No son muchos los mapas coloniales que han llegado hasta nosotros de lo que hoy conocemos como Comarca Lagunera. Tenemos los que se encuentran en el Archivo Militar de Segovia (España) que son interesantes para su historia hidrológica —entre otras cosas— y que fueron elaborados en el siglo xviii [1]. En una copia que nos hizo llegar nuestro buen amigo el investigador español José María Ruiz, se observan con toda claridad la Laguna de Parras, la de Tlahualilo y la del Álamo (Viesca), así como las rutas comerciales de esta región de la Nueva Vizcaya.
Los datos que aporta el mapa en cuestión indican que el autor no recordaba el nombre exacto del jesuita fundador de Parras en 1598, ni tampoco el nombre con que se conocía antiguamente la sierra de Parras (Pirineo). Eso era historia relativamente antigua en la época en que se dibujó el mapa. Pero en la historia coetánea, Núñez de Esquivel es mucho más exacto. Hace referencia a la “hystoreta” o “hystorieta” del presbítero José Dionisio Gutiérrez, escrita en 1777, la cual conoce y tiene por fuente confiable [4].
El cartógrafo es claro al hablar de la importancia que tuvo la producción de vinos y aguardientes para el pueblo de Parras, y de cómo esta actividad generó riqueza. Pero existe una referencia particularmente interesante sobre el cultivo del algodón en 1787. Y como Núñez de Esquivel menciona que también el lino se daba bien cuando tenían agua para cultivarlo, esto nos hace pensar que es muy probable que el cultivo de estas fibras haya sido estimulado por la Real Audiencia de México en 1785, año en que envió un Bando para fomentar el cultivo del lino y el cáñamo [5].
Este bando fue recibido en una época en que en Parras ya no resultaba tan redituable la vitivinicultura, y seguramente los habitantes que podían buscaban la explotación de nuevos cultivos comerciales. Esto explicaría por qué a finales de 1824 había en Parras tantos hiladores y tejedores de algodón de diversas calidades. No progresó el cultivo del lino ni del cáñamo, pero sí el del algodón.
[1] Corresponden al levantamiento cartográfico realizado por el capitán de ingenieros Nicolás Lafora durante su expedición al septentrión novohispano en 1769.
[2] De hecho, existe otro mapa de la misma época, también de Núñez de Esquivel, en el cual aparecen dibujados los principales accidentes geográficos, hidrológicos y asentamientos humanos de la región. Se ilustran además un chichimeca y un soldado criollo o español usando la “cuera” tradicional.
[3] Casaron el 24 de julio de 1780 en Parras.
[4] Todavía a finales de la era virreinal, “historieta” era usado como diminutivo de “Historia”. Es decir, el término se refería a un trabajo no muy extenso de historia. Por otra parte, el contexto muestra claramente que Núñez de Esquivel la tiene por válida y autorizada. Vid Diccionario de la Lengua Castellana por la Real Academia Española. Quinta Edición. 1817. Por otra parte, este documento fue desconocido hasta casi el último tercio del siglo xx.
[5] Copia en el Archivo Histórico de la uia-Torreón.
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