico, aunado a la calidad editorial de Miguel Ángel Porrúa, redundará en el mayor conocimiento de la vida y obra de aquél político e historiador por parte de las nuevas generaciones.   



domingo, junio 23, 2013

El "robo de la novia" en La Laguna


Original de Juan Carlo Bovieri

En la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango, sobre todo entre la población rural o entre los grupos urbanos de procedencia rural relativamente reciente, la vieja costumbre de “robarse a la novia”, continúa vigente. 

Una sencilla serie de entrevistas a informantes clave, levantada por los alumnos del curso “Historia, arte e identidad regional” del otoño 2008, puso en claro esta realidad. De acuerdo a los resultados de dicha encuesta, la costumbre de “robarse a la novia” continúa existiendo en nuestra comarca, aunque con matices diferentes, según se trate de comunidades rurales o de las clases populares urbanas de La Comarca.

Las entrevistas realizadas pusieron de manifiesto en qué consiste esta costumbre, en sus rasgos esenciales. Se trata, no de un verdadero rapto, sino de una “fuga” voluntaria de los novios, para iniciar una nueva familia. Esta fuga no es secreta en lo absoluto, ni toma desprevenidos a los padres de los novios. Por lo general, el padre del novio está bien enterado de los planes de “fuga” de su hijo varón con su novia, y suele darle toda clase de apoyo para la consumación de los planes. En su medio, se considera una prueba de valor y de masculinidad, tener el coraje de “robarse” a la novia.
Por otra parte, los padres de la novia suelen estar al tanto de que la hija se va a fugar, y la mayor parte de las veces ésta lo hace con su bendición. Existen algunos casos en que el novio no es del agrado de los padres de la novia, y aunque la pareja haya acordado fugarse, aquélla no lo recibe, como señal de rechazo.  

Los entrevistados consideraron que “el robo” de la novia se efectúa con toda premeditación, en algunos casos, para forzar la aprobación de los padres de los novios, si es que están reacios a esa unión en particular. El ahorro en los gastos de una boda “convencional” se considera una razón significativa y suficiente para que la unión de la nueva pareja se realice en estas circunstancias. El costo de los festejos de una boda civil y eclesiástica tradicional rebasaba y aún rebasa las posibilidades de muchas parejas, por lo que, por lo general, se suple con una pequeña ceremonia familiar antes del robo de la novia. Otro caso planteado indica que el “robo” se lleva a cabo cuando algunas novias ya se encuentran embarazadas. De esta manera, la pareja evita el descrédito de la mujer, ya que la costumbre califica como una “cualquiera” a la mujer que se embaraza sin estar inserta en una forma de convivencia conyugal socialmente aceptada. De la misma forma se califica a la mujer que se fuga con el novio y vuelve sola y por su cuenta, sin haber establecido una vida conyugal permanente con su pareja.  

El “robo de la novia” es considerado por los entrevistados como una buena solución al problema que representa el hecho de que las familias de los novios no se vean entre sí “con buenos ojos”, y rechacen la posibilidad de emparentar. El robo de la novia y la consiguiente pérdida de la virginidad (anatómica o social) sería la base de una política de “hechos consumados” que acaba por acercar a las familias de la pareja.   

Tras algún tiempo de vida conyugal, los novios fugados vuelven a casa de sus padres, para recibir el “perdón oficial” por su “locura”. En las sociedades rurales laguneras (conservadoras y patriarcales) el robo de la novia se consideraba —socialmente— una desobediencia y una falta del respeto debido a los padres. La vuelta al hogar restauraba —socialmente— la desobediencia, obtenía el perdón y restablecía la vida afectiva de padres e hijos, ya que era muy usual que la mujer llevara a presentar a sus padres y suegros al primogénito de la unión. Una vez restablecida la armonía, la mujer se quedaba a vivir en casa de sus suegros, integrándose a la familia. Una vez que esto sucedía, era común que el matrimonio se legitimara ante juez y sacerdote, aunque había excepciones. 
  
Hasta cierto punto, el robo de la novia continúa siendo toda una puesta en escena, con el objeto de guardar las apariencias y el honor de la familia, sin ofender los consensos morales de las sociedades rurales y urbanas de extracción rural. Aunque el padre de familia sabe que su hijo se va a robar a la novia, lo alienta a ello, y acoge a la pareja una vez consumado el rapto. Finge y manifiesta enojo ante los demás miembros de la comunidad, por razón de su “autoridad vulnerada”. Lo mismo suele suceder con los padres de la novia.  

Los entrevistados clave consideraron que el robo de la novia era muy común en tiempos pretéritos, sobre todo en los ranchos, pero que en la actualidad va disminuyendo la frecuencia de los casos. No deja de ser curioso que algunos de estos encuestados consideraron que la costumbre viene “de inmemorial”, es decir, desde siempre. Otros le atribuyeron orígenes más recientes, tiempos de ruptura social, como pasaba durante la Revolución Mexicana, cuando los jinetes rebeldes literalmente se llevaban a las mujeres de los ranchos, con su voluntad o sin ella. 

