Escudo de Torreón

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martes, enero 19, 2010

Familias Centenarias de Torreón: los Altamirano Vallejo





Cuando se creó el municipio de Torreón, el 24 de febrero de 1893, algunos ranchos y haciendas quedaron situados dentro de su jurisdicción. Estos lugares habían pertenecido al municipio de Viesca, Coahuila, luego al de Matamoros, Coahuila, y finalmente, vinieron a formar parte de la zona rural de nuestro municipio.

De esta manera, hubo una cierta cantidad de torreonenses que no radicaban en la mancha urbana de nuestra villa y posterior ciudad, y que tampoco fueron propiamente inmigrantes. Simplemente fueron incluidos en la zona rural de la jurisdicción del municipio de Torreón.

Uno de estos lugares fue el Rancho de La Concepción, ubicado en la margen derecha del Río Nazas, al noreste de nuestra ciudad. En 1848, antes de que existiera Torreón, el lugar era parte de la enorme Hacienda de San Lorenzo de la Laguna. Cuando el presbítero Anacleto Lozano, cura de Viesca, levantó ese año de 1848 su “Padrón general de los habitantes del pueblo del Álamo de Parras y su comprensión”, uno de los lugares censados fue precisamente el Rancho de la Concepción. Una copia de este padrón se encuentra depositada en el Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana Torreón.

Entre las diversas familias que lo poblaban, llamó mi atención, aquélla formada por el matrimonio de Santos Altamirano y su esposa Jacoba Vallejo. Según el padrón, este matrimonio contaba con las siguientes hijas: a Dionisia, de 18 años, a María de la Paz, de 16; a Gregoria, de 14; a Valeria, de 12, y a Marcelina, de 4.

El estudio de esta familia a partir de los archivos genealógicos SUD nos permiten obtener nuevos conocimientos acerca de los movimientos migratorios de los habitantes del Rancho de La Concepción, y también sobre sus lugares de origen, antecedentes étnicos y sus troncos familiares, netamente laguneros.

Santos Altamirano Lomas, quien nació en Mapimí en 1805, era hijo de Juan José Altamirano y de Juliana Lomas, y se casó con María Jacoba Vallejo el 29 de enero de 1830, en la parroquia de Santiago Apóstol, de Mapimí.

De acuerdo a los archivos genealógicos, este matrimonio tuvo por hijos a Anselmo Altamirano Vallejo, nacido en 1827 en Mapimí, y quien se casó el 19 de septiembre de 1847 con María Paula de la Cerda en Mapimí. La “Marcelina” del padrón aparece como nacida el 29 de junio de 1843, y bautizada el 6 de julio de ese año en Mapimí como “María Marciala del Refugio Altamirano Vallejo”. María Silvestra Altamirano Vallejo nació el 31 de diciembre de 1839, y fue bautizada ahí mismo el 9 de enero de 1840. Gregoria Altamirano Vallejo nació el 11 de marzo de 1835 y fue bautizada el día 15 del mismo mes y año en Mapimí. José Susano Altamirano Vallejo nació en el Rancho de la Concepción en 1849, y fue bautizado el 6 de junio de ese año en San José y Santiago de Viesca.

Los Padres de Santos Altamirano Lomas, como hemos mencionado ya, lo fueron Juan José Altamirano Alviso (mestizo originario de Parras) y de María Juliana Lomas Vázquez (mestiza originaria de San José y Santiago del Álamo) casados en el pueblo de San José y Santiago del Álamo (Viesca, Coahuila) el 6 de mayo de 1791. El presbítero que ofició su matrimonio fue Manuel Sáenz de Juangorena, Capellán de la Compañía Volante de San Carlos de Parras.

A continuación, se transcribe la partida de matrimonio (Copia de los libros parroquiales de Viesca en el Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana Torreón):

“En el año del Señor de mil setecientos noventa y un años = En seis días del mes de mayo de dicho año, habiéndose hecho las tres moniciones los días siguientes: la primera el día tres de abril, Domínica Cuadragésima; la segunda el día diez de dicha Domínica Pasionis Prim.; la tercera el día diez y siete Domínica Palmarum Prim. = En tanto se decía esta Misa Mayor en esta santa iglesia parroquial del pueblo de Señor San José y Santiago del Álamo, y no habiendo descubierto impedimento alguno, yo, don Manuel Sáenz de Juangorena, capellán de la Compañía Volante de San Carlos de Parras y actual teniente de cura de este pueblo, desposé solemnemente en dicha parroquial por palabras de presente a Juan José Altamirano, mestizo originario del pueblo de Parras, hijo legítimo de Isidro Altamirano y de María Josefa Alviso = y a María Juliana Lomas, mestiza, originaria de este pueblo, hija legítima de José Lomas y de María Ignacia Vázquez, habiendo preguntado y tenido de ambos su mutuo consentimiento, siendo padrino Rafael Estrada, originario de Parras, casado con Juana Alviso […] Manuel Sáenz de Juangorena”.

Resulta muy claro, pues, cómo los viejos pobladores de Parras, de Viesca y de Mapimí se establecían en los ranchos de la Hacienda de San Lorenzo de la Laguna, cómo iban ellos a recibir los sacramentos a las parroquias de Viesca o de Mapimí, y cómo, en 1893, sus lugares de residencia quedaron incorporados al nuevo municipio de Torreón.

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