Campañas amateurs

Aunque no estoy vinculado a ningún partido político, mencionaré por simple interés profesional —como comunicólogo que soy— que, por lo que se ve, al Partido Acción de Torreón (¿o debería decir, de Coahuila?) le diseñan sus campañas políticas, sus enemigos acérrimos. Es muy claro que la firma que las elabora (si existe una) no tiene una consciencia política del Estado de Coahuila ni de la diversidad de intereses de su ciudadanía.

Cuando diseñaron la campaña de Jorge Zermeño para buscar su elección como primer mandatario de Coahuila, acuñaron un slogan que, desde el punto de vista estratégico, fue terrible y muy contraproducente. Decía “vota por un lagunero para gobernador”.

Al parecer, la firma publicitaria jamás se preocupó por investigar la percepción que podían tener los votantes coahuilenses no laguneros, sobre La Laguna y sus habitantes. Sabemos que a los saltillenses no les hace muy felices la idea de tener un mandatario lagunero. ¿Era diferente con los habitantes de otras regiones del estado? Como era de esperarse, Zermeño recibió votos en la Zona Metropolitana de La Laguna de Coahuila, y nada más.

En el caso de las elecciones del domingo pasado, sucedió algo semejante. La campaña propagandística se basó, no en uno, sino en dos slogans, ambos deplorables. “Ya rugiste, León” jugaba con la asociación de ideas entre el apellido del candidato panista, y el rugido del rey de la selva que se impone. Sin embargo, los ocurrentes publicistas no pensaron que era una afirmación que sonaba completamente autoritaria, y que esa era la imagen que en realidad estaban proyectando y asociando con el candidato panista.

El otro slogan “cerca de la gente” sonaba a verdadero plagio, pues sabemos que en Coahuila, todo lo que se apellida públicamente como “de la gente” viene del gobierno del estado: “el gobierno de la gente”, “las tarjetas de la gente”, “las farmacias de la gente”, etc. El efecto fue contraproducente para el PAN, pues celebró la popularidad de los slogans del gobierno del estado, a la vez que puso en evidencia la falta de capacidad creativa del candidato (esta fue la percepción de innumerables personas).

Como estudiante de la carrera de Ciencias y Técnicas de la Comunicación (en la cual estoy titulado) lo primero que se aprende es “a quién le vas a dirigir tu mensaje”. Es decir, ¿Quién es tu receptor? ¿qué sabes de sus acciones, de su historia, de sus actitudes y gustos, de sus preferencias, su sensibilidad política? Una campaña no se puede basar en una “brillante” ocurrencia, sino en un estudio serio.

Solo para contrastar, mencionaremos que la estrategia publicitaria del candidato del PRI resultó bastante más sensata, más profesional. Su único slogan “Rescatemos Torreón” contó con las siguientes características: comenzaba con un verbo incluyente, “rescatemos”, lo cual implica una invitación en la cual toda la ciudadanía queda comprendida, y no solamente un individuo que “ruge”. Además, se aprovechó deliberadamente la polisemia (diversos significados y connotaciones) del verbo “rescatemos”. Este verbo hace alusión al rescate que se paga a los secuestradores, pero se le aplica a Torreón. Es una promesa de acabar con la inseguridad. “Rescatemos” significa también “recuperemos” a Torreón, que, desde el punto de vista del PRI, fue objeto de una mala administración. En fin, en dos palabras, “Rescatemos Torreón” hay toda una agenda política. La ciudadanía torreonense optó por ella.

Hay que dar su lugar a los profesionales, los que son verdaderos especialistas y tienen mucho que aportar. Ya es tiempo de que los “notables” torreonenses, dejen sus actitudes pueblerinas en todos los ámbitos del quehacer humano.