A los miembros de las nuevas generaciones, les resulta muy difícil imaginar cómo era nuestro mundo sin la electricidad. De hecho, les resulta impensable la existencia actual sin esa forma de energía.
Sería este un mundo sin Nintendo, Playstation, ni X-Box, y sin ninguna clase de juegos electrónicos. No habría tampoco computadoras, televisión, teléfonos fijos ni móviles, ni la gran mayoría de los artefactos que hacen cómoda la vida moderna.
La energía eléctrica, que comenzó estar disponible en 1898 en Lerdo, Gómez Palacio y en Torreón gracias al espíritu de empresa y el capital de algunos hombres y mujeres de visión. Por el acta número 63 del libro de Sociedades y Poderes del Registro Público de la Propiedad de Lerdo, Durango, de fecha del 6 de agosto de 1898, el señor Gabino San Miguel compareció para registrar la escritura de la “Compañía de Luz y Fuerza Eléctricas”, S.A. cuyo giro sería la explotación de la luz y fuerza eléctricas. El capital inicial fue de $23,800
Un sencillo artefacto como es el molino casero nos brinda un ejemplo claro y simple de lo mucho que ha cambiado la vida cotidiana en nuestra Comarca. En 1898, el molino de metal era un objeto que se usaba para moler el nixtamal para las tortillas, maíz crudo, café, cacao, carne, chile, azúcar y hasta minerales.
De acuerdo a la publicidad de la época, su uso se consideraba indispensable en todas las casas, haciendas, rancherías, tiendas, restaurantes, hoteles, y minas. Su energía motriz provenía de la fuerza del brazo humano que hacía girar la manivela. Muchos de estos viejos molinos sobreviven entre quienes fabrican embutidos de manera artesanal.
Sería este un mundo sin Nintendo, Playstation, ni X-Box, y sin ninguna clase de juegos electrónicos. No habría tampoco computadoras, televisión, teléfonos fijos ni móviles, ni la gran mayoría de los artefactos que hacen cómoda la vida moderna.
La energía eléctrica, que comenzó estar disponible en 1898 en Lerdo, Gómez Palacio y en Torreón gracias al espíritu de empresa y el capital de algunos hombres y mujeres de visión. Por el acta número 63 del libro de Sociedades y Poderes del Registro Público de la Propiedad de Lerdo, Durango, de fecha del 6 de agosto de 1898, el señor Gabino San Miguel compareció para registrar la escritura de la “Compañía de Luz y Fuerza Eléctricas”, S.A. cuyo giro sería la explotación de la luz y fuerza eléctricas. El capital inicial fue de $23,800
Un sencillo artefacto como es el molino casero nos brinda un ejemplo claro y simple de lo mucho que ha cambiado la vida cotidiana en nuestra Comarca. En 1898, el molino de metal era un objeto que se usaba para moler el nixtamal para las tortillas, maíz crudo, café, cacao, carne, chile, azúcar y hasta minerales.
De acuerdo a la publicidad de la época, su uso se consideraba indispensable en todas las casas, haciendas, rancherías, tiendas, restaurantes, hoteles, y minas. Su energía motriz provenía de la fuerza del brazo humano que hacía girar la manivela. Muchos de estos viejos molinos sobreviven entre quienes fabrican embutidos de manera artesanal.
La sustitución de la energía humana por la nueva energía eléctrica, permitió el surgimiento de aparatos que realizan las mismas funciones, y aún más. Pensemos en la licuadora, la picadora, el molino de café y el molino industrial de carne, entre otros. Y fuera del ámbito de la producción o transformación de alimentos, la electricidad ha hecho posible el mundo en que vivimos, tal y como lo conocemos. Nuestro Comarca Lagunera es la misma de hace 100 años, y a la vez, es completamente diferente. Nuestras necesidades básicas no han cambiado, pero nuestra tecnología es diferente, y por lo tanto, también nuestra cultura.
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