Escudo de Torreón

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sábado, julio 29, 2006

Obesidad en Coahuila


Según ciertas fuentes, Coahuila es el estado de la federación que ocupa el primer lugar en casos de enfermedades correlacionadas positivamente con la obesidad. Es decir, que nuestro estado ocupa el primer lugar en problemas médicos de "gorditos" y "gorditas" de la República Méxicana. La verdad es que la obesidad se ha vuelto un verdadero problema en muchas de las regiones del planeta que cuentan con un relativo mayor poder adquisitivo. Un caso claro es el de los Estados Unidos, donde el significativo y constante incremento del número de casos de obesidad tiene alarmados a los médicos.

¿Porqué hay un cambio significativo en el número de obesos? Sin duda alguna, los cambios en la relación entre la ingesta y consumo calóricos del género humano han generado -al menos en parte- estos desagradables resultados.

Los cambios han sido cuantitativos: la gente puede comer más. Esto es verdad, ya que los seres humanos de otras épocas comían sin llegar a la plena satisfacción. Faltaba comida y sobraba trabajo. En un mundo básicamente rural y agropecuario, los campesinos trabajaban siete días a la semana. Su eficiencia de producción de alimentos para el autoconsumo o la comercialización no era la nuestra, porque no contaban con variedades mejoradas como lo hacemos nosotros, ni con otros elementos de capital, fertilizantes, mercadotecnia, etc. Comían menos y trabajaban más.

Los cambios también han sido cualitativos: las zonas urbanas son más numerosas y mucho más grandes que antaño. El tipo de trabajo físico que demanda la vida en la ciudad no es comparable al que se realiza en el agro. La vida laboral citadina se ha reglamentado, se ha domesticado con la semana de número reglamentario de horas de trabajo y con las prestaciones que la han vuelto relativamente cómoda y bien remunerada. Hay tiempo para el ocio y dinero para disfrutarlo, aunque sea comiendo. Otro factor de cambio cualitativo consiste en que la gente consume actualmente cosas diferentes a las que comían sus abuelos. Pensemos en la cantidad de carne que se ingiere en las comidas cotidianas, y cómo este alimento estaba -la mayor parte del tiempo- ausente de la mesa de nuestros antepasados. Los refrescos gaseosos dulces o "light" y la comida "chatarra" embolsada o "fast" también son modalidades recientes. Nuestras materias primas culinarias y productos terminados a la venta están llenos de químicos, hormonas, substancias conservadoras, etc.

Por último, podemos advertir que hay un cambio de mentalidad (ideas socialmente compartidas) hacia el significado y el valor que se le atribuye al acto de comer y al impacto que este hecho tiene en la estética personal vigente. La gente delgada ha estado de moda desde los años sesenta, cuando surgió aquel inolvidable fenómeno mediático llamado "Twiggy". Desde entonces, la humanidad aceptó la delgadez como propuesta estética y se ha torturado a base de dietas. Ha comido lo que sea con tal de no ingerir "verdadera comida", ha trastocado sus hábitos alimenticios y ha torturado su aparato digestivo y demás órganos. No es casualidad que en esta misma época se hayan incrementado como nunca los casos de bulimia y anorexia.

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