La noticia más impactante de la semana que termina sin duda fue la que protagonizó el candidato presidencial republicano de los Estados Unidos Donald Trump, ya convertido en el cuadragésimo quinto presidente electo de los Estados Unidos de América, tras vencer a Hillary Clinton por una diferencia más que significativa.
Nadie en México ni en otros países tomó en serio la posibilidad de que tal triunfo pudiera ser factible. Trump era percibido como un genio del mal, apelando a las más bajas pasiones de sus seguidores republicanos, dada su retórica de campaña, plagada de racismo, xenofobia, discriminación, misoginia, llamados a la violencia, al autoritarismo, al odio hacia los inmigrantes, particularmente los mexicanos. Desde el miércoles existe verdadera preocupación en México por lo que venga a partir de la toma de posesión de Donald Trump en enero. Sin embargo, ya en esta semana el peso sufrió desajustes causados por la incertidumbre. Las casas bursátiles de todo el mundo se vieron igualmente afectadas ante la noticia, que unas semanas antes hubiera parecido cosa de chiste.
Sin embargo, no se cree que Donald Trump gobernará a su placer y sin cortapisas de ninguna índole. Es de esperarse que siendo Trump como es un neófito en el Partido Republicano, sin cargos previos de elección popular, tendrá que ser moderado, guiado y hasta reprimido por dicho Partido, el cual ganó la mayoría de los escaños del congreso federal estadounidense. Bastantes rupturas hubo entre el partido mencionado y el candidato, ahora presidente electo, como para permitirle que lleve a cabo todas sus amenazas electorales a costa de la economía estadounidense y de la paz mundial.
Por lo pronto, los votantes del país vecino del norte han mostrado al mundo una muy pobre imagen del tipo de persona que desean tener por líder. Un bravucón, contradictorio, impulsivo, protagónico. Al elegir a Trump, los norteamericanos de los Estados Unidos han abierto una caja de pandora que puede salirle muy cara a aquélla nación y al mundo. El futuro nos dará la respuesta.
Foco de infección. Y por lo que se refiere a realidades más triviales, de carácter local, mencionamos que en la calle González Ortega, entre avenidas Allende y Abasolo, hace meses que existe un pestilente derrame de aguas negras, precisamente frente a un concurrido consultorio pediátrico y algunas casas habitación.
Se trata de un brote malsano que hace meses pone en peligro la salud de quienes por ahí transitan, residen o van a consulta.
Repetidamente han ido los técnicos de la empresa pública que hace las reparaciones, pues el problema cae en su jurisdicción al estar taponados los drenajes que pasan por debajo de la carpeta asfáltica. Sin embargo, dicen no poder resolver el problema por falta de camión que realice la succión en los drenajes tapados.
El asunto es que han pasado meses, el derrame sigue constituyendo un serio problema de salud pública, tanto por la inmundicia de las aguas como por ser un posible criadero de moscos en una época en que amenaza el dengue y el zika. Se solicita la comprensión de la empresa a la cual corresponde hacer estas diligencias y reparaciones, ya que la contratación de particulares es considerada ilegal y una invasión al ámbito de las instancias del municipio, generando multas injustas. Por otra parte, es bastante lo que se paga al municipio en servicios de extracción y conducción de agua, así como uso de drenaje, como para que se permita por meses la existencia de un foco infeccioso de tales características.
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