Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

martes, junio 26, 2007

La propiedad privada de los medios de producción

Desde el punto de vista histórico, la propiedad privada de los medios de producción ha sido uno de los grandes resortes del desarrollo de la Comarca Lagunera.

Este no era un concepto propio de las culturas aborígenes de la región, quienes eran cazadores y recolectores. Fueron los colonizadores de cultura occidental quienes trasplantaron el concepto a estas tierras en los siglos XVI y XVII.

En La Laguna se formaron grandes latifundios, como los de Francisco de Urdiñola (Coahuila), Lucas de Lazaga o los de José Andrés de Velasco y Restán (Durango). Estos latifundios constituían en realidad una gran acumulación de tierras y de no muchas aguas que permanecían improductivas y desperdiciadas. Si La Laguna hubiera sido una zona agrícola de temporal, esas vastas tierras habrían originado una enorme riqueza. En vista de las carencias, los marqueses de Aguayo y condes de San Pedro del Álamo, sucesores de Francisco de Urdiñola, usaron sus grandes posesiones como agostaderos, principalmente.

No deja de llamar la atención que entre tan grandes propiedades cuasi señoriales, surgieran dos “burgos” libres: Parras y San José y Santiago del Álamo (Viesca). En estos lugares, la propiedad privada de la tierra, la existencia de muchos propietarios, y la disponibilidad de agua y de mano de obra asalariada permitieron, por medio de la explotación de la vid y de la producción de vinos y aguardientes, la creación de una significativa riqueza que benefició a toda la comunidad, particularmente en el caso de Parras. Estos “burgos” crearon sus propias economías. Estos datos fueron adecuadamente documentados en mi tesis doctoral. Mientras que la economía de las haciendas señoriales solamente permitía la posibilidad de alquilarse como trabajador, la existencia de los “burgos” y su régimen de propiedad privada permitía la existencia del pequeño y mediano empresariado agrícola e industrial artesanal. A esta clase de personas se refiere el alcalde de Parras y de su enorme jurisdicción cuando (en 1825) hizo la observación que los habitantes de la región eran “activos, enérgicos, empresarios…”

A la caída del Segundo Imperio Mexicano, los grandes latifundios de La Laguna de Coahuila comenzaron a fraccionarse, lo cual implicaba que tras siglos de inmovilidad, las tierras laguneras podían ser adquiridas por muchos pequeños, medianos y grandes empresarios. La realidad semifeudal del latifundio fue reemplazada gradualmente por la idea liberal de la propiedad de los medios agropecuarios de producción en manos de los miembros de una clase de productores.

El arrendamiento de tierras, con sus diversas modalidades, se basaba en la propiedad privada de éstas, en el respeto a dicha propiedad, y en la capacidad empresarial de quien las hacía producir para generar excedentes y capitalizarse. Esta fue una vieja costumbre regional (desde la era colonial en La Laguna) que dio buenos resultados desde el último tercio del siglo XIX. Gracias a la política de liberalización de los medios de producción agropecuaria y a la diversificación de la economía, la Laguna de Coahuila se convirtió en un polo de desarrollo y una tierra de oportunidades para multitud de familias de origen regional, nacional y extranjero.

domingo, junio 24, 2007

Festejos del Centenario

A 82 días del 15 de septiembre de este 2007, es decir, a 82 días de que se cumplan los 100 años de Torreón como ciudad, ya es posible hablar de cómo se ha celebrado este grato acontecimiento.

Quizá donde más se ha notado el impacto de estos festejos, ha sido en el campo de las artes. Desde el 15 de septiembre del año pasado, el número y la calidad de los eventos artísticos en Torreón han superado por mucho, lo acostumbrado. Enumerar y comentar sería muy prolijo, y no tendría mucho caso para este cronista competir con los archivos de los medios impresos, que cuentan con muy buenas reseñas de cada uno de estos eventos.

Para los laguneros que tienen inquietudes estéticas de cierto cosmopolitismo, las fiestas del Centenario han puesto a su alcance una mayor cantidad de conciertos, representaciones o exposiciones. El torreonense no disfruta de tales eventos con esta frecuencia. Para ello, hay que viajar a otras poblaciones. Una de las ventajas del estatus de capitalidad de algunas ciudades como Monterrey o Guadalajara consiste precisamente en la posibilidad de asignación significativa de recursos para eventos de este tipo.

Otra clase de festejo se va plasmando en los proyectos de mejoras materiales de la ciudad. La vialidad ocupa un rubro importante, como en los casos del llamado nudo mixteco (nuestra puerta hacia San Pedro, Coahuila) o en el distribuidor vial (nuestra puerta hacia Saltillo y Monterrey). Incluyo aquí las mejoras que se le hacen a nuestra puerta nacional e internacional, el camino al aeropuerto, que va siendo transformado en espléndido boulevar.

