Anoche ya tarde, en las principales calles,
paseos y avenidas de la ciudad, volvió a resonar la algarabía santista. Hace
algún tiempo que no había una manifestación de la llamada “santosmanía” como la
de ayer. Y es que por la noche, el Santos Laguna venció a los Tigres de la UANL
en el partido “de vuelta” de semifinales que se jugó en nuestra ciudad.
En un partido complicado, donde el
Santos estuvo muy por debajo de sus niveles de juego habituales, Tigres anotó
dos goles, poniendo el marcador 2 a 0 a favor de los regios. Sin embargo, en
los cinco minutos finales, el 86 y el 89, Oribe Peralta reaccionó como sabe
hacerlo bajo presión, e hizo dos goles de lujo para igualar el marcador y ser
el protagonista de un sorpresivo desenlace. A pesar del empate, Santos ganó por
su mejor posición en la tabla general.
Tan pronto como terminó el partido y
quedó claro que el Santos jugará por el campeonato contra los Rayados de Monterrey,
y que la gran final será el próximo domingo 20 de mayo en el Estadio Corona del
TSM de Torreón, la algarabía comenzó a dejarse oír por toda la ciudad. Es
interesante observar como todas las clases sociales por igual participan en
esta manifestación de alegría, lo mismo en el boulevard paseo de La Rosita,
donde circulaban coches y camionetas de lujo llenos de entusiastas seguidores
del equipo de La Comarca, que en las avenidas y calles del centro urbano y los
lugares de concentración popular. En la alameda, donde algunos jóvenes entusiastas
celebraban con tambores, gritos y cantos, degeneraron su algarabía en actos
vandálicos, y la policía tuvo que
intervenir.
Hace años, algún maestro mío, doctor
en Historia, mencionaba que el equipo Santos Laguna constituía el más grande
generador de identidad regional en la Comarca Lagunera. Estoy de acuerdo con
él. Nadie puede ver ya las lagunas que nos dieron gentilicio. En cambio, los
habitantes de La Comarca y en particular, los de la ciudad “de los grandes
esfuerzos” se identifican con los guerreros el Santos Laguna y se apasionan con
sus hazañas. El equipo somos todos.