Difícilmente podemos hablar de una correcta dimensión ética en las relaciones de grandes sectores de mexicanos entre sí. Si analizamos a partir de sus propias acciones y no de la profesión de sus principios morales (es decir, si nos fijamos en lo que mucha gente hace, no en lo que dice) nos encontraremos con que el valor supremo es el propio bienestar.
Visto así, la religión no consiste en un sometimiento a la voluntad del ser supremo, sino un elemento dogmático o ritual con el que muchas personas obtienen cierto alivio, por lo general, de sus propios sentimientos de culpa. Una religiosidad como ésa, es un anestésico, no un compromiso con Dios ni mucho menos, con el prójimo en necesidad. Todos conocemos la anécdota del criminal que pide la protección celestial para continuar ileso y fructífero con sus fechorías.
Para estas personas, el “otro” solamente es el medio del propio beneficio o bienestar. No experimentan compromiso ni solidaridad con el “otro”. Le importa muy poco lo que le pase a los demás individuos, no le duelen. La corrupción se asocia con quienes piensan y sienten de esta manera tan deshumanizada. La corrupción es una forma de violación de la justicia. Si un político se apropia de fondos públicos, está poniendo su bienestar por encima del de los contribuyentes. Se está apropiando de algo que no es suyo, que no le pertenece.
Tan es así, que se ha convertido en un proverbio muy popular en México el que afirma que “el que no tranza, no avanza”. Su contenido es muy revelador. Según su mensaje, solamente se puede “avanzar” en la vida “tranzando”, es decir, siendo corrupto.
¿De que nos sirve que en México haya una mayoría católica, si los católicos no asociamos la práctica de la justicia —con "el otro" y con la sociedad— con la práctica de nuestra religión? ¿Sirve de algo la religión sin la justicia? Una fe así, es completamente vana. Hay que evangelizar de nuevo, recordando aquello de que “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Donde "amar" no significa "sentir bonito por" sino "obrar en favor de".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario