Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

viernes, octubre 31, 2008

Día del Inmigrante



Como es usual, una buena cantidad de “altares de muertos” han sido o serán colocados en colegios, escuelas y universidades. Se trata de cumplir con una recomendación de la Secretaría de Educación Pública.

Desde luego, en La Comarca Lagunera, esta es una costumbre impuesta desde el Centro, y se le atribuye un valor puramente folclórico, a diferencia de lo que puede suceder en Michoacán, donde esta costumbre es percibida como una verdadera y eficaz evocación de los muertos. Y por supuesto que la conjunción de esta evocación de origen prehispánico con el calendario litúrgico católico (día de los Fieles Difuntos) implica un fenómeno de sincretismo religioso, de superposición de creencias paganas y cristianas.

Ni entre los pueblos autóctonos de la Comarca Lagunera (los indios laguneros) ni entre los pobladores tlaxcaltecas, existió la costumbre de erigir altares de muertos. El único caso documentado de erección de altar de muertos (en el siglo XVIII) corresponde al de un presbítero español, que lo levantaba cada año, en honor a sus padres ya difuntos. Cabe mencionar que esa costumbre la adquirió en su estancia en el sur de Nueva España.

Con la construcción de altares de muertos, la Secretaría de Educación Pública trata de contrarrestar la invasión cultural del “halloween” estadounidense. Muchos torreonenses miran con agrado esta costumbre —que lleva varias generaciones de establecida— porque les parece interesante y “de buen tono”, como todo lo extranjero en nuestro xenófilo Torreón.

Torreón tiene una fuerte personalidad como para necesitar de esos préstamos culturales. Nuestra historia, colonial o reciente, es única. Sólo se requiere de un poco de creatividad y de liderazgo, un poco de amor a nuestra propia identidad, para hacer surgir una festividad original, nuestra y de nadie más. Si a Torreón le caracterizan sus orígenes cosmopolitas, pues entonces festejemos la diversidad étnica y cultural el 31 de octubre. Sustituyamos el halloween por el “Día del Inmigrante”. Que nuestros hijos se diviertan con los dulces y con el uso de disfraces de tlaxcaltecas, vaqueros, griegos, ingleses, alemanes, españoles, chinos, palestinos, franceses, estadounidenses, o de cualquiera de las cuarenta y nueve nacionalidades registradas en el Archivo Municipal de Torreón, Fondo de Extranjeros.

Correspondería a la Dirección Municipal de Cultura de Torreón el liderazgo para la implementación de un festejo como éste. Historia propia, la tenemos para dar y repartir. Torreón es una ciudad que merece tener festividades propias, acordes con su tradición. ¿Quién quiere que Torreón sea una mala copia de la ciudad de México, de Guadalajara, o de Monterrey?

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