La Universidad Iberoamericana Torreón, a
través del Centro de Investigaciones Históricas y con el apoyo del Centro de
Difusión Editorial, ha editado un nuevo libro que lleva por nombre “El Rancho
de La Concepción. Trashumancia laboral: factor del proceso de formación de una
identidad regional lagunera, siglos XVIII y XIX”, de mi autoría.
Desde luego,
este libro es el resultado de un proyecto de investigación en torno a uno de
los factores que intervinieron en el surgimiento de un fenómeno social: la
formación de una identidad lagunera durante los siglos XVIII y XIX. La pregunta
inicial que buscaba responder esta investigación era la siguiente: ¿realmente
existía una identidad regional, es decir, rasgos de mentalidad socialmente compartidos en
la percepción de la realidad y en la expresión de los mismos a través de la acción cotidiana (rasgos culturales) que distinguían a
los laguneros de los habitantes de otras regiones? ¿Eran conscientes de esa
singularidad diferenciadora?
La respuesta a esta pregunta, basada en fuentes
primarias de los siglos estudiados y en el testimonio de movimientos sociales
cuyo propósito aparente era el de crear en La Laguna una nueva entidad
federativa, es positiva. Efectivamente, sí existió, como aún existe, dicha
identidad, aunque no necesariamente de la misma manera.
Otra pregunta que se planteaba la
investigación, ahora transformada en libro, era esta: ¿cuáles pudieron ser los
factores forjadores de una identidad regional en el País de La Laguna? El libro menciona una serie de factores
concomitantes, pero se interesa de manera particular en uno de ellos: la
“trashumancia laboral” en los siglos XVIII y XIX.
La Real Academia define el
verbo trashumar como “cambiar periódicamente de lugar” (del Lat. trans, tras,
humus [tierra]), en este caso, en las haciendas y ranchos de los marqueses de
Aguayo (sobre todo en La Laguna de Coahuila) sumados a las de los condes de San
Pedro del Álamo (en La Laguna de Durango), los cuales generaron una vasta oferta de
trabajo para jornaleros regionales que se mudaban a los ranchos donde se requerían
sus servicios.
Los marqueses y los condes mencionados se unieron por matrimonio
a principios del siglo XVIII, y sus propiedades laguneras constituyeron una
fuente de trabajo de carácter agropecuario para estos jornaleros, según los
tiempos y las necesidades de cada rancho y hacienda. De esta manera, se fue
creando una consciencia colectiva de pertenencia a un ámbito y a una economía
laguneras, y el trabajo duro se fue convirtiendo en un valor social.
Para la
realización de este estudio se tomó el padrón de 1848 del Rancho de La Concepción. Se
transcribió íntegramente, a la vez que se realizó una investigación genealógica
por cada familia. Es notable comprobar cómo los hijos de los mismos padres
nacían en diferentes lugares de la Comarca.
El libro incluye historias de caso
que son muy ilustrativas. Por otra parte, los habitantes del Rancho de la
Concepción, lugar que aparece en uno de los mapas de Humboldt de 1804, se
convirtieron en las familias torreonenses más antiguas del municipio y de la
ciudad. Eduardo Guerra menciona en su “Historia de Torreón” que para la
construcción del primer torreón en 1850, Zuloaga empleó peones de La
Concepción. Y en 1893, al crearse la villa y municipio de Torreón, estas
familias quedaron dentro de su jurisdicción.
2 comentarios:
Me interesa conseguirlo profesor ¡
Soy fanático de su trabajo, tengo 19 años.
En la Universidad Iberoamericana Torreón. Edificio "F" planta baja. De lunes a viernes, 9 am a 5 pm.
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