El Nazas y la Laguna de Tlahualilo en 1771, por el Ing. Lafora.
El mapa muestra los dos cursos que podía tomar el Nazas, formando diferentes lagunas.
Es muy interesante analizar las actas
sacramentales de la vice parroquia del Álamo de Parras (Viesca, Coahuila) cuya
jurisdicción eclesiástica abarcaba la totalidad de la gran Hacienda de San
Lorenzo de La Laguna, ya que no solamente contienen noticias de carácter
genealógico, de estatus racial y legal, sino también de cuestiones
hidrológicas.
Durante el último tercio del siglo XVIII, dichas actas
sacramentales mencionan no solamente que el curso del río Nazas iba hacia el
norte, hacia Tlahualilo, sino que también mencionan los “tajos” (cauces
naturales o excavados) que los marqueses de San Miguel de Aguayo aprovecharon
para tomar el agua desde la Boca de Calabazas hacia sus haciendas ovejeras,
para suplir el agua del río que, según el padre Gutiérrez, ya no fluía hacia el
oriente.
Se mencionan varios “tajos” como el de La Cruz o el de Río de las
Nazas. Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en la partida de bautismo de
María Saturnina Tomasa Hernández Barraza, “loba” [“Lobo”, mezcla de español,
indio y negro] bautizada el 29 de diciembre de 1789.
El texto de la partida
indica “que nació en el Tajo, Río de las Nazas, Laguna de Tagualilo, Rancho de
San Antonio del señor marqués de Aguayo” el 30 de noviembre de 1789, como hija
legítima de Francisco Hernández en la Sauceda de esta jurisdicción, Rancho de
San Antonio del marqués de Aguayo, Río de las Nazas, Laguna de Tagualilo de
esta jurisdicción, y de María Juliana Barraza, de San Juan de Casta,
jurisdicción de Mapimí, y legítimamente casados.
“Y porque a la presente viven
y habitan en el Rancho de San Antonio del marqués de Aguayo; en el Tajo Río de
las Nazas, Laguna de Tagualilo desta vecindad y jurisdicción”, fueron padrinos,
que la tuvieron o recibieron, Josef Alvino Chavarría del Rancho de San Antonio
del marqués de Aguayo, jurisdicción de San Francisco de los Patos perteneciente
al pueblo de Santa María de las Parras, y su mujer, María Michaela Peinado, de
la estancia de Aguanueva, jurisdicción de la villa de Santiago del Saltillo.
La
partida bautismal la firma don Manuel Sáenz de Juangorena, capellán de la
Segunda Compañía Volante de San Carlos de Parras, y "actual teniente de cura" del
pueblo de San José y Santiago del Álamo.
En partida parroquial de San José y
Santiago del Álamo (Viesca) consta que el 26 de enero de 1793 se bautizó a un
niño, Pedro Marcelo, “mulato”, [mezcla de español y negra] hijo de Ambrocio
“Anrríquez” “mulato”, originario de Patos y de María Poncina Díaz, originaria
de Patos. Nació el 16 del mismo mes, en “el Tajo de la Cruz y Rancho de San José” perteneciente al señor marqués de San Miguel de Aguayo.
En la partida de
matrimonio asentada en San José y Santiago del Álamo (Viesca) del 10 de
noviembre de 1794, se menciona a Juan José Serapio Sánchez, “lobo” de madre
“mestiza”, originario de Patos (General Cepeda) huérfano de padre y residente
en el rancho de San Antonio, “agostadero de esta jurisdicción” perteneciente al
señor marqués de San Miguel de Aguayo. Casó con María de la Cruz Gómez,
“mestiza” originaria de La Sauceda. Para finalizar, mencionamos que el padre
Dionisio Gutiérrez afirmaba que el Río Nazas no corrió hacia el oriente por
varios años.
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