En general, el entusiasmo de celebración es ahora mucho más reposado, más sosegado. La población está muy consciente del festejo, y lo asume con tranquilidad. En cierto sentido, esperamos que el 2007 no sea un año excepcional de nuestra historia, esperamos que, después del cumplido nuestro primer siglo de edad, y en términos de cultivo y elevación del espíritu, cada año sea de nuevo festejo.

miércoles, junio 20, 2007

Familias Centenarias de Torreón. Los Giammattei Ramos

En la Comarca Lagunera, esta familia tiene por tronco principal a Miguel Giammattei Peruchini, quien nació en Lucca, en la Toscana (norte de Italia) el 30 de septiembre de 1868. A los 27 años de edad llegó a México procedente de los Estados Unidos. Ingresó al país el 27 de diciembre de 1895 por Ciudad Juárez, Chih.

Hacia 1900, Miguel Giammattei casó con la señorita Severina Ramos Maciel, descendiente de antiguas familias laguneras. Ella era originaria de Nazas, Dgo., donde nació el 8 de noviembre de 1875. Leonila, la primogénita del matrimonio, nació en Nazas, Dgo. el 28 de mayo de 1901. Otras hijas de este matrimonio fueron Josefina, Enriqueta, Amparo, Carmen y Micaela.

Para 1905, la familia Giammatei Ramos estaba ya bien establecida en Torreón. En ese año, Miguel era uno de los comerciantes de la ciudad, con su negocio en la calle Ildefonso Fuentes. En 1932, la residencia familiar se encontraba ubicada en la avenida Matamoros número 428 poniente.

Leonila Giammatei Ramos, a quien ya hemos mencionado, se convirtió en una maestra, y para 1932 permanecía soltera, entregada a su vocación.

Josefina nació el 3 de diciembre de 1905 en Torreón. Siguió el ejemplo de su hermana mayor, y se convirtió en una reconocida maestra. En Torreón, una institución de enseñanza preescolar lleva su nombre.

Enriqueta nació en Nazas, Dgo. hacia 1906. En 1932 vivía en la casa familiar ocupada en labores propias del hogar.

Amparo nació el 15 de enero de 1908 en Torreón. En 1932 vivía con sus padres y hermanas en la casa de la avenida Matamoros.

Carmen nació el 20 de junio de 1912 en Torreón. A los 20 años de edad (en 1932) vivía en casa de sus padres, con sus hermanas.

Familias Centenarias de Torreón: los Wong Lean

Esta familia estuvo conformada por dos hermanos, Jesús y José. El mayor era Jesús, nacido el 5 de octubre de 1871 en el puerto de Cantón, en China. José, el menor, había nacido el 30 de octubre de 1876, también en Cantón. Era cinco años menor que Jesús.

Fue el hermano menor, José, el que se aventuró a buscar mejores condiciones de vida en ultramar y se embarcó para México. Llegó al puerto de Salina Cruz, Oaxaca, durante la era porfiriana, el 16 de diciembre de 1906. En 1911 siguió su ejemplo su hermano mayor, Jesús, quien desembarcó en Manzanillo, en Colima, el 26 de septiembre de 1911.

Nada indica que José haya estado viviendo en Torreón durante los trágicos acontecimientos del 15 de mayo de 1911. Su hermano apenas desembarcaba en Manzanillo a cuatro meses de ocurrido el genocidio. Lo más seguro es que ambos hermanos se encontraran laborando en otra región del país.

Según un registro documental, al inicio de los años treintas (1932) José era comerciante, y su domicilio había estado ubicado en la avenida Juárez número 919 oriente (a unos pasos de la calle nueve, por la Juárez) en Torreón. En esa época, Jesús, ya viudo, era comerciante de abarrotes y residía en la avenida Iturbide (ahora Presidente Carranza) número 915, en Torreón. Es decir, también vivía a unos pasos de la calle nueve, pero por la Iturbide. Seguramente ambos hermanos habían sido vecinos, pero para esa fecha, José residía en Parral, en Chihuahua.

Ambos hermanos declaraban ser seguidores de las doctrinas morales y religiosas de Kongzi o Kong Fuzi, conocido en castellano como Confucio.

La "historia de bronce"

Otro espacio de comunicación y de interpretación de las verdades históricas está constituido por la totalidad de los elementos escultóricos de una ciudad. Tal vez no hemos reflexionado mucho sobre este punto, pero las esculturas de una población constituyen elementos de comunicación, y lo que comunican es la versión de la historia que consideran veraz y aceptable.

Un pueblo o ciudad puede contar con su versión de la llamada “historia de bronce”, es decir, esculturas (de bronce, naturalmente) que representan personajes y hechos de la historia oficial de la nación. Pero suele suceder que los habitantes de una ciudad con historia propia, van creando sus propios elementos escultóricos de memoria local.

