Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

jueves, noviembre 26, 2015

Profesionales de la "reliquia"



En la Comarca Lagunera, la confección de la "reliquia" es una tradición cuyo arraigo crece con el tiempo. Como podemos ver en los enlaces que abajo se muestran, la reliquia es una celebración religiosa para el festejo de algún santo o de la Virgen María en alguna de sus advocaciones. 


Como lo hemos comentado varias veces, la reliquia consiste en un acto litúrgico casero con rezo del rosario, a veces acompañado por la danza de matachines, pero lo que nunca falta es la comida de asado de boda a base de puerco. Se ofrecen asimismo siete sopas, cuyo consumo representa la promesa del ejercicio de las siete virtudes:  la humildad, contra la soberbia; la generosidad, contra la avaricia; la castidad, contra la lujuria; la paciencia, contra la ira; la templanza, contra la gula; la caridad, contra la envidia; la diligencia, contra la pereza.

Está tan extendida esta tradición entre las clases media y popular, que existen profesionales que por un determinado precio, confeccionan la reliquia a domicilio. Ellos aportan los cazos, las parrillas, la leña y el saber hacer. La persona que los contrata debe proveerles de los ingredientes, como lo son la carne de puerco, las pastas, y los chiles que se requieren para preparar el asado. 

En el calendario de diciembre, se avizoran dos fechas en que estos profesionales se ven muy solicitados: el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. Ese día es la tercera fecha del año en que se celebra a la Virgen de San Juan de los Lagos, las otras son el 2 de febrero (La Candelaria) y el 16 de agosto (La Asunción de la Virgen). La otra fecha de diciembre en que muchas familias ofrecen la reliquia, es el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. 

Enlaces sobre la reliquia:






lunes, noviembre 23, 2015

1864: Wallace y Juárez en La Laguna






Como mencionaba la semana pasada, el general norteamericano Lewis Wallace —enviado por el general Grant— estuvo en 1864 en la Comarca Lagunera para entrevistarse con el presidente Benito Juárez. Aquí, en La Laguna, se decidió el futuro de México mediante el apoyo norteamericano para la expulsión de los invasores franceses y la caída del Segundo Imperio. 

Años después, y a raíz de su estancia en la Comarca Lagunera, Wallace escribió su “Cacería de búfalos en el norte de México”. Lewis Wallace nació en Brookville, Indiana, en 1827, y murió en 1905. Fue abogado, militar, escritor, político y diplomático. Peleó en la guerra de 1846-1847 contra México y en la guerra civil. Con el rango de general, sirvió a su país como embajador en Turquía y gobernador del territorio de Nuevo México. 

Su primer libro, una novela sobre la conquista de México, se llamó El Dios justo (1873). Obras suyas fueron también la novela mundialmente conocida “Ben-Hur, una historia de Cristo” (1880), que fue llevada a la pantalla y ahora es un clásico del cine. También fueron obras suyas “La vida del general Benjamin Harrison” (1888), “La infancia de Cristo” (1889), “El príncipe de la India” (1893), “Los cortejos de Malkatoon” (poesías, 1898) y de manera póstuma “Lew Wallace: autobiografía” (1906). Por su obra resulta clara su preferencia por la narrativa de ficción, la narrativa biográfica, las memorias personales y la poesía.

La “Cacería de búfalos en el norte de México”, narración escrita bajo la forma de memorias de viaje, mantiene en secreto el año y la verdadera naturaleza de la misión, y su temática es sencilla: hacia 1865-66, Wallace —menciona en su texto— hace un recorrido en dirección a Chihuahua pasando por el camino de Monterrey, Saltillo, Parras, Álamo (Viesca) y Mapimí. Se hospeda en la Hacienda de Hornos, cuyo anterior propietario, Leonardo Zuloaga, ya había muerto. La súbita e inesperada aparición de un rebaño de bisontes o búfalos le proporciona esparcimiento a él, a sus amigos y a los rancheros que los acompañan.

Si Wallace le concede algún valor a los humildes laguneros, era porque se trataba de “republicanos independientes”, fieros, a los cuales ni los franceses pudieron domar”. En otro pasaje los llama “hombres valientes, sinceros, honestos, afectuosos”.

