Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

lunes, julio 29, 2013

Estampilla conmemorativa del centenario de un plan


Tras un fin de semana lluvioso, particularmente ayer domingo y hoy lunes por la mañana temprano, y tras enterarme de la trágica muerte de Christian Benítez, me reincorporé a mis quehaceres académicos en la Universidad Iberoamericana. Dos semanas de vacaciones le reparan el ánimo a cualquiera, sobre todo cuando uno está en contacto con los nietos, esos duendecillos de mirada limpia, de sonrisa luminosa y fácil y de corazón inmenso. 




En el curso de la mañana recibí en mi oficina una cordial y muy atenta carta del gobernador constitucional del Estado de Coahuila de Zaragoza, Rubén Moreira Valdés. Me imagino que todos y cada uno de los cronistas oficiales del estado debe haber recibido una semejante. 

A la carta le acompañaba un sobre con algunas estampillas postales conmemorativas del centenario del Plan de Guadalupe, aquél por medio del cual se desconoció la tiranía de Victoriano Huerta en 1913. Las estampillas tienen un gran valor filatélico, ya que vienen canceladas (selladas) el 26 de marzo pasado, fecha exacta del centenario de la proclamación del plan en la Hacienda de Guadalupe, en Coahuila. 

El tiraje total de estampillas que Correos de México imprimió para celebrar el centenario del inicio de la lucha constitucionalista, fue de doscientos mil sellos. Es una buena idea del gobierno del estado difundir estas piezas conmemorativas de colección. La estampilla o sello postal puede reunir, en un solo objeto, el interés estético con el valor histórico e incluso, el ideológico. Su valor pragmático consiste en que su adquisición, nos permite usar el servicio postal mexicano para envíos de correo y paquetería. 

Agradezco al gobierno del Estado la deferencia que ha tenido para poner en manos de nosotros, los cronistas oficiales de Coahuila, estas piezas de colección. 



Muere un ex-guerrero del Santos



Christian Rogelio Benítez Betancourt, uno de los distinguidos guerreros del Santos Laguna, conocido simplemente como "Christian Benítez",  destacado por su trayectoria profesional, murió hoy. El ex-guerrero (dudo que se pueda ser "ex-guerrero) jugó la temporada pasada con el equipo América de la ciudad de México, y posteriormente fue contratado para jugar en Qatar, en el Medio Oriente. 

Los reportes existentes desde Qatar dicen que Christian experimentó  un fuerte dolor de estómago que lo llevó al hospital, donde sufrió un infarto y murió. Es muy factible que así fuera, pues muchas veces los síntomas previos de los infartos incluyen lo que parece ser un gran malestar estomacal.  

La Comarca Lagunera siempre recordará a este guerrero que tantas satisfacciones le dio a la afición. Envía a su familia, a sus seres queridos y a sus compañeros y amigos, las más sinceras y sentidas condolencias. Descanse en paz. 

Actualización: Según fuentes mediáticas, el problema que causó la muerte de Christian Benítez fue una apendicitis que degeneró en peritonitis. Según su familia, la complicación se debió a la inadecuada atención médica que recibió. 

viernes, julio 26, 2013

Plaza "2 de abril"



El fin de semana pasado, Torreón estuvo irreconocible. Cuatro o cinco días de nublados, lluvias medianas y ligeras, temperaturas de 20 grados C., un viento suave y refrescante corriendo todo el día y la noche. A ratos, mientras tomaba el café por la Calzada Colón, me parecía estar en la Guadalajara de mis años mozos, cuando estudiaba en el ITESO mi licenciatura de Ciencias de la Comunicación. Estas lluvias anuncian ya el cambio de estación, por más que el verano oficialmente acabe hasta septiembre. Dudo mucho que regresen los calores de 40 grados o más.  

Y para pasar a otro tema: más que una moda, conservar los sitios históricos tal y como eran originalmente, y con sus propios nombres, es un rasgo y constante de los países civilizados. Quien haya visitado Europa lo podrá constatar. En gran medida, en eso radica su encanto. Esto demuestra el gran respeto que los europeos se tienen a sí mismos, a su identidad y a su historia. Estados Unidos ha hecho lo mismo: ciudades como San Francisco, Los Ángeles, San Diego, San Antonio, Albuquerque (título de un duque español), Galveston (por el conde de Gálvez) han mantenido sus nombres, a pesar de haber sido tomados como botín de guerra desde 1846-1848.  Estados como California, Arizona, Colorado, Nuevo México, Nevada, Texas y Florida también retienen sus nombres castellanos originales, a pesar de encontrarse en un país de mayoría anglófona. ¿Y que decir de Louisiana, bautizada así por los franceses en honor del rey Luis de Borbón?