Este es el caso de ciudades como Monterrey, donde el fundador de la población, el capitán Diego de Montemayor, se encuentra representado en varios sitios. Es común que se modele en bronce, piedra o concreto a los fundadores, héroes y heroinas, batallas, personajes ilustres, etc.

Un mayor grado de abstracción y de cosmopolitismo caracteriza a las ciudades que representan no solamente su historia local, sino las aspiraciones locales. Es en estos espacios donde el elemento didáctico y formativo se encuentra presente de manera singular. Se trata de monumentos por medio de los cuales se promueve un rasgo de la conducta, o un valor determinado. No son monumentos al pasado, sino al futuro. Son elementos escultóricos o monumentales destinados a interactuar con aquellos que los contemplan, y exigen una toma de posición ante ellos.

Un monumento de este tipo podría recordar algún hecho histórico nefasto que pudiera repetirse de manera recurrente a través de los siglos, y su propósito sería evitar que esto suceda. El monumento a Servet en Ginebra, en Suiza, es un caso típico. Miguel Servet, famoso médico español del siglo XVI, por la intolerancia religiosa de Calvino, fue quemado en la hogera. El monumento en cuestión, levantado por los descendientes espirituales de Calvino, condena el dogmatismo y la intolerancia de éste, y alaba la memoria del médico ajusticiado y sobre todo, la libertad de conciencia.

martes, junio 19, 2007

El museo como intérprete de la realidad

Por lo general, cuando visitamos un museo, tenemos la agradable sensación de que hemos llegado a un remanso de paz, de placer estético y de aprendizaje. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, así es. Pero hay otros en que el lugar que visitamos resulta ser un sitio con un mensaje potencialmente deformador de la realidad.

En última instancia, un museo no es sino un guión tridimensional donde objetos, artefactos, cédulas y elementos audiovisuales son los medios para la comunicación de un mensaje. La pretensión de cualquier museo es comunicar, educar o formar a la población que visita sus colecciones.

Pero me pregunto ¿Quién educa a los educadores? ¿Cuál es el discurso que ofrecen, cuál es el criterio de selección? Su visión de la realidad ¿es amplia, o estrecha? ¿elitista, o incluyente? ¿seria, o caprichosa? ¿nacionalista, o malinchista? Porque efectivamente, aunque pudiéramos creer que no es así, el museo es un lugar que puede ser usado para imponer una versión de la realidad. En estos casos, se trata de los museos que buscan “educar” colonizando la mente de sus visitantes.

Durante mucho tiempo, en los museos de Sudáfrica solamente tenía cabida el arte de los blancos, porque solamente los blancos eran considerados seres humanos capaces de creaciones estéticas. En este caso vemos que los museos pueden sostener y perpetuar un discurso racista de la sociedad.

En los museos de la antigua Unión Soviética, el arte de Fabergé era considerado como propio de la “decadencia” de la era zarista. En este otro caso, nos damos cuenta de que las creaciones de un exquisito y extraordinario orfebre de talla internacional eran calificadas desde la ideología de la lucha de clases, simplemente para mantener vigente un discurso político.

Un museo puede tratar de afrimar la supremacía del extranjero sobre el nacional, aunque este sea un discurso ya gastado y anacrónico, propio del siglo XIX. O puede tratar de imponer la valorización de ciertos artistas, a la vez que trata de minimizar a otros, quizá con mayores méritos. ¿Cuáles son los criterios de valoración y de impacto social que se manejan?

Muchas veces ni siquiera son los patronatos ni los altos directivos los responsables de tales discursos deformadores, sino los curadores y los museógrafos que los elaboran o modifican. Es bien importante que los dirigentes de los museos y sus respectivos patronatos, cuando los hay, tomen conciencia de la gran responsabilidad que representa generar discursos que forman (o deforman) a grandes sectores de la población. Necesitan tener mucho mayor control de los mensajes que, como instituciones educativas, generan y comunican.

Desde el punto de vista de la docencia, es tan importante visitar los museos como ayudar a los alumnos a que desarrollen la capacidad crítica que les permita tomar consciencia de los discursos que generan los museos. De esta manera, fomentaremos la cultura, es decir, el cultivo del espíritu y de la libertad de las nuevas generaciones.

viernes, junio 15, 2007

Reconocimiento para Ciudad Lerdo

Hace unos cuantos días recibí una muy atenta invitación de la Presidencia Municipal de Ciudad Lerdo, Durango, para atestiguar la entrega del reconocimiento internacional de que se haría objeto a nuestra ciudad hermana.

