“El País de La Laguna”, nombre con el que se designaba a nuestra Comarca Lagunera durante la era colonial, tuvo
su última referencia como “País de Las
Lagunas” en una carta del señor D.B. Robinson, Superintendente General de
la Compañía Limitada del Ferrocarril Central Mexicano, fechada el 10 de enero
de 1883. La carta iba dirigida al señor Tomás Nickerson, Presidente de la
Compañía Limitada del Ferrocarril Central Mexicano.
El "País de La Laguna" en el siglo XVIII
Para pasar a otra cosa, se menciona que
en 1873 llegaron a Saltillo más de noventa indios Kikapú (Kikapoo) de un grupo
que no aceptó las ofertas del comisionado estadounidense para que pudieran
volver voluntariamente a las reservas que se les habían designado en los
Estados Unidos (Kansas y Oklahoma). A la vista de esta situación, el gobierno
mexicano dispuso que se les tratara con toda consideración, mientras el
Presidente de la República Mexicana decidía sobre el caso.
El Gobernador de Coahuila manifestó que
se les atendía y auxiliaba con lo más necesario, y que los establecería en La
Laguna de Coahuila. En septiembre de 1873 un grupo de más de 400 indios Kikapú
cruzaron el Río Bravo, y éstos eran de los que aceptaron volver a los Estados
Unidos. Pero muchos de los que no quisieron abandonar nuestro país, se
dirigieron a La Laguna de Durango, donde el gobierno del Estado dispuso que con
cargo a las colonias militares, se invirtieran mil pesos para proporcionarles
alimentos, mientras se decidía cómo darles trabajo.
En diciembre de 1873, trescientos indios
Kikapú, entre hombres y mujeres, se presentaron a las autoridades de Villa
Lerdo, Durango, solicitando trabajo y terrenos. Las autoridades de Durango, con
el fin de atender tal petición, se dirigieron a su vez a los hacendados del
Estado, apelando a su desinterés y patriotismo, con el objeto de que les
prestaran su cooperación.
En febrero de 1874 el mismo gobernador
de Durango participó que los indios pedían tierras de Villa Lerdo, Distrito de
La laguna, Partido de Mapimí, y herramientas; y proponía se le autorizara para
establecer a los Kikapú en terrenos baldíos, que no fueran propiedad ni
posesión de particulares. Se le contestó de conformidad, y que para tal efecto,
el Ministerio de Fomento le indicaría por telégrafo cuáles podían ser aquellos
terrenos. Esta indicación se hizo por telégrafo el 26 de febrero de 1874.
El 9 de marzo de 1874 se autorizó al
gobierno de Durango para que además de los mil pesos referidos, continuara
haciendo el gasto que fuera necesario para la subsistencia de los indios
mientras les producía algún fruto los terrenos en que deben establecerse. En
tal estado las cosas, el gobernador de Coahuila participó al ministro de la
guerra con fecha 2 de marzo de 1874, que habían regresado a la villa de Múzquiz
22 familias de la tribu Kikapú, que hacían el número de 130 de ambos sexos y
edades: el gobierno seguirá con éstos la misma conducta que con los radicados
en Durango.
De esta información surge una serie de
preguntas: ¿dónde quedaron establecidos los Kikapú laguneros? ¿Efectivamente se
asentaron de manera permanente, o bien emigraron hacia otras tierras? Si
permanecieron aquí, ¿se asimilaron a la población local por mestizaje biológico
y cultural?
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