No sería ninguna herejía política devolverle su nombre a la Plaza de Armas “2 de abril”, dado que en esa fecha México ganó una gran batalla contra los ejércitos franceses. Es un nombre que afirma el orgullo de ser mexicano. Pero claro, como Porfirio Díaz fue el héroe de esa batalla, muchos se rasgarían las vestiduras. Porfirio Díaz fue un gran presidente, y el primero en reconocerlo fue el mismo Francisco I. Madero en su libro “La Sucesión Presidencial”. Si el venerado padre y profeta de la Revolución Mexicana lo afirma, ¿quiénes son los “revolucionarios” que lo pueden negar? ¿Serán más papistas que el papa? Y no solo lo admiraba de dientes afuera, la prueba es que Madero ganó la presidencia, pero dejo intacta la estructura de poder porfiriana. Creía en ella. Luchaba solo por una apertura democrática, no por una verdadera revolución social.

Por cierto, muchos de los problemas de despojos agrarios que se le atribuyen al Porfiriato, en realidad fueron creados por los liberales en el poder y la constitución desde 1857, al desconocer la propiedad comunal de la tierra.  Muchas tierras que pertenecían a pueblos enteros, o condueñazgos familiares que venían desde la colonia, fueron, de un plumazo, declarados “sin dueño”, “baldíos”. Así que quienes tenían poder económico, “denunciaron” esas tierras “sin dueño” y las compraron. Sus propietarios originales tuvieron que trabajar sus propias tierras, ahora como peones.

Mi opinión como Defensor del Centro Histórico, función esta última que de oficio tengo como Cronista Oficial, de acuerdo con el Reglamento Municipal de Cronistas, es que, lejos de seguir modificando y deforestando el centro histórico, como desgraciada e impunemente se hizo durante la gestión del alcalde Pérez Hernández, debemos devolver nombres y aspectos originales a los diversos sitios que lo conforman. ¿Sería correcto modificar la pirámide del sol en Teotihuacan para construirle una rentable innovación? ¿Para qué seguir con la vandálica destrucción de los más bellos elementos de nuestro pasado? Desde 1948 carecemos de una calle con el nombre de Iturbide, como la que le dedicó la ciudadanía de Torreón al libertador en 1910, centenario del grito de la Independencia Nacional. Si se le cambió el nombre por el de “Presidente Carranza”, no fue porque Iturbide fuera un traidor, sino porque un general quiso quedar bien con la nueva historia oficial postrevolucionaria.

Es verdad, a la Plaza de Armas le falta su Kiosco, el mismo donde tocaba la Banda Municipal cuando la Avenida Morelos era el paseo citadino por excelencia. Los kioscos son el toque porfiriano de las plazas que se construyeron en esa época. Si ese kiosco es o no el que está en la Colonia Martínez Adame, no lo sé. No conozco el que se encuentra en esa colonia. Lo que sí sé es que a la plaza le sobra una fea torre con reloj, remedo de torreón (que no va con el estilo ni época de la plaza) que fue colocada ahí una vez que despojaron a la plaza de su kiosco original.

Ahora bien, al reconocer que hay que ceder algunos espacios a los procesos urbanos de modernización, debemos adaptarlos a las necesidades de nuestro clima. La plaza mayor es un logro arquitectónico que muchos han discutido, y muchos otros alabado. Por lo que a mi respecta, creo que mejoró bastante el aspecto de esa área citadina, aunque considero que funcionaría mejor con sombra abundante, con árboles frondosos, ya que en la actualidad, por la inclemencia del sol, es una plaza para disfrutarla por la mañana o por la noche.   

jueves, julio 18, 2013

Relámpagos de tormenta en 1910

Torreón en 1910. En primer plano, el casco de la hacienda



Desde el punto de vista del Partido Maderista, la Revolución Mexicana se consideraba consumada en 1911. Y es que, según la óptica del iniciador de este movimiento popular, todo el objetivo del Plan de San Luis consistía en liberarse de la dictadura de Porfirio Díaz para entrar al libre ejercicio de la democracia.