Hemos visto que el robo de las novias es una costumbre que continúa vigente entre algunos sectores de la población de la Comarca Lagunera, pero ¿cuál es el origen de esta costumbre? ¿Cómo podemos explicarla en un contexto histórico, social y religioso?   

Los orígenes de esta costumbre se remontan a la España medieval, cuando el clero dictaminó que el centro de la operación matrimonial consistía en el consentimiento mutuo de los novios. Este consentimiento mutuo radicaba en dos momentos diferentes: el desposorio o “palabra de casamiento de futuro” (verba de futuro) y la palabra de casamiento de presentes (verba praesenti). Así, la “palabra de casamiento” era la clave para iniciar las relaciones entre los hombres y las mujeres. Estos principios quedaron integrados y resumidos en las Siete Partidas, las leyes españolas escritas entre 1256 y 1265.    

Con la conquista y colonización de la América Española, las leyes y las costumbres de la península fueron trasplantadas a esta nueva sociedad. La palabra de matrimonio (verba de futuro) era una forma socialmente aceptada, con la cual las parejas podían iniciar su vida conyugal, mientras tenían la oportunidad de darse la formal palabra de matrimonio (verba praesenti) ante el testigo social por excelencia: el sacerdote. Esto era particularmente cierto en las regiones septentrionales de la Nueva España, donde los enormes espacios, la peligrosidad de los viajes, los ataques de indios, y la mínima existencia de parroquias o vicarías, dificultaban la celebración de los matrimonios eclesiásticos. Los jóvenes habitantes de haciendas y ranchos lejanos a las parroquias, se daban palabra formal de matrimonio y procedían a cohabitar sin el menor sentimiento de culpa o de rechazo social, hasta que pudieran darse la palabra de matrimonio “In Facie Ecclesiae”.  

Se consideraba que si un hombre tomaba la virginidad de una mujer, quedaba en deuda con ella, por haberle quitado algo “precioso” y de “gran valor”. Solamente el matrimonio podía compensar la acción cometida. De manera que, cuando se daba la palabra de matrimonio y se desvirgaba a la pareja, era de fuerza legal que el varón llevara a la mujer al altar, para que el clero sancionara la unión previa.   

Durante la mayor parte de la era colonial, el sur de Coahuila estuvo conformado por las Alcaldías Mayores de Las Parras y el Saltillo, que se ubicaban en la Gobernación de la Nueva Vizcaya. En esta región, la palabra de matrimonio (verba de futuro) funcionaba exactamente como lo hemos mencionado arriba. Constituía el requisito formal para el inicio de la vida conyugal entre las parejas que, por diversas circunstancias,  no podían casarse en una iglesia. 
Un caso muy ilustrativo relacionado con esta institución social lo tenemos en la Villa del Saltillo, con la denuncia que Beatriz de Herrera, viuda, y su hija Josefa Lessa Herrera, presentaron contra Nicolás de la Fuente, menor de 25 años, el 3 de junio de 1666. El cargo era incumplimiento de palabra de matrimonio, agravado con la existencia de una hija de ambos.  

La afectada, Josefa Lessa Herrera, de 14 años de edad, declaró que hacía un año conocía a Nicolás, el cual insistentemente la solicitaba y “requería”, y que, al fin y al cabo, Nicolás obtuvo lo que quería. Que si ella había cooperado con sus propósitos, era por quedar amparada, ya que era pobre. Y que por esta razón, Nicolás le ofreció por amparo el matrimonio (verba de futuro). Pero que, ya con una niña como fruto de esa unión, se enteró que estaban corriendo las amonestaciones para el matrimonio de Nicolás con otra mujer, por lo que Josefa y su madre fueron a dar cuenta del impedimento al párroco de Saltillo y a la Real Justicia. Nicolás, al verse perseguido por la justicia de la villa, se refugió en el convento de San Francisco, de Saltillo. 

El 14 de enero de 1670, Nicolás de la Fuente, ya encarcelado por incumplimiento de palabra de matrimonio, declaraba que efectivamente había ofrecido palabra de matrimonio (verba de futuro) a Josefa Lessa, antes de tener relación con ella. Pero que, al darse cuenta de que no era doncella, y reclamárselo así, quedó rota la promesa. No obstante, Nicolás no pudo demostrar este punto, y fue condenado a pagar una fuerte indemnización. Hubiera sido obligado a casarse si no existiera el inconveniente de que era público y notorio que ya había hecho vida marital con Melchora Flores de Arriola, su prometida.  

Lo anterior demuestra que la palabra de matrimonio, dada de buena fe, permitía el inicio de la vida conyugal y obligaba al matrimonio. En algún momento de sus vidas, el vínculo que se establecía con la palabra de matrimonio y la vida conyugal, se perfeccionaría ante un presbítero “por palabras de presente, que hacen verdadero y legítimo matrimonio”. 

