Escudo de Torreón

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domingo, septiembre 06, 2009

Influenza: ¿verdad o mito?



Durante los meses de abril y mayo, este Cronista relató los inicios de lo que parecía ser una nueva variedad de influenza de origen mexicano. Un tema apasionante desde el punto de vista médico, social e histórico. Todos los laguneros sabemos lo terrible que resultó para nuestra región la llamada “gripe o influenza española” de 1918.

Quienes han puesto atención a los detalles de este caso histórico, saben que los medios de transporte tuvieron un papel protagónico para la rápida difusión de la enfermedad. Es decir, la existencia del ferrocarril fue un factor esencial para la pronta propagación de aquella influenza.

En 2009, los medios de transporte son infinitamente más rápidos y globales que en 1918. Era de esperarse que la transmisión de la nueva enfermedad, la influenza A/H1N1, resultara en una pronta contaminación mundial, como de hecho sucedió. Pero por extraño que parezca, mientras los países extranjeros alababan las medidas tomadas por el gobierno mexicano para atajar la posibilidad de una desmedida y mortífera expansión, el pueblo mexicano se puso a dudar de la existencia de esta gripe.

Es decir, la presencia y las medidas contra esta enfermedad fueron objeto de manipulación política con fines partidistas. Hubo quien aseguraba que se trataba de un invento del gobierno federal para distraer la atención de los mexicanos de los problemas “verdaderamente serios”. Otros, como el avestruz, prefirieron hundir la cabeza en el suelo y afirmar que no existía tal influenza, sobre todo, antes de las elecciones de julio.

El caso es que ya nadie puede ocultar lo inocultable, y por vez primera, los coahuilenses se dan cuenta de que se trata de un problema real que está repuntando con cierta rapidez. Si se ocultó o no información en nuestro estado, ya resulta irrelevante. Como era de esperarse, la influenza está entre nosotros, a causa del cambio de estación, de las temperaturas que van a la baja, y de la humedad y los chapuzones de septiembre. Lo único que hay que hacer es estar muy pendiente de los síntomas, y dirigirse al médico si éstos se presentan.

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