Sin embargo, la revolución de Madero no era la que concebía Zapata, ni tampoco fue la que posteriormente luchó Carranza. Durante el período 1910-1929, hasta la fundación del Partido Nacional Revolucionario, hubo multitud de caudillos, ideologías e incluso golpes y revoluciones dentro de la misma Revolución.

No hace mucho, Friedrich Katz expresaba su asombro ante la “capacidad de lucha de los mexicanos” al referirse a la historia de la Revolución. Para Katz, la lucha de las clases populares fue decisiva para el triunfo de la Revolución, a diferencia —dice— de lo que sucedió en otros países.

Resulta de la mayor relevancia profundizar los estudios de las diferentes fases de la lucha social 1910-1929, ya que se le ha dado gran importancia al aspecto militar y político, pero relativamente poco al de la participación ciudadana. Para Katz, no hubiera habido revolución si hubiese faltado el factor “pueblo”.

Esto es particularmente importante si consideramos que La Laguna fue la cuna del Maderismo, y Coahuila, del Constitucionalismo. Si la premisa de Katz es correcta, el triunfo de la Revolución pertenece más al pueblo que a sus líderes. Sin embargo, la historia oficial se apropió de los líderes y dejó en completo olvido a quienes fueron los auténticos revolucionarios. Porque sin seguidores que apoyen, no hay líderes.

El periódico capitalino “La Iberia”, en su edición del sábado 11 de junio de 1910, presenta un encabezado de primera plana que dice, en relación a Francisco I. Madero “El delito de sedición plenamente comprobado. Documentos importantes publicados por la prensa de información”. Entre las diferentes noticias publicadas bajo este encabezado, aparece un telegrama enviado desde Torreón, el 6 de junio de 1910, es decir, 5 meses antes de la fecha del alzamiento revolucionario. Se transcribe a continuación:

“Torreón, junio 6 de 1910. Los jefes de los antireeleccionistas aquí, fueron aprehendidos por autoridad judicial. Según informes, solicitaron al Jefe Político don Luis G. de Letona permiso para hacer una manifestación en las calles a la llegada del señor Madero, el cual les fue negado, diciendo la autoridad que no tenía bastante policía para cuidar el orden en las calles; pero que podían hacer la manifestación en el teatro ú otro lugar cerrado. Los antireeleccionistas insistieron y como el Jefe Político siguió resistiendo, lo amagaron con que de una vez se lanzarían a la revolución. Entonces fueron consignados al juez, que los mandó aprehender”.

En otro punto comenta dicho periódico que

“la connivencia de Madero con los revoltosos de Torreón es segura, puesto que recibían fondos de los parientes de aquél para fomentar y preparar la revuelta. Se pretende hoy por los anti-reeleccionistas hacer creer que los movimientos revolucionarios son absolutamente locales y sin relación unos con otros; pero parece mentira que los pueblos, hasta hoy pacíficos, de Tlaxcala, de Atlixco y de otros puntos no hayan sentido ese gran descontento por sus autoridades, que los llevara hasta pretender rebelarse en armas, sino cuando la voz de Madero y sus secuaces se dejó escuchar, hablando de “reivindicaciones”. 

Y al comentar la relación que había entre líderes que convocaban a la rebelión y los ciudadanos que secundaban, comenta el periódico con gran sarcasmo:

“Los “neo-libertarios” niegan hoy sus palabras de ayer, y con la más inconcebible felonía pretenden echar sobre los incautos que se dejaron seducir por sus palabras, la tremenda responsabilidad de haber alterado el orden público, en un país que a orgullo tiene la paz de que disfruta. Ellos, los que se dicen amigos del pueblo, lo tachan hoy de asesino, de incendiario y de ladrón; lo hacen responsable de los actos reprobables a que lo han arrastrado”. 

lunes, julio 15, 2013

La salud de los mexicanos, asunto de seguridad nacional





¿No es extraño que en cincuenta años, México se convierta en un país de adictos al refresco, obesos y diabéticos, todo a la vez? ¿Dirá la Secretaría de Salud que estamos gordos solamente por comelones, y esto a pesar de la pobreza imperante? Me parece que la Secretaría de Salud  debería ponerse las pilas, y entender que este es un problema de seguridad nacional. No es el papel de las autoridades ponerse a regañar a la población mexicana como curas en cuaresma y pedirle que ayune. La salud de la nación -porque los mexicanos somos la nación, y sin mexicanos no existiría México- es la responsabilidad primordial y altísima de dicha secretaría.

A este paso, en breve los mexicanos, o casi todos, dependeremos de fármacos contra la diabetes y la hipertensión. La Secretaría de Salud debe realizar una investigación seria que cuantifique el impacto del consumo de bebidas dulces carbonatadas en el organismo del ser humano (de estas bebidas, México es un consumidor también de marca mundial). Seguramente existe una correlación positiva entre consumo de refrescos, obesidad y padecimiento de diabetes. Otra investigación  paralela requiere que se mida el impacto de las hormonas para la engorda del ganado, cuya carne ingerimos de manera cotidiana (o casi) en presentaciones culinarias que van de lo económico a lo suntuario.

Es de suponerse que si tal estudio existe, habrá muchos intereses económicos en juego para que no se divulguen tales resultados, en caso de ser negativos para la salud. Pero es obligación de las instituciones gubernamentales dar a conocer los resultados de tales estudios, si los tiene. Y si no los tiene, debería comenzar a trabajar en eso. La carne portadora de hormonas que aumentan la masa corporal, seguramente incide en el crecimiento mórbido de las personas, y probablemente, de los tumores cancerosos.

Las correlaciones que aquí se plantean son meras hipótesis, pero son hipótesis no solamente posibles, sino bastante probables. Explicarían de maravilla la simultaneidad de esos fenómenos negativos y hasta cierto punto recientes, relacionados con los altos índices de consumo de refrescos embotellados, obesidad, diabetes, hipertensión arterial y  cáncer en los mexicanos. Pero es obligación de las autoridades el comprobar o disprobar estas hipótesis por medio de la investigación válida y honrada. La salud, el futuro de los mexicanos y de nuestras familias depende de su dictamen. Y de la acción eficaz de los funcionarios públicos del más alto nivel. 

viernes, julio 12, 2013

Constancia de mayoría de votos para Miguel Ángel Riquelme Solís

Fotografía de El Siglo de Torreón

En el curso de hoy viernes 12 de julio, el candidato a la alcaldía de Torreón por el Partido Revolucionario Institucional, señor Miguel Ángel Riquelme Solís, recibió su constancia de mayoría de votos. Como es bien sabido, esta constancia, que lo convierte en presidente electo, es emitida por el  Instituto Electoral de Participación Ciudadana de Coahuila. 

Sin duda alguna, Riquelme Solís encontrará viejos retos aún por resolver, particularmente lo que se refiere a la inseguridad, creación de fuentes de trabajo, promoción del turismo y atracción de inversión al municipio.

Por lo que se refiere al Partido de Acción Nacional, aún no ha aceptado la derrota electoral y pide el recuento de voto por voto, y casilla por casilla. 

Actualización: 

Finalmente, Jesús de León Tello, candidato a la alcaldía de Torreón por el Partido Acción Nacional, aceptó, en rueda de prensa, el triunfo de su rival Miguel Ángel Riquelme Solís. Aunque no sin comentar que por partidos, ganó el PAN, y que fueron las alianzas las que le dieron el triunfo al PRI.  









miércoles, julio 10, 2013

"La Casona" del buen comer





En varias ocasiones, he escrito sobre los restaurantes que han hecho o marcado época en Torreón. Nuestra ciudad siempre ha contado con una buena cantidad de sitios de buen nivel y con una gran oferta de platillos de comida nacional e internacional. 

Uno de estos restaurantes fue, sin duda alguna, “La Casona”. Famosa desde los años setenta, fue objeto de cambios en su administración a través de décadas, alternando las épocas de abandono con las de bonanza y fama. 

“La Casona” inició su existencia como casa habitación. Está ubicada en la esquina noroeste del cruce de la avenida Morelos con la calle García Carrillo, apenas a una cuadra del costado oriental de la Alameda Zaragoza. Se trata de un lugar céntrico, que hace algún tiempo fue denominado como “zona rosa de Torreón” por los restaurantes y tiendas que existían por el rumbo.