En 1776 se promulgó la Pragmática Sanción de Carlos III, y en 1778 cobró vigencia en la América Española. Por ella, se establecía la necesidad del consentimiento paterno para los esponsales y matrimonios de cierta edad entre los españoles, en atención a la “absoluta y desarreglada libertad con que se contraen los esponsales por los apasionados e incapaces jóvenes de uno y otro sexo”. Se declaraba como una de las intenciones de la Pragmática Sanción la de “conservar a los padres de familia la debida y arreglada autoridad que, por todos derechos, les corresponden en la intervención y el consentimiento de los matrimonios de sus hijos”. 

Por lo que llevamos visto, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el “robo de la novia” en la Comarca Lagunera tiene como sustento la celebración de los esponsales o el otorgamiento de la palabra de matrimonio (verba de futuro), como se hacía en la era colonial. Y aunque ha existido complicidad de parte de los padres, el honor y autoridad de éstos, tal y como los concebía la Pragmática Sanción,  siempre debe quedar a salvo. Por lo tanto, la iniciativa de los novios y la autoridad paterna se reconcilian mediante la escenificación del rapto o fuga, situación de la cual, supuestamente, los padres de los novios no están al tanto. Pero consumado el matrimonio, no hay vuelta atrás. Se pide el supuesto (y en algunos casos, verdadero) perdón a los padres, quienes magnánimamente perdonan a los novios, los aceptan en su morada, e incluso los alimentan y apoyan hasta que estén en condiciones de establecer su propio hogar y de casarse, es decir, de darse la palabra de matrimonio en la iglesia (verba praesenti).  

En 1825, la Comarca Lagunera de Coahuila era equivalente al Partido de Parras, el cual consistía en un cuadro de 87 leguas de largo por 50 de ancho, es decir, de 348 x 300 kilómetros, con apenas una parroquia, la de Parras, con 19,522 personas dispersas en su territorio. Si a esto le sumamos lo peligroso que, a causa de los ataques de indios, resultaba el traslado del párroco de Parras a todas las haciendas y ranchos de tan grande partido, o el de los novios hacia Parras, comprenderemos que la unión conyugal bajo palabra de matrimonio fuera tan común y aceptable. Tanto así, que ha sobrevivido hasta nuestros días bajo la forma del “robo de la novia”.  

jueves, junio 20, 2013

Cultura judeo - española en el País de La Laguna





Durante la llamada “Edad Media”, España fue quizá el país más culto de Europa y hasta del mundo entero. Las artes y el conocimiento se desarrollaban con mucho fruto. Como bien lo considera Américo Castro en su “Realidad Histórica de España”, tan españoles eran los cristianos como los judíos y los musulmanes. La civilizada tolerancia que existía entre los miembros de las tres religiones no tenía igual en Europa.

Por lo que se refiere a la comunidad judía, España fue para sus miembros como una segunda “tierra prometida” después de Israel. Hay una palabra hebrea con la que se designa todavía a la vieja Hispania, y esta palabra es “Sefarad”. De ahí que los judíos españoles se autodesignaran como “sefarditas” (sefardim) y que hayan formado uno de los dos grandes ritos judíos europeos (el Mediterráneo). El otro sería el de los “askenazitas” (askenazim) a los que pertenecen los judíos de la Europa Central y del este. 

Fueron numerosos los intelectuales sefarditas que impactaron el pensamiento de Europa cuando ésta era joven todavía. La “Summa Theologica” de Tomás de Aquino muestra que su autor tenía un gran conocimiento de la filosofía judía, particularmente del rabino cordobés Moshe Maimónides.

La evolución política de Europa y el surgimiento de los estados nacionales durante el Renacimiento, ocasionaron que España iniciara una nueva etapa donde solo el catolicismo tendría cabida. La alianza de Castilla y Aragón selló la suerte de los judíos sefarditas y de los musulmanes españoles. Tristemente, los reyes católicos implementaron la confiscación de bienes y el destierro perpetuo de sus súbditos no católicos.

Los sefarditas se dispersaron hacia los cuatro puntos cardinales, enriqueciendo con su conocimiento a Holanda, Alemania, los estados italianos, Inglaterra y la cuenca del Mediterráneo europeo, africano y asiático. Muchos de ellos vinieron de incógnito a nuestra tierra, es decir, a Coahuila y al Nuevo Reino de León. De algunos de ellos se decía —y se dice todavía— que portaban la sangre real de Fernando de Aragón, que aunque rey católico, tenía sangre judía sefardita por doña Juana Enríquez, su madre. Se dice asimismo que muchos de ellos vinieron gracias a los salvoconductos de sus Reales parientes y con grandes mercedes de tierras y aguas.  Un buen porcentaje de los padres fundadores y colonizadores de Saltillo y Monterrey eran de origen sefardita. Entre ellos se menciona a Luis de Carvajal y de la Cueva, a Diego de Montemayor, Alberto del Canto, Baltasar Rodríguez de Sosa, Marcos Alonso de la Garza-Falcón y varios otros. 

