Otro caso de inmigrantes de vieja prosapia duranguense es el constituido por el matrimonio formado por Juan Licerio y Juana de Santiago. Ambos se encuentran registrados en el padrón de Torreón de 1892. Él declara tener 60 años de edad (nació hacia 1832), estar casado y ser labrador de oficio. Ella declara tener 45 años de edad, y ser casada, desde luego. Con ellos aparecen censados sus hijos Benito Licerio, de 20 años, casado, labrador; Natividad Licerio, de 22 años, viudo, labrador; y Severiano Licerio, de 10 años. Aparecen también empadronadas Felícitas y Bernardina Licerio.
Benito Licerio de Santiago fue bautizado en Peñón Blanco, Durango, el 26 de marzo de 1871, hijo de Juan Licerio y Juana de Santiago de acuerdo al libro de bautismos de 1866-1907 de la misma jurisdicción.
Su hermana Felícitas de Jesús Licerio Santiago, hija de los mismos padres, fue bautizada en Peñón Blanco el 27 de mayo de 1875.
Los Licerio estaban en Peñón Blanco y Cinco Señores (Nazas), en Durango y en Villa de Coss, Zacatecas, desde el último tercio del siglo XVIII.
Se puede decir que este es un apellido muy ligado a la historia del algodón, ya que Cinco Señores (Nazas) lo cultivaba desde 1817, por lo menos, y Peñón Blanco tenía una de las textileras de algodón más importantes de Durango desde la primera mitad del siglo XIX. No deja de ser interesante notar que los inmigrantes de aquellas regiones de Durango trajeron a Torreón un saber relacionado con el cultivo y el beneficio de la fibra de algodón.
Benito Licerio de Santiago fue bautizado en Peñón Blanco, Durango, el 26 de marzo de 1871, hijo de Juan Licerio y Juana de Santiago de acuerdo al libro de bautismos de 1866-1907 de la misma jurisdicción.
Su hermana Felícitas de Jesús Licerio Santiago, hija de los mismos padres, fue bautizada en Peñón Blanco el 27 de mayo de 1875.
Los Licerio estaban en Peñón Blanco y Cinco Señores (Nazas), en Durango y en Villa de Coss, Zacatecas, desde el último tercio del siglo XVIII.
Se puede decir que este es un apellido muy ligado a la historia del algodón, ya que Cinco Señores (Nazas) lo cultivaba desde 1817, por lo menos, y Peñón Blanco tenía una de las textileras de algodón más importantes de Durango desde la primera mitad del siglo XIX. No deja de ser interesante notar que los inmigrantes de aquellas regiones de Durango trajeron a Torreón un saber relacionado con el cultivo y el beneficio de la fibra de algodón.
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