Escudo de Torreón

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domingo, febrero 17, 2008

Contextos taurinos


Ayer sábado estuve en el programa radiofónico “Contextos” por amable invitación de Marcela Pámanes, Juan Ceballos Aspe y de Jaime Muñoz Vargas. Jaime sabe bien que el respeto por la integridad de todo ser viviente ha sido una de mis grandes preocupaciones desde niño.

Y es que el tema del programa sería “la tauromaquia” (pros y contras), asunto sobre el cual Jaime escribió una columna hace no muchos días.

Al programa asistieron, además de la Lic. Pámanes, distinguidos y respetables defensores, promotores y actores de la tauromaquia, como lo son los señores Jesús Aranzábal y Fernando Cárdenas. La idea era la de sustentar un diálogo entre ambos puntos de vista, es decir, entre quienes están por la tauromaquia, y quienes están contra ella, que en este último caso seríamos Jaime, otro distinguido invitado, y yo.

Por lo que a mí respecta, fui muy claro y conciso. No estoy en contra de lo que la tauromaquia tiene de tradición, de arte o de fiesta. Únicamente estoy en contra de la crueldad, ya sea en las corridas de toros, o en cualquier otra actividad que involucre personas o animales. Esto no es nada nuevo, ya lo he dicho en muchas otras ocasiones por diferentes medios.

Lo interesante del asunto es que quienes estaban a favor de las corridas de toros, declararon de manera abierta que efectivamente, en las corridas hay violencia y crueldad. Pero que no tienen interés en cambiar esta situación, porque “es parte de la idiosincrasia” (es decir, de la cultura o costumbres en común) de los mexicanos. Pero no hay cultura que sea inmodificable, esto lo sabe cualquiera. Si festejáramos todo lo que es nuestro, simplemente porque es nuestro, tendríamos que aplaudir, celebrar y perpetuar la “corrupción” como una de las formas más “nuestras” de conducta. Esto sería absurdo. Evidentemente, tenemos el deber de modificar, por medio de la educación, aquellos rasgos de nuestra cultura que sean bárbaros o indeseables.

La crueldad ejercida contra cualquier ser humano o animal no es algo agradable ni deseable, al menos para quienes aún tenemos cierta sensibilidad como para ponernos en el lugar del otro. Durante la charla radiofónica se mostró como alternativa viable, la de las corridas de toros portuguesas, donde el toro no es lastimado en lo absoluto, y que son eventos que constituyen verdaderos éxitos de taquilla y de entretenimiento.

En México, la raíz del mal se encuentra en la tendencia enfermiza de muchas personas que obtienen satisfacción al agredir al más débil (al que no se puede defender) mientras tengan oportunidad (es decir, mientras la sociedad o las leyes lo permitan o desconozcan).

Solo hay que traer a la memoria el número de mujeres que son agredidas por sus maridos o parejas, y cuántos niños son maltratados por sus propios padres o parientes. Como dije antes, estoy en contra de la crueldad ejercida contra cualquier ser que tenga corporalidad, sea humano o animal. Todos sentimos el dolor y el miedo por igual. No quiero decir con esto que ningún animal debe morir, pues la sociedad necesita alimentarse, lo que digo es que hay que evitar toda crueldad u ojeriza (que son elementos innecesarios) en el proceso. La matanza de animales es una actividad que debe revestirse de humanidad y compasión. Después de todo, los animales dan su vida para que nosotros vivamos. Seamos agradecidos.

Finalmente, debo mencionar mi satisfacción al comprobar que la mayoría de los laguneros estamos contra la crueldad, pues así lo demostró el número de llamadas a GREM para repudiar la crueldad contra personas y animales por igual.

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