Lo que podemos afirmar, a manera de hipótesis, es que existió un fuerte impacto de la cultura sefardita en el País de La Laguna. De acuerdo a los registros de diezmos de la Alcaldía Mayor de Parras (toda la Laguna Coahuilense y parte de la de Durango), la cría de cerdos, incluso a nivel doméstico, era inexistente en esta región durante la era colonial. Este dato lo confirma el Comandante de las Provincias Internas en 1813, Bonavia y Zapata, el cual afirmaba que, en el País de La Laguna, durante el lapso 1810-1813, recién comenzaba la cría de marranos. Es bien sabido que los judíos consideran impura o “trefe”, no “kosher”, a la carne de cerdo. Por lo tanto, no solían criar esta clase de ganado en sus granjas, ranchos o haciendas. 

Para 1813, el comercio con las provincias del Occidente de Nueva España (abastecedoras de jamones y manteca de cerdo) se encontraba muy reducido por las condiciones de la guerra. Nótese bien que no se afirma la existencia de criptojudíos en La Laguna, sino la existencia de una cultura común de raíz sefardita. Esa misma cultura que valoraba tanto el trabajo como factor generador de riqueza. Parece ser que nuestra vieja cultura regional procede de muchas vertientes.

martes, junio 18, 2013

Historia de la electrificación en la Comarca Lagunera






Como dice acertadamente la página web del Colegio de San Luis "La invención de la electricidad como fuente de energía alternativa a las fuerzas naturales (viento, agua, animal) y como uno de los insumos clave de la segunda revolución científico-técnica e industrial a partir del siglo XIX, representa uno de los adelantos más importantes de la humanidad. En este sentido, es pertinente aclarar que la mayoría de las investigaciones se han centrado en el surgimiento y desarrollo de aquellas industrias que se consideran representativas (pesada, metalmecánica etc.); los impactos en las ciudades (alumbrado, transporte público); y recientemente en la introducción de la electricidad a regiones desérticas.

Las actividades económicas asentadas en los distintos tipos de territorios han estado supeditadas a la generación de la electricidad y a su constelación tecnológica.El auge productivo y el desarrollo regional suponen día con día la eliminación de barreras ambientales, así como la introducción de nuevas tecnologías para la generación y aprovechamiento de la energía eléctrica.

La electricidad se introdujo en México de una forma masiva en el último tercio del siglo XIX. Su aplicación en procesos industriales fue significativa, abarcando actividades como la minería, la fundición de minerales, la industria textil y otras actividades manufactureras. La energía eléctrica también se extendió a los servicios públicos, como el alumbrado de las ciudades y los transportes (tranvías). Esta dinámica dio como resultado procesos de desarrollo económico de gran magnitud.

Tradicionalmente se ha sostenido que la industria eléctrica en México pasó por dos grandes periodos, el primero de ellos caracterizado por el aumento de numerosas compañías que disfrutaron del incipiente mercado, pero que dio paso a un control de tipo monopólico de unas cuantas empresas extranjeras. El segundo momento ha sido identificado por el control de la industria por parte del Estado. Algunos autores proponen que la primera etapa de la industria eléctrica en México estuvo supeditada a la presencia de varios grupos nacionales pero con poca capacidad financiera, lo que les condujo al cierre de sus empresas o bien a la entrada de capital extranjero. Con la participación principal del Estado en la generación de energía eléctrica, el análisis se ha centrado en los efectos productivo-empresariales.

Por otro lado, el tema de la electrificación en México remite a una discusión de actualidad: la necesidad de renovar el sector eléctrico mexicano. Esta problemática se ha convertido en un punto relevante en la agenda nacional, en virtud de las necesidades de abastecimiento de recursos energéticos en los ámbitos estatal, nacional e internacional. El debate vigente en nuestro país reside en la complejidad de abrir o no este sector al capital privado. Como es sabido, la industria eléctrica en México está supeditada a un marco legislativo (Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica y Reglamento de la propia Ley), que a su vez sostiene el decreto sobre el patrimonio energético nacional.

Por lo anterior se hace indispensable analizar la industria eléctrica mexicana en el contexto de las reformas del Estado, al mismo tiempo que de los procesos histórico que definieron la introducción y expansión de la red de energía eléctrica desde una visión multidisciplinaria y comparada. Con base en ello, en este Seminario nos interesa distinguir las características de apropiación tecnológica, organización empresarial, desarrollo económico y usos de la energía eléctrica en el centro-norte de México". 

Como fruto del trabajo de la red de científicos sociales que investigan en fuentes primarias y secundarias a partir de estos objetivos, recién ha aparecido un libro, editado por el Dr. Moisés Gámez y el Colegio de San Luis. Esta obra lleva por nombre Electricidad: recurso estratégico y actividades productivas. Procesos de electrificación en el norte de México, siglos XIX-XX. México, 2013. 

En dicha obra, este cronista oficial en su carácter de investigador miembro de dicha red participó con el capítulo “Luces del Porfiriato. El proceso de electrificación en la Comarca Lagunera, 1898-1939” PP. 81-98. 




martes, junio 11, 2013

Nuevos documentos y fotografías al Centro de Investigaciones Históricas de la Ibero torreón



Fotografías del Smithsonian Institution y de cómic “El salón de la fama del Aire” donadas al Centro de Investigaciones Históricas.