El evento se llevó a cabo ayer jueves 14 de junio a las 17 horas, en el Salón Azul de la Presidencia Municipal de Ciudad Lerdo, Durango.

El reconocimiento lo otorga el Comité Panamericano de Desarrollo Urbano y Patrimonio Histórico de UPADI México Brasil, tomando en cuenta la presencia y vigencia de Lerdo, Durango, en el devenir histórico de México, pionera en la conformación urbana de la Comarca Lagunera y su tenacidad en la preservación del patrimonio cultural.

La entrega del reconocimiento estuvo a cargo del Presidente del COPADUR UPADI México. En el marco de la ceremonia se ofreció la conferencia “Centros históricos. Competitividad para el desarrollo”. Estuvieron presentes asimismo funcionarios del INAH, Obras Públicas y de Sitios y Monumentos Históricos del Estado de Durango.

jueves, junio 14, 2007

Encuentro China Torreón, nuevo inicio


A continuación cito el texto al que di lectura como Cronista Oficial de Torreón y orador invitado al acto de desagravio que el Municipio de Torreón, y otras instituciones, organizaron en favor de los ciudadanos torreonenses de origen chino que murieron el 15 de mayo de 1911. Estuvieron presentes el alcalde de Torreón, Lic. José Ángel Pérez Hernández, el excelentísimo señor embajador de la República Popular China, Yin Hengmin, y algunas otras personas de distinción. Esto, en el marco del llamado "Encuentro China-Torreón, los próximos 100 años".

"Muy distinguidas autoridades civiles y militares aquí presentes; excelentísimo señor embajador de la República Popular China, señoras y señores que nos acompañan hoy con su distinguida presencia:

Como Cronista Oficial de Torreón, como guardían y conservador de nuestra historia, debo mencionar que hace exactamente 96 años y 30 días, ocurrió en este lugar uno de los hechos más tristes e ignominiosos que recuerden nuestros anales. Apenas habían transcurrido tres años de haber sido elevada al rango de ciudad nuestra población, cuando, el 15 de mayo de 1911, precisamente aquí y a manos de mexicanos, fueron masacrados 300 súbditos chinos.

Podemos argumentar que, de acuerdo a las fuentes documentales, desde finales del siglo XIX existía en México una campaña propagandística de odio racial antichino, la cual fue tolerada y quizá hasta apoyada por el gobierno de Porfirio Díaz. Ese gobierno fue el gran promotor de la inmigración católica europea, diseñada para poblar los grandes espacios de los estados del norte. El temor de una nueva mutilación del territorio nacional era muy grande. No entraba en los planes gubernamentales el asentamiento permanente de etnias del lejano oriente.

No obstante lo anterior, Torreón abrió sus brazos a los inmigrantes que provenían del Imperio Celeste, y aquí, a base de trabajo y esfuerzo, fundaron una próspera comunidad que perdura hasta nuestros días, y nos enorgullece.

Tuvieron que ser precisamente tiempos de desorden civil y de cese de garantías los que permitieron que ocurriera la tragedia genocida que hoy recordamos. Por prejuicios de carácter racial, 300 torreonenses de origen chino fueron asesinados de la manera más artera que podamos imaginar. No se trataba de entes abstractos, se trataba de 300 seres humanos que eran vecinos, amigos y conocidos de otros torreonenses, eran elementos valiosos de una comunidad cosmopolita como la nuestra.

Y aunque en dicha ocasión hubo gente buena que escondió en sus casas y salvó a chinos que eran perseguidos, debemos decir que, en general, los torreonenses cayeron en el pecado de Caín, el pecado de no velar por la integridad del propio hermano. Durante muchos años, la mayoría de los torreonenses pensó y ha pensado que la mala suerte de aquellos ciudadanos era algo que competía solo a los chinos. Nunca hemos imaginado a nuestros abuelos como los hermanos que se hicieron sordos al grito del hermano que pedía auxilio.

La colonia china de Torreón no estaba sola ni abandonada a su suerte. En mayo de 1911 gobernaba el Imperio Celeste su último emperador, Puyi, duodécimo de la dinastía Ching. Entre los asuntos internacionales que alcanzó a gestionar su gobierno, pues abdicó el 12 de febrero de 1912, se encontraba la reclamación por los atentados de lesa humanidad en Torreón, y con el objeto de apoyar estas reclamaciones, el envío de un crucero a México, el “Hai Chi”.

Este crucero, que llegó a costas americanas en septiembre de 1911, apenas a cuatro meses de los hechos, era el orgullo de la marina imperial china, y venía al mando del Almirante Chin Pin Kawang. Sin embargo, la coincidencia de tiempos de turbulencia política y militar en China y en México, frustró la buena marcha de las negociaciones.

