El Teniente Coronel Elías Uribe

El joven Elías Uribe fue originario de San Pedro de las Colonias, Coahuila. De origen muy humilde, como único varón entre varias hermanas, era el sostén de sus padres ya ancianos.

En 1910 estudiaba en Saltillo, cuando, el estallido de la Revolución lo llamó a ofrecer su brazo a las armas maderistas. Durante su corta pero brillante carrera militar, fueron muchos los servicios prestados por este joven a sus connacionales. Estas acciones, en buena medida, las reporta su hoja de servicios.

Uribe fue enviado a guarnecer la población de Palomas, en Chihuahua, donde fue sorprendido por una gavilla de dispersos capitaneada por José Inés Salazar, quien lo hizo prisionero. Éste no quiso fusilarlo en atención a su corta edad y al valor demostrado. Uribe se dio a la fuga, para incorporarse nuevamente a las fuerzas revolucionarias.

Cuando en 1913 estalló la rebelión contra Madero y sobrevino la Decena Trágica, Uribe se encontraba de guarnición en Ciudad Juárez. Una vez que estuvo al tanto de cómo se habían dado las cosas, se negó a prestar fidelidad a Victoriano Huerta, y con unos cuantos compañeros, escapó, atravesando el estado de Chihuahua hacia nuestra Comarca Lagunera, donde se incorporó a la Revolución Constitucionalista que buscaba derribar al usurpador Huerta.

Fueron muchas las hazañas de Uribe en La Laguna y en el estado de Coahuila, entre otras, la derrota que le propinó a los huertistas en Tlahualilo y en Santa Teresa, la estación situada entre Torreón y San Pedro de las Colonias, la cual fue escenario de un gran combate.

Perseguido, Uribe se vio obligado a marchar sobre Monclova, donde se presentó a Venustiano Carranza, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, quien, al conocer su notable trayectoria, le confirió el grado de Mayor. A partir de ahí, los combates en los que participó y el prestigio que alcanzó entre la oficialidad, fueron crecientes. Desempeñó papeles importantes en las acciones de “Espinazo”, en “Las Golondrinas” y en “Candela”.

Luchó con éxito en Nuevo León y Tamaulipas, hasta que fue herido de tal gravedad que tuvo que ir a curarse a San Antonio, Texas. De ahí volvió a nuestra Comarca Lagunera, para seguir órdenes. Y estas consistieron en que debía incorporarse a la División del Norte de Francisco Villa, que entonces atacaba Torreón. El 30 de septiembre de 1913, histórica fecha en que se libró la batalla por Torreón, recibió la orden de emplazarse frente a las baterías huertistas ubicadas en el Cerro de la Cruz. Ahí murió.

Su cadáver fue conducido a ciudad Lerdo, donde fue embalsamado para ser trasladado a San Pedro de las Colonias, su lugar de origen, pero las circunstancias del momento no lo permitieron.

Fuente: El Demócrata, 30 de septiembre de 1914. Ejemplar en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.