Por otra parte, tras haber localizado, previa investigación, la fotografía del momento de la llegada de Francisco Sarabia al aeropuerto Floyd Benett de la ciudad de Nueva York, el maestro en Ciencias Luis Enrique Gaxiola Baqueiro entró en contacto con el Smithsonian Institution de Washington, DC, con el objeto de obtener el permiso de reproducción de la misma, exclusivamente con fines museográficos. Este permiso fue concedido, y lo ha usado para donar, conjuntamente con la Universidad Iberoamericana Torreón, una copia al Museo Sarabia de Lerdo, y para el Centro de investigaciones Históricas de dicha institución educativa. 

También tras un incansable proceso de investigación, localizó un cómic de la época de Sarabia, en el cual se narraba visualmente la epopeya del piloto lagunero. El cómic se llamaba “Hall of fame of the Air” o sea, El Salón de la Fama del Aire, revista que se publicó de 1930 a 1940. El capitán Eddie Rickenbacker, piloto aviador, era el guionista, y el dibujante, Clayton Knight. La revista pertenecía al “King Features Syndicate”, compañía que edita cómics como “Daniel el Travieso”, “Popeye”, “Flash Gordon”. El MC Gaxiola Baqueiro obtuvo también los permisos de reproducción con fines museográficos de la parte en que se relata la hazaña de Sarabia. 

El Fondo: “Maestro en Ciencias Luis Enrique Gaxiola Baqueiro. Conquistador del Cielo” 




Precisamente por el mérito del MC Gaxiola Baqueiro al invertir dos años en la investigación de  documentos, fotografías y cómics relativos al “Conquistador del Cielo”, el Centro de Investigaciones Históricas ha determinado que el nuevo fondo lleve su nombre, y también incluir el nombre del Conquistador del Cielo. 

Para celebrar el ingreso de este nuevo fondo el Archivo del Centro de Investigaciones Históricas, la Universidad Iberoamericana Torreón ofrecerá un brindis este lunes 17 de junio, a las once en punto de la mañana. Previamente, el Dr. Fernando Gaxiola González, padre el maestro en Ciencias Luis Enrique Gaxiola Baqueiro, firmara en nombre de la Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos, el inventario de los documentos recibidos. Se contará con la presencia del Ing. Héctor Acuña Nogueira, Rector de la Ibero Torreón, y de otras distinguidas personalidades relacionadas con la aeronáutica y la museografía del piloto lagunero Francisco Sarabia.

Puesto que no se conoce el paradero de los documentos originales relativos al “Conquistador del Cielo”, se considera que el nuevo fondo archivístico tiene una especial importancia para los investigadores e historiadores de las hazañas del lagunero héroe del aire, Francisco Sarabia.   

viernes, junio 07, 2013

Comunicado de la Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos, A.C.



La SMEAL dona planos de avión histórico a la Universidad Iberoamericana Torreón


Los documentos son reproducciones de la información técnica del “Conquistador del Cielo” aeronave con la cual el piloto mexicano Francisco Sarabia realizó en primer vuelo de México a Nueva York en 1939 y en la cual murió trágicamente días después, el 7 de junio de ese mismo año

México, D.F., 7 de junio de 2013- La Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos (SMEAL) da a conocer la donación de un importante material de aviación histórica mexicana que realizó a la Universidad Iberoamericana Campus Torreón para que quede en resguardo en su Centro de Investigaciones Históricas (CIH). Se trata de la reproducción de los planos técnicos originales y documentos legales del avión Granville-Miller&DeLackner R6-H “Q.E.D”, llamado “El Conquistador del Cielo”, el cual fue utilizado por el piloto mexicano Francisco Sarabia para hacer el primer vuelo México-Nueva York el 24 de mayo de 1939 y en el cual, desafortunadamente, también murió unos días después, el 7 de junio de ese mismo año. El día de hoy se cumplen 74 años de ese lamentable suceso.

Los documentos  de la aeronave fueron a su vez, donados generosamente a la SMEAL por la Biblioteca McDermott de la Universidad de Texas en Dallas, Estados Unidos, a través del Doctor Paul Oelkrug, Director de Colecciones Especiales, debido a que tienen un importante valor histórico para la Comarca Lagunera de México, región de donde es oriundo el piloto precursor de la aviación mexicana Francisco Sarabia.

“Este tipo de documentos son trozos vivos y pruebas fehacientes de la historia aeronáutica de México que es tan vasta y que poca gente conoce, por eso nos hemos dado a la tarea de preservarla y difundirla. Conseguir este tipo de información no es fácil, por eso cada vez que detectamos un material valioso lo consideramos un logro y agradecemos a la Universidad Iberoamericana Torreón el que los reciba para su custodia”, afirmó Alfonso Flores, Presidente de la SMEAL.

Después de una búsqueda que duró aproximadamente dos años, de documentos relacionados con el avión R6-H “Q.E.D” (Quod erat demonstrandum), de la compañía Granville-Miller&DeLackner, Luis Gaxiola, Director del Capítulo Europeo de la SMEAL,  localizó en la Biblioteca McDermott, la documentación técnica del que además, fue el único avión producido por esa firma y erróneamente otros historiadores aseguran que fue fabricado por la empresa Granville Brothers, llamada también “Gee Bee”.

