Durante la primera semana del 2012 hemos tenido un clima variable, por lo general de noches frías, con días soleados y otros nublados, templados y fríos. Como es tradicional, el clima de Torreón es totalmente impredecible.
No faltan actos aislados de violencia, aunque los torreoneses toman con más filosofía estos hechos, y hacen su vida normal. De hecho, este fin de año se notó más movimiento en las calles, que en años pasados. Aunque la economía regional está bastante deprimida, la gente salió de compras, y a pasarla bien en restaurantes, clubes y bares. Se percibe un fuerte anhelo de vivir con la confianza de antes.
Los taxistas notaron mucha mayor demanda de transporte en esta temporada, que en años pasados. Y el espíritu acogedor de los laguneros no ha sido vencido por la fatalidad. Quizá más que nunca, nos damos cuenta de la importancia de no perder ese espíritu que tanto llama la atención a los fuereños. Los laguneros nos hemos sobrepuesto, por siglos, a toda clase de adversidades. La superación es característica esencial de nuestra identidad.
Este Cronista desea a sus conciudadanos torreonenses y laguneros, un año abundante de paz, de bienestar, y de mucho éxito.
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