Este Cronista Oficial consigna en esta nota
para su relación anual, que la escritura de la vida cotidiana, la crónica y la
historia amateur, se han abierto nuevos cauces colectivos en nuestra ciudad por
medio de la creación del organismo que ha sido denominado “Consejo de la Crónica”.
Ni la escritura de la crónica o la historia amateur son aves de cautiverio que puedan
“pertenecer” o “ser reclamadas” por una sola persona, institución o grupo. Ni
la crónica ni la historia como actividades pueden ser “sindicalizadas” ni
poseidas en exclusiva. Ejemplo evidente lo tuvimos en Carlos Monsiváis, genial
cronista de la ciudad de México, sin diploma alguno que lo acreditara como tal.
Y vaya calidad, agudeza de percepción y de expresión las suyas.
El Consejo de la Crónica parece haber
consolidado su estatus como una corporación más dedicada a estos oficios en
Torreón. Ojalá surjan muchos otros grupos dedicados a los mismos menesteres.
Toda aportación al análisis y descripción sociales de nuestra comunidad son
deseables, aunque, como sucede con todos los oficios, honorarios o no, los
frutos siempre constituirán la evidencia que demuestre la valía y profesionalismo
de sus miembros; serán los frutos los que manifiesten el nivel académico y
literario de los grupos o asociaciones.
Como ya lo he comentado tantas veces, y a
pesar de ello, conviene mencionarlo de nuevo, ni como Cronista Oficial de
Torreón ni como particular, estuve jamás presente ni involucrado en ninguna
sesión constitutiva de dicho consejo, ni mucho menos otorgué anuencia ni
rúbrica alguna. Nada tengo que ver con el organismo recientemente creado. Se
trata de una agrupación surgida con entera independencia de mi propio cargo y
persona. Por los diarios me he enterado que dicho Consejo de la Crónica me ha
extendido una invitación para sumarme a los miembros de dicho cuerpo.
Sobre esa invitación, debo comentar que la
agradezco, pero desde 2005, como Cronista Oficial, cuento con mi propio espacio
y marco jurídicos, estatal y nacional, para realizar el trabajo que se me ha encomendado.
Cuento con el reconocimiento oficial de las Asociaciones Nacional y Estatal de
Cronistas Municipales. Además, desde el seno de la Academia Lagunera de la
Historia, A.C. fundada y debidamente registrada el 12 de marzo de 2009, he desarrollado
la descripción de los fenómenos sociales de Torreón (léase “crónica”) y con la
investigación social, histórica y antropológica propias de mi oficio. Esta
Academia Lagunera de la Historia (Ver artículo de la Crónica en Línea, del viernes
5 de junio de 2009) cuenta con gente de la talla de Jaime Muñoz Vargas, laureado escritor; Carlos Castañón Cuadros, agudo
politólogo e historiador, Mikael Wolfe, doctor en Historia por la Universidad
de Chicago y actual académico del Departamento de Historia de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), autor de una interesante tesis doctoral sobre la
historia hidrológica y social de La Laguna. Como Director del
Centro de Investigaciones Históricas de la Ibero Torreón, he realizado
acuciosa investigación y publicado textos vanguardistas en el campo de la
historia y de la crónica regional, de sobra conocidos. Soy el primer Cronista
en la historia de Torreón, en tener los textos al día y en línea, con absoluta
transparencia.