Bandera de la República del Río Grande
Pocos
norestenses (nombre convencional de los habitantes de los estados del noreste
de México) conocen lo que fue el proyecto de la “República del Río Grande”. En
una convención llevada a cabo el 17 de enero de 1840 en Laredo, ciertos
delegados de los tres estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas se
pronunciaron y declararon la independencia de las tres entidades para formar
una nueva república.
Localización de la "República del Río Grande"
Desde luego, esta era la manera como un grupo político
minoritario intentaba presionar al gobierno centralista para que se restituyera
la constitución federalista de 1824.
Jesús de Cárdenas fue designado
presidente; Antonio Canales Rocillo, comandante general del ejército; Juan
Nepomuceno Molano, delegado y miembro de la convención por Tamaulipas;
Francisco Vidaurri y Villaseñor, delegado y convencionista por Coahuila; Manuel
María de Llano lo era por Nuevo León, y José María Jesús Carvajal era el
secretario de la convención.
Este proyecto
de república contaba con su propia bandera, que era semejante en diseño a la de
Texas, con dos fajas, la superior en blanco, la inferior en negro, más una
partición vertical roja, y sobre ésta, puestas en línea descendente, tres
estrellas blancas de cinco puntas, cada estrella representando un estado
separatista.
Esta efímera “República del Río Grande” o “República Norte
mexicana” (como también se le llamó) duró 293 días, ya que la expedición
punitiva del general mexicano Mariano Arista fue imparable, y Canales tuvo que
capitular en Camargo, Tamaulipas, el 6 de noviembre de 1840.
Por lo
general, las fuentes que hablan de esta declaratoria de independencia
norestense son estadounidenses, ya que el gobierno mexicano, en medio del clima
volátil de esa época, prefirió guardar silencio. Varias entidades, como Texas,
Yucatán y Zacatecas buscaban los mismos fines separatistas (Texas con éxito) y
hablar del asunto solamente hubiera alentado la secesión.
Incluso hay quien
piensa que el hecho, de hacer público el
proyecto de República del Río Grande, fue más propagandístico que histórico,
mera publicidad política que beneficiaba a los texanos. Sin embargo, hay
publicaciones periódicas mexicanas de la época que dan certezas de la
historicidad de los acontecimientos, como “La Hesperia” del 5 de abril de 1840,
página 2, en su artículo “Crónica de México”, columna 3; y el mismo semanario,
en su edición del 12 de abril de 1840, “Crónica de México”, pp. 2 y 3.
Por otra
parte, uno debiera preguntarse si el "Plan de Monterrey" y la anexión de Coahuila por Santiago Vidaurri,
gobernador de Nuevo León (de hecho, anexó también
partes de Tamaulipas) respondía al proyecto original de la formación de la
“República del Río Grande" o "de la Sierra Madre”, es decir, de un nuevo intento por federar e
independizar a los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.
Casi se lamenta
uno al pensar que una nación independiente como la de ese fallido proyecto nos
hubiera evitado (a los norestenses) vivir en un México que se ha convertido en
una caja de pandora, de la cual ha surgido un férreo centralismo y toda clase
de males, como lo podemos verificar de manera cotidiana.
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