Los terribles hechos de Torreón fueron comentados por los diarios de todo el país. El semanario “El Mañana” en su edición del 22 de junio de 1911, nos permite conocer algo de la percepción que algunos medios informativos tuvieron sobre estos hechos.

En el artículo intitulado “Indemnizaciones de guerra” se expresan, entre otros, los siguientes comentarios:

"La reclamación más seria y que tiene más fundamento legal a partir desde los principios más rudimentarios del derecho de gentes, es la presentada por la Legación China, por las vidas de sus nacionales sacrificados en Torreón de modo tan horripilante, que ningún pueblo —tal vez ni la Tierra del Fuego— querría tener en su historia ese episodio que excede a la fantasía del novelista más sanguinario del medio siglo pasado.

Es preciso tener serenidad y honradez para las cuestiones de grave resolución. No equivoquemos el patriotismo con la impunidad del delito.

Al pedir justicia para los infortunados orientales, abogamos por el decoro y por la dignidad de la Nación. Si estados extraordinarios en la República causaron estas conflagraciones espantosas, y para desgracia nuestra permitieron la aparición de ejemplares orgánicos que deshonran a la humanidad, ocurramos solícitos a la reparación que nos dignifique, si queremos constituir un pueblo regido por las sanas doctrinas del derecho, que prescriben tirar con resolución la línea recta en las desviaciones que traza la perversidad del hombre".

Hablando desde el presente, solamente podemos decir que los torreonenses deploramos profundamente que tales hechos hayan sucedido, y que hayan sucedido aquí. La historia de estos mártires de la integración étnica nos demuestra lo importante que puede ser la enseñanza y aprendizaje de sanas actitudes y valores sociales. La intolerancia y el racismo fueron sembrados e incubados en todo México, pero fue en Torreón donde estas actitudes hicieron crisis en 1911.

La mejor manera de honrar y de darle perpetuo sentido a la muerte de estos 300 mártires torreonenses de origen chino, será la de cultivar constantemente en nuestra juventud el valor del respeto al otro, sea cual sea su etnia, cultura o posición social, así como el valor de la solidaridad, de la ayuda al vecino en dificultades, cualquiera que sea su color, educación o clase social.

Los monumentos son los sacramentos de la memoria colectiva. Es importante que contemos con monumentos que nos recuerden constantemente que lo que pasó una vez, no debe volver a ocurrir nunca más. Jamás debemos permitir que las minorías torreonenses sean perseguidas por razones políticas, religiosas, económicas, ideológicas, étnicas, ni por ninguna otra causa. Debemos aprender a ser solidarios unos con otros.

Propongo a nuestro Alcalde y al Ayuntamiento de la Ciudad de Torreón que el 15 de mayo sea declarado Día del Respeto y de la Solidaridad Torreonense, y que los 300 ciudadanos muertos en 1911 sean declarados mártires de la intolerancia.

Hago votos por que estas muertes se conviertan en un faro de luz que guíe nuestras mentes y corazones hacia el respeto mutuo y hacia la unidad en la diversidad, y por supuesto, hacia una nueva y venturosa etapa de las relaciones entre la Comarca Lagunera y la República Popular China".

miércoles, junio 13, 2007

Concierto en el Martínez

Con teatro lleno tuvo lugar anoche el concierto correspondiente al Tercer Festival Internacional de Piano Isauro Martínez. El ejecutante fue el maestro Jerome Rose, estadounidense, graduado del Mannes College y de la Julliard School of Music de Nueva York. Becario Fulbright, estudió en Viena y ha ganado el premio Concert Artists Guild y el Concurso Internacional Busoni, en Italia.

Sería interminable mencionar las orquestas de primer nivel en las cuales el maestro Rose ha tocado, o las firmas disqueras con las cuales ha grabado. La Universidad de Nueva York le otorgó el Doctorado Honoris Causa por sus innumerables logros de toda una vida dedicada a la interpretación musical.

El programa de anoche incluyó tres obras selectas: la Sonata en Mi bemol mayor Op. 31 No. 3 de Ludwig van Beethoven, la Fantasía en Do mayor Op. 17 de Robert Schumann, y la Sonata No. 2 en si bemol menor Op. 35 de Fréderic Chopin. La interpretación, talentosa, como era de esperarse.

lunes, junio 11, 2007

Asociación de Municipios

El pasado 30 de mayo recibí una formal y atenta invitación del alcalde de nuestra ciudad, Lic. José Ángel Pérez Hernández, para atestiguar y asistir —como Cronista Oficial de Torreón— a la firma de la carta de intención para la Asociación de los Municipios de Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, Durango.

