Los días viernes 23 y sábado 24 de noviembre se llevará a cabo, en los cinco municipios laguneros del Estado de Coahuila, el “X Encuentro de los Cronistas Oficiales de Coahuila con la Historia Nacional”. La ciudad anfitriona será Torreón, con recorridos a Viesca, Matamoros, Francisco I. Madero y San Pedro. Cabe mencionar que en Coahuila, tal y como lo contempla el código municipal, solo existe un solo Cronista Oficial por cada municipio. Precisamente éstos son los que se reunirán en nuestra ciudad, para intercambiar materiales, conocimientos, ideas y fuentes documentales adecuadas para la redacción de la crónica oficial de cada uno de ellos.
Este evento lo organiza la Asociación Estatal de Cronistas Municipales de Coahuila, A.C. con la participación y representación de la “Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, A.C. y bajo los auspicios de la Presidencia Municipal de nuestra ciudad y de la Universidad Iberoamericana Torreón. El viernes 23 estarán en Torreón, en Matamoros y en Viesca.
El sábado por la mañana, los Cronistas Oficiales desayunarán en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana, y tendrán la oportunidad de conocer todos los fondos, recursos en línea y trabajos editoriales del Centro de Investigaciones Históricas. Luego seguirán su recorrido por Francisco I. Madero y San Pedro de las Colonias.
Y para continuar con otro tema, mencionamos que el periódico “El Diario”, en su edición de hace poco más de 105 años, es decir, del 8 de octubre de 1907, publicó la siguiente nota sobre una amenaza de plagio en Torreón, y por lo que leemos, las amenazas, secuestros y rescates no constituyen en lo absoluto una novedad en nuestra población. He aquí el texto original:
“Plagiarios en Torreón. Amenaza de muerte o entrega de mil pesos. La sociedad de Torreón, Coahuila está alarmada porque el señor Alfredo Attolini, propietario de una joyería, ha recibido anónimos en que se le amenaza con matarle si no deposita la cantidad de mil pesos.
Como han ocurrido otras circunstancias en conexión con las amenazas recibidas por el señor Attolini, éste se halla preocupado, y con él, la sociedad de Torreón”.
Y para cambiar de tema, diremos que algunas fuentes históricas nos refieren que, en 1905, la Hacienda Soledad y los ranchos Las Margaritas, Fresno del Sur, El Refugio, en el municipio de Matamoros, Coahuila, eran propiedad de la sociedad Prince, Torres y Prince, formada por Santiago Prince, Miguel Torres y el Dr. Francisco Prince. La Soledad y los ranchos citados proveían de algodón a la fábrica de hilados y tejidos de algodón “La Amistad” en Gómez Palacio, Durango, también propiedad de la citada sociedad mercantil.
Los edificios de la fábrica ocupaban un cuadrado de 250 metros por lado. Frente a la fábrica estaban situadas las casas de los operarios, 8 manzanas de 80 metros en cuadro cada una y en un área de 6 mil 400 metros cuadrados. Las oficinas o despachos se encontraban en medio de las dos fábricas, una de mantas y géneros gruesos, y la otra de imperiales y géneros delgados. Su producción alcanzaba más de $1,000,000.00 al año y se expendía en la mayor parte de las plazas de la República.
La empresa ocupaba a más de 800 operarios a quienes les daba casa habitación con sobrada comodidad. Como la fábrica tenía su médico particular, éste se encargaba, por cuenta de la empresa, de atender a los operarios enfermos a quienes la misma empresa proporcionaba gratuitamente todas las medicinas que eran necesarias, aún las más costosas, y la ejecución de operaciones quirúrgicas cuando, por alguna fatalidad, las necesitan los operarios. Los sueldos de éstos eran “buenos”, al grado de que algunos hicieron economías que les permitieron, al cabo de un tiempo, contar con un fondo propio para formar un pequeño patrimonio a sus hijos.
La forma de la sociedad fue la colectiva compuesta de Santiago Prince, Miguel Torres y el Dr. Francisco Prince. Al fundarse (1887) tenía 36 telares y después subió a 45, con toda la correspondiente maquinaria de preparación. Se proveía de algodón para elaborarlo, del que se cosechaba en las fincas algodoneras propiedad de la misma empresa. Su capital en giro pasa de los $2,000,000.00. Producía principalmente mantas y géneros blancos imperiales; formaban parte también de la producción, los driles, mezclillas, shirtungs (listados) y otros artículos de fantasía. Se consumían en su labor más de 2,500 pacas de algodón al año. El edificio de la fábrica estaba situado a dos cuadras de la plaza principal.
