La Calzada Colón. Se aprecia una de las esculturas que la adornaban
En 1928, bajo la alcaldía del señor Ortiz Garza, nuestra ciudad procuraba el embellecimiento de sus principales calles y avenidas. Para la Calzada Colón, la fundición Miller fabricó lámparas de bronce tipo colonial mexicano. El material eléctrico se pedía a los Estados Unidos.
Se construyeron bases en las bocacalles de la Calzada Colón, con el objeto de que cada una sirviera de soporte a una estatua; entre ellas estarían las de “Cristóbal Colón”, “La Industria”, “Plenitud”, “Desesperación”, “Meditación” y “Amor”, todas ellas obras originales de varios escultores, entre ellos el destacado salvadoreño José Mejía Vides, estudiante del Instituto Nacional de Bellas Artes de México. Este Cronista se pregunta dónde fueron a parar las esculturas que un día adornaron la avenida Morelos, y también la Calzada Colón. Ciertos políticos locales, convertidos en saqueadores urbanos con fuero, se las llevaron.
La estatua de Colón, la más grande de todas, fue vaciada sobre su mismo basamento, por los problemas que implicaría elevar una estatua de cinco toneladas de peso. Quedó ubicada frente al entonces Parque España.
La columna mostraba en bajorrelieve, algunos episodios de la vida de Colón: la petición de ayuda a la reina Isabel la Católica; las tres carabelas; el desembarco en América y la partida del puerto de Palos. El señor Joaquín Belloc, miembro del cabildo, estaba al frente de los trabajos de albañilería.
En la Alameda Zaragoza quedaron instalados 75 juegos de agua, y los trabajos de embellecimiento fueron supervisados por el entonces alcalde de Torreón, Nazario Ortiz Garza.
Se construyeron bases en las bocacalles de la Calzada Colón, con el objeto de que cada una sirviera de soporte a una estatua; entre ellas estarían las de “Cristóbal Colón”, “La Industria”, “Plenitud”, “Desesperación”, “Meditación” y “Amor”, todas ellas obras originales de varios escultores, entre ellos el destacado salvadoreño José Mejía Vides, estudiante del Instituto Nacional de Bellas Artes de México. Este Cronista se pregunta dónde fueron a parar las esculturas que un día adornaron la avenida Morelos, y también la Calzada Colón. Ciertos políticos locales, convertidos en saqueadores urbanos con fuero, se las llevaron.
La estatua de Colón, la más grande de todas, fue vaciada sobre su mismo basamento, por los problemas que implicaría elevar una estatua de cinco toneladas de peso. Quedó ubicada frente al entonces Parque España.
La columna mostraba en bajorrelieve, algunos episodios de la vida de Colón: la petición de ayuda a la reina Isabel la Católica; las tres carabelas; el desembarco en América y la partida del puerto de Palos. El señor Joaquín Belloc, miembro del cabildo, estaba al frente de los trabajos de albañilería.
En la Alameda Zaragoza quedaron instalados 75 juegos de agua, y los trabajos de embellecimiento fueron supervisados por el entonces alcalde de Torreón, Nazario Ortiz Garza.
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