Como dice la gente, “la vida es una rueda de la fortuna. A veces se está abajo, a veces se está arriba”. Esto resultó particularmente cierto para todos aquellos torreonenses y laguneros que, entusiastas, aclamaron y distinguieron al general José Gonzalo Escobar, para encontrarse después con que éste se convertía en un acérrimo crítico del régimen de Emilio Portes Gil y de Plutarco Elías Calles, máximas autoridades políticas y padres del Partido Nacional Revolucionario.
El 4 de enero de 1926, el Ayuntamiento de Torreón celebró una sesión extraordinaria para hacerle entrega al General de División José Gonzalo Escobar, del decreto expedido por la XXVII Legislatura de Coahuila (1925-1927). Por medio de este decreto, y en atención a los “meritísimos servicios” que había prestado a nuestra entidad federativa este general, el Congreso lo nombraba “hijo adoptivo por nacimiento” del estado.
El acto, aunque sencillo, fue sumamente solemne, y contó con la asistencia de los generales J. Contreras y José San Martín y otros jefes militares de alto rango. El general Escobar llegó al salón de sesiones del ayuntamiento acompañado del diputado Octavio M. Trigo, y del regidor Aurelio Anaya. El diputado procedió a hacer la lectura del decreto:
“El H. XXVII Congreso Constitucional del Estado Independiente, Libre y Soberano de Coahuila de Zaragoza, ha tenido a bien expedir el siguiente decreto:
Artículo primero. Se declara ciudadano coahuilense por nacimiento al señor General de División don José Gonzalo Escobar, en vista de los servicios que ha prestado a la Región Lagunera del Estado.
Artículo segundo. Comuníquese al interesado y al Ejecutivo del Estado para los efectos legales correspondientes. Dado en el Salón de Sesiones del H. Congreso del Estado, en la ciudad de Saltillo, a los veintiséis días del mes de diciembre de mil novecientos veinticinco. Diputado Presidente Manuel Antero Fernández. Diputado Secretario Daniel Cerda.
Durante la ceremonia se mencionó el hecho de que en toda su historia, Coahuila solo había nombrado hijos adoptivos a dos generales de división, a saber, al general Carlos Fuero, colaborador del presidente Benito Juárez, y al general de división Gonzalo Escobar.
El general Escobar, al tomar la palabra, consideró que solamente había cumplido con su deber. Pero que se sentía extremadamente orgulloso de la distinción obtenida, y que esperaba corresponder a Coahuila con un servicio digno.
¿Quién le diría a la concurrencia de esa ceremonia, que el general Escobar se convertiría, a la vuelta de cuatro años, en el general más incómodo que existiera en México, precisamente por arremeter contra el régimen? Y por ende, que Torreón fuera percibida como la ciudad más “escobarista” de la nación.
Fuente: "El Siglo de Torreón", 5 de enero de 1926.
2 comentarios:
Cuenta mi mamá nacida en 1928, que a su abuela Manuela Escobar le habían matado a sus hermanos en una rebelión conocida como la rebelión escobarista en tiempos de la revolución. Es interesante conocer que este hecho esta documentado. Saludos desde San Pedro Don Sergio.
Saludos, Omar Carrillo.
Publicar un comentario