Escudo de Torreón

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sábado, agosto 27, 2016

El separatismo del Noreste





Bandera de la República del Río Grande


Pocos norestenses (nombre convencional de los habitantes de los estados del noreste de México) conocen lo que fue el proyecto de la “República del Río Grande”. En una convención llevada a cabo el 17 de enero de 1840 en Laredo, ciertos delegados de los tres estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas se pronunciaron y declararon la independencia de las tres entidades para formar una nueva república. 


Localización de la "República del Río Grande"


Desde luego, esta era la manera como un grupo político minoritario intentaba presionar al gobierno centralista para que se restituyera la constitución federalista de 1824. 

Jesús de Cárdenas fue designado presidente; Antonio Canales Rocillo, comandante general del ejército; Juan Nepomuceno Molano, delegado y miembro de la convención por Tamaulipas; Francisco Vidaurri y Villaseñor, delegado y convencionista por Coahuila; Manuel María de Llano lo era por Nuevo León, y José María Jesús Carvajal era el secretario de la convención.

Este proyecto de república contaba con su propia bandera, que era semejante en diseño a la de Texas, con dos fajas, la superior en blanco, la inferior en negro, más una partición vertical roja, y sobre ésta, puestas en línea descendente, tres estrellas blancas de cinco puntas, cada estrella representando un estado separatista. 

Esta efímera “República del Río Grande” o “República Norte mexicana” (como también se le llamó) duró 293 días, ya que la expedición punitiva del general mexicano Mariano Arista fue imparable, y Canales tuvo que capitular en Camargo, Tamaulipas, el 6 de noviembre de 1840.

Por lo general, las fuentes que hablan de esta declaratoria de independencia norestense son estadounidenses, ya que el gobierno mexicano, en medio del clima volátil de esa época, prefirió guardar silencio. Varias entidades, como Texas, Yucatán y Zacatecas buscaban los mismos fines separatistas (Texas con éxito) y hablar del asunto solamente hubiera alentado la secesión. 

Incluso hay quien piensa que el hecho, de  hacer público el proyecto de República del Río Grande, fue más propagandístico que histórico, mera publicidad política que beneficiaba a los texanos. Sin embargo, hay publicaciones periódicas mexicanas de la época que dan certezas de la historicidad de los acontecimientos, como “La Hesperia” del 5 de abril de 1840, página 2, en su artículo “Crónica de México”, columna 3; y el mismo semanario, en su edición del 12 de abril de 1840, “Crónica de México”, pp. 2 y 3.





Por otra parte, uno debiera preguntarse si el "Plan de Monterrey" y la anexión de Coahuila por Santiago Vidaurri, gobernador de Nuevo León (de hecho, anexó también partes de Tamaulipas) respondía al proyecto original de la formación de la “República del Río Grande" o "de la Sierra Madre”, es decir, de un nuevo intento por federar e independizar a los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas. 

Casi se lamenta uno al pensar que una nación independiente como la de ese fallido proyecto nos hubiera evitado (a los norestenses) vivir en un México que se ha convertido en una caja de pandora, de la cual ha surgido un férreo centralismo y toda clase de males, como lo podemos verificar de manera cotidiana.

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