Una vez detectado el material, la SMEAL buscó un lugar que pudiera tenerlo en custodia en la Comarca Lagunera. “Elegimos a la Universidad Iberoamericana (UIA) Campus Torreón por su prestigio institucional, su infraestructura y procedimientos certificados para la preservación de documentos históricos, su ubicación en la Comarca Lagunera, el profesionalismo de su personal, y sobre todo, por ser una institución abierta al público en general porque queremos que el material esté al alcance de todos, especialmente en esa región, cuna de Francisco Sarabia”, señaló Luis Gaxiola.

Los planos técnicos y documentos legales se trasladaron de Dallas a Los Ángeles, California, con la ayuda del entusiasta de la aviación Armando Silveyra y de esa ciudad a México, por de Ángel Jiménez, miembro fundador y activo de la SMEAL, en un vuelo significativo por realizarse en fechas cercanas y con la misma ruta (Los Ángeles-México), al que realizara Sarabia 74 años antes, además de que fue operado por tripulación originaria de Chiapas y Monterrey, lugares clave en la carrera del piloto prócer.

“Estamos muy complacidos de poder colaborar como institución con la misión de la SMEAL y de recibir este valioso acervo histórico de la aviación mexicana, aquí lo tendremos en resguardo para que pueda ser consultado por quien lo requiera”, dijo el Dr. Sergio Antonio Corona Páez, Director del Centro de Investigaciones Históricas de la UIA Torreón.

Francisco Sarabia Tinoco realizó el primer vuelo entre la Ciudad de México y Nueva York, el 24 de mayo de 1939, en el avión Granville-Miller&DeLackner R6-H “Q.E.D”, en el cual murió trágicamente dos semanas después, la mañana del 7 de junio, al desplomarse la aeronave unos instantes después de haber despegado de la base aeronaval Anacostia-Bolling Field de Washington D.C., sobre las heladas aguas del Río Anacostia, afluente del Potomac.

Acerca de la Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos

La Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos (SMEAL) es una asociación civil sin fines de lucro constituida con  el objetivo de rescatar, preservar y difundir la historia de la aviación en México y América Latina. Entre las actividades más destacadas que ha realizado se encuentran la asesoría y/o montaje de muestras museográficas y fotográficas para distintas organizaciones públicas y privadas, artículos para diferentes medios de comunicación, el rescate de piezas (de todo tipo e incluso aeronaves) de alto valor histórico para la aviación mexicana y la elaboración de libros que contribuyen a promover esta actividad. La SMEAL recientemente cumplió cuatro años de estar formalmente constituida. Para mayor información, consultar 


o en Facebook: Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos.

Contacto en Relaciones Públicas

Adriana Cruz
Directora de Comunicación
Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos



Documentos del "Conquistador del Cielo", en la Ibero Torreón



A finales de septiembre de 2012, y tras un par de años de búsqueda, el Mtro. Luis Gaxiola Baqueiro (torreonense, director del capítulo europeo de la Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos, SMEAL), localizó en la Biblioteca McDermott de la Universidad de Texas en Dallas, un fondo documental de carácter técnico, de la compañía Granville Brothers que, entre otras cosas, contenía un apartado con la documentación técnica del único avión producido por la compañía Granville-Miller & DeLackner, el R6-H “Q.E.D.” (Quod erat demonstrandum – locución latina del ámbito matemático que significa “lo que quería demostrarse”).

Este avión, de gran significado para Región Lagunera, fue el utilizado por el CPA Francisco Sarabia Tinoco en su histórico vuelo México D.F.-Nueva York, el 24 de mayo de 1939, y en el cual murió trágicamente dos semanas después, la mañana del 7 de junio (hoy se cumplen 74 años) al desplomarse instantes después de haber despegado de la base aeronaval Anacostia-Bolling Field de Washington DC, sobre las heladas aguas del Río Anacostia, afluente del Potomac. Una de las razones de haber seguido la línea investigación en los archivos documentales de Granville Brothers (o “Gee Bee”), es que, a lo largo de décadas, muchos historiadores han cometido el error de clasificar a esta aeronave como un producto de dicha compañía.

Tras la localización de los materiales, y al darse cuenta del valor histórico e informativo de los mismos, el Mtro. Gaxiola Baqueiro comenzó una serie de negociaciones con el Dr. Paul Oelkrug - director de Colecciones Especiales de dicha biblioteca - para la obtención de una reproducción de dicho acervo, que pudiese preservarse en la Región Lagunera.  El resultado de dichas negociaciones tuvo un desenlace mucho mejor al inicialmente esperado, pues la dirección de la Biblioteca McDermott, al darse cuenta del valor histórico y simbólico que dichos documentos tienen para la Región Lagunera, generosamente decidió donar copia del acervo técnico-documental del Q.E.D. al Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana Torreón, institución a la cual han ingresado los documentos para su consulta por la comunidad lagunera e investigadores interesados en el tema. 

