A 82 días del 15 de septiembre de este 2007, es decir, a 82 días de que se cumplan los 100 años de Torreón como ciudad, ya es posible hablar de cómo se ha celebrado este grato acontecimiento.
Quizá donde más se ha notado el impacto de estos festejos, ha sido en el campo de las artes. Desde el 15 de septiembre del año pasado, el número y la calidad de los eventos artísticos en Torreón han superado por mucho, lo acostumbrado. Enumerar y comentar sería muy prolijo, y no tendría mucho caso para este cronista competir con los archivos de los medios impresos, que cuentan con muy buenas reseñas de cada uno de estos eventos.
Para los laguneros que tienen inquietudes estéticas de cierto cosmopolitismo, las fiestas del Centenario han puesto a su alcance una mayor cantidad de conciertos, representaciones o exposiciones. El torreonense no disfruta de tales eventos con esta frecuencia. Para ello, hay que viajar a otras poblaciones. Una de las ventajas del estatus de capitalidad de algunas ciudades como Monterrey o Guadalajara consiste precisamente en la posibilidad de asignación significativa de recursos para eventos de este tipo.
Otra clase de festejo se va plasmando en los proyectos de mejoras materiales de la ciudad. La vialidad ocupa un rubro importante, como en los casos del llamado nudo mixteco (nuestra puerta hacia San Pedro, Coahuila) o en el distribuidor vial (nuestra puerta hacia Saltillo y Monterrey). Incluyo aquí las mejoras que se le hacen a nuestra puerta nacional e internacional, el camino al aeropuerto, que va siendo transformado en espléndido boulevar.
Quizá donde más se ha notado el impacto de estos festejos, ha sido en el campo de las artes. Desde el 15 de septiembre del año pasado, el número y la calidad de los eventos artísticos en Torreón han superado por mucho, lo acostumbrado. Enumerar y comentar sería muy prolijo, y no tendría mucho caso para este cronista competir con los archivos de los medios impresos, que cuentan con muy buenas reseñas de cada uno de estos eventos.
Para los laguneros que tienen inquietudes estéticas de cierto cosmopolitismo, las fiestas del Centenario han puesto a su alcance una mayor cantidad de conciertos, representaciones o exposiciones. El torreonense no disfruta de tales eventos con esta frecuencia. Para ello, hay que viajar a otras poblaciones. Una de las ventajas del estatus de capitalidad de algunas ciudades como Monterrey o Guadalajara consiste precisamente en la posibilidad de asignación significativa de recursos para eventos de este tipo.
Otra clase de festejo se va plasmando en los proyectos de mejoras materiales de la ciudad. La vialidad ocupa un rubro importante, como en los casos del llamado nudo mixteco (nuestra puerta hacia San Pedro, Coahuila) o en el distribuidor vial (nuestra puerta hacia Saltillo y Monterrey). Incluyo aquí las mejoras que se le hacen a nuestra puerta nacional e internacional, el camino al aeropuerto, que va siendo transformado en espléndido boulevar.
En general, el entusiasmo de celebración es ahora mucho más reposado, más sosegado. La población está muy consciente del festejo, y lo asume con tranquilidad. En cierto sentido, esperamos que el 2007 no sea un año excepcional de nuestra historia, esperamos que, después del cumplido nuestro primer siglo de edad, y en términos de cultivo y elevación del espíritu, cada año sea de nuevo festejo.
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