Escudo de Torreón

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domingo, marzo 06, 2016

Las trompetas del Juicio






Resulta extremadamente preocupante que Donald Trump, al parecer el precandidato republicano con más posibilidades a la nominación de su partido para la contienda presidencial del país más poderoso de la tierra, sea a la vez un heraldo del odio racial, de la discriminación y de la violencia. No se percibe en él la serena habilidad negociadora de un diplomático o de un jefe de estado, sino el impulso visceral que le ha llevado a remover los pensamientos y sentimientos más oscuros de los republicanos estadounidenses. 
No sería la primera vez que un país civilizado pudiera dejarse hipnotizar por la retórica del odio de un desequilibrado, pues ya una vez sucedió con Hitler y la población alemana. Pareciera que la humanidad es incapaz de aprender de sus errores, de aprender de la historia.
Si Trump llegara a la presidencia, podemos imaginar cómo serían las confrontaciones de fuerza con otros jefes de estado igualmente ególatras y desequilibrados. Coloquémonos en el escenario de un choque de fuerza entre Trump y Kim-Jong-un, el hombre fuerte de Corea del Norte. Sin duda resultaría en un conflicto nuclear, como podría serlo también con cualquier país que no se someta a los caprichos de reality show del señor Trump. 
La construcción de un muro antimigrantes y antidrogas entre Estados Unidos y México sería una lección para los vecinos del norte, ya que los estadounidenses sabrían en carne viva lo que significaría tener una gran demanda interna de droga y a la vez carecer del satisfactor. El señor Trump no entiende, o aparenta no entender, que si existe una oferta de drogas, es porque hay un enorme mercado para ellas en los Estados Unidos. Acabe el señor Trump con la demanda, y se acabará la oferta. 
En cambio, sin el trasiego de drogas, muchísimos adictos se volverían locos en el vecino país del norte. No estamos a favor de la producción o consumo de drogas, pero sí estamos en contra de las falsas soluciones de retórica populachera y fanfarrona del señor Trump. Con la construcción del tan mencionado muro, sabrían también muchos empresarios estadounidenses lo que es carecer de la magnífica y económica mano de obra mexicana que utilizan año tras año.
Por otra parte, si nos ponemos místicos y hasta agoreros, la biblia inglesa relaciona el símbolo de las “trumpets” o trompetas, con los grandes desastres del juicio final: granizo y fuego mezclados con sangre, árboles y plantas arrasados por el fuego, fuegos en el mar y muerte de peces, sangre, barcos destruidos, estrellas ardientes que caen en las aguas potables haciéndolas imposibles de beber, muerte de quienes las beben. ¿Guerra nuclear y destrucción por radioactividad? 
Las interpretaciones del libro del Apocalipsis pueden ser muy diversas, pero es imposible desligar el símbolo de las trompetas de las catástrofes que van unidas al toque de cada una de ellas.  Realmente no tenemos idea de lo que puede ocasionar en la historia mundial la elección a la presidencia de los Estados Unidos de un líder como Donald Trump.
En el ámbito local: el pasado viernes 26 de febrero por la noche se registró un incendio en el Coliseo Centenario de esta ciudad. Este Coliseo se inauguró el viernes 8 de febrero de 2008, con capacidad para diez mil espectadores. Para algunos, se trataba de la mejor plaza de toros del norte de México, y hasta del país. 
El edificio, multifuncional en su diseño y actividades, ha sido usado también para presentación de cantantes e incluso para eventos políticos, como fue el último informe de gobierno de Humberto Moreira Valdés.  Es una triste coincidencia que el coso haya sido inaugurado un viernes de febrero, y también un viernes de febrero se haya incendiado.


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