Es importante señalar que la aparición de estos documentos (todos ellos copias) acaba de una vez con la layenda de que nunca existieron planos de esta nave. El fondo documental de nuevo ingreso del Centro de Investigaciones Históricas incluye no solamente los planos, sino además varios análisis de ingeniería, eficiencia de máquina, cargas alares, desempeño bajo diferentes octanajes de combustible, etcétera. Actualmente, acerca de los documentos originales, se sigue desconociendo su paradero.

Al obtenerse dicha donación, el Mtro. Gaxiola Baqueiro – quien a la fecha radica en Alemania - encontró un fuerte respaldo y apoyo en sus compañeros de la asociación de la que es miembro (la SMEAL, siendo su actual Presidente el Sr. Alfonso Flores Ramos), y de su amigo el Sr. Armando Silveyra Ponce (actualmente radicado en Dallas, TX), para hacer llegar los documentos a la Región Lagunera. Como un hecho anecdótico y muy significativo, el Cap. Ángel Aparicio, piloto aviador y miembro de la SMEAL, transportó dichos documentos el 19 de diciembre de 2012 a México, casi exactamente 74 años después de que Sarabia llevase su recién adquirido avión (el Q.E.D.) a la ciudad de México, el 2 de diciembre de 1938.  

Más significativo todavía, el hecho de que los copilotos escogidos ex profeso por el Capitán Aparicio para este vuelo, fuesen originarios de Chiapas y Monterrey, en representación de dos lugares de México muy importantes en la carrera de Sarabia.

lunes, junio 03, 2013

Una manzana hechizada por venganza









El Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana Torreón, en su sección de Archivo Histórico, constituye un riquísimo filón de testimonios sobre fenómenos sociales y hechos del pasado.  Hechos y fenómenos que ocurrieron en el País de La Laguna, principalmente en Parras y Viesca, entre otros lugares y regiones. Para el historiador, estos documentos representan además la posibilidad de dar respuesta a preguntas tales como  ¿de qué manera se vivía la vida cotidiana en la región entonces conocida como País de La Laguna, y actualmente designada como Comarca Lagunera?  ¿Cómo era la mentalidad de la época y como expresaban dicha mentalidad?  ¿Cuáles eran los valores que profesaba esta sociedad en su tiempo?  

Un excelente ejemplo de lo anterior lo constituye un pequeño expediente de 1756 ( Copia del expediente 574 del Archivo Histórico del Colegio de San Ignacio de Loyola en Parras) en el que se hace una denuncia contra una mujer llamada Rosa, nada mas y nada menos que por hechizar a la mujer del denunciante, Juana Dionisia de los Reyes.  El documento nos da testimonio de acciones y pasiones del ser humano que son inherentes a su naturaleza: la infidelidad, el despecho, la envidia,  la venganza a costa de lo que sea y por el medio que sea. Estos mismos sentimientos y reacciones los podemos encontrar en el ser humano de finales del siglo XXI: son propios de la naturaleza humana.

La trama de los hechos ocurridos en el Álamo de Parras (Viesca) en 1756 es sencilla: Jose Julián Cisneros, el marido de la afectada, menciona las circunstancias que lo relacionaban previamente con la hechicera, es decir, con Rosa. Ésta era la cuñada de una ex novia (Manuela Calera) a la que Jose Julián repudió por haberla encontrado con otro hombre en circunstancias deshonrosas, rompiendo por esta razón su compromiso con ella. En venganza, ambas despechadas (así lo hace suponer el documento) hechizaron a la mujer que se casó con Jose Julián, Juana Dionisia de los Reyes.   

A continuación se presenta el texto del documento original, con el objeto de que el lector pueda apreciar tanto las expresiones como la intensidad emocional del escrito sin perder su delicioso sabor colonial. Tan solo hemos actualizado la grafía para una lectura más fácil:

“Denuncio sobre un mal bocado de manzana que le dio Rosa a Juana, de que le resultó, al parecer, maleficio, según se da a entender en la carta del doctor don Bartolomé Cano = su fecha 8 de febrero de 1756 = el denuncio en 2 de febrero.

Parras, y febrero 2 de 1756 años, [com]pareció presente Jose Julián Ceniceros, informando y denunciando  de Rosa, mujer de Javier Calera, en la manera siguiente:”

“Dice que pretendió casarse con Manuela, hermana de Javier Calera, y se le resfrió la voluntad el hacerlo porque se halló dicha Manuela con otro hombre; después pretendió casarse y se desposó con Juana Deonicia de los Reyes. Y después, yendo dicha Juana, mujer del denunciante, a misa en la capilla del Álamo, estaba dicha Rosa en la orilla de la acequia cogiendo agua y le dio los buenos días a dicha  Juana, y le respondió: -Bien, a Dios gracias...Y le preguntó dicha Rosa a dicha Juana: -¿Todavía no ha venido señor Julián de Parras? Y le respondió: -Señora, no ha venido. Y le dijo dicha Rosa: -No, señor Julián ya se fue a hacer cacerías a Parras, y se volvió a decir dicha Rosa: -Señora Juana, desde el otro día me estoy acordando de usted, tenga usted esta manzana...”