En las diferentes exposiciones a las que concurrió con su manufactura la fábrica de “La Amistad” obtuvo los primeros premios, así en la Exposición de San Antonio, Texas, como en la Exposición Regional de Durango. La fábrica de “La Amistad” fue de los primeros edificios que en Gómez Palacio tuvieron su instalación eléctrica y por eso se observaba que ahí todo marchaba de conformidad con las prescripciones modernas y que el mejor orden reinaba en las labores de los diferentes talleres o departamentos.
Y para recordar a un parrense notable, diremos que uno de los personajes regionales que han caido en el olvido, es sin duda el general de división Manuel H. Reyes Iduñate, seguramente porque la mayor parte de su carrera militar la hizo fuera de la Comarca.
Manuel Hermes Reyes Iduñate nació el 10 de mayo de 1891 en Parras de la Fuente, hijo legítimo del señor Pedro Reyes y la señorita María Lázara Iduñate.
Ingresó al Ejército Mexicano en las fuerzas Maderistas el 7 de marzo de 1911 como teniente, en el regimiento que fue llamado posteriormente 22º Cuerpo Rural, en el 12º Regimiento de Caballería de la 2ª División del Norte.
Estuvo en el Estado Mayor del general Emilio Madero y en otros cuerpos militares del Ejército Constitucionalista. Herido en batalla, estuvo en los Estados Unidos entre 1913 y 1914 para tratarse.
El 21 de septiembre de 1916, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, le otorgó el ascenso a Teniente Coronel de Infantería.
El 24 de abril de 1920, fue promovido a Coronel de Infantería, por acuerdo del Presidente de la República .El Senado de la República lo ratificó en la sesión del 23 de septiembre de 1931.
Entre el 1º de marzo de 1931 y el 16 de junio de 1941, con el grado de Coronel y luego de General, Manuel H. Reyes Iduñate fue Jefe del 47º Batallón de Infantería, que es el de los Guardias Presidenciales.
El 1º de marzo de 1938, fue nombrado general brigadier, y fue ratificado por el Senado en la sesión del 22 de diciembre del mismo año.
El 16 de enero de 1945 fue nombrado general de brigada, y lo ratificó el Senado el 4 de septiembre de 1947.
El 16 de noviembre de 1952, fue nombrado general de división.
Manuel H. Reyes Iduñate fue Director General de Educación Física en la Secretaría de Educación Pública desde el 16 de julio de 1942. A partir del 1º de enero de 1943, fue Director Nacional de Educación Física y Enseñanza Pre-Militar.
A partir del 1º de noviembre de 1945, Manuel H. Reyes fue Comandante de la Sexta Zona Militar ubicada en Torreón, en 1º de abril de 1951 pasó a ser Comandante de la 26ª Zona Militar, en 1º de junio de 1952 se convirtió en Subinspector General del Ejército, el 16 de enero de 1953 tomó poesión como Comandante de la 32ª Zona Militar. El 16 de marzo de 1954 ocupó su último puesto, que fue el de Comandante de la III Región Militar.
El general Reyes Iduñate obtuvo las siguientes condecoraciones: de Perseverancia de 5ª, 4ª, 3ª, 2ª, y 1ª clases. Mérito Militar, 3ª, 2ª y 1ª clases. Mérito Deportivo 4ª clase. Cruz de Guerra de 1ª clase.
El general Reyes Iduñate casó con Ma. De los Ángeles Conde, y fueron padres de Manuel Ángel Reyes Conde.
El general era sumamente conocido y apreciado en la Comarca Lagunera, y a su muerte, ocurrida el 13 de diciembre de 1954, su cuerpo fue trasladado desde Mérida para recibir sepultura en Torreón. La ceremonia fúnebre fue la más solemne que se haya registrado en Torreón, con desfile de diversos cuerpos y transportes militares y civiles, armón para el féretro, caballo sin jinete guiado por palafranero, descargas de fusilería, etc.