La historia de “La Casona” como restaurante, comienza con una decisión del conocido matrimonio de don Lucas Haces Gil y su esposa, doña Carmen Pámanes. Estaban interesados en poner a disposición de la sociedad lagunera, “un restaurante de gran categoría, con el deseo de que fuera un centro de reunión de lujo y comodidad, donde los laguneros pudieran concertar sus citas, comer y disfrutar de buenos platillos, bebidas y confort”. Con estas ideas en mente, “La Casona” fue inaugurada el 9 de agosto de 1973 con cena y variedad, con un costo de 75 pesos el boleto. Amenizaron “Julieta Paya y “Erick, el caballero de la canción”. El establecimiento abría doce horas al día, desde la una de la tarde a la una de la mañana, con música continua y servicio de restaurante. Diariamente se cambiaba el menú, y los domingos era especial. No había consumo mínimo.

En ciertas ocasiones, “La Casona” contrataba a artistas de nivel para que interpretaran sus éxitos más conocidos. En septiembre de 1974, la artista invitada era la brasileña Denise de Kalafe. En enero de 1975, ya se encontraba funcionando una “disco” en “La Casona”.

En abril de 1975, se renovó la administración de “La Casona”, la cual quedó en manos de los señores Claudinor Barbosa y señora. El toque personal que le dieron fue el de conseguir un ambiente familiar “para que los papás y mamás dejen venir, con toda confianza, a sus retoños a bailar a su tertulia dominical”.

El menú del 20 de abril consistía en cocktail de frutas, consomé de pollo, arroz a la jardinera, almendrado de ternera o dobladiña a la brasilera, y postre. El costo era de cuarenta pesos el cubierto.  

El canto y la música siguieron presentes en “La Casona”. Se contrataba a intérpretes como Lalo Ibarra, “La voz romántica de México” o al grupo “La muela del juicio”.

Un domingo cualquiera de 1975 se podía comer cocktail de aguacate, sopa de ajo, milanesa a la parmesana con ensalada y papas a la reina, flan o nieve por cuarenta pesos (cuatro centavos de nuestro peso actual). Por la noche del domingo, se llevaba a cabo la tertulia, con la presencia de “La muela del juicio”.

Otros artistas que se presentaron en esa época en “La Casona” fueron Lina de la Rosa, Lupe y Raúl, Raquel Olmedo y el grupo defeño “La Mezcla”.

En 1975, los anuncios publicitarios de “La Casona” adoptaron un estilo sui generis con la intención de causar un efecto cómico y relajado entre sus parroquianos. Probablemente iba más dirigido a los jóvenes que a los adultos.  

Para enero de 1976, el restaurante de mariscos “Boca del Río” había adquirido “La Casona”. El menú sufrió un cambio drástico: zarzuela de mariscos, pulpo en su tinta, ostiones en su concha, bacalao a la vizcaína, parrillada de mariscos. Los viernes, como el viernes 7 de enero de 1977, la variedad de platillos incluía camarones: a la diabla, imperial, al ajillo, en brochetas y en popurrí. Ostiones: naturales en su concha, casino, Rockefeller, en escabeche y a la diabla. Pescados: pámpano armandini, robalo papillón, filete en salsa verde, pescado a la oriental. Pulpos: en su tinta, a la mexicana, a la marinera, en entremés y en concha. De cena: pollo a la diabla, a la Bavaria, espagueti casino.

Realmente “La Casona” se caracterizó por épocas de sueños e inversiones, seguidas de fracasos económicos. Siempre ha resultado ser un lugar sin mucha suerte. No termina aquí la historia, pues aún he de referir cuando “La Casona” tuvo por dueño a Jared Borgetti, astro del Santos Laguna y de la selección nacional de futbol. 






martes, julio 09, 2013

Lluvias ligeras



Ayer por la tarde, en la Zona Metropolitana, comenzó una serie intermitente de lluvias y lloviznas (previas tolvaneras, por supuesto) que han refrescado el ambiente agobiante que se ha sentido durante la temporada de calor.

El día de hoy se mantiene el nublado y una brisa continua que proporciona gran alivio a los laguneros. Un día muy atípico en nuestra región, pero muy agradable. 

domingo, julio 07, 2013

Elecciones por alcaldías en La Laguna



Este fin de semana, sábado 6 y domingo 7 de julio, coincidió el régimen de "ley seca", tanto en La Laguna de Coahuila como en la de Durango, debido a la simultaneidad de las elecciones estatales para alcaldías en ambas entidades federativas.  

En Torreón el ambiente en general se sintió tranquilo, si bien pudo haber algún incidente menor, lo cual se irá sabiendo a medida que se vayan dando a conocer los reportes de las casillas electorales. Pero la impresión general es de tranquilidad. 