La cooperación formalmente establecida entre los tres municipios ofrecerá mayores posibilidades de alcanzar el bien de todos los laguneros que habitan sus jurisdicciones, y se traducirá, sin duda alguna, en una mayor calidad de vida. La base para esta asociación de esfuerzos se encuentra contemplada en el artículo 115 constitucional, que incluye la siguiente disposición:

“Los municipios, previo acuerdo entre sus ayuntamientos, podrán coordinarse y asociarse para la mas eficaz prestación de los servicios públicos o el mejor ejercicio de las funciones que les correspondan. En este caso y tratándose de la asociación de municipios de dos o mas estados, deberán contar con la aprobación de las legislaturas de los estados respectivas”.

La firma de la carta de intención se llevó a cabo el día de hoy a partir de las 12 horas, en el lecho seco del Río Nazas, bajo la sombra de un templete construido para la ocasión, a unos metros de la gran cruz amarilla que domina el lugar.

Estuvieron presentes en el evento la Lic. Rosario Castro Lozano, Coordinadora del Instituto Nacional del Federalismo; la Lic. María Eugenia González Alcocer, Jefa de la Unidad Territorial del Programa “Hábitat Sedesol”; la urbanista Dolores Franco, Coordinadora Nacional del Programa “ONU Hábitat”; el Lic. Octaviano Rendón Arce, Presidente Municipal de Gómez Palacio, Durango; el Lic. Cecilio Antonio Olivas Ibarra, Presidente Municipal de Ciudad Lerdo, Durango; el Lic. José Ángel Pérez Hernández, Presidente Municipal de Torreón. Fue convocado asimismo un grupo de invitados distinguidos, y por supuesto, los medios de comunicación.

De acuerdo al procedimiento que marca la Constitución, la carta de intención, una vez firmada, será presentada en los congresos de Coahuila y Durango para su debida aprobación

sábado, junio 09, 2007

La tribalidad urbana

Me preguntaba cierta persona si al escribir sobre la influencia de la inmigración protestante en Torreón, no estaba yo mostrando cierto favor al concepto mismo de La Reforma.

Su inquietud provocó en mí una sonrisa. Me hizo pensar que, de muchas maneras, los torreonenses seguimos divididos en tribus. Cada individuo otorga su lealtad a una, y le regala su decidida enemistad (recalco, gratuitamente) al resto de las tribus. Esta fragmentación identitaria y odio tribales suelen aparecer en todos los ámbitos del quehacer humano de nuestra vida diaria comarcana.

¿De qué le sirve a la gente viajar a Europa, si no aprehende su esencia? Europa es una actitud, no un continente que se visita para presumir. Me pregunto si no nos dice algo el término “Unión Europea”.

Como personas que creemos en la dignidad del ser humano, el primer valor que debemos vivir de manera cotidiana, es el respeto. Debemos respetar el derecho del “otro” a ser él mismo, mientras no dañe a terceros. Pero un “respeto” que no se basa en una convicción sincera, es mera hipocresía, es amenaza latente.

Respetar a los protestantes no me hace protestante, solo me convierte en una persona plural, incluyente y cosmopolita. Los cristianos de todos los credos (católicos, católicos orientales, protestantes, ortodoxos griegos y rusos) cuentan con todo mi respeto, como lo tienen los judíos, los musulmanes, los budistas o los ateos. Como seres humanos, debemos aprender a respetar la diversidad y a vivir en ella con armonía y con paz. Ni como Cronista Oficial de Torreón, ni como simple ciudadano del mundo hago —ni debo hacer— distinción de razas, credos o clases sociales. En este oficio sirvo a todos los torreonenses, para mí todos ellos poseen la misma dignidad como seres humanos y como coterráneos.

jueves, junio 07, 2007

La inmigración protestante

Por lectura o por referencias, todos hemos sabido que existe cierta relación entre el espíritu del protestantismo y la búsqueda del éxito económico. Este es un tema que aborda Max Weber en “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. Pero cuando Weber escribía sus textos, de hecho tenía en mente la doctrina de ciertas ramas del protestantismo, como son aquellas que profesan la fe Calvinista.

¿Esta mentalidad de bendición y éxito económico como algo deseable en la vida cotidiana, se encuentra solo en el Calvinismo? La verdad es que no. La encontramos en muchas otras de las ramas del protestantismo histórico, el que tuvo su principio con Lutero. De hecho, Martín era un monje agustino, católico alemán, que, influenciado por las circunstancias de su tiempo y lugar de origen, realizó una nueva lectura sobre el mensaje de los evangelios. Como maestro de Sagradas Escrituras, sabía bien que en el Antiguo Testamento, la riqueza era interpretada como una bendición de Dios, y la pobreza, como una maldición.

