La Puerta de Torreón
El próximo mes de octubre, Torreón se
convertirá en la capital del comercio de la América Latina, ya que fungirá como
sede de la Expo Aladi (Asociación Latinoamericana de Integración) Macrorrueda
de Negocios Multisectorial. Será lugar de encuentro e interacción entre
empresarios de Latinoamérica, del Caribe y de otros países del Continente
Americano.
Es a la luz de este acontecimiento que mencionamos que La Laguna,
nuestra laguna de lengua castellana y pensamiento occidental, fue un lugar de
prosperidad y agroindustria desde sus orígenes (a finales del siglo XVI y XVII.
Desde 1594 fue llamada por el rey de España, Felipe II, “Provincia de La
Laguna” y por sus habitantes coloniales, el “País de La Laguna”.
A finales del siglo XIX, en 1888 para
ser exactos, toda esa tradición agroindustrial de siglos se condensó en lo que
habría de ser nuestra actual zona metropolitana, gracias al ferropuerto que
surgió en lo que fuera el Rancho y Hacienda del Torreón. Las vías del
ferrocarril implicaban el acceso a la modernidad industrial y capitalista, el
acceso al transporte económico y rápido, el acceso a las innovaciones, y el
arribo de inmigrantes temporales o permanentes.
En 1898, se escribía sobre
nuestra región que una fuerte compañía, establecida con un capital cuantioso,
poseía las importantes fábricas: la “Alianza” en Torreón (Coahuila), la “Favorita”
en San Pedro de La Laguna (Coahuila) y la “Esperanza” en Ciudad Gómez Palacio
(Durango). Esta asociación industrial señalaba a los hombres de negocios el
camino que se debía seguir, indicaba cómo existen en México muchos elementos
desatendidos y que se podían convertir en fuentes de riqueza.
Y continúa: En
aquella región (La Laguna) existen plantaciones de algodón que ya han adquirido
bastante importancia. Hasta hace diez años, la semilla de algodón se arrojaba
como inútil. La Compañía a que nos referimos se organizó principalmente para
utilizar esta semilla. En las fábricas mencionadas se muele la semilla para
extraer el aceite. Todo este aceite se emplea en fabricar jabón, y se obtiene
un jabón muy superior al jabón corriente que se fabrica en lo interior del
país.
Es muy higiénico por estar formado exclusivamente con una substancia
vegetal, y es al mismo tiempo tan barato como el jabón corriente. En México, la
caja de 34 ½ kilogramos se vende generalmente a $ 6.75, que es el precio del
jabón común.
El residuo de la semilla
forma una pasta llamada harinolina, excelente para la engorda de ganado. Casi
toda esta pasta se exporta, principalmente a Europa; a Inglaterra, y Alemania.
Se venden hasta 20,000 toneladas al año.
Estas fábricas producen como 500,000
cajas de jabón de 34 ½ kilos neto cada año. La borra de algodón se exporta a
Estados Unidos y sirve para fabricar fieltro. La instalación de maquinaria es
magnífica. Todos los departamentos están alumbrados por luz eléctrica de arco
incandescente.
Las fábricas emplean una fuerza como de 1,000 caballos vapor y
toda esta fuerza es producida casi sin otro combustible que la misma cáscara de
pepita de algodón. Emplean como 600 a 700 obreros; todos son hombres. Los
jornales son de $ 0 75 a $ 1 50 por 12 horas de trabajo. Las fábricas trabajan
sin cesar día y noche.
Fuente: “El Boletín de la República Mexicana”, 1º de
septiembre de 1898.
1 comentario:
Excelente historia :D
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