“Centenario, un viaje a través de nuestra historia” constituye una pieza de sencilla y ligera narrativa, cuyo fin es el de dar a conocer los hechos y contextos de nuestra auténtica historia regional, social y económica. Esta obra deja de lado algunos mitos que han sido lugares comunes en textos anteriores. Bajo el formato de cuento, y con el uso de las viñetas de las historietas infantiles, esta obra logra su objetivo: la representación histórica por medio de un lenguaje propio para jóvenes, gráfico y verbal.
Sin duda alguna, el gran acierto de esta obra consiste en la transmisión del discurso histórico por medio de códigos completamente accesibles. Esta ha sido una tendencia muy loable en este 2007, año del centenario de la categoría de ciudad que posee Torreón.
Por el número de ejemplares distribuidos, que irá ya por el orden de los 35,000 se trata del vehículo historiográfico más popular que se haya impreso en este año.
Por el contenido, podemos afirmar que este cuadernillo entra en lo que podemos llamar “nuevo paradigma historiográfico” o “nueva lectura histórica” de Torreón, la cual pone particular énfasis en la larga duración, en el papel de los religiosos jesuitas y de los colonizadores españoles y tlaxcaltecas, como padres fundadores de la Comarca Lagunera, llamada desde 1594 por Felipe II “Provincia de La Laguna” o “País de La Laguna”. En 1598, con la creación formal de las reducciones jesuíticas, inicia también una dialéctica migratoria, cultural y económica que va configurando, durante siglos, las características de la región y de sus habitantes, completamente abiertos al cambio y a la oportunidad. Finalmente, esta nueva lectura explica el surgimiento de la villa y luego ciudad de Torreón como una necesidad de la economía regional. Efectivamente, el algodón, los vinos, los aguardientes, los mármoles, minerales y finalmente los guayules que se producían en la región requerían de un puerto terrestre que permitiera su embarque y rápido traslado a los mercados nacionales e internacionales. Igualmente necesario resultaba un lugar en el centro de la Comarca donde se beneficiara el algodón (textileras) y sus derivados de valor industrial (aceite, jabón). Fue la necesidad económica la que creó a Torreón. No surgió de la casualidad, insisto, sino de la necesidad…
La publicación de esta obra narrativa constituye un acierto del Ayuntamiento de Torreón y de manera particular, de su promotor, el Ing. Pedro Ávila Aguilera, Primer Regidor del Cabildo, así como de las empresas patrocinadoras. Esta llave para el conocimiento de nuestro pasado circulará de mano en mano entre los niños y jóvenes de Torreón y de la Comarca Lagunera. La juventud comarcana ganará en la calidad y exactitud de sus conocimientos de historia regional, y en la fuerza y orgullo de su propia identidad.
Sin duda alguna, el gran acierto de esta obra consiste en la transmisión del discurso histórico por medio de códigos completamente accesibles. Esta ha sido una tendencia muy loable en este 2007, año del centenario de la categoría de ciudad que posee Torreón.
Por el número de ejemplares distribuidos, que irá ya por el orden de los 35,000 se trata del vehículo historiográfico más popular que se haya impreso en este año.
Por el contenido, podemos afirmar que este cuadernillo entra en lo que podemos llamar “nuevo paradigma historiográfico” o “nueva lectura histórica” de Torreón, la cual pone particular énfasis en la larga duración, en el papel de los religiosos jesuitas y de los colonizadores españoles y tlaxcaltecas, como padres fundadores de la Comarca Lagunera, llamada desde 1594 por Felipe II “Provincia de La Laguna” o “País de La Laguna”. En 1598, con la creación formal de las reducciones jesuíticas, inicia también una dialéctica migratoria, cultural y económica que va configurando, durante siglos, las características de la región y de sus habitantes, completamente abiertos al cambio y a la oportunidad. Finalmente, esta nueva lectura explica el surgimiento de la villa y luego ciudad de Torreón como una necesidad de la economía regional. Efectivamente, el algodón, los vinos, los aguardientes, los mármoles, minerales y finalmente los guayules que se producían en la región requerían de un puerto terrestre que permitiera su embarque y rápido traslado a los mercados nacionales e internacionales. Igualmente necesario resultaba un lugar en el centro de la Comarca donde se beneficiara el algodón (textileras) y sus derivados de valor industrial (aceite, jabón). Fue la necesidad económica la que creó a Torreón. No surgió de la casualidad, insisto, sino de la necesidad…
La publicación de esta obra narrativa constituye un acierto del Ayuntamiento de Torreón y de manera particular, de su promotor, el Ing. Pedro Ávila Aguilera, Primer Regidor del Cabildo, así como de las empresas patrocinadoras. Esta llave para el conocimiento de nuestro pasado circulará de mano en mano entre los niños y jóvenes de Torreón y de la Comarca Lagunera. La juventud comarcana ganará en la calidad y exactitud de sus conocimientos de historia regional, y en la fuerza y orgullo de su propia identidad.
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