Definitivamente, los jinetes del
apocalipsis han hecho de México su club ecuestre favorito. La guerra, el
hambre, la muerte y la victoria (del mal) se regocijan cabalgando por nuestra
patria, sembrando la más profunda desesperanza. Este desastre no es el
resultado de una crisis reciente, sino de años de simulación, de mal gobierno,
de cínica e impune corrupción.
Para los partidos políticos de México, la “res
pública”, es decir, la cosa pública, el bien común, se ha convertido en la “res
nostra”, la cosa “nuestra”, el interés particular. El interés público dejó de
serlo hace tiempo para convertirse en el interés de los partidos amafiados en
el poder, lo que ha llevado al país hasta el empobrecimiento.
La clase política mexicana, lejos de
reconocer su responsabilidad en este terrible proceso de continua pauperización
de la ciudadanía, lejos de proferir un “mea culpa” y de proceder contra los
responsables, se limita a decirnos, a través del secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, que “hay que ajustarnos a la realidad”. Una realidad que al parecer
fue tan repentina y ajena a la responsabilidad de las administraciones
políticas, como lo puede ser una súbita e imprevista lluvia de verano.
Así que
se nos invita a aceptar sin chistar los destrozos y malos manejos del poder
político generados durante décadas de mala administración, de corrupta
administración. Sin responsables, claro, sin culpables. Esta postura me
recuerda lo que el virrey marqués de Croix espetó a los novohispanos ante una
orden directa de Carlos III: No cuestionéis. Sois vasallos. “Habéis nacido para
callar y obedecer”. Pues así las cosas, nuestro sistema “democrático” mexicano
no parece mejor que una trasnochada monarquía absoluta.
Por otra parte, habrá que ver cómo “se
ajustan a la realidad” los políticos mexicanos. Sé que hay personas que han trabajado
toda su vida, y que no recibirán como pensión, ni el 10% de su sueldo. Me
pregunto si el mismo “ajuste” lo llevarán a cabo los políticos con “sus”
ingresos, mal llamados suyos porque se trata del dinero de la ciudadanía
gastado en despilfarros obscenos, ingresos obtenidos a cambio de un “agotador”
trabajo de simulación y de levantar la mano en las votaciones de las Cámaras.
¿Cuánto gana un presidente? ¿Cuánto gana un gobernador? ¿A cuánto asciende el
monto de sus jubilaciones?
Por otra parte, el proceso inflacionario
que vive el país es en realidad un proceso devaluatorio de la moneda que ha
sido paliado a base de sacar al mercado millones de dólares con fines, me
parece, electorales. Pero eso sí, Dios nos agarre confesados después de las
elecciones de este 2015.
Y para cambiar por un tema más
agradable, hemos notado en nuestra crónica que desde abril de 2008, hay granizo
“prematuro” en La laguna. Hasta donde yo recuerdo, el granizo era un fenómeno
meteorológico propio de los meses de mayo o junio.
Pero el 27 de abril de 2008
cayó aquella granizada memorable que destruyó infinidad de parabrisas
automotrices, que abolló la carrocería de muchísimos coches y camiones, que
arrasó los follajes e incluso mató hatos de cabras.
El 19 de abril de 2010 se registró una
nueva granizada, aunque debería decir que fue la última de varias, ya que
durante la primera quincena de abril de ese año ocurrieron varias
precipitaciones de hielo.
Este abril de 2015 ha ocurrido algo
similar, con varias granizadas que se han precipitado durante la primera
quincena del mes, la primera de ellas el día 8. Habrá que consultar los anales
climatológicos para ver si estas granizadas evidencian, en efecto, un cambio
climático regional.
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