Según informa cierto diario local, Pedro Vázquez Rodríguez —presidente de la Cámara Agrícola y Ganadera de Torreón— reconoció que en México suele existir colusión entre los encargados de los distritos de riego y los pequeños propietarios. Ésta consiste en proporcionar a los agricultores mayores volúmenes de agua que aquellos a los que tendrían derecho.
Desde la colonización de la Comarca Lagunera a finales del siglo XVI, el agua ha sido percibida como un elemento de producción y de riqueza. Su uso en actividades económicas agropecuarias e industrio-artesanales altamente redituables favoreció el surgimiento de un mercado del agua que se encuentra ampliamente documentado. En este sentido, el modelo lagunero de comercialización del agua se adelantó por siglos al resto de la Nueva España.
En Parras, capital espiritual y cultural de La Laguna, el agua se podía vender como un mero insumo, sin generar ni transferir derechos periódicos ni perpetuos a su uso. Se vendía lo que se requería para un riego, nada más. Pero aunque bastante original en Nueva España, esta era una práctica perfectamente enmarcada en la legalidad de su época.
Creemos bastante difícil que en las zonas agropecuarias de la jurisdicción de nuestro municipio exista un mercado negro del agua —dados los mecanismos de control— pero si existiera, sería muy lamentable en la medida en que implicara abuso de las autoridades responsables, actos de corrupción y falta de sensibilidad ciudadana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario