Escudo de Torreón

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jueves, diciembre 01, 2011

La Copa de Leche de Torreón


De una foto de Jorge Albarrán

En algún artículo anterior, mencionaba a La Copa de Leche como uno de los restaurantes tradicionales de Torreón. En efecto, desde los inicios de la Segunda Guerra Mundial hasta el presente, ese establecimiento continúa siendo uno de los favoritos del consumidor lagunero.

¿Cuáles son los orígenes de este lugar de delicias? El establecimiento abrió sus puertas (Valdés Carrillo 305 sur) en mayo de 1939 –hace 72 años– como una novedad “lo nunca visto en La Comarca”, según la publicidad, un lugar donde se servía “el más moderno quick lunch” (fast food, diríamos en la actualidad). La razón social mencionaba que se trataba de una lonchería, propiedad del señor Juan Chochos, griego de origen. No obstante, la variedad de alimentos era mucho mayor de lo que consideraríamos actualmente como propia de una lonchería.

Ofrecía mariscos, pollo asado “a la broche”, meriendas formales a domicilio, banquetes a menú internacional, lonches en variado surtido. Para los lectores que no son laguneros o mexicanos, debemos aclarar que el “lonche” en Torreón es el término con que se designa a la torta o emparedado, (por corrupción del inglés “lunch”). En la Comarca Lagunera, son muy solicitados los “lonches” de carne de cerdo con aguacate, en pan “francés”.

Pero para volver a La Copa de Leche, hay que mencionar que la lonchería (o restaurante) se encontraba situada en el anexo del Salón Madrid, una cantina propiedad del señor Fructuoso Arias, la cual se encontraba ubicada en avenida Juárez y calle Valdés Carrillo. De acuerdo a la publicidad, se invitaba a la clientela del Salón Madrid a que, después de tomar la copa, pasara a saborear las delicias de la lonchería. De cualquier manera, el establecimiento contaba con servicio a domicilio, con solo llamar al teléfono (Compañía Ericksson) 14-73. También se ofrecía la elaboración de banquetes con servicio a domicilio.

Juan Chiochos Papamanos, el dinámico propietario y fundador de la Copa de Leche, conocido popularmente como “Juan Chocho” o con su nombre de cocinero gourmet, “Jean Chiochos”, nació en Grecia hacia 1904. Su ocupación era precisamente la de cocinero. Llegó a México en 1929, al puerto de Veracruz. Posteriormente se estableció en Torreón, y para la fecha de apertura de La Copa de Leche, su domicilio era el mismo que el del restaurant.

A la clientela lagunera se le ofrecían platillos especiales en fechas significativas, como solía ser el 24 de diciembre. Desde días antes, se publicitaban (como en 1943) pavos rellenos, lechones, gallinas, pollos, langostas, pescados y ostiones. Todo para la cena de Nochebuena. Y esto confirma que efectivamente, los torreonenses y laguneros en general, siempre hemos sido buenos consumidores de comida elaborada por terceros. Salir a comer o a cenar con la mayor frecuencia posible, nos ganó el mote de “manirrotos” o "despilfarrados".

Y es que la comida era muy buena, y los precios, excelentes. Un menú de La Copa de Leche de 1942, lo demuestra con claridad: se trata de un menú cualquiera, en este caso, el del 22 de marzo de dicho año, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando en otras partes del mundo los productos básicos escaseaban y subían de precio.

El menú constaba de Cocktail Madrid, crema de pollo a la americana, mojarrita a la parrilla, magras a la española, y para escoger, pulpo con arroz, medio pollo a la cacerola, chuletas de carnero entomatadas en vino blanco, cabrito al horno en su jugo, o pierna de cerdo mechada con ajo. Ensalada de papa con mayonesa, ciruelas o duraznos en almíbar. Café, te o leche. El costo por cubierto: un peso con cincuenta centavos, en una época en que el dólar estadounidense equivalía a 4.85 pesos. Es decir, el cubierto de La Copa de Leche en 1942 costaba 31 centavos de dólar.

Este cronista recuerda la Copa de Leche de finales de los años setentas y comienzos de los ochentas, a donde acompañaba a sus padres a la comida dominical. El menú seguía siendo muy internacional, el sazón, exquisito. Sin embargo, mi platillo favorito era mexicano, el filete a la tampiqueña, con la carne más suave y jugosa que se podía uno imaginar, y desde luego, con enchiladas de mole, guacamole y frijoles refritos de guarnición. Sin duda, el establecimiento cambió de propietarios a través de los años. Recuerdo un nostálgico mapa de Cantabria en una de las paredes, nada que ver con la Grecia continental o insular. A la fecha, La Copa de Leche sigue sirviendo sus platillos, en el mismo lugar de siempre.





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