El pasado domingo 21 de octubre, se cumplió el segundo aniversario de la
designación de Torreón como “Ciudad Heroica” y “Sitio Histórico de Interés
Nacional” ¿Cuáles fueron los méritos de nuestra ciudad que se consideraron para
recibir tal distinción?
En el pasado, la población torreonense padeció diversas oleadas de
violencia. Entre 1850 y 1900, los cruentos ataques de indios salvajes eran
relativamente frecuentes en la Comarca Lagunera. Sin embargo, algunos de los
momentos más aciagos los vivieron los ciudadanos torreonenses durante la
Revolución Mexicana.
El ejército revolucionario Maderista tomó
Torreón el 15 de mayo de 1911, causando angustia y sufrimiento a sus
habitantes, y de manera particular, a los vecinos de origen chino que fueron
cruelmente perseguidos y masacrados por las mencionadas fuerzas Maderistas.
Como dice el New York Times del 23 de mayo de ese año, “Reportes incompletos de
las condiciones en Torreón comienzan a llegar a esta ciudad (Nueva York),
Describen una situación desesperada”. En el mismo sentido va lo dicho por “El
Criterio” del 27 de agosto de 1911, 17 de septiembre y 24 de septiembre del
mismo año, así como la transcripción de la orden de aprehensión girada contra
los Casiano y Benjamín Argumedo como participantes del genocidio. No solamente
las penurias que pasaron los chinos locales a raíz de esta toma, sino las de
todos los demás torreonenses, le merecerían ambos títulos, de ciudad heroica e
histórica. Sin embargo, hubo más razones de por medio.
Las ediciones del “Imparcial” del 9 y 10 de
octubre de 1913 y del “Demócrata” del 30 de septiembre de 1914, atestiguan la
magnitud de las luchas entre federales y los revolucionarios de la recién
creada División del Norte bajo el mando de Francisco Villa, hechos ocurridos
durante el otoño de 1913. La ciudad de Torreón volvió a ser “amagada” y
“ocupada”, como lo dice el texto hemerográfico del 9 de octubre.
Entre muchos otros, los ejemplares de los
diarios “El Imparcial” del 7 y 11 de abril de 1914, así como del
“Independiente” del 5 de abril de ese año, constituyen evidencia histórica de
los combates habidos en Torreón durante su tercera toma revolucionaria, en la
primavera de 1914. Torreón se convirtió en un formidable centro militar, y las
bajas de la batalla por Torreón fueron las más numerosas de cualquier batalla
revolucionaria. Torreón se convirtió en “un infierno”, como lo atestiguan
dichos diarios. Durante la lucha, nuestra población fue cañoneada por el
afamado artillero Felipe Ángeles.
“El Nacional” del 30 de diciembre de 1916,
habla de las “fechorías” de Francisco Villa y su diezmado ejército en la
Comarca Lagunera. De hecho, se trata de la cuarta toma de Torreón, aunque por
estar ya distanciado Villa de Carranza, ya no se considera oficialmente una
“toma revolucionaria” de la ciudad. Torreón y su ciudadanía nuevamente
padecieron los embates de la guerra y de la ocupación militar.
Nuevos sufrimientos padecieron los habitantes
de Torreón en marzo de 1929, al ser bombardeada la ciudad con artefactos
explosivos e incendiarios desde el aire, además de sufrir ametrallamientos
contra blancos civiles. Se trataba del alzamiento Escobarista, que se oponía a
los planes supra-presidenciales de Plutarco Elías Calles. Estos enfrentamientos
constituian las últimas secuelas de la Revolución Mexicana, y a Torreón le tocó
en suerte padecerlas, como una Guernica mexicana, toda proporción guardada.
Finalmente, la violencia y la inseguridad que
padece la ciudadanía en el presente, se equipara a los sufrimientos que los
colonizadores del País de La Laguna tuvieron que soportar para construir y
legar un patrimonio a sus familias. Sin duda alguna, la nuestra es una
población heroica, y el título para la ciudad, muy merecido. Seguimos siendo la
ciudad de los grandes esfuerzos.