Históricamente, los principales partidos en contienda son el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional. En Torreón se ha dado anteriormente la alternancia de partidos en el poder. Hay otros participando, pero son minoritarios. 

Tanto el Partido Revolucionario Institucional como el Partido Acción Nacional se han declarado ganadores de estos comicios en base a encuestas de salida, pero la verdad es que el proceso de conteo de votos apenas si comienza. 

jueves, julio 04, 2013

Escritura de la historia, arte y erudición

Fragmento de la Real Cédula que autoriza a los jesuitas a fundar 
misión en "la provincia de La Laguna". 6 de abril de 1594.


Quizá una de las sensaciones vitales más intensas que un historiador pueda gozar, es la que surge del ejercicio del poder que ha adquirido para traer a la luz la visión de realidades del pasado, de las cuales muchas veces no ha quedado la menor huella ni recuerdo, excepto por los documentos que las atestiguan.

La eficacia de este poder para crear a través de la narración no es independiente de las fuentes ni del historiador, ya que los documentos son como guitarras: requieren del intérprete que las incite para hacerlas emitir melodías acordes a la capacidad técnica, creatividad y talento de quien las pulsa. La música proviene tanto del instrumento como del intérprete, y nada lograría el uno sin el otro. Es decir, el pasado no se encuentra en el documento. El pasado ya no existe. Todo lo que ha quedado es el testimonio en el papel, y su significado no es evidente para quien no esté perfectamente familiarizado con la cultura, lugar y época de los que procede. 

Como virtuoso, el historiador pone orden y concierto donde otros sólo pueden ver viejos papeles sin relación ni sentido. En su mente indagadora existe una piedra de toque que es a la vez hilo conductor, una hipótesis de trabajo que le lleva a investigar, a construir su propia aportación al conocimiento del pasado. Por ello la analogía: la recuperación histórica implica la existencia del instrumento documental tanto como la del virtuoso que sepa explicar la fenomenología social del pasado planteando las hipótesis con mayor fundamento y lógica.

Desde luego, el oficio de historiar requiere de una mente crítica, vasta y educada, y, sobre todo, curiosa y libre de prejuicios e ingenuidad. Los documentos disponibles son ecos, son testimonios de sociedades que no son las nuestras, aunque aquéllas hayan existido en el mismo hábitat que ocupamos al presente. Por lo tanto, dichas sociedades nos resultan extrañas, y deben ser objeto de estudio hasta llegar a la erudición.

Un magnífico caso a estudiar sería el de la Comarca Lagunera. Como historiador, no deja de llamarme la atención el hecho de que la espacialidad regional es prácticamente la construcción consensual de una sociedad que se define, proyecta y afirma a sí misma sobre cierto hábitat. En este sentido, la Comarca Lagunera, Provincia de la Laguna, País de la Laguna,  puede tener muchas historias, si consideramos cómo se pensaron a sí mismas y se proyectaron las sociedades que la han configurado.

Subsiste una marcada tendencia local a considerar la historia de La Laguna como si fuese la historia de Torreón. De alguna manera, el regionalismo lagunero busca desligarse de los lugares comunes, tanto políticos como históricos. Nuestra sociedad urbana no aspira a concebirse inserta en la dinámica de un fenómeno de larga duración que explique su mentalidad de trabajo como una característica forjada a través de siglos de historia común, neovizcaína o europea. Al contrario, reclama para sí y desde sí, el mérito y el prestigio de una comunidad que se ha creado a sí misma de la nada. Debido a ello, Torreón es la ciudad “de los grandes esfuerzos” donde la población “venció al desierto”, somos “brazo que lucha y espíritu que crea”. Nuestro equipo de futbol está conformado por “guerreros”. Al afirmar nuestra mítica identidad rechazamos de plano una alteridad definida y calificada desde nosotros mismos.


El ejercicio acrítico de esta actitud exclusivista y mutilante ha empobrecido nuestra percepción histórica de la “regionalidad” y tiende a debilitar nuestra autoestima al atribuir a conceptos inoperantes (como el de “raza”) las cualidades de fortaleza, visión empresarial y capacidad para el trabajo duro. En consecuencia, muchos insatisfechos miran hacia los Estados Unidos u otras naciones y grupos étnicos del presente o del pasado en búsqueda de una identidad adoptiva que afirme su autoestima. El desconocimiento del pasado y la falta de identificación con nuestras culturas ancestrales colonizadoras, puede llevar a eso, y quizá a mucho más.