Los padrones o censos han sido, a lo largo del tiempo, uno de los instrumentos del Estado que han resultado de mayor utilidad para los historiadores y cronistas. El padrón da cuenta del número de personas que habita cierto lugar en cierta época, y manifiesta información sobre las personas que lo integran, como nombres y apellidos, edad, estado civil, ocupación, grado de alfabetización.
El padrón que se levantó en la Congregación del Torreón en 1892 se conserva en el Archivo Estatal de Documentación de Ramos Arizpe, Coahuila, en el fondo Siglo XIX, caja 18, carpeta 9, expediente 1, y nominalmente consta de 40 fojas (80 páginas).
Este padrón constituye el “libro de los fundadores” de Torreón, ya que él se asientan los nombres y apellidos de las personas que habitaban Torreón un año antes de ser erigido en villa y municipio. Desde luego, no todos los torreonenses fundadores vivían en Torreón. Muchos vivían en Lerdo (Durango) o en San Pedro (Coahuila). Pero ciertamente podemos afirmar que todas las personas mencionadas en este censo tienen la categoría de “fundadores” por derecho propio y por testimonio del documento en cuestión.
Entre muchas otras personas que tenían lazos de parentesco consanguíneo y político, encontramos citados a Margarito Perales, de 63 años, nacido en 1829, soltero, labrador (No. 587); Gertrudis García, de 60 años, nacida en 1832, viuda (No. 588); Gregorio Perales, de 69 años, nacido en 1823, viudo, labrador (No. 589); Remigio Perales, de 12 años, soltero (No. 590), Natalio Perales, de 8 años (No. 591). En otra parte del padrón encontramos a Isidoro Perales, de 39 años, soltero, artesano (No. 728), y a Luz Perales, de 6 años (No. 729).
Los Perales eran originarios de Santa María de las Parras. María Gertrudis García, residente de Torreón en 1892, era la viuda del señor Reyes Perales, con quien procreó a Gregorio de Jesús, bautizado en Parras el 28 de noviembre de 1858; a José Felipe de Jesús, bautizado en Parras el 10 de febrero de 1861, a José Margarito de Jesús, bautizado en Parras el 15 de junio de 1863, María Margarita Perales, bautizada en Parras el 20 de agosto de 1867. Brígida Perales García, hermana entera de los anteriores, fue bautizada en la jurisdicción parroquial de Matamoros, Coahuila, el 30 de enero de 1874. Este último bautismo demuestra que los Perales García pasaron de Parras a Matamoros en el período comprendido entre 1867-1874. Ver libro de bautismos de Parras 1858-1868, y libro de bautismos 1870-1875 de Matamoros.
En 1892, María Gertrudis García estaba acompañada de sus cuñados, hijos pequeños o nietos. Se trataba de un verdadero núcleo de familia extensa que se agrupaba para sobrevivir en un medio cambiante y extraño.
Entre los miembros de la familia Perales de Parras encontramos a Manuel Thomás Perales, casado con Laureana de Espinosa el 25 de diciembre de 1759 (libro de Matrimonios 1750-1785 de Parras).
Para el primer tercio del siglo XIX, son numerosas las ramas de la familia Perales que residían en Parras. Como todos los laguneros, debían luchar cotidianamente contra los elementos de la naturaleza y contra los salvajes que atacaban sin previo aviso. Un parte de Mariano Morelos fechado el 25 de marzo de 1851 dice así “Presidencia Municipal de Parras. Benito Perales, á quien hirieron los indios el día 19 del corriente en la labor de D. Pedro Zapata, ha fallecido en la mañana de hoy, y según me informa su primo Pedro Perales, no ha dejado bienes ningunos para costiar su entierro […] lo que pongo en conocimiento de Ud.”.
El padrón que se levantó en la Congregación del Torreón en 1892 se conserva en el Archivo Estatal de Documentación de Ramos Arizpe, Coahuila, en el fondo Siglo XIX, caja 18, carpeta 9, expediente 1, y nominalmente consta de 40 fojas (80 páginas).
Este padrón constituye el “libro de los fundadores” de Torreón, ya que él se asientan los nombres y apellidos de las personas que habitaban Torreón un año antes de ser erigido en villa y municipio. Desde luego, no todos los torreonenses fundadores vivían en Torreón. Muchos vivían en Lerdo (Durango) o en San Pedro (Coahuila). Pero ciertamente podemos afirmar que todas las personas mencionadas en este censo tienen la categoría de “fundadores” por derecho propio y por testimonio del documento en cuestión.
Entre muchas otras personas que tenían lazos de parentesco consanguíneo y político, encontramos citados a Margarito Perales, de 63 años, nacido en 1829, soltero, labrador (No. 587); Gertrudis García, de 60 años, nacida en 1832, viuda (No. 588); Gregorio Perales, de 69 años, nacido en 1823, viudo, labrador (No. 589); Remigio Perales, de 12 años, soltero (No. 590), Natalio Perales, de 8 años (No. 591). En otra parte del padrón encontramos a Isidoro Perales, de 39 años, soltero, artesano (No. 728), y a Luz Perales, de 6 años (No. 729).
Los Perales eran originarios de Santa María de las Parras. María Gertrudis García, residente de Torreón en 1892, era la viuda del señor Reyes Perales, con quien procreó a Gregorio de Jesús, bautizado en Parras el 28 de noviembre de 1858; a José Felipe de Jesús, bautizado en Parras el 10 de febrero de 1861, a José Margarito de Jesús, bautizado en Parras el 15 de junio de 1863, María Margarita Perales, bautizada en Parras el 20 de agosto de 1867. Brígida Perales García, hermana entera de los anteriores, fue bautizada en la jurisdicción parroquial de Matamoros, Coahuila, el 30 de enero de 1874. Este último bautismo demuestra que los Perales García pasaron de Parras a Matamoros en el período comprendido entre 1867-1874. Ver libro de bautismos de Parras 1858-1868, y libro de bautismos 1870-1875 de Matamoros.
En 1892, María Gertrudis García estaba acompañada de sus cuñados, hijos pequeños o nietos. Se trataba de un verdadero núcleo de familia extensa que se agrupaba para sobrevivir en un medio cambiante y extraño.
Entre los miembros de la familia Perales de Parras encontramos a Manuel Thomás Perales, casado con Laureana de Espinosa el 25 de diciembre de 1759 (libro de Matrimonios 1750-1785 de Parras).
Para el primer tercio del siglo XIX, son numerosas las ramas de la familia Perales que residían en Parras. Como todos los laguneros, debían luchar cotidianamente contra los elementos de la naturaleza y contra los salvajes que atacaban sin previo aviso. Un parte de Mariano Morelos fechado el 25 de marzo de 1851 dice así “Presidencia Municipal de Parras. Benito Perales, á quien hirieron los indios el día 19 del corriente en la labor de D. Pedro Zapata, ha fallecido en la mañana de hoy, y según me informa su primo Pedro Perales, no ha dejado bienes ningunos para costiar su entierro […] lo que pongo en conocimiento de Ud.”.
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