En Europa, muchos comerciantes y pequeños empresarios anhelaban una fe más acorde con su forma de vida, una fe que les diera la honorabilidad que el clero medieval no les había proporcionado. Por esta y por otras razones que sería largo explicar aquí, esta idea trascendió Alemania y pasó a las iglesias o denominaciones de Francia, Holanda, Suecia, Inglaterra y Escocia y de los Estados Unidos que a la fecha consideran la Biblia como fuente única de revelación, entre ellas las de inspiración calvinista.

Parece haber una correlación positiva en el hecho de que los Estados Unidos y algunos países del norte de Europa cuenten a la vez con mayoría protestante y con mayor calidad de vida. A finales del siglo XIX o principios del XX, algunos de los habitantes de estos países vinieron a poblar Torreón, y trajeron consigo la expectativa de éxito económico propia de sus credos religiosos. Esta gente creía en el trabajo duro y en el éxito en esta vida. Muchos de ellos se encuentran entre los ilustres forjadores de nuestra ciudad.

Apellidos laguneros de procedencia alemana como Achilles, Aschenbach, Aulenbacher, Billerbeck, Blobaum, Brasch, Bunsen, Christ, Dinkel, Dumke, Feige, Garbrecht, Grave, Groth, Hamm, Hansen, Hedderich, Hichsches, Hoser, Hubner, Kempke, Kientzle, Kinkel, Klostermann, Kuster, Ladwig, Luetke, Menzel, Meyer, Muller, Oelmeyer, Priesemuth, Ramm, Reichle, Reuter, Richter, Rickmann, Riemer, Riess, Ruesch, Schaab, Schereiner, Spar, Spengler, Ude, Wick, Wigand, Witt, Woerner son de origen luterano o protestante.

Entre los apellidos laguneros de procedencia estadounidense y origen luterano o protestante se cuentan, entre otros, los siguientes: Allen, Amos, Arkeketo, Attuell, Avery, Banks, Bell, Bennett, Bird, Blaner, Bledsoe, Boren, Boyle, Bragg, Brewer, Butt, Buttler, Calvin, Carahan, Carrie, Carson, Caudell, Clark, Clarke, Clary, Cope, Crane, Crawford, Creelie, Champney, Dickenson, Dodson, Downs, Duckett, Eager, Evans, Ferguson, Filimore, Fischer, Flynn, Follet, Franke, Giese, Godlieb, Golson, Goodman, Gorham, Graham, Graves, Greenwalt, Hadfield, Halbert, Hancock, Harper, Heirs, Holbrook, Hughes, Hunt, Huthsteiner, Jackson, Jockel, Kalisch, Karnes, Kirklin, Kruger, Lane, Lee, Lewis, Litchfield, Mapp, Marrs, Martin, Mattox, Mc Elvenny, Midgett, Milton, Miller, Milling, Moulton, Mugge, Nelson, Owen, Owens, Parker, Pederson, Pester, Quinn, Reese, Roberts, Rountree, Rowe, Ruffin, Rufus, Schlatterer, Smith, Soper, Sorke, Stewart, Stubblefield, True, Tucher, Ulmer, Vester, Volkhausen, Walker, Watts, Webb, Welmaker, Wesley, Wilson, Williams, Wise, Yeandle, Young.

En vista de la gran cantidad de familias de procedencia extranjera que profesaban la fe cristiana en alguna de las iglesias protestantes, sería oportuno considerar que la mentalidad, la actitud que estas personas tenían hacia el trabajo duro y hacia la creación de la riqueza no era un factor meramente étnico o racial, sino eminentemente cultural. No hemos estudiado el gran impacto que los protestantes pudieron haber tenido en el desarrollo económico de Torreón y de La Laguna.

miércoles, junio 06, 2007

Familias Centenarias de Torreón. Los Fernández Madrazo

Los apellidos Fernández Madrazo pertenecieron a varios hermanos que desde Santander (ahora denominada Cantabria, en España) llegaron a poblar Torreón. Estos hermanos fueron los que se enumeran a continuación.

Florencio Fernández Madrazo, el mayor, nació el 13 de julio de 1879 en Laredo, Santander. Llegó a México el 6 de octubre de 1905. Para 1932 permanecía soltero, y se dedicaba a la agricultura en la Hacienda “La Niña” de San Pedro, Coahuila. Su domicilio en esa fecha estaba en la calle Juan Antonio de la Fuente 204, en Torreón.

José Fernández Madrazo nació el 27 de marzo de 1891 en Laredo, Santander. Llegó a Veracruz el 5 de diciembre de 1906. En 1932 era arrendatario de la Hacienda “La Niña” de San Pedro, Coahuila. Estaba casado con María Antonieta Torres Duarte, quien nació el 31 de marzo de 1908 en Nazas, Durango. En 1932, este matrimonio contaba con los siguientes hijos e hijas: María Guadalupe, Ángel, Juan José, Francisco Javier, Lucía Ángela, Margarita y Gregorio. Su residencia se encontraba en la avenida Juárez 2 oriente, edificio que en la actualidad ocupa el ICOCULT de Torreón.

