Los daños son incalculables, sobre todo porque al terremoto se le sumó la fuerza destructiva de un tsunami de 10 metros de altura, que afectó principalmente algunas prefecturas (municipios) como Myagi, Kesennuma y Sendai, ya que el epicentro del terremoto se encontraba a algunos kilómetros mar adentro, justo frente a estas poblaciones. Hay miles de personas desaparecidas, y la cantidad de muertes confirmadas, aumenta. Tan solo en Myagi se estimaban en diez mil los muertos.
Y como si el demonio de la destrucción nuclear se hubiera asentado en Japón desde Hiroshima y Nagasaki, resulta que algunas plantas nucleares se encuentran en alerta máxima a causa de los daños que les provocó el movimiento telúrico. En una de ellas, incluso se ha producido una fuga de gases radioactivos.
Efectivamente, al día siguiente del terremoto, el sábado, la unidad 1 de los reactores de la planta nuclear de Dai-Ichi, en Fukushima, estalló, y otra unidad se encontraba en proceso de fusión. Para evitar el sobrecalentamiento, los operadores de la planta dejaron entrar agua de mar a las unidades, de tal manera que el peligro de contaminación, aumenta.
El alcalde de Torreón, el Lic. Eduardo Olmos Castro, hacía un recorrido por el Lejano Oriente a la cabeza de una delegación de empresarios laguneros, con el objeto de atraer inversión a Torreón. Sus miembros ya habían visitado
No hay comentarios.:
Publicar un comentario