Don Genaro Montalbán y doña Ricarda Merino, con motivo de sus bodas
de oro en Torreón, 1953. Entre las personas a su lado aparece Ricardo, su hijo.
El artista mexicano de fama mundial, Ricardo Montalbán, murió ayer miércoles en Los Ángeles, California. Contaba con 88 años de edad, y una trayectoria impresionante. Su muerte ocurrió tras un largo período de postración en una silla de ruedas, lamentable consecuencia de una caída de un caballo en los años cincuentas.
Ricardo Montalbán Merino nació en Ciudad de México el 25 de noviembre de 1920, hijo del señor Genaro Montalbán y de la señora Ricarda Merino. Con sus padres y hermanos, se trasladó a nuestra ciudad de Torreón, donde creció. Casó en 1944 con Georgiana Young, actriz, fallecida hace 14 meses, tras 63 años de feliz matrimonio. Tuvo cuatro hijos, Mark, Víctor, Laura y Anita. En Torreón le sobreviven sus sobrinos, los descendientes del matrimonio formado por doña Carmen Montalbán Merino (su hermana) y don Valeriano Lamberta.
En 1938, a los dieciocho años de edad, Ricardo Montalbán salió de Torreón hacia los Estados Unidos, con el objeto de realizar sus estudios. Se alojó en Beverly Hills, con la señora Nelle T. Herpolsheimer, amiga de la familia. En California, su talento fue descubierto por un agente de la Metro-Goldwyn-Mayer mientras estudiaba en la escuela secundaria de Fairfax, en Los Ángeles.
Le propusieron que usara el nombre artístico de "Ricky Martin", pero no aceptó. Se mudó a Nueva York. Sus primeros papeles de relevancia fueron: el musical “Fiesta” (1947), la película “Sayonara” (1957), “Cheyenne Autumn” (1964), La Novicia Rebelde” (1966), “Dulce Caridad” (1969), “Escape del Planeta de los Simios” (1971), “La Conquista del Planeta de los Simios” (1972), Star Trek II: The Wrath of Kahn (1982).
En la televisión alcanzó gran popularidad como estrella de la serie “La isla de la fantasía”, que se transmitió entre 1978 y 1984, pero también destacó en series como “Dr. Kildare”, “Dinastía” y “The Colbys”. Ricardo Montalbán fue la imagen de una campaña de promoción del Chrysler Córdoba que resultó ser una de las más exitosas de finales de los años 70. Por su profesionalismo y su destacada e inconfundible voz, cine, teatro, televisión y agencias publicitarias lo llamaron a grabar innumerables veces.
Por su trayectoria como católico y artista íntegro, ejemplo para la juventud americana, Juan Pablo II le confirió la Orden de Caballería de San Gregorio Magno.
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