Ángel Fernández Madrazo nació el 11 de marzo de 1895 en Laredo, Santander. Llegó a Veracruz el 7 de febrero de 1913. En 1932 ya estaba casado con Rosa Madrazo Martínez. El señor Fernández Madrazo era agricultor en el rancho “San Julio” de “Estación Horizonte”, Durango. La residencia de este matrimonio se encontraba en la avenida Matamoros 1031 poniente de Torreón, Coahuila.

Anastacio Fernández Madrazo nació el 23 de diciembre de 1901 en Laredo, Santander. Ingresó a México por el puerto de Veracruz el 9 de diciembre de 1921. En 1932 estaba soltero, su ocupación era la de agricultor en la hacienda “El Aguaje” de Viesca, en Coahuila. Su residencia estaba situada en la avenida Juárez 2 oriente.

Los Fernández Madrazo y sus descendientes han sido familias ampliamente conocidas y respetadas.

Fuente: Archivo Municipal de Torreón, Fondo Extranjerías (1926-1966)

martes, junio 05, 2007

El primer poblador de Gómez Palacio, Durango

A finales del año 1883, apenas a 15 días del paso del Ferrocarril Central Mexicano, un peluquero nacido en Mapimí y residente de Villa Lerdo, Durango, fue a establecerse en lo que dio en llamarse Estación Lerdo, un lugar completamente deshabitado.

El objeto del cambio de residencia era el de aprovechar la demanda de alimentos que los viajeros querían satisfacer entre dicha estación y Villa Lerdo. Para ello, el peluquero y pequeño comerciante construyó algunas chozas de madera de mezquite para resguardarse de los elementos.

Este emprendedor duranguense se llamaba Epigmenio Rodallegas. Le fue tan bien con su agreste restaurant, que a principios de 1894 ya había construido una finca en toda forma, la primera que se levantó en lo que ahora es la ciudad de Gómez Palacio, Durango, y que Epigmenio destinó a hotel, billar y cantina. Este mismo edificio, a principios del siglo XX, se llamaba el “Gran Hotel Unión” del señor Vicente Reynoso.

Junto al hotel, el señor Rodallegas continuó con las tareas de construcción, y levantó un edificio que llamó “La India”, tienda de abarrotes, que puso a cargo de su padre, Jesús Rodallegas. Epigmenio continuó con su manía de construir, al punto que muchos comerciantes de Lerdo, al ver que le iba muy bien, decidieron emigrar a la Estación Lerdo y construir ahí sus negocios.

Santiago Lavín, al ver el éxito del espontáneo fenómeno de colonización, comisionó al señor Epigmenio Rodallegas para que determinara la traza de una nueva población, a la que Lavín decidió llamar “Gómez Palacio” en honor de su amigo, Francisco Gómez Palacio. Epigmenio Rodallegas murió el 10 de septiembre de 1909 en Douglas, en los Estados Unidos.
Fuente: “El Eco de La Comarca” Semanario Independiente, Gómez Palacio, Dgo. 29 de noviembre de 1909.

lunes, junio 04, 2007

El derecho a ser informado e informar

Hace tiempo me pregunto cómo el Estado puede garantizar el derecho a la información, el cual está plasmado en el artículo sexto de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.

Por otra parte, la misma Constitución, en su artículo séptimo, manifiesta que la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia es inviolable, que ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura.

Esto, en la teoría, suena bien. En la práctica, nos topamos con que los medios informativos están concesionados a individuos o a personas morales que entienden a los medios masivos como cotos de poder, como lucrativas empresas que no obedecen más lineamiento que el propio interés.

Uno pensaría: “¿qué tiene de malo que estas empresas busquen su propio interés? Están en su derecho”. Pero no, esto no es verdad, realmente no están en su derecho. Las empresas mediáticas, si las entendemos a través de los artículos constitucionales arriba citados, deben estar orientadas hacia bien común. Porque no sería congruente que el Estado garantize una libertad para ser informados solamente de lo que la empresa nos quiera informar, y como la empresa nos lo quiera informar. Esto choca de frente con el derecho a enterarnos de la verdad, que es lo que subyace en el artículo constitucional.

Por otra parte, cuando una empresa mediática establece criterios, políticas o flagrantes vetos sobre los articulistas que no son bienquistos para la empresa ¿no está violando el espíritu del artículo séptimo constitucional?

Muchas veces, en foros y simposiums, hemos escuchado a algunos representantes de estas empresas exponer largos discursos sobre las bondades de la libertad de expresión, mientras que ellos mismos, a ojos vistas la estrangulan con sus vetos, sus criterios discrecionales y con sus fobias de carácter personal.