Wallace nos resulta mucho más relevante en cuanto militar y agente de penetración yanqui. En 1864, durante la guerra civil norteamericana, Wallace fue enviado a México en misión secreta. Tendría que averiguar si eran verdaderos los reportes que señalaban que los confederados tratarían de continuar su guerra desde México. Wallace también contactaría a Benito Juárez, quien luchaba contra el imperio de Maximiliano y los intereses franceses en un México militarmente ocupado y dividido. Wallace le vendería armas a Juárez para que éste continuara la lucha.

Algunos autores estadounidenses consideran que la misión de Wallace fue una de las manifestaciones más flagrantes y decisivas de la llamada Doctrina Monroe. A. W. Barber (compilador) publicó en 1914 un libro cuyo título, traducido del inglés, es el siguiente: “La benévola incursión del general Wallace. Cómo México fue salvado en 1864, la Doctrina Monroe en acción. De cómo Wallace —por órdenes del general Grant— se internó en México para ayudar a Juárez contra Luis Napoleón en 1864”.

martes, noviembre 17, 2015

El orgullo de ser lagunero




En todo México, y en algunas partes de los Estados Unidos (California o Texas, por ejemplo) portar la camiseta de rayas albiverdes identifica de inmediato el origen de quien la lleva: Santos-Laguna, Torreón, Coahuila, La Comarca Lagunera.

Esta playera se lleva con gran orgullo, pues el equipo Santos Laguna es joven, esforzado, cinco veces campeón y otras tantas subcampeón. Un récord del que carecen muchos sobrevalorados equipos futbolísticos del país. Pareciera que los laguneros tenemos el don de destacar en todo aquello que emprendemos, en todo aquello que somos. No sin ironía, y bastante dosis de envidia, se nos moteja como pobladores “de la ciudad perdida de Argentina”. Una mordaz alusión a la fuerte autoestima de los laguneros. 
 
Este cronista ha dedicado mucho tiempo y muchas páginas a recopilar los testimonios que hablan sobre nuestra sobresaliente identidad. Porque el éxito del Santos Laguna no es lo que nos da identidad a los laguneros, es la identidad nuestra lo que hace que el Santos Laguna sea lo que es: un equipo destacado, por muy mal que la haya pasado en este último campeonato de liga.

Desde 1825, e incluso desde antes, hay testimonios escritos sobre el carácter excepcional de los laguneros. Se les describe como “activos, enérgicos, intelectuales, especulativos, profundos, empresarios, sobrios, fieles, sociales, patricios, generosos, rectos, valerosos, y más que todo, religiosos”. Pésele a quien le pese, esta descripción de las cualidades de los laguneros la hizo un alcalde foráneo, una persona de ciencia y conciencia que pudo contrastar nuestro modo de ser contra el de los habitantes de otras regiones del naciente país.


Desde sus orígenes, la Comarca Lagunera destacó en el ámbito virreinal y después nacional. Se convirtió en la mayor productora de vinos y aguardientes de uva de la Nueva España. También fue la principal abastecedora de carne de la Ciudad de México, con el ganado menor de los marqueses de Aguayo, estimado en 400 mil cabezas. 
Desde 1813, y a raíz de las guerras de independencia y de la liberalización de la economía creada por la Constitución de Cádiz, el cultivo del algodón inició una carrera ascendente que transformaría a la Comarca Lagunera en La Región Algodonera por excelencia. Fueron laguneros del Álamo de Parras (Viesca, Coahuila) quienes bautizaron al famosísimo fuerte de “El Álamo” en San Antonio, Texas, en memoria de su tierra natal. 

El destino del México Republicano quedó sellado en la entrevista que tuvo en nuestra región el general Lew Wallace con el gobierno itinerante de Benito Juárez. Fue precisamente en La Laguna donde se cruzaron las vías de los ferrocarriles Central Mexicano e Internacional Mexicano, creando la estación del Torreón, llamada a ser el ferropuerto de una región económicamente muy productiva, y en muy poco tiempo, en la ciudad agroindustrial de Torreón, orgullo del régimen porfirista. 

