Hace apenas 6 días, el 22 de los corrientes, un joven londinense llamado Alex Tew, vendió en el conocido mercado internacional en línea “E-Bay” un sencillo juego diseñado por él. Se trata de “Sock and Awe” (calcetín y terror), término que juega con el sentido de la doctrina militar inglesa “Shock and awe”, la cual alude al dominio rápido de un campo de batalla o de otra nación a base del despliegue de una exagerada fuerza militar).
En este juego, aparece la figura móvil del presidente Bush, quien constantemente surge y se oculta bajo un presidium donde, alguien que parece ser el presidente de Irak, mira agazapado. El juego consiste en tirarle zapatazos a Bush, y llevar la cuenta de los aciertos en un lapso dado de tiempo. Es un sistema sencillo, donde el ratón de la computadora tiene control sobre el brazo que arroja los zapatazos.
La compañía “Fubra” ganó la subasta al ofrecer 5 mil 215 libras esterlinas por la propiedad de este programa. El joven Tew, de 24 años, declaró haberlo hecho por diversión, tras una cena con pizzas. El asunto es que el juego fue un éxito rotundo y rebasó todas las fronteras, lo cual demuestra cuán extendido está el repudio al presidente norteamericano. El juego de palabras indica claramente que el programa es, en sí, una crítica a la política de agresión de Bush contra Irak.
En este juego, aparece la figura móvil del presidente Bush, quien constantemente surge y se oculta bajo un presidium donde, alguien que parece ser el presidente de Irak, mira agazapado. El juego consiste en tirarle zapatazos a Bush, y llevar la cuenta de los aciertos en un lapso dado de tiempo. Es un sistema sencillo, donde el ratón de la computadora tiene control sobre el brazo que arroja los zapatazos.
La compañía “Fubra” ganó la subasta al ofrecer 5 mil 215 libras esterlinas por la propiedad de este programa. El joven Tew, de 24 años, declaró haberlo hecho por diversión, tras una cena con pizzas. El asunto es que el juego fue un éxito rotundo y rebasó todas las fronteras, lo cual demuestra cuán extendido está el repudio al presidente norteamericano. El juego de palabras indica claramente que el programa es, en sí, una crítica a la política de agresión de Bush contra Irak.
Un sistema de retroalimentación ha permitido conocer que la mayoría de los zapatazos los han lanzado los mismos estadounidenses, seguidos en número por los franceses, los australianos, los ciudadanos de los Emiratos Árabes Unidos y de Arabia Saudita. Un contador mantiene la información de cuántos zapatos se han arrojado al Bush virtual desde el 22 de diciembre, y estos han sido, al momento de escribir este artículo, nada menos que 65 millones 592 mil 450.
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