Escudo de Torreón

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domingo, junio 07, 2009

Dictamen





Es verdaderamente lamentable que en el ámbito de la escritura de la Historia surjan conflictos de intereses entre nuevas y viejas publicaciones, entre funciones literarias (catálogo, narración) o en la manera de entender la propiedad intelectual de los acervos documentales y de las obras que de ellos se originan.

Mostraré las credenciales que me acreditan para hacer los comentarios pertinentes en este caso. Por el Manual de Funciones vigente, aprobado por el Ayuntamiento de Torreón desde 1992, al Cronista Oficial se le atribuyen como funciones el ser “Celoso guardián de la Ciudad, y de su patrimonio histórico-cultural”, “Investigador, recopilador y Notario Histórico”, “Intérprete y narrador, en crónicas, de los sucesos del presente” (como sucede en este caso), “Consultor de la autoridad en la evolución, al futuro, de los hechos que, según su leal saber y entender, serán favorables o negativos, promoviendo lo indispensable ante las autoridades y ciudadanía, a favor o en contra de esos actos o hechos” (como en el caso que nos ocupa), etc.

Una vez aclarada la pertinencia y sustento de mis juicios, y por solicitud de miembros del Cabildo Municipal para emitir un dictamen, mencionaré que hace unos días vio la luz un libro denominado “Asamblea de Culturas en La Laguna” del Lic. Jorge Rodríguez Pardo, actual director del Archivo Municipal. En honor a la verdad, diremos que este libro viene a suplir un hueco de información sobre las colonias extranjeras en Torreón, hueco que había sido llenado en 2002 por la Lic. Elisa Gutiérrez Galindo cuando publicó su “Catálogo de Extranjeros”. Ese vacío de información se formó de nuevo al agotarse, de manera casi inmediata, dicha edición. Así que “Asamblea de culturas” pone nuevamente en manos de los laguneros esos contenidos documentales.

Por otra parte, el Lic. Carlos Castañón Cuadros publicó el día de ayer en su columna semanal de un diario local, un texto denominado “Asamblea de Culturas, o de cómo plagiar un libro con dinero público”. La lectura desapasionada de dicho texto, muestra que se trata de la denuncia de un ciudadano contra lo que considera ser un plagio, con el agravante de haber sido publicado como libro, con dinero de los contribuyentes. No es la veracidad histórica del contenido del libro lo que cuestiona Castañón Cuadros, sino el uso de fondos públicos para imprimir una obra no original, como si realmente lo fuera.

Lo interesante del caso, es que Castañón Cuadros aporta lo que él considera evidencia de plagio. ¿Lo es? Lo que podemos deducir de los cuadros comparativos que aporta en su blog, es que la base de datos que dio origen a ambos libros, es la misma, y que por consiguiente, ésta existía desde el 2002. Esto es evidente e irrefutable. Además, está de por medio el testimonio personal de Castañón Cuadros, quien fue empleado del Archivo Municipal bajo la dirección del Lic. Elías Agüero, y tuvo acceso a dicha base de datos innumerables veces.

Queremos suponer que por su inexperiencia como historiador, el titular del Archivo Municipal omitió mencionar en su prólogo, que el libro “Asamblea de Culturas” consiste en realidad en una nueva edición corregida del “Catálogo de extranjeros” y de la base de datos de la Lic. Gutiérrez Galindo.

De aquí se desprende que en su prólogo, el Lic. Rodríguez Pardo debió haberle dado algún crédito al trabajo de su predecesora, máxime cuando se trata de dos directores de la misma institución, el Archivo Municipal, y a la vez, mostrar que su trabajo en “Asamblea de culturas” consistió en el reacomodo de la vieja información contenida en la base de datos de aquélla.

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