“Y que ya entonces cogió dicha Juana la manzana y se la echó en la bolsa, y entró a la iglesia. Y que después de salida de la iglesia, en la misma parte que le había dado la manzana dicha Rosa, le fueron dando horrendas ganas de comer dicha manzana, y se comió la mitad; y que la otra mitad la separó a su tía Leonicia. 

Y ya después, como a puestas del sol, se acordó de dicha manzana que había guardado, y se la acabó de comer, y al mismo tiempo se dio un hedorcito como a modo de pozo hediondo, pero que así se la acabó de comer.  Y que ya después que la comió le empezó un dolorcito en el lado del bazo, y después se ha reciado demasiado, de que se ha visto a la muerte, y el domingo antes de Reyes se salió de la iglesia porque ya no pudo aguantar el dolor. 

Y el domingo siguiente, dándole a beber unicornio y ruda, echó un botón de cabellos por la boca, y a los tres días, por la vía posterior, un botón de lana envuelta en sebo, y con un pedacito de ruán. Y que tiene presunción de que en la manzana se hizo algún hechizo, así por la mala voluntad que le muestra al denunciante”. 

Un documento como el que hemos transcrito nos muestra innumerables aspectos de la vida cotidiana y de mentalidad dieciochesca en la Laguna Colonial. Notamos que la naturaleza y la liturgia aún ocupaban un papel primordial en la medición del tiempo, circunstancias muy propias de una sociedad agrícola y profundamente religiosa. Así, los referentes del tiempo cotidiano son el amanecer y del ocaso; mientras que los espacios cronológicos mayores se miden por la fiesta más próxima: el Día de Reyes.

El agua de uso se tomaba en las acequias, la cacería -que en boca de Rosa, la hechicera,  suena a malicioso juego de palabras- no es una actividad deportiva, sino propia de la diaria subsistencia; el saludo respetuosamente elaborado encuentra su propio espacio, mientras que el marido, investido de la máxima autoridad por la costumbre, es referido de la misma forma que en la época colonial se nombraba a los Santos Patronos: Señor Julián, sin artículo,  como lo dijeron tanto Juana como Rosa. El pueblo invocaba a Señor San Jose o a Señor Santiago.

Otra lectura del documento nos permite revisar la mentalidad religiosa de la época. Juana recibe la manzana hechizada pero no puede hacer efecto porque entra al espacio de lo sagrado.  La brujería no puede desplegar su eficacia en el ámbito de lo Divino, sea iglesia o capilla. Solo hasta que Juana sale al espacio de lo profano experimenta las “horrendas” compulsiones de la magia negra.  

Los signos de lo satánico se manifiestan en los olores desagradables, de la misma manera que los santos manifiestan en su cuerpo el olor de la fragante presencia Divina, el “olor de santidad” tan referido en la hagiografía colonial.  Mientras que Dios, a través de la Virgen  y los santos cura a la gente, con la manzana y el hechizo el Adversario produce dolor y casi la muerte.  Satanás obra dolor y muerte.  Satanás -una vez que ha conseguido acceso o entrada en el creyente- trata de apartar al fiel cristiano de la vida sacramental,  como aparece en el caso de Juana, cuyo dolor se hacía insoportable en la iglesia al punto de tener que abandonarla.

¿Sucedieron las cosas tal y como lo nos lo menciona el documento? ¿Estamos en presencia de una acusación que tenía fundamento?  Por una parte, si hacemos una lectura literal, los signos de acción nigromántica descritos rebasan lo puramente natural: cabellos vomitados o expulsados del tracto gastrointestinal, incluso  botones de lana cubierta de sebo y hasta de “ruán”, que era una tela común muy usada en la época.  Pero, por otra parte, la medicina que hace que Juana arroje tales  “inmundicias” no es ni el exorcismo ni el agua o sal bendita, sino un bebedizo de “unicornio y ruda”. 

A la luz de la mentalidad del siglo XVIII en el Álamo, el brebaje  constituía de una cura para el cuerpo y para el alma. En la época de referencia, el unicornio era un animal mítico que representaba la pureza. El cuerno de rinoceronte molido se vendía como “unicornio” y era remedio para toda clase de males, incluso de índole espiritual. La ruda era una planta medicinal muy conocida y usada. ¿Cuándo el texto habla del “unicornio”, se trataba de la piedra mineral amarilla llamada de la misma manera por tener cualidades semejantes a las que se atribuían al cuerno de rinoceronte? Es posible. ¿Existía o no base seria para una acusación de esta naturaleza? ¿Había pruebas? 

Lo que realmente nos importa es que los elementos descritos formaban parte de la vida diaria verosímil para los laguneros del siglo XVIII. Las acusaciones y los testimonios nos  dan idea de su mentalidad, aunque nunca lleguemos a conocer la verdad “real” del hecho testimoniado. Porque efectivamente, el expediente fue escrito de acuerdo al saber y entender de personas de su época, y de acuerdo a la percepción cultural de su época y lugar.