De La Laguna salió el antirreeleccionismo de Madero, mismo que cambió la historia del país. Con las vías del ferrocarril, llegaron inmigrantes de todas partes de México y del mundo, para sumar esfuerzos a esta naciente ciudad de vocación marcadamente empresarial. Una ciudad cosmopolita, un crisol de 49 nacionalidades registradas. En pocas palabras: ser lagunero es ser esforzado, hospitalario, franco, leal y sobre todo, triunfador. 

domingo, noviembre 15, 2015

Crónica gráfica del Paseo Colón: un fenómeno social


El Paseo Colón, el nombre que recibe la fiesta popular a la cual se dan cita los domingos los laguneros, recibe su nombre precisamente porque el lugar de reunión es la Calzada Colón, eje que divide a la ciudad de Torreón en sectores norte y sur. 

Coincide con el área y proyecto que se ha denominado "Distrito Colón", y a esta cita concurre multitud de ciudadanos de todas las edades y clases. Como fenómeno social, representa (como lo he mencionado en otra ocasión) la toma simbólica por la ciudadanía, de un espacio abandonado por años debido a la inseguridad y a la violencia. El ciudadano afirma su voluntad de vivir y convivir. En este sentido, el Paseo Colón es en efecto, una afirmación de vida ante circunstancias adversas. 

Muchos servicios se han sumado desde sus orígenes. Hay espacios de convivencia para familias, han surgido muchos negocios que satisfacen la demanda de todas aquellas personas que acuden al área entre semana y los domingos. Hay también teatros y diversión infantil; espacios filantrópicos como el "Tejetón" donde las señoras se reúnen a tejer cobijas para donarlas a los albergues. Abunda la gente en bicicletas, transportes colectivos de pedal, patinetas, todo es bullicio, movimiento y alegría. 

Las imágenes que aquí se muestran corresponden al día de hoy, domingo 15 de noviembre. 


























lunes, noviembre 09, 2015

Un papa dizque "comunista"





En el mes de julio de este año, durante su visita a Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, el papa Francisco pronunció un discurso que a muchos pareció totalmente subersivo y contrario a los intereses y naturaleza del orden económico global imperante. Mencionaba el papa que “el modelo económico mundial ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza”. “Cuando la ambición desenfrenada del dinero es la que gobierna, cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, el modelo se torna insostenible”.

Por supuesto, un discurso de esta naturaleza, en los tiempos de la globalización que vivimos, no pudo ser calificado sino como “subersivo”, “comunista” y “revolucionario”.

Sin embargo, la justicia social como un valor rector y superior al de cualquier sistema económico no es un concepto nuevo, ni mucho menos de origen marxista o comunista. El Antiguo Testamento, que cuenta con miles de años de antigüedad, es muy claro en este punto. Dice el libro del Levítico, en su capítulo 19, verso 13: “No oprimas ni explotes a tu prójimo”. Sobre la interpretación o significado de este mandamiento podrían escribirse tratados completos. Surgirían preguntas como ¿qué significa “explotar”? ¿Es el capitalismo un sistema de explotación económica del prójimo? ¿Y quién es el prójimo? Un buen tema para meditar, para estudiar su evolución del Antiguo (La Ley y los Profetas) al Nuevo Testamento, y sobre todo su vigencia o pertinencia en la actualidad.


Y para hablar de otros temas, comentamos que el llamado Distrito Colón se puebla cada vez más con pequeños negocios, cafés, bares juveniles de diversos tipos y bebidas, restaurantes y remolques de comida rápida (food trucks). El otrora oscuro y desierto sector, frontera de grupos delictivos, se ha convertido en un sitio de reunión para la juventud, y para los no tan jóvenes, entre los que se incluye este cronista, asiduo parroquiano de un cabalístico restaurant del área. 

Da gusto ver movimiento de gente y de coches hasta la madrugada, casi como si fuera una especie de “Paseo Colón” nocturno. Finalmente, este éxito del Distrito Colón implica que —en gran medida— van quedando atrás los temores provocados por la inseguridad y la violencia. Significa también que hay nueva inversión en locales del sector terciario, es decir, inversión en servicios de bares, cafés y restaurantes. 

También es verdad que por lo pronto, y hasta que se resuelva por bando de buen gobierno, esta zona cuenta con un lado negativo: ha habido quejas por parte de algunos vecinos, molestos no sin razón, ya que hay bares donde el sonido es tan alto —sin necesidad real— que impide a los vecinos conciliar el sueño. Por otra parte, en algunos establecimientos (o frente a ellos) de la avenida Abasolo, los coches son estacionados sobre las aceras, en batería y sin dejar espacio al peatón para que pueda circular en sus propias banquetas. Nuevamente, pareciera que muchos automovilistas pensaran que calles, avenidas y aceras hubieran sido construidos exclusivamente para ellos. 

domingo, noviembre 08, 2015

Crónica gráfica del "Paseo Colón"


Como ha venido sucediendo domingo a domingo, una gran cantidad de individuos, parejas, familias, grupos de amigos y mascotas, se dan cita en la Calzada Colón de nuestra ciudad, con el objeto de socializar y pasar un buen rato. En el Distrito Colón, han abierto sus puertas una gran cantidad de pequeños y medianos cafés, restaurantes, bares y otro tipo de comercios, precisamente porque el área ha sido retomada por la ciudadanía como lugar de reunión y esparcimiento. 

La Calzada Colón





Venta de antigüedades avenida Matamoros
Entre Colón y Degollado

































martes, noviembre 03, 2015

Altares de muertos en La laguna virreinal






Hasta el día de hoy no hay testimonio documental que pruebe que los tlaxcaltecas laguneros hacían ofrendas a sus muertos para el día de los fieles difuntos del calendario religioso católico. En cambio, resulta sorprendente que contemos con el caso documentado de un presbítero criollo, don Joaquín Ignacio Blas de Maya, que ofrendaba la tumba de sus padres —ubicada nada menos que en el Colegio de San Ignacio de Loyola de Parras, capital económica, política, religiosa y cultural del País de La laguna— a la manera que lo hacían y hacen aún los purépechas de Janitzio.

Más aún, a la muerte del padre Joaquín, otro criollo, don Juan de Urtazum, continuó la costumbre del primero por varios años hasta que el obispo de Durango se lo prohibió por no constar por escrito que fuese voluntad del difunto padre Joaquín que se continuara realizando dicha ofrenda. Independientemente de si la razón del obispo para terminar con esa costumbre era de índole económica (después de todo, la ofrenda se hacía con dinero de la obra pía) o religiosa, este caso arroja luz sobre la manera como los blancos, incluso los presbíteros, podían apropiarse de elementos antropológicos e incluso teológicos que rayaban en el sincretismo religioso.

¿Pensaban que efectivamente los difuntos volvían una vez al año para estar con sus parientes? ¿Consideraban que los muertos se alegraban a la vista de las ofrendas colocadas sobre sus tumbas? El simple acto de presentación de las ofrendas así lo sugiere. Las ofrendas funerarias constituían en este caso la evidencia, la expresión tangible y perceptible de una apropiación cultural ajena al pensamiento católico ortodoxo de la época.

Para el año 1753 ya había muerto el presbítero bachiller don Joaquín Ignacio Blas de Maya, quien era miembro de una ilustre familia criolla parrense de origen vasco. Antes de fallecer había dispuesto se fundara una capellanía sobre las dos casas y viña contigua. Casas y viña fueron constituidas en obra pía por el superior despacho de don Salvador Becerra y Zárate, arcediano, dignidad, juez de testamentos, capellanías y obras pías, provisor y vicario general del obispado de Durango. Las principales entradas en metálico para la obra pía de don Joaquín de Maya provenían de los productos anuales de la viña: uva, vinos y aguardientes.

En 1753 era administrador de dicha obra pía don Juan de Urtazum, otro criollo de ascendencia vascongada. Entre las actividades y gastos que don Juan reportó haber realizado ese año, declaraba que
“En 1º de noviembre, para el día de finados, se pusieron en la sepultura de dicho señor bachiller 6 velas de cera….Item para dicha ofrenda, un carnero de pie. Item, en dicho día, para dicha ofrenda, un barril con dos arrobas y 8 cuartillos de vino”.

En 1754, don Juan de Urtazum repetía la ofrenda de muertos en la tumba de don Joaquín de Maya. Sobre esta ocasión, que fue el día 2 de noviembre, dice que “para la ofrenda que se puso en la sepultura donde está enterrado dicho seños bachiller y sus difuntos padres, se puso un tercio de harina, un carnero, un barril de vino con 2 arrobas y 8 cuartillos, y cuatro velas de cera”.

Las ofrendas para este extraño caso de altar de muertos continuaron por varios años más. Una práctica que no arraigó en la Comarca Lagunera virreinal, ya que no existen pruebas documentales conocidas sobre la generalización de este tipo de sincretismo religioso, es decir, de mezcla de lo pagano con lo católico.