Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

jueves, enero 17, 2008

Matamoros, Coahuila, y el Señor Santiago


El Señor Santiago Matamoros de Viesca, Coahuila

Quizá una de las más deplorables omisiones en que se ha incurrido al historiar los acontecimientos y fenómenos sociales de la Comarca Lagunera del siglo XIX, ha sido la de borrar las raíces tlaxcaltecas de muchos de los más destacados actores sociales.

Efectivamente, ser tlaxcalteca de Parras o de San José y Santiago del Álamo (Viesca) representaba un enorme orgullo para sus descendientes, y declararse como vástago de aquéllos era un acto de profunda autoestima y de compromiso con la libertad personal. Quienes se han tomado la molestia de estudiar la cultura tlaxcalteca precortesiana y colonial, saben sin género de duda, que los tlaxcaltecas eran gente orgullosísima de ser quienes eran, y a la vez, profundamente indómita. Jamás permitieron que el Imperio de los Mexica los sometiera, y preferían morir en combate que vivir en servidumbre. Los españoles nunca los pudieron someter, y prefirieron aliarse con ellos. Los invictos tlaxcaltecas ya estaban avisados por sus dioses de que llegaría un pueblo con el cual se iban a mestizar para formar un nuevo orden, un nuevo mundo. Esto lo detallo en mi libro “La Comarca Lagunera, constructo cultural”.

En su magnífico libro sobre Santa Ana de los Hornos, el profesor Martínez García relata la odisea de los labriegos que fueron expulsados del Saucillo durante la primera década del siglo XIX, aunque no pone énfasis en mostrar los antecedentes étnicos tlaxcaltecas que expresamente manifiestan en las declaraciones que estas personas hicieron, de que ellos eran, como dice el texto del libro, “ramas salidas del tronco, que es Parras, porque de ese lugar, que es la cabecera, fueron sacadas las familias para que se poblaran estos lugares modernos”. Estos serían los fundadores de Matamoros, como lo expresa el autor.

Cuando, en 1820, los españoles y criollos de Parras usurparon el gobierno municipal que les correspondía a los tlaxcaltecas de ahí mismo, muchos de ellos prefirieron salir en busca de nuevos lugares donde pudieran vivir como hombres libres y no como “criados”.

El historiador lagunero Gildardo Contreras menciona en su excelente libro sobre Matamoros de La Laguna, que ya en 1811 había pobladores en la Vega de Marrufo, y que procedían de la región de Viesca y de Hornos. Y que ya en 1830, llamaban a la población “San José de Matamoros”. En lo personal, me parece muy significativos esos datos que aporta Contreras Palacios. Sabemos que Viesca fue fundada por familias tlaxcaltecas hacia 1733, y a su pueblo lo llamaron “San José y Santiago del Álamo”.

Hay un mensaje bastante inteligible en el hecho de que, a la población que estas mismas familias de ascendencia tlaxcalteca erigieron en la Vega de Marrufo, le pusieran por nombre “San José de Matamoros”. Matamoros era el apellido tradicional de “Santiago Matamoros”, el santo guerrero, aliado perpetuo de los tlaxcaltecas, mientras que San José era el patrono colonial de la buena muerte. Así que en pocas palabras, tanto San José y Santiago del Álamo (Viesca) como San José de Matamoros resumían en sus nombres un programa vital: luchar, o morir bien. Este era la visión cultural de los tlaxcaltecas, luchar como hombres libres, o morir con honor y bienaventuranza.

Bajo este contexto cultural, podemos comprender enteramente el por qué los matamorenses lucharon hasta con los dientes por ser dueños de sus propias tierras. No eran descendientes de siervos, ni mucho menos de esclavos. Eran linaje de hombres libres, hechos para el combate y para la defensa de su honor, de sus familias y de sus bienes.

El nombre de San José no prevaleció porque en la era independiente, y mucho más a partir de 1857 con los liberales en el poder, los nombres de santos no fueron bien vistos para la toponimia de nuevo cuño. De hecho, a Parras le quitaron el “Santa María” de su nombre tradicional. Sin embargo, por una afortunada coincidencia, Matamoros era también el apellido del padre Mariano Matamoros, cura de Jantetelco, Morelos, y uno de los próceres de la independencia. Este nombre sí cuadraba con los propósitos de los liberales, así que este nombre, sin el “San José” previo, fue consagrado al erigir Benito Juárez la población en villa el 5 de septiembre